Termine cediendo a los deseos de mi prima. Una chica muy experimentada

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Cansado de luchar acabas cediendo

Antes de nada, agradecer tantos a todos aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, pues por vosotros aún sigo plasmando mis confidencias. Y el segundo lugar, esta confesión es la continuación de mis anteriores confesiones “Refuerzo emocional fraternal”. Donde cuento lo que me ocurrió durante algo más de un año con mi primita, pues ese fue el tiempo que esta paso en mí casa. Aquí narro y detallo el acoso que pase por su parte, experiencias realizadas gracias a su esfuerzo y constancia.

Mis acontecimientos van a raíz de mi independencia, pues a raíz de esta se aprovechó mi madre para pedirme un enorme favor. No siendo otro que el de hacerme cargo de mi prima, cargo que era una enorme carga por los problemas que ella tenía, problemas psicológicos aunque yo no me los creía, ya que pensaba que era todo parte de su espectáculo. Pensaba que fingía para dar pena y hacer lo que ella creía, pero bueno al final tuve que cargar con ella, plasmando lo sucedido aquí. Los días dejaron paso a las semanas, no sabiendo deciros cuando o como comenzó, solo os puedo decir que fue a raíz de aquella noche en que deje que se metiera en mí cama. Ella solo dijo…

“Me dejarías dormir esta noche en tu cama, prometo no molestarte. Es que allí en mi dormitorio me siento muy sola”.
Acabando por ceder, quizás fuera por aquello que me dijo mi madre o quizás, porque esa noche me cogió muy cansado. Pero claro esta aquello se me fue de las manos, pues aquello se repitió durante el resto del año. Pero a pesar de dudar de sus traumas, finalmente me informo a modo de saber sus dolencias y posibles curas o ayudas. Pero la verdad es que el marrón que me he llevado, no es por otra causa que la de ella haberme considerado como esa figura paterna, figura que la verdad tiene de él un significado muy distinto al que yo tengo. Pero como bien sabéis, cada vez que objetaba o ponía una excusa, acababa por buscar está a mí madre y acabábamos discutiendo, siendo una de las últimas muy tensa, soltándome…

“Piensa que tu sobrina te necesita más que a nadie en este mundo, demuéstrale que eres esa persona a la cual ha elegido para resolver sus problemas”.
Soltándole…

“Te debo de recordar que no es mi sobrina… sino mí prima, por muchos lazos que tenemos, además es una mujer hecha y derecha, apenas aparenta su edad y menos se aprecia que nos llevemos siente años”.
Dejando mí madre por zanjado el tema y la discusión. Tuvimos de todo. Los días pasan dejando paso a las semanas y estas a los meses, ya te acostumbras y aunque me niegue a rendirme no siendo otra la causa que nuestro parentesco, os puedo confesar que al final se sale ella con la suya. Rara es la noche en la cual no duerma conmigo, lo nuestro ha dejado de ser fraternal, pues no soy de piedra y aún menos con veinte y cuatro años, edad que incluso a día de hoy sigo manteniendo el listón alto de mi masculinidad.

Yo soy de esos que se van tarde a la cama a dormir, pues considero que el dormitorio no está hecho para ver la televisión, ya que para eso está la salita o el salón. De todas formas, normalmente yo me encuentro en mi lugar de trabajo que al mismo tiempo es el de ocio, no siendo otro que delante de mí ordenador. Donde trabajo, juego e incluso visualizo películas, no importando el género y donde entran hasta las eróticas o porno. Pero mí primita si son de esas que se van pronto a la cama, pronto lo digo como a las diez y media o como mucho a las once a once y media.

Hora que según ella debe de descansar para de esta manera poderse levantar temprano, pues su cometido no es otro que los estudios. Ya que está deseando terminar COU para meterse de lleno con la selectividad, pues no es de esas que se conforma con una nota, ya que se esfuerza para sacar la máxima nota y no tener que elegir universidad, ya que desea estudiar derecho.

Antes de acostarse y como una rutina, viene a buscarme para darme un beso de buenas noches en mi mejilla, acto que hace al tiempo que me roza con uno de sus senos desnudo por mi hombro… mmm. Ese gesto me pone como una moto, sintiéndolo en mi miembro al endurecerse, llegando a descapullarse solo gracias al bóxer… uuummm!. Luego cuando me acuesto, veo mi dormitorio con la penumbra de una luz de la mesita de noche, luz que ha dejado ella a propósito, no siendo por otro motivo que por ver como se ha acostado. Ya que se ha acostado con tan solo esas diminutas braguitas, sabiendo ya de sobra lo que toca esa noche.

Los días eran un sinfín de provocaciones, no dejando momento en que pudiera acosarme de una manera u otra. No dejaba de desafiarme por mucho que yo me resistía, no dejaba de retarme como aquella vez en que estando ella duchándose, me pidió que le llevara tanto la toalla como las braguitas, pues se le había olvidado. No veáis como me ponía y creo que a cualquiera, ver como una chica que aun no siendo del todo un pibón, está aprovecha su juventud para provocar.

Llegue a la puerta del baño que estaba tornada, llame a la puerta con los nudillos al tiempo que avisaba, viendo que no me había escuchado con el ruido del agua… entre. Deje la toalla en el toallero junto a la ducha, mientras que las braguitas y una camiseta en el lavabo. Cuando fui a darme la vuelta para marcharme, escuche la voz de mi primita decir…

“No te vayas todavía, quiero que me cuentes que haces en tu trabajo”.
Aunque quise eludir la conversación al menos en esos momentos, ella no dejo de insistir al tiempo que se restregaba el jabón por su cuerpo, no quedándome otra que quedarme allí y contarle lo que yo hacía. Mientras mis ojos se clavaban en esa silueta bajo la ducha, silueta que me ponía cardiaco o quizás fuera su manera de provocar. Ella actuaba como si yo no estuviera, estaba estirada lavándose sus cabellos, no dejándola de mirar como sus pechos aun poco pequeños estaban firmes tanto como sus pezones, duros y sonrojados… uuummm!.

Se giraba hacia mí al tiempo que preguntaba alguna tontería a modo de alargar la conversación, giro que quedaba de frente a mí… uuuffff! (joder, como provocaba). Fingía no mirarme mientras se enjuagaba sus senos, como ayudaba a retirarse el jabón con sus manos por su vientre hasta llegara a su pubis… uuummm!. Comenzando a restregarse sus deditos por su ingle, apartando la mata de vello y verse la vulva… uuuffff!, cerrando ella los ojos al tiempo que un gemido ahogado soltó, continuando por deslizar sus dedos por los labios vaginales, mientras me miraba fijamente… uuummm!.

Dándose la vuelta nuevamente y en esta ocasión darme la espalda, inclinarse a modo de coger la pastilla de jabón del suelo, postura que me mostro su blanco culito y cuyos labios vaginales quedaba a mi vista… ooohhh! (coño, poco falto para que me corriera ahí mismo). Enseñándome con todo detalle cómo se lava tanto sus labios vaginales como su orificio anal, llegando a soltar más de un gemido más aun cuando introducía varios de sus dedos… uuuffff!. Yo era un sumo espectador… eso sí privilegiado, pues esta se estaba haciendo un par de deditos al mismo tiempo que se penetraba con de sus dedos… uuuffff!. Mostrándome acto seguido su orificio anal, enjabonándoselo e introduciéndose poco a poco uno de sus dedos… uuummm!. Ella me mira sonriente al tiempo que cojo la toalla, pues en vez de dársela a cabo por colocármela a modo de evita verse mi enorme bulto… ooohhh!. Una vez fuera de la ducha, coge y me pregunta…

“Tu vez que tenga tanto vello en la zona del pubis”.
Me quedo perplejo por la pregunta y algo cortado le respondo…

“¿Porque lo dices?”.
Contestándome ella al tiempo que se aparta parte de sus vellos, a modo de poder mostrar su vulva…

“Cuando estoy con mis amigas en el baño o en el vestuario tras salir de las duchas, algunas de mis amigas me hicieron el comentario de mi abundante vello”.
“Soltándome que eso no gusta a los chicos, aconsejándome que me lo depilara un poco o quitármelo del todo”.
Contestándole con una pregunta inapropiada, pero al mismo tiempo deseando saber cómo lo tenían ellas…

