Solo tenía 16 años cuando empecé a experimentar el morbo, cuando en mi cuerpo sentí esas hormonas por liberar
Ente en la zona de la piscina, situada en la azotea del edificio, 11 de la mañana, y la ví. La vecina del septimo, tomando el sol, con el bañador en la cintura. Me quedé embobado mirando aquellos pezones erectos, no sabia que hacer, un sudor frio me recorria, el coraxon me latia a mil. De golpe ella abre los ojos, me ve, se asusta y rapidamente se cubre esbozando excusas…. yo mirando para otro lado. Ella se relaja y veo que me observa, fija la vista a mi entrepierna, sigo su mirada y…. menusa ereccion marcaba mi bañador. Glups… tiré la toalla y me lanzé al agua, rojo como un tomate. Ella, gata lista, hizó como si nada, leyendo distraida un libro y preguntandome por mi familia. Yo evité salir del agua en todo momento.
Al cabo de un rato recogió sus cosas, se despidió y se fué a su casa. Me relaje, salí del agua, aun estaba medio empalmado, pensé en hacerme una paja allí mismo, pero de pronto volví a escuchar la puerta. Era ella. Volvia con su bañador azul celeste, mientras se acercaba la observé bien, el bañador le marcaba unos gruesos pezones, los pechos luchaban por mantenerse dentro y en las ingles le quedaban descubiertas hasta la cadera…. una autentica madura admirable y excitante. Se dirigió a mi y me contó que tenía un problema en casa, la pica del baño le goteaba constantemente, estaba sola y necesitaba ayuda.
-Puedes hacer algo con esto, te atreves?
– (yo dubitativo) vamos a verlo, pero no se….
Recogí y la seguí… siempre recordaré en mi mente como se movió bajando las escaleras hasta su casa… una deliciosa eternidad.
Me enseñó el lugar, abrí la puerta y me puse estirado en el suelo, le pedí herramientas, trajo unas llaves inglesas, al darmela se inclinó. El escote del bañador me mostro sus tetas hasta los pezones. Fué automático. Erección. Ella sin dejar de mirarme a los ojos, se inclinó aun mas, hasta que sus pechos rozaron mi miembro… solo se que cerré los ojos, gemí y me corrí a borbotones…..
Lo siguiente que recuerdo es su risa, como me tranquilizó, cogió papel higienico y sin inmutarse, me bajó el bañador y me limpió. A su contacto volví a ponerme duro, le agradó
-estos jovencitos solo pensais en los mismo
y empezó a masturbarme suavemente y volviendome a mirar, me lamió el miembro, empezando la primera mamada de mi vida. La mas recordada.
No paró hasta que a los cinco minutos volvía correrme.
Me hizo salir de allí, me llevó a su habitación y me dijo:
– a partir de ahora haras todo lo que yo te diga
Me enseñó como hay que lamer, como hay que presionar, que ritmo seguir, cuando usar mis dedos…. se corrió tres veces.
Desde aquel dia, durante año y medio aprendí TODO lo que se puede hacer y como hacerlo, hizo de mi un buen amante. Cada dia de lunes a viernes encontró momentos para enseñarme….