Un accidente cambió mi vida para siempre
Dejé lo mejor para el final, disculpen mis deseos alocados de escribir tanto. Agradezco sus mensajes de apoyo y comentarios por este medio, llenan mi corazon de emociones y me impulsan a seguir compartiendoles mis relatos. Les amo. Besitos a todos.
Este relato no me ocurrió a mí, pero tampoco lo estoy inventando, es la historia de una de mis mejores amigas del mundo trans, quien en varias ocasiones me ha platicado junto a la que fuera su esposa el pasado que los unía, dándome permiso de narrarles las cosas que sucedieron. He cambiado los nombres y los lugares para proteger la identidad de aquellos que pudieran tener conflicto y algunos diálogos pudieron no suceder exactamente con esas palabras, pero denlo por hecho que si sucedieron.
Era el año 2007 la suerte parecía sonreírle a Julián, acababa de graduarse de la preparatoria de una ciudad pequeña y como la mayoría de la gente (yo incluida) había emigrado a la capital en busca de completar sus estudios académicos, su carrera Médico Cirujano.
Como dije antes la suerte parecía sonreírle en ese año a mi amigo pues, sus notas del bachiller habían sido las más altas del ciclo escolar. Al hacer el examen de admisión a la facultad, había quedado en el puesto siete, del selecto grupo de alumnos que aquel lugar admitía, en casa en su natal ciudad había abierto una Boutique de ropa a la que comenzaba a irle bien. Y su novia Jessica que era una excelente alumna como él, también había logrado colocarse en un buen lugar en la facultad de derecho.
Tenían varios años de ser novios, los papás de la chica admiraban a Julián y confiaban plenamente en él. Por lo que al tener que mudarse ambos a la misma ciudad, no tuvieron ningún reparo en que rentaran una casa juntos para compartir los gastos. No es que el dinero fuera un problema para ellos pues Julián tenía un ingreso fijo bastante considerable de la boutique. Pero consideraron que era un buen momento para poner a prueba su relación y ver si eran capaces de convivir juntos.
-Supe que ese sería mi año en el momento en que noté que mi examen a la universidad sería el 7 de julio de 2007, mi numero favorito siempre ha sido ese, y aunque en términos generales no creo en la suerte y siempre me apego a lo científico, me pareció una excelente coincidencia que más bien auguró trabajo duro de mi parte. –Dice Julián en viva voz.
Era un fanático de las motos y no perdía la oportunidad de conseguir una más cada que podía, en aquel entonces según Julián debía tener 8, más la que compró ese año, sumaban 9 motos, todas de distintos estilos, pero las que más procuraba eran las de pista. Ese año estando en la capital pasó por una agencia Honda donde tenían exhibido un modelo que le pareció fuera de este mundo. Una Cbr 600 color naranja, blanco y rojo que ponía repson en los laterales del tanque.
-Nunca había comprado una de agencia, siempre eran de segunda mano pues así son más baratas y si sabes escoger pueden estar igual de ciudades que una de agencia.
Se arriesgó a comprar la moto sacándola a pagos. Nunca antes había viajado tanto por la carretera como ese año. Cualquier cosa le funcionaba como pretexto para ir a su ciudad natal que se encontraba a tan solo dos horas de camino. Sin embargo la carretera que comunicaba ambas ciudades era peligrosa pues estaba llena de curvas, y en casa ocasión su madre le pedía que extremar precauciones.
-No te apures viejita, no nos pasa nada. – Decía mientras se alejaba de su casa levantando la motocicleta en la llanta trasera con su novia a la espalda.
Todo iba perfecto hasta por allí del mes de octubre. Las clases en la universidad iban bien y ya comenzaba a seguirles el ritmo a los profesores que eran los más exigentes que jamás se había topado. Un amigo que provenía de zacatecas le propuso que fueran a su ciudad porque también comenzaba en lo de las motos, pero tenía miedo de ir solo pues nunca había viajado tanto en carretera. Julián lo acompañó aconsejándole tanto como pudo.
En el camino se toparon con un auto descompuesto a la orilla del camino una chica era la dueña del coche, y al verla un poco desesperada se detuvieron para ayudarle.
-Ahorita que vayamos dame chance wey, tú ya tienes vieja y puede que logre ligarme a esta si le ayudamos. – Dijo su amigo zacatecano
-Jejeje, si we no hay pedo, yo tengo a mi Jessica, nunca haría nada así, date. Yo soy tu wingman.
