Tuve el morbo más grande de mi vida cuando mi cuñado me metió su polla y me cabalgo como lo hacen los verdaderos hombres.
Morbo.
Follada con mi Cuñado. (2)
– No es la primera vez que follas con un tío… ¿Verdad chaval? –
– Ni la tuya tampoco… ¿Eh, cuñado? –
– No. –
– ¿A cuantos te has follado? –
– A muchos, pero sobre todo a niñatos de tu edad. –
– Te gustan jóvenes… ¿No? –
– Si, y me encanta desvirgarlos… y ser yo el primero en probar sus culitos virgenes. –
– Me imagino que por tu trabajo de profesor, habrás probado el culo de muchos de tus alumnos… ¿No? –
– Sus deliciosos culos y sus placenteras bocas… Y más de uno se ha ido para su casa con el ano sangrando y en carne viva. –
– Veo por la dureza de tu pollón, que te encanta hablar de ello, y me imagino que te destrozarás la polla y te matarás a pajas recordando tus folladas con ellos… ¿Verdad cabrón?… De los tíos que yo nonozco, y que tengo amistad con ellos… ¿Hay alguno? –
– Si, varios… y algunos muy amigos tuyo. No te creerías Javi, lo que puede llegar a hacer un chaval por un sobresaliente, y más aún por aprobar el curso. También tengo que decirte, que no todos ellos me dieron su culito de mala gana, todo lo contrarío, la mayoría son unos expertos chupa pollas como tu, y disfrutaron de lo lindo con mi polla. –
– ¿Que amigos mio?… Dime nombres. –
– Jajaja… Tu lo que quieres saber, es a quién te puedes follar… ¿Verdad zorrón? –
– Jajaja… Pues claro tío. –
Pegó otra vez su boca a mi oreja y me susurró muy bajito los nombres de cada niñato, y como se los había follado. Mientras me relataba cada follada con sus alumnos, yo le masturbaba suavemente la polla y le lamía el cuello, la cara, y los labios con mi lengua. Sentía como latia su polla en la palma de mi mano, como si el corazón lo tuviera en el enorme tronco, y también notaba como la sangre fluía y se le agolpaba en el capullo, provocándole un tremendo inchazón y un constante goteo de pre-cum que se le escapaba por la rajita. De los siete nombres que me dijo, conocía bien a cuatro de los tíos, y sobre todo a uno de ellos, el de mi mejor amigo Koko. Los otros tres chavales solo los conocía de vista, de verlos por el instituto solamente, pero no coincidian conmigo en ninguna clase y practicamente no me relacionaba con ellos. La verdad es que los siete niñatos estaban bienísimos, y puestos a imaginar en mi mente calenturiénta, no me importaría hacer una buena orgía con todos ellos y dejar que me envergaran el culo uno tras otro… y mi amigo Koko el primero.
Mientras Aitor me seguía contando, las diferentes posturas a las que sometía a los niñatos cuando se los envergaba por el culo, y les follaba la boca con su polla… yo me sibí encima de él y senté mi ano en lo alto de su verga. Me la metí entera de una sola estocada, lo cual, hizo que mi cuñado soltara un suspiro de gusto y placer, y me agarrara fuerte las caderas con sus manazas. El semental de mi cuñado, empezó a cabalgarme el ojete con su pollón a toda velocidad, como un macho pura sangre que quiere domar y someter a toda costa el ano de su potrillo.
– ¿Quieres que te folle?… Dime zorra, quieres una buena polla dentro tu coñito… ¿Eh?… Pués toma polla puta, y disfruta de tu macho. –
– Si, fóllame cuñado, y destrózame el culo… ¡Mmmm!… ¿Qué pollón Dios!… Dame fuerte, métemela entera… Asiiii… Ahhhh… Cuéntame como te follaste a mi amigo Koko… ¿Te chupó la polla también? –
– Por supuesto chaval… ¡Y como la come el mamón!… Con esa boquita pequeña, esos labios apretados al rededor de mi pollón, y esa lengua raspándome a gusto todo el capullo… ¡Uffff!… Se me inflama la polla a tope, solo de recordarlo tío… ¿La notas dentro de ti? –
– ¡Mmmmm!… ¡Siiii! –
Se incorporó un poco hacía adelante y me tomó de la nuca con su mano derecha, acercándome hasta su boca. Me besó con pasión, metiéndome la lengua hasta la garganta y llenándome toda la boca con su saliva. Al mismo tiempo, noto como se aloja su pollón por completo dentro de mi ano, como lo mueve de arriba abajo deslizándose hasta el fondo y rozándome las paredes anales. No deseaba nada más en este mundo que ser penetrado, en ese momento solo quería que Aitor me follara, que me envergara su pollón y que me reventara el ano a lo bestia.
– ¿Te mola mi rabo, eh putita? –
– Sí tío, muchoooo… ¡Ahhhh!… Menudo pollón te calzas cabrón. –
– Joder que culo, sí que lo tienes abierto Javi… ¡Ufff!… Tienes el mejor culo con diferencia, de todos los alumnos que me he follado… ¡Ahhhh!… Que gusto me estás dando chaval. –
Me dió la vuelta y me puso a cuatro patas encima de la cama. Se quedó detrás de mi, mirando y tocándome el boquete del culo con los dedos. Pronto noté como me introducía dos dedos de golpe, al mismo tiempo que me besaba las galgas y las lameteaba con la punta de su lengua. Sacaba los dedos de mi ano y se los metía en la boca para ensalivarlos, dos, tres y hasta cuatro me introdujo el cabronazo. Así estuvo un buen rato, insertando mi culito mientras me masturbaba despacio y delicadamente con la otra mano.
Cuando de hartó, colocó su polla a las puertas de mi ojete, y de una sola estacada me lo rellenó con ella por completo. Empezó a follarme como un animal, podía apreciar perfectamente como metía y sacaba su pollón haciéndome experimentar un placer indescriptible e inmenso. Era tal la velocidad y lo salvaje de sus envergadas, que parecía que me iba a salir su polla por la boca. Me di cuenta de que a Aitor le quedaba muy poco para correrse, jadeaba y gruñía de placer sin parar, y me estaba perforando estupendamente el trasero con mucha rapidez. El sudor le resbalaba por el pecho, y notaba como me caía gota a gota sobre mi espalda desnuda, y como los goterones se deslizaban hasta la grieta de mi culo. Me agarraba fuertemente las caderas con sus manos y me balanceaba con violencia, mientras me clavaba entero y hasta el fondo todo su pollón. Mi agujerito follado vibraba de gusto con cada embestida, y yo mismo tenía ganas de correrme. Me agarré la polla y empecé a pajearme con todas mis fuerzas.
Sentí el primer chorro de leche caliente que me entraba por detrás, luego el segundo, el tercero y todos los que siguieron después. Notaba como me regaba el ano con su rica semilla, mientras Aitor gemía y yo me pajeaba la polla salvajemente. Volví la cabeza hacía él y vi su cara de placer, y en ese momento empecé a correrme. Mi cuñado puso su mano en mi polla, para terminar él la paja y se la pringó completamente con mi esperma. Entonces me la puso en la boca, y me hizo limpiarle la mano y lamer mi propia leche. Después me tumbó bocarriba y él encima de mí, notando los últimos palpitos de su polla pagada a la mía. Me besó la boca y compartimos mi semen.
A los 10 minutos más o menos Aitor se quedó dormido, y yo me relajé pensando muy a gusto, que a partir de ahora tenía un macho semental para follar en casa.
FIN.