Soy la niña buena de papi, siempre hago lo que me ordena. Esta vez me porté mal y recibí mi castigo sin pedir piedad

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La niña de papi.

 

Cuando levanté la mirada y vi a papi observandonos un escalofrio recorrio mi cuerpo, enseguida me aparté de Ale, pero Dad ya nos había visto.

“Andate de mi casa”, dijo papi a Ale con voz firme, “ Y vos, mi niña, andá a tu cuarto, esta vez voy a tener que castigarte”.

Subí a mi cuarto y lo esperé, ahora era diferente, esta vez yo sabía que me había portado mal,y que debía ser castigada.

Escuché la puerta de entrada cerrarse tras Ale, e inmediatamente después los pasos de daddy en la escalera que venían hacia mi dormitorio.

“De rodillas”, dijo antes de entrar.

Me puse de rodillas con las manos detrás de la espalda, quería hacerlo bien para que daddy no se enojara conmigo. Estaba muy nerviosa, no quería ser mala niña.

Mientras se acercaba iba desprendiendo su cinturón, “Sos mi niña, no podes hacer esas cosas y lo sabes.” Dijo con voz dulce mirándome a los ojos. “Si papi”, respondí. “Perdon”.

“Esta vez no alcanza con disculparse, y aunque  me duela tengo que castigarte”.

Una vez enfrente mío comenzó a desprenderse el jean, mientras decía, “Mi pequeña niña (Desde que entré a la facultad, mis amigas me dicen que es raro que papi me llame así, pero yo soy su niña, y siempre he sido buena niña para él), vas a abrir tu boca y vas a recibir mi verga sin moverte, está claro?”

-Si papi.

-Buena niña.

Abrí mi boca y espere que su verga dura entrara en ella, pero esta vez no estaba tan dura, eso me desconcertó y aumento mi nerviosismo, yo sabía que le había fallado a papi y quería enmendarlo…pero no sabía cómo, así que esperé, con la boca abierta.

Cuando tuvo toda su verga en mi boca me dijo, “no quiero que te resistas debes soportar tu castigo”, al momento que decía eso su verga comenzaba a crecer en mi boca, y a llegar a mi garganta asfixiandome, lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, debía soportar, pero el aire era cada vez menos, no podía respirar con facilidad.

El me hablaba dulcemente como siempre y me explicaba donde había estado mi error, mientras su verga crecía y se hacia mas y mas dura, hilitos de aire se colaban con dificultad hasta mis pulmones.

Su mano detrás de mi nuca me empujaban contra él, y algo extraño comenzó a ocurrir, sentí mi clítoris hincharse y la humedad corría por mis muslos, quería gemir, pero la verga de papi no me lo permitia.

Estaba extasiada y al borde del desmayo cuando papi se retiró unos centímetros, lo suficientes como para que pueda respirar.

Comenzó a moverse hacia adelante y atrás, despacio, sosteniendo con fuerza mi cabello, y seguía explicando y diciendo que las niñas buenas hacen caso a sus papis.

Yo solo podía asentir dificultosamente.

Saliva y lágrimas corrían por mi rostro, arcadas me invadian, pero debía soportarlo.

Y la humedad de mi entrepierna develaba el placer que estaba sintiendo.

Papi comenzó a moverse más rápido y dijo, “el castigo casi termina mi pequeña, ahora deberás tragar absolutamente todo como una buena niña y así perdonare tu falta, está claro?”

-”si papi” intente decir pero no pude, un líquido tibio y espeso comenzó a inundar mi garganta y mi boca, y a escurrirse por la comisura de mis labios.

“No puede ser” pensé, “Tengo que ser buena niña, no puedo dejar que caiga al suelo”.

Cuando papi salió de mi boca comencé a lamer de mi cara su semen e intente con mis manos que no llegara al piso lo volvi a meter a mi boca, intenté tragarlo…

“Perdon papi, intenté tragarlo” dije entre sollozos, “intente pero no pude, nunca lo había sentido papi, me sorprendió, me inundo, tu semen caliente y espeso está escurriendo por mis pechos dad, no pude ser buena niña, perdon…”

-No te preocupes mi niña, lo hiciste muy bien, es la primera vez, siempre podes mejorar, yo voy a ayudarte.

-”Gracias papi”.

 

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