“Porque lo dicen tus amigas, acaso ellas lo tienen recortaditos o lo tienen rasurados”.
Volviendo a caer en ese momento que he vuelto a caer en su juego, cuando ella tras hacerme saber que los llevan de ambas maneras. Volvía a preguntarme…

“Y a ti como te gustan, pues te he visto con una variedad de chicas, que seguro que no todas los tendrán iguales”.
Un poco sonrojado al verme pillado, pensé en eludir la respuesta pero acabo respondiendo por evitar problemas, futuros y no poner entredicho nuestra confianza. Demostrándole que puedo contestar sin tener pelos en la lengua, acabo contestando…

“Pues la verdad es que si me fijo, pues soy persona que le encanta realizar el sexo oral”.
Ante su cara de extrañeza por mi comentario, me vi obligado a explicarle lo que significaba, aunque me daba la sensación que eso ya lo sabía. Culpa fue mía por comenzar a hablarle abiertamente, diciéndole…

“No sabes que significa sexo oral, pues es una práctica sexual. Se realiza mediante la estimulación con la boca, los labios y la lengua a los órganos genitales femeninos con la finalidad de dar placer a la pareja”.
Tras un comentario por su parte…

“Ah!!… vale”.
Continúe yo…

“Como te decía antes, claro que tengo amigas que lo tiene de todas maneras, algunas lo llevan totalmente depilado, otras lo llevan corto y arreglado e incluso el vello, tienen alguna forma”.
“Pero a mí me gustan que lo tengan de esa manera”.
Tras un silencio que me dio miedo… más viniendo de ella. Acabo esta por pedirme…

“Me ayudarías a depilármelo, podría sola pero hay zonas que no alcanzo bien, también es verdad que podría ir a algún sitio donde un extraño me lo haga”.
Tras la petición con cebo, dejo caer la trampa, pues claro esta no soy de los que permiten que otros hagan lo que podría yo hacer, aunque precisamente no era esto la verdad. Acabando por aceptar muy a regañadientes, preguntándole…

“¿Bueno, entonces como lo deseas al final?. Lo quieres depilado o quizás con alguna forma en especial”.
Contestándome ella…

“Pues sabes tito, estoy pensando en dejármelo corto y arreglado, quizás busque algo por internet y a ver que me gusta”.
Fue ella a acabar de vestirse al tiempo que me marche yo a mi despacho a encender el PC, mientras esperaba que mi Corel dúo arrancara, pensé en la posibilidad de marcharme, pero al final recapacite más por evitar que ella indagara sola por el interior de mí ordenador. Me senté y comencé a buscar yo solo primero, mientras mi prima se arreglaba, encontrando paginas donde mostraban diseños y formas. Tras salir mí primita de su cuarto, esta se dirigió hasta donde yo estaba, acabando por sentarse sobre mí en vez de sentarse en una silla a mi lado. Sentí sus piernas desnudas sobre las mías, dándome cuenta que esta se había colocado una falda cortita azul marino. Ella actuaba con naturalidad, llegando a mostrarse entusiasta ante cualquier imagen que mostraba el pc, movimiento que hizo que mi miembro se me endureciera… uuuffff, teniendo que notarlo ella seguro al presionar precisamente sus nalgas.

Reía inocente como si no notara nada, actuaba con naturalidad… no dejando de moverse, tanto que mí miembro acabo por salirse solo por el pernil de una de mis piernas. Quedándome y sonrojado, avergonzado por mi estado mientras ella reía al tiempo que señalaba alguna forma, momento en que ella comenzó a moverse lentamente… sabiendo perfectamente que mí miembro estaba libre… uuummm. Sintiendo el vaivén de sus caderas, vaivén que restregaba sus glúteos sobre mi miembro… mmm, alojándose poco a poco mi tronco entre estos… ooohhh. Sabiendo yo perfectamente que eso era una paja en toda regla y como método de masturbación, se cuál va a ser el final. Intente apartarla, pero ella no dejo e incluso acelero sus movimientos encubriéndolo mediante alguna explicación, mi polla para esos momentos estaba a cien… ooohhh, no pudiendo evitar correrme… aaahhh.

Hubo un silencio sepulcral unos minutos, nos quedamos quietos, yo avergonzado de lo que acababa de ocurrir, mientras ella sonriente de haberlo provocado, sintiendo toda mi corrida en sus nalgas. Pues eche tal cantidad de chorros que ella más parecía que se había orinado, teniéndonos que ir ambos a limpiarnos, yo avergonzado sin decir una palabra, ella vi como sonreía al tiempo que recogía con sus dedos restos de semen, restos que se los llevaba a la boca. Aquello me calentó nuevamente, eso y ver cómo iba con sus braguitas empapadas y piernas, diluyéndose por sus pantorrillas… mmm. Pero ella claro está, acabo por salirse con la suya, no solo por lo que había sucedido, sino que al final tuve que ayudarla a depilarse, comenzando ella sola en el baño sobre el bidé. Tocándome a mí cuando quiso que cogiera la cuchilla y siguiera por la parte de las ingles, incluso entre los labios vaginales y el orificio anal. Cuando me todo a mí, esta calentorra me soltó…

· “Tito!!!, te tocaaaaa”.

Cogiendo y poniéndose en pie, colocándose delante de mí al tiempo que echaba sus nalgas hacia atrás, tome la cuchilla al tiempo que con mi otra mano separaba los pliegues de su piel, pasando la cuchilla con sumo cuidado y retirando los vellos de la zona. Pero aunque mi mente estaba en no causarle daño alguno, también estaba en mi miembro pues presionaba sus nalgas… uuummm!, acabando por ocurrir otra vez lo inevitable. Soltándome esta…

“Joder, tito… otra vez estas así, vas a tener que buscar una solución… ja ja ja”.
Esta no dejaba de provocar, no pudiendo evitar cuando mi miembro volvió a salirse de mi bóxer, acabando por deslizarse entre sus nalgas hasta aparecer mí glande por delante. Callado me quede, no pudiendo explicar el hecho, menos aún pude justificarme. Ella simplemente sonreía y continuamos hasta que ella quedo totalmente depilada por esa zona, retirándome finalmente e irme a mi dormitorio, acabando por hacerme una tremenda paja… ooohhh!.

Pero como os he comentado antes, ella no dejaba de provocarme diariamente, tanto de día como de noche, llevando estas de la peor forma. Precisamente una de estas noches en la que la climatología tampoco ayudaba, no sabría precisaros como comenzó, pero el calor sofocante precisamente de esa noche del mes de julio, fue el detonante creo yo. No pudiendo poner el aire acondicionado, no porque no quisiera sino porque en esos momentos no tenía, pues no me lo podía permitir. Pero el calor de esa noche no fue del todo determinante, sino el calor que emana del cuerpo de mi primita, calor que junto a ese aroma que desprende, te hace hacer locuras.

Creó que fue una noche de tantas, no os podría precisar cual, pero esa noche en cuestión no pude evitar acercarme a ella como es costumbre, pues dormidos solemos pegarnos a un cuerpo ya sea persona o una almohada, más aun si tenemos un sueño húmedo. Pues precisamente y llevado por mí sueño, pegue mi cuerpo literalmente al suyo… uummm!, rodeándola con mí brazo hasta posar mi mano sobre su vientre al tiempo que mi rostro descansa junto a su oreja. Ella duerme, descansa sin tener sueño raro, llevado yo supuestamente por mi sueño erótico, comienzo a ascender mi mano hasta sus senos, senos que comienzo a magreárselo, acabando ella por girarse y darme la espalda.

Giro que aprovecho para pegarme a ella acurrucándome, pegando mis labios a su cuello al tiempo que una de mis manos se posa sobre su muslo… uuummm!. Comenzando nuevamente a acariciar sus senos una vez que mi mano abandona su muslo, acariciando con suavidad sus pechos y pezones… ooohhh!. Ella comienza a gemir… momento en que despierto y me doy cuenta de mis actos, acabando por girarme y darle la espalda. Sintiendo a los pocos minutos como es ella la que vuelve a girarse, siendo ahora ella la que echa su pierna sobre mi entrepierna (lógicamente por el peso). Sintiendo acto seguido como desliza una de sus manos por mí pecho, retirándola al notar como la cama se hunde por mis muslos al tiempo que siento sus labios posarse sobre mi vientre y sus pechos rozar mi entrepierna… uuummm!. El hundirse no ha sido por otro motivo que el de ella colocarse de rodillas, colada sobre mí pero sin haber dejado su cuerpo descansar sobre el mío. Siento sus labios ascender desde mi vientre hasta el pecho y finalmente mi cuello, al tiempo que sus pezones se restriegan por mi pecho… uuuffff!, notando ella mí erección. Soltándome al oído…

“Aun finges dormir, no te apetece hacer algo para descansar”.
No pudiéndome controlar y acabo por besarla… uuummm!, tirándola hacia un lado y comenzar a comerme sus senos… ooohhh!, Entreteniéndome entre sus labios, cuello, hombros, senos y finalmente pezones, mientras ella gemía y aullaba de placer. Dándole muerdos y lamiéndolos como suelo hacer, mientras ella ha comenzado a magrear mi miembro. Sonriente suelta…

“Por fin”.
Me hace apartar para ser ella la que tome el mando, no mejor dicho pues tras coger miembro, cogió y se lo llevo a la boca… uuuffff!. Comenzando por chupármelo, lamiendo desde mi glande hasta los testículos, testículos que se los introdujo dentro de su boca, mientras comenzó a magrear mis nalgas y comenzar a jugar con mi perineo… uuummm!. Que habilidad tenía la muy cabrona, como ya mente en otra ocasión, di por hecho que mi primita ha estado muy rodada. Pues esta tiene de virgen lo que yo, ya que ha tenido que perder su virginidad con algún amigo o compañero, pues sí tiene esta habilidad para mamar… miedo tengo cuando esta folle.

Cambiando de posición y en vez de estar entre mis piernas, acaba por colocarse de lado, posición que aproveche para acariciar su espalda hasta sus nalgas e incluso senos… uuuffff!. Esta sonríe y sin dejar de chupármela coge y se quita las braguitas, comenzando a hacerse un dedo… uuummm!, colocándose encima sin ningún impedimento por mi parte, cogiendo mi polla y ser ella la que acaba por introducírsela… ooohhh!. Comenzando ella a cabalgar, llevando la batuta mientras yo no dejo de magrear sus senos, tomándola de las caderas sin dejar como gime y jadea… aaahhh!… aaahhh!. Acabando por sacársela e introducírsela de lado, llevado por el placer y el morbo me hace saber que se viene, no pudiendo aguantar yo mucho más y tras sacársela también, acabe por correrme en su vientre y senos… uuuffff. Acabando por echarme a un lado, quedándonos ambos dormidos, ahora si exhaustos. Esa noche fue la primera vez que lo hicimos, siendo a partir de ese momento en que la veda se inició, pues no dejo de aprovechar ella cualquier momento para hacerlo.

De momento mi primer cometido fue llevarla al ginecólogo, asombrado que nunca había ido a uno. Vero iba muy nerviosa, tenía miedo a las preguntas personales que le hiciera, pues decía que posiblemente tendría que mentir a muchas de ellas. Pero salió más contenta de lo que pensaba, intruso más aun después de que este le recetara la píldora, dándole una mayor confianza a la hora de realizar sexo. Vero me confeso que su primera vez fue cuanto tenía dieciséis años, fue en casa de los padres de él y que según ella gozo mucho, pero para nada se sintió forzada a hacerlo, pues fue ella la que más deseaba realizarlo. Ella estaba contenta por eso y por el comentario que me soltó…

“Ahora no tendrás que buscar fuera lo que tienes en casa, te tendré satisfecho y hare todas las fantasías que desees, no habiendo noche que no lo hagamos”.
Ahora tenía más miedo que antes, aunque eso sí… estaría más tranquilo, pues como decía ella… “no teniendo que buscar fuera sexo”, pues ahora estaría más que servido, viendo lo insaciable que era mi primita. Pues incluso no había vez en que estando en mí dormitorio, esta entrara viéndome echado en la cama trabajando, sabiendo en verdad lo que busca. Pues tras una breve conversación en la cual me cuenta cómo ha ido su día, conversación que en verdad tantea como entrarme, acabando por ser directa y buscar mi miembro… mmm!. Practicándome una mamada para acabar follando, dejándose penetrar tantas veces como puedo, practicando posiciones hasta acabar fatigados, quedándonos dormidos. Llego un momento en que se cuestionaba el ir o no a la universidad, pues según ella eso significaría dejar de vernos. Fue el día en el cual me pregunto…

¿Con cuántos años se acceder a la Universidad?.
Respondiéndole extrañado, pues eso en verdad creo que ella lo sabe…

“Bueno por lo general ingresan a los dieciocho años, aunque sé que existen algunas excepciones”.
Quedándose callada y pensativa, pero sabiendo que debía de aprovechar el tiempo que este conmigo. Pero sus locuras y provocaciones no acabaron hay, pues no había día que me preguntara por algunas cuestiones de sexo, preguntas sobre prácticas como el sexo anal. Preguntas de como entro a las chicas y acabar en la cama con ellas, preguntando que si lo he hecho en el coche, o en algún lugar público, no dejando de cotillear sobre mi vida sexual. Preguntando…

“¿Cómo lo haces con las demás?”.
Contestando…

“Todo depende del momento, la persona, las circunstancias e incluso del lugar”.
Vero, me confeso que se excito muchísimo el verme follar con mí follamiga (Susana), tanto que no pudo evitar masturbarse. Acabando está por proponerme…

“Sé que no tengo derecho después de lo ocurrido la última vez, pero si te pido que traigas a algunas de tus amigas a casa y te lo montes aquí, te molestaría mucho, deseo verte de nuevo como lo hacéis”.
Viéndome callado, volvió a insistir. Pero la verdad, su pregunta más que molestarme, me calentó muchísimo, llegando a pensar que quizás me vengó de ella de alguna manera, no siendo otra que la de verla con otra chica. Recuerdo que esa idea de verla enrollada con otra chica… me calentó muchísimo, tanto que perdí la cabeza en ir a buscarla. Os reconozco que no tuve de actuar de la manera que lo hice, pues nada más entrar en su habitación, hay estaba ella sentada sin bragas… uuummm!, aquello me puso aún más y sin poderme contener. Cogí y tras hacerla girar se la introduje de una sola penetración, dio un par de gritos de dolor claro está, pero minutos más tarde comenzó a gemir y suspirar, obteniendo su orgasmo y minutos más tarde tras sacársela el mío, orgasmo que sobre sus nalgas. Luego más sosegado me marche arrepentido a mi dormitorio, pensando en lo que hice, pensamiento que se me fue en el momento en que apareció ella por la puerta, caminando hacia mi cama y colocarse entre mis piernas, tomando mi miembro flácido e introducírselo dentro de su boca… mmm. Aquella boca cálida que levanta hasta a un muerto, aunque no fue a un muerto lo que levanto sino mí polla de nuevo, pues continuo hasta hacerme acabar en su boca… ooohhh!. Bueno, no me enrollo más que se hace eterno.

Os puedo decir que mí confesión sobre mi prima Verónica, fue a raíz de mí encuentro con ella hace unas semanas, encuentro en verdad fortuito y que le vino de gran medida bien a ella. Pues tomando un café me conto los problemas conyugales que tenía en su matrimonio, problemas personales que no tenía a quien contárselo. Mientras me contaba, yo no deje de mirarla, hoy vero tiene treinta y ocho años, una mujer hecha y derecha, hermosa y aún más desde su operación de aumento de pechos. Casada y con hijos, cuyo marido según ella es de mente abierta, pero aun así ignora lo sucedido entre nosotros, cosa que espero que siga así. Bueno lo dicho, no me enrolla más y espero que os haya gustado

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