Se acercaron a la chica platicaron amablemente con ella, Julián en todo momento ayudando a su amigo a quedar bien. Y terminaron por darse cuenta que al coche solo le faltaba gasolina y que era probable que el indicador en tablero estuviera descompuesto pues aun marcaba lleno.
La chica sacó un bidón metálico de 20 litros para poder ir por gasolina. Julián advirtió el nivel de dificultad que implicaba llevar aquella garrafa en la carretera y le dijo a su amigo que llevara a la chica mientras él se ocupaba del bidón.
Aquella carretera a diferencia de la que llevaba de la capital a su ciudad natal, prácticamente no tenía curvas. Solo había dos y eran tan pequeñas que no se preocupó ni siquiera en mencionárselo a su amigo.
Salieron a toda velocidad derrapando la graba bajo sus neumáticos para intentar impresionar a la chica e incluso su amigo hizo un wheeless sacándole un grito de emoción a su compañera de viaje.
Iban a toda velocidad y llegaron a la primera curva sin ningún percance, pero llegando a la segunda Julián advirtió un poco de aceite en el camino e intentó avisar a su amigo que iba delante de él. Hizo de todo, tocar el claxon, silbar, gritar, agitar una mano pero el otro motociclista no le escuchó, de buenas a primeras el bidón agarró un poco de aire levantándose un poco mientras que Julián controlaba la moto solo con una mano sacándolo de equilibrio haciendo que fuera presa precisamente de lo que quería advertir a su amigo.
La moto se arrastró algunos 20 o 25 metros sobre el asfalto para luego salir a la graba de la terracería circundante, allí solo se arrastró algunos 10 metros más debido a lo irregular del terreno pero quedando sobre la pierna izquierda de Julián. Con el impacto la garrafa vacía que era de lámina se había quebrado y un borde afilado se incrustó en su vientre bajo dejando una herida que apenas sangraba pero que lo hacía de manera continua.
Julián perdió el conocimiento y despertó en una sala del hospital en el que estudiaba. Su novia se encontraba allí, al igual que su compañero motociclista.
-¿Qué, que pasó? – Dijo Julián aun sin comprender por completo porque estaba allí.
-Toda esta bien mi amor, estas bien, estamos en el hospital de la facultad.
-¿Nos accidentamos? Dijo mirando a su amigo, quien tenía los ojos rojos y no pudo contenerse rompiendo en llanto.
-Perdón hermano, perdón. El hombre salió de la habitación intentando contener las lágrimas.
-¿Qué sucede? – Preguntó Julián un poco aterrado por la reacción de su amigo.
-Son tus piernas papi. Están muy lesionadas. –Contestó entre sollozos Jessica.
Durante el accidente los impactos desviaron algunas de sus vertebras presionando los nervios de su espina encargados de la locomoción de sus piernas. No habían llegado a seccionar nada, y de haber tenido una atención rápida habría sido una complicación más o menos fácil de controlar, sin embargo su amigo no se percató del accidente por ir emocionado con la chica que habían ayudado y llegó hasta la gasolinera de la siguiente ciudad sin percatarse de la ausencia de su amigo. A quien todavía esperó durante casi una hora a que llegara pensando que les había dado ventaja para brindarles privacidad. Después tuvo que buscarle de regreso dejando transcurrir casi tres horas entre el accidente y el momento en que la ambulancia llegó hasta él.
De milagro estaba vivo, entre la hinchazón en su columna y la pérdida de sangre a causa del bidón la condición en la que rescataron a Julián se había vuelto crítica. La coraza que llevaba aunado a sus habilidades de conductor le salvó de una muerte segura, pero no pudieron hacer micho por evitar el descuido de su compañero.
26 meses de rehabilitación le tomaron entre la primera cirugía y el primer paso que pudo dar de manera autónoma. Hay quienes dicen que aun a pesar de todo, corrió con suerte. Sin embargo otro escenario pintaba las cosas para Julián. Pues un dolor sordo le recorría las piernas sin llegar nunca a manifestarse de manera lo suficientemente intensa como para detenerlo. Además dada la situación no lo consideraba una prioridad, pero no lograba tener erecciones. En esos dos años ni una sola vez pudo hacerlo.
