Te follaría hasta que te quedes sin ganas
Hoy que estoy más caliente que un perro en celo, a ti
que lees relatos eróticos para ponerte cachonda, sí, a ti
que duermes con tu marido o con tu novio dándote el
culo después de dejarte con ganas de más, o con todas
las ganas. A ti que duermes con tus peluches y te haces
tus deditos. A ti, mujer, a ti te digo que te follaría hasta
dejarte sin ganas tuvieras lo que tuvieras al lado.
Me confundiría con las sombras. Me acercaría a tu cama.
Te taparía la boca con una mano, y te susurraría al oído:
-¿Quieres pasarlo bien, muñeca?
Si tu respuesta era: «Sí», te haría salir de la cama,
despacito y mientras te besaba, te quitaría la poca ropa
que llevases puesta. Cogería tus manos con las mías. Te
levantaría los brazos. Te arrimaría a la pared de tu
dormitorio. Te besaría la frente, los ojos, la punta de la
nariz, el mentón, te metería la lengua en las orejas, te
mordería los lóbulos, te lamería y chuparía el cuello,
soltaría tus manos y lentamente amasaría tus tetas
mientras mi lengua y mis labios se daban un festín con
tus areolas y con tus pezones. Luego bajaría lamiendo tu
vientre hasta llegar a tu coño, allí, arrodillado ante ti, no
me andaría con rodeos, cogiendo tus nalgas con las dos
manos lamería desde tu ano a tu clítoris, haciendo por el
camino penetraciones con mi lengua en tu vagina hasta
que te derritieses y derramases tu miel en mi boca.
Luego te daría la vuelta, te comería el culo bien comido.
Sacaría mi verga y te penetraría analmente. Tus brazos
los volvería a poner en alto y con tus manos tocando la
pared y mientras una de mis manos acariciaba tus tetas
y la otra masturbaba tu coño. Te daría candela hasta que
tu miel cayese en mi mano. La lamería. Te volvería a dar
la vuelta. Te cogería en alto en peso y te la clavaría en el
coño. Te follaría a lo bestia mientras tu marido, tu novio,
tu peluche o lo que fuese, eran testigos mudos de los
polvazos que estábamos echando. Haría que te corrieses
dos veces, y cuando estuvieses a punto de correrte por
tercera vez te echaría en la cama para comerte el coño
de nuevo y sentir cómo te corrías en mi boca.
Y ahora te lo vuelvo a preguntar: ¿Quieres pasarlo bien?
P.D.-Si eres hombre el que lee esto imagina que eres tú
quien hace la pregunta.