Un joven es el testigo de como un tío abusa de su madre, pero no es todo. Al final los mas depravados están en la familia
Mi nombre es Luís y vivo sólo con mi mamá ya que hace años que papá se fue de casa y desde ese día nunca más supimos de él. Mamá es quien mantiene nuestro hogar trabajando de contadora en una empresa, entrando a las 8 de la mañana y saliendo a las 14 hs; Ella se llama Andrea, tiene 42 años, de tez trigueña, cabellera morocha y lacia hasta pasar los hombros, a pesar que soy su hijo y la quiero mucho me enseñaron a no mentir y la verdad mami de cara no es muy agraciada, pero la belleza que le falta en el rostro la tiene en sus nalgas en forma de corazón invertido que arrancan suspiros a cuanto hombre se cruce, redondas, portentosas, marcándose más gracias a su cintura estrecha y vientre plano, su busto es pequeño pero cuando hace frio unos botones puntiagudos se le marcan bajo la blusa, mide 1,65 mts de altura, y vive para el trabajo y mi cuidado, es una típica nerd, cuando un nuevo libro de contaduría o economía se publica, ella corre a comprarlo y el tiempo que otras madres usan para ir shopping la mía lo utiliza para ir a la biblioteca, no hace falta remarcarles que no tiene casi nada de vida social, ni amigas. Desde que mi papá nos abandonó, mami no volvió a tener pareja.
Ella tiene un hermano mayor que se llama Ricardo y padece de retraso mental, es un hombre gigante de mide alrededor de 2 metros de altura, brazos morrudos con una fuerza que no controla, una espalda ancha como una heladera, casi calvo con una corona de pelos en los parietales y nuca que le crece desprolija, nariz de gancho, ojos saltones, mentón cuadrado y a pesar de dar miedo su apariencia tiene la mente de un mosquito, casi no habla porque sólo sabe algunas palabras. Vivía con mi abuelo materno, recluido en la casa, pues si bien es como una planta, las pocas veces que se enoja se vuelve bastante violento y el padre solamente podía calmarlo. Cuando mi abuela murió, mi abuelo lo sacó del asilo donde estaba internado para que le haga compañía, dado que se sentía muy solo y con él compensó la soledad que le produjo el fallecimiento de su esposa.
Mamá le tenía algo de miedo a su hermano, por ese motivo nunca íbamos a visitar a mi abuelo y unicamente lo veíamos cundo él pasaba a saludarnos.
Hay un refrán que reza “sobre llovido mojado” y es muy cierto, tras la muerte de mi abuelo, nos cayó la debacle, porque tuvimos que cargar con Ricardo, el sueldo de mamá no daba para pagar un internado. Para colmo nuestro departamento tenía dos cuartos, no había lugar para él, no nos quedó más remedio que mudarnos a la vieja casa de mi abuelo, alejándonos de nuestros amigos y conocidos del barrio. Fue un cambio muy grande para nosotros, tuvimos que turnarnos para cuidarlo, para eso me pasó mami al turno tarde en mi colegio, de esta forma, a la mañana lo cuidaba yo y cuando yo no estaba, ella lo hacía, solamente permanecía solo menos de dos horas, las cuales estaba encerrado con llave en su habitación para que no se escapara ni produjera un incendio ni nada parecido.
Mamá se acercaba a su hermano lo mínimo y necesario, teniendo yo que encargarme del aseo de él, por suerte conmigo se portaba bien y no me costaba trabajo meterlo a la ducha, pero era como una criatura de 4 años, había que enjabonarlo y fue precisamente ahí cuando me llevé la sorpresa de mi vida, al observar que su pene era de un tamaño inconmensurable, igual de deforme que él, muy ancho y sumamente largo, yo no se lo quería tocar, lo enjabonaba esponja mediante, y al sentir el contacto enseguida se le ponía morcillona, de pura curiosidad se la medí y así en semi erección esa cosa gigante alcanzaba los 26 centímetros de largo y 17 de circunferencia, con una vena del tamaño de mi dedo meñique que recorría a todo lo largo de la parte superior de su tronco, y lo peor era el glande, de mucho mayor tamaño que el resto de la verga, un gran sombrero de carne en forma de hongo. Con razón nació tarado, todo el desarrollo lo tenía en el pito en lugar del cerebro.
Cuando se lo conté a mamá abrió grande los ojos y me pidió que por favor me llamara a silencio, que no le informe sobre eso, que no le interesaba saberlo, que recuerde que ella era mi madre y no un amigo de de la cancha, para hablar tan chabacanamente. Luego del reto no volví a mencionarle nada sobre la grotesca anatomía de mi tío.