A su tiempo 4 años después del accidente ya se podía ver a Julián caminar de manera independiente, con un andar característico, más sin embargo ya lo hacía solo y prácticamente podía trotar pero seguía sin concretar erecciones. Los sueños húmedos que se habían ido durante la secundaria cuando comenzó a masturbarse habían vuelto y ahora lo aterrorizaban más pues a diferencia de entonces, su pene permanecía inerte ante cualquier estímulo y la parte húmeda de los sueños no se hacía presente, dejando solamente sueños eróticos en su cabeza que nunca era capaz de disfrutar.
La relación son su novia había decaído, ella, no se alejó en ningún momento de él. Y por más que el trataba de alejar de su vida ella allí seguía al pie del cañón, apoyándolo en todo lo que podía. Sin embargo sus vidas sexuales estaban en la tumba. Jessica quien nunca antes había recurrido a la pornografía ahora era una habida consumidora, todas las noches después de ayudar a Julián con su ducha veía videos mientras se auto complacía. Dejando de lado la intención si quiera de invitar a Julián o de intentar algo con él. Pero fue así hasta la noche en la que se toó con algo que cambiaría su vida. Un video de peggyn donde una mujer metía los dedos en el ano de un hombre, estimulando así su punto G haciendo que se corriera aun con el pene en estado flácido.
Esa noche no pudo dormir, ¿Era esa la solución? A la mañana siguiente se levantó temprano con el pretexto de ir a trotar, pero se llevó una mochila y ropa que le ayudara a pasar desapercibida, se dirigió a una sex-shop que conocía y entró de la manera más disimulada posible.
-No se preocupe señorita. Aquí la mayoría de la gente procura un servicio confidencial y eso es lo que ofrecemos. Dígame en que puedo ayudarle.
Jessica le explicó a la dependiente lo que había visto y lo que deseaba proponerle a su novio. La mujer le ayudó dándole sobradas indicaciones de que hacer, como hacerlo y con qué. Ofreciéndole los productos necesarios para una experiencia agradable.
-Solo por política de la empresa debo recordarle. El acto del pegging es una práctica para dos personas y como tal se debe tener el consentimiento de las dos partes.
Jessica buscó también un poco de ropa sexi que sabía que le agradaba a su novio y compró varios cambios para que así pudieran jugar experimentando varios roles.
Ella le planteó la idea, y su primera respuesta apenas comprender de qué se trataba fue un rotundo no, que concluyó con Julián saliendo enojado azotando la puerta de su casa.
Varias semanas después, Jessica aun sin perder la esperanza le volvió a plantear la idea, esta vez Julián no se molestó como la vez pasada, solo se limitó a decirle que no estaba de acuerdo.
Las semanas pasaban y la idea seguía creciendo como una semilla que florece. ¿Sería acaso esa la opción que volvería a traer la actividad sexual a su vida? Cada vez que esa idea le llegaba a la mente, Julián se reprendía a si mismo diciéndose que eso no era cosa de hombres y que jamás debería pasar.
No está seguro si sería que la idea realmente germinó en él o si su tanta falta y ganas de un orgasmo lo empujaron a hacerlo. Pero un día mientras dormían se exploró a sí mismo con su dedo medio. Primero acariciando la zona y palpando a detalle cada rincón para ver qué era lo que sentía. No se sentía mal, todos alguna vez hemos disfrutado frotando gentilmente la zona intermedia entre el ano y los testículos, un lugar llamado perineo. Bueno pues en ese instante para él estar frotándose en los alrededores de la zona anal, se sentí bastante parecido a rascarse el perineo una mañana cualquiera al despertar.
Cuando por fin se armó de valor, decidió que podía llegar más lejos e intentó introducir un poquito su dedo, primero hizo pequeños círculos intentando preparar su culo para la invasión, nunca había penetrado un año antes pues él y Jessica eran bastante conservadores, pero supuso que no debería ser distinto a preparar una vagina adecuadamente para la penetración.
Una vez que hubo estimulado su ano, se decidió con más fuerzas aun y presionó sobre él penetrando con su dedo medio dentro de sí mismo. No sintió que aquello fuera a generarle gran placer como le prometía Jessica, pero se dispuso a continuar con el acto para poder de una vez por todas decirle que no a su novia y sacar esa variable de la ecuación.
Intentó sacando y metiendo a velocidad media el dedo, pero lejos de provocarle placer, aquello se sentía demasiado extraño y era muy incómodo. Se paró entre un poco molesto y decepcionado y fue al baño para lavarse las manos. Tomado fuertemente del lavabo sufrió por su miseria y lloró ahogadamente en la soledad de aquel diminuto lugar.
Al salir del baño encontró a su novia en la cama, despierta, sentada en el medio con un seductor babi doll como los que siempre le gustaba a él que ella usara y con un arsenal de artilugios acomodados cuidadosamente frente a ella.
No había sido capaz de escuchar el llanto de su novio, sin embargo mientras que sus espaldas estaban encontradas en la cama, pudo ser testigo audible de los intentos infructuosos de Julián por auto complacerse.
El la miró con tristeza, ella se paró de inmediato y se abrazaron llegando al piso mientras que lloraban el amargo trago de sufrimiento que su novio estaba viviendo.
Permanecieron allí algunos instantes, pudieron ser minutos, pudo ser hasta una hora, y de un momento a otro Julián tomó a Jessica de la mano y acarició su rostro mientras le decía
-Quiero intentarlo. ¿Me ayudas?
-Claro que si mi amor.
Se trenzaron en un beso apasionado que los devolvió a la cama, tirando algunas de las cosas en el proceso.
-Recuéstate allí cariño. Antes debo prepararte.
Jessica bajó el bóxer de Julián comenzó a chupar su pene inerte, en un intento frustrado de excitarle aun un poco. Mientras que hacia eso colocó abundantemente un gel lubricante a base de agua en el ano de su novio y untándose también en los dedos.
Él suspiró fuertemente y Jessica introdujo su dedo índice.
-Debo buscar tu próstata para que el estímulo sea más fuerte. Debe sentirse como una pequeña bolita justo hacia el frente. Exactamente aquí.
-Ooojojo ¿Qué?-Preguntó Julián sin poder ocultar la emoción en su voz.
-Es tu lindo timbrecito mi amor, y estoy a punto de hacerlo mío.
Jessica comenzó a estimular la próstata de su novio con la punta del dedo índice, haciendo movimientos que iba de arriba hacia abajo y después en círculos, a los pocos segundos. El pene fláccido de Julián comenzaba a gotear precum abundantemente. Jessica no desperdició la oportunidad y con su mano libre recogía las pequeñas gotitas que salían del miembro circuncidado de su novio. Las llevó a su boca y como hacía años atrás disfrutó del delicioso sabor de su compañero. Era dulce y espeso, un poco pegajoso al gusto y difícil de engullir, pero era lo más delicioso que había probado en años.
Julián la vio disfrutan tan deliciosamente ese manjar que se emocionó también. Sus miradas se cruzaron durante unos segundos, ella comprendió, él se limitó a asentir y ella llevó su mano de la cabeza del pene de su novio a su boca, acarreando en el proceso un poco de líquido preseminal de su amado. Él disfrutó de aquel sabor, nunca antes en su vida se había animado a probarse así mismo, siempre se había preguntado si Jessica quedaba complacida con chupársela y en más de una ocasión llegó a contemplar la idea, pero nunca jamás lo había concretado, nunca hasta ese instante.
La chica no paraba de estimular a su macho con el dedo, de un momento a otro ya usaba dos dedos pues el culo de su novio comenzaba a dilatarse. Sintió el cuerpo de Julián estremecerse mientras su respiración se agitaba cada vez más, y luego de un gran gemido su ano se contrajo fuertemente y de su miembro inerte que ahora no era más que un colgajo de piel brotaron cataratas de semen espeso de color blanco amarillento, casi media década había pasado desde que algo había salido de aquel conducto, sus vesículas seminales estaban repletas, pero el material estaba muy madurado, añejado por así decirlo.
Chorros y chorros salían sin parar de la diminuta verga de Julián, él se encontraba recostado en la cama con los ojos en blanco mientras que su chica continuaba estimulándolo. Una vez que hubo terminado, la mujer recogió con su lengua el semen derramado en la pierna de su amado y succionó del charco que yacía en la cama, tanto como pudo. Se acercó a Julián dándole un beso en el que le compartía de la lefa que hacía unos segundos acababa de salir de su cuerpo.
Julián no se reusó y jugueteo con la lengua de su novia inundados de su propio semen. El sabor no era lo que esperaba pero no le pareció malo, sentía que era similar a probar un queso añejado cuando eres inexperto, al principio hasta podrías decir que esta rancio, pero con el tiempo te das cuenta de que las notas de sabor que la primera vez despreciaste son precisamente las que terminan enganchándote de por vida al final.
Se quedaron acostados sobre la cama, la cabeza de Julián yacía sobre el vientre de Jessica y ella acariciaba su cabello.
-¿Siempre ha tenido ese sabor?
-Más o menos, si, quizá el día de hoy me supiera un poco más fuerte, o quizá solo comenzaba a olvidarlo.
-Y ¿a ti te gusta hacerlo? ¿Te causa placer? No eres el único que se corrió el día de hoy macho alfa… dijo entre bromas Jessica llevando la mano de Julián a su vagina la cual se sentía tremendamente mojada.
-¿Quieres que yo…?
-No, no es necesario. Sin embargo, hay más cosas que me gustaría que probamos, antes dime, ¿Qué te pareció? ¿Estarías dispuesto a repetirlo?
-Por supuesto. Tantas veces como tú quieras. Por mí, méteme uno de tus dildo por el culo de ser necesario.
-Qué curioso, precisamente de eso quería comentarte algo. Compre un arnés. Y traje un dildo con formas que facilitan llegar a la próstata, aunque ahora que lo dices no lo había pensado, también podríamos probar con uno de mis vibradores.
-Jeje… Uff… -Rio Julián nerviosamente. – Tú sabes que te amo Jessica, no debí dudar de tus intenciones, hazme lo que quieras si eso te complace a ti también.
Jessica recostó a Julián y le vendó los ojos, se puso el arnés y le colocó un dildo cuya forma se curveaba hacia adelante, de modo que alcanzaría fácilmente la próstata de su novio.
Colocó el glande de plástico en el ano de su novio y debido a que ya se encontraba dilatado se perdió en él con suma facilidad.
-UUUJUJ. –Gimió Julián mientras se retorcía en la cama.
Jessica inexperta en ese momento de cómo mover su cuerpo, comenzó un entorpecido vaivén que golpeaba la próstata de su novio con cada movimiento. El líquido preseminal hizo de nuevo su aparición, desde su ángulo podía ver la punta de pene aguado de su novio, y notó como de ella emanaba un pequeño chorrito de viscoso semen que fue absorbido por la sabana de la cama. Una sábana que tantas otras veces había sido testigo de las corridas de ambos, pero en roles contrarios.
Julián sin hacer nada sino limitándose a gemir de placer y yacer en la cama, volvió a correrse de nueva cuenta. Jessica intentó salir de él pero su novio se lo impidió y con sus piernas indicó que quería que hiciera más presión con el dildo.
En esa posición, se quedaron dormidos y despertaron a la mañana siguiente aun con el dildo dentro de Julián, por supuesto volvieron a darse otra sesión de sexo, pero ahora utilizando el vibrador de Jessica, sobra decir que la corrida volvió a ser abundante, parecía nunca llegar a su fin, después de años de no hacerlo, el líquido dentro de Julián debía ser abundante.
Desde aquel día hasta el día de hoy, ellos mantienen relaciones de esa forma, la tecnología también ha cambiado y les ha brindado opciones que permite que ambos puedan sentir placer de la penetración del otro.
Pasados los años, y debido a su exploración, Julián le comentó a Jessica que le gustaría explorar su lado femenino, al principio ella tuvo sus dudas, pues el atraía Julián como era, pero con el tiempo decidió que si lo amaba, no podía limitarlo, o desde ese entonces limitarla.
Julián cambió su nombre a Juliana, y comenzó su tratamiento hormonal, ahora a vista de todo mundo ella es una mujer hecha y derecha, pero mantiene por así decirlo una relación lésbica con su ahora esposa, tuvieron una linda boda en la playa, ambas llevaban vestido de novia y asistieron decenas de miembros de la comunidad, inclusive algunos de sus parientes más allegados y quienes en realidad los amaban. Por supuesto que asistí a la boda y les quiero profundamente a mis amigos a quienes tengo por confidentes.
Un día entre tantas pláticas de confianza después de unas copas, le pregunté a Juliana si aún conservaba su miembro a lo que me respondió que sí, al ver mi cara de asombro seguida de mi pregunta de ¿porque no se operaba? me respondió:
-Me gusta sentirlo bambolearse con cada embestida que Jessi me da, y el sonido que emite al golpear mi vientre y la zona donde un día estuvieron mis testículos es como música para mis odios y también de los de mi amada.
Yo no estuve allí, a mí me lo contaron, pero les aseguro que todo lo que les escribo en realidad pasó. Juliana ya no pone un pie en una moto, pero esta agradecida con ellas, pues fue su colección la que les dio el dinero para realizar su transición a la hermosa mujer que es el día de hoy.