Tengo un maduro que me enseña todo
Mi madurito me volvió a escribir después de la cogida que me dió en el motel…Como lo había comentado mido 1,65 y tengo un culo grande y una pequeña cintura, me encanta el sexo y les quiero compartir otra de mis historias
-Hola zorrita, mi polla te necesita de nuevo.
De solo recordar la tremenda cogida que me había dado, accedí. Cuando llegó el día depilé muy bien mi panochita, me puse lencería diminuta de encaje, un pantalón que favorecía a mi culo y un top ajustado con un brasier a juego. Estaba emocionada por recibir de nuevo esa rica polla en mis agujeritos.
Al llegar al lugar de encuentro subí a su auto y recibí un apasionado beso de su parte, introdujo su mano en mi blusa y la otra en mi pantalón. Empezaba a sentirme húmeda y el supo hacérmelo saber.
-Pero qué mojada estás zorra, eres una viciosa come vergas.
Mientras conducía yo masajeaba su polla y contaba cómo me había masturbado pensando en ella, sentí lo dura que la ponía y me excité más. Al llegar al lugar había preparado un asiento de escuela en la habitación a lo que miré desconcertada.
-Zorrita, hoy vas a cumplir mi fantasía de follar a una colegiala. Y me entregó un paquete.
-Ábrelo, es un obsequio.
Al mirarlo había un traje de colegiala, aún más pequeño que la lencería que llevaba puesta. De inmediato supe lo que debía hacer y corrí a vestirla para él. Apenas me cubría mi panochita el panty, con una faldita que relucía la mitad de mi culo y dejaba ver mi rajita. Una blusa corta que poco tapaba mis tetas y dos adornos de moño para mi cabello. Medias de liga blancas y mis tacones, me sentía una verdadera puta.
Salí y me senté en el asiento quedando frente a él a lo que me ordenó:
-Ponte de espaldas, quiero gozar tu rico culo perrita, disfruta.
Obedecí y me senté inclinándome para dale la mejor vista de mi culo y mi casi desnuda conchita. Se acercó y me apretó el culo con una mano y las tetas con la otra. Yo disfrutaba estar dispuesta para su placer, tanto que no ponía resistencia alguna. Pasó de mi culo a mi rajita con la que jugueteó mientras introducía sus dedos.
-Vaya perra eres, sabias que me encanta la conchita depilada, que niña tan zorra la que me follaré.
Mis gemidos no tardaron en salir y la humedad llenaba sus dedos de mis jugos. Los llevó a mi boca y me hizo probarlos. Me abrió de piernas, puso la punta de su lengua en mi rajita y la empezó a saborear para luego introducirla en mi sexo.
-Ahhh, ahhh, qué rico me la comes amor, no pares. Mientras me retorcía de placer. No dejaba de comerme mi panochita mientras me me introducía sus dedos, en pocos segundos me hizo tener un orgasmo, llenando su boca de jugos los cuales probó gustoso.
Me puso de rodillas y sin que lo pidiera saqué su rica y dura polla para chuparla como una verdadera zorra, lamía, la sacaba y la metía hasta que mis ojos sacaban lágrimas, y pronto tuve su rica leche en mi boca, la cual bebí hasta la última gota.
-Mi niña sabe comer muy bien una polla, merece un premio.
Me puso a cuatro patas y me arrancó el panty, sin dar aviso me clavó su polla de un tiro lo que me hizo gritar de dolor.
-Tranquila putita, pronto dejará de doler. Mientras aceleraba el ritmo. Mi panochita poco a poco se humedecía y disfrutaba de lo que tenía dentro.
-Tocate puta, quiero que te masturbas para mí, como me lo contaste. Me volteó boca arriba y obedecí, quedando cada vez más mojadita. Mientras lo hacía, me penetró hasta el fondo y me embestía con la fuerza que solo un madurito con ganas tiene. Estaba tan excitada que no noté cuando sacó su polla de mí y la apuntó hacia mi culito. Cuando sentí la punta no tuve opción que abrirme más para él.
-Ahh pero qué apretado está tu culo, mi niña. Seguro que si lo lleno de leche no la dejará escapar.
Cada vez me follaba con más fuerza hasta que tuve otro orgasmo
-Ahhh papi, siii, otra vez follas el culo de tu niña. Dale por favor tu rica leche.
Aumentó su velocidad y sentí dentro de mí cómo descargaba toda su lechita hasta que su polla volvía a la flacidez.
-Zorrita qué buena niña eres cumpliendo las fantasías de tu papi. Te ganaste ese regalo, putita, señalando el traje, le hiciste honor.
Nos duchamos y me llevó cerca a casa. No sin antes hacer que le chupara la polla de nuevo
-Vacia a tu papi, niña zorrita. Me besó y se fue.