Algunas veces Ricardo se volvía muy violento, siendo imposible de contener por su desbordante fuerza, pero con el correr de los meses me dí cuenta que en la ducha él se relajaba y no jodía para nada, entonces cuando se irritaba, le mostraba la esponja y él solito se metía en la regadera y se tranquilizaba. Mamá era muy temerosa, le tenía pánico, cuando su hermano enloquecía ella se congelaba y no movía ni un músculo.
Para colmo de males, un día jugando fútbol en mi colegio me fracturé la muñeca derecha, en una mala caída y ya no podía bañar sin ayuda a mi tío. Antes, tres veces por semana duchaba a Ricardo porque sudaba mucho y por más perfume o desodorante, emanaba un olor nauseabundo que solo se quitaba con agua y jabón, pero después de mi fractura, pasó más de una semana sin bañarlo ya que a mamá le daba mucha vergüenza.
Como yo no podía hacer fuerza con mi brazo escayolado, ni mojarlo, junto con ella lo desnudamos, pero le dejábamos el calzoncillo puesto porque mi madre dijo que no estaba bien verlo desnudo. Su hermana usó una bikini para ducharlo, Ricardo se excitó observándola y su tremenda pija creció de tal forma que escapó del slip, mamá quiso irse pero él no la dejó y la abrazó por detrás haciéndole sentir su masculinidad en la cola, al intentar ayudarla de un manotazo me empujó hasta la puerta, le grité a mamá que le muestre la esponja, que era la única manera de tranquilizarlo, ella se agachó para levantarla del piso y sin proponérselo empinó su infernal culo como ofreciéndoselo y él intuitivamente intentó penetrarla, al sentir la cabeza acampanada de la verga golpearle la puerta de la vagina, se puso nerviosa y alejó de una patada la esponja, por más que estiraba sus dedos no la alcanzaba y por poco tiempo la fina tela de la tanga evitó que la pija venosa le rompiese la concha.
Me levanté rápidamente y cuando agarré la esponja un desgarrador grito me indicó que mi tío estaba violando a mamá.
– ¡¡¡AAAAAAAAAAYYYYYYYY!!! Ayudame Luís a sacármelo de encima.
Sujeté sus brazos y con todas mis fuerzas, tiré de ella pero fue imposible separarla de Ricardo quien la bombeaba duramente. La cara de mamá estaba frente a la mía y sus facciones era de un dolor infinito, el hijo de puta bramaba con cada estocada que le pegaba, la levantaba en vilo. Caí a un costado golpeándome la cabeza con el inodoro luego de empujarlo y que él me trompera. La monstruosa verga entraba casi en su totalidad y las lágrimas de ella se confundían con el agua. Ya sin tener de quien sujetarse ella se desplomó y el retrasado de mi tío la cabalgó a lo perrito con potentes pijazos, doblegándola, arrancándole gemidos de dolor, ya de nada servía que mamá le mostrase la esponja.
Ella era un cuerpo sin alma, esperando el momento que ese castigo culminara, una mano de Ricardo alcanzó una de las tetas y la sobó fuerte, poniéndola violácea. En las paredes del cuarto de baño retumbaba el “CHAPA- CHAPA- CHAPA” producido por el bajo vientre de ese desgraciado al golpear los voluptuosos cachetes del culo.
En determinado momento, mi tío la levantó y la apoyó de espaldas contra la pared y sosteniéndola de los muslos la dejó caer sobre su durísima verga, estaqueandola, mamá separaba los dedos de los pies durante la enérgica cogida y para que le dolieran menos los pijazos, se aferraba de su cuello y acompañaba las bombeadas. Desde donde me encontraba tirado, miraba sin poder moverme, como ella mostraba sus dientes con gesto adusto, cerrando los ojos, mientras sus los labios vaginales estrangulaban la descomunal anaconda cabezona cuando los fornidos brazos elevaban y descendían su pequeño cuerpo incansablemente, descosiendo su concha con cada embestida, mientras la boca de mi tío aprisionaba las puntiagudas tetitas alternadamente.
Por más que eyaculó copiosamente dentro de mamá, continuó cogiéndola como media hora más. Cuando por fin la dejó, ella como pudo, gateó escurriendo semen, hasta donde yo estaba para ayudarme.
Para evitar riesgo de embarazo mamá tomó la píldora del día después y desde aquel día Ricardo permaneció encerrado bajo llave en su habitación, sólo entrabamos para dejarle la comida. Por las noches golpeaba la puerta emitiendo sonidos guturales y nosotros intentábamos calmarlo sin éxito poniéndole música clásica.
Cada vez que Ricardo veía a mamá intentaba violarla, por tal motivo, volvió a estar limpió después de tres meses, cuando me recuperé de la fractura y para llevarlo a cagar o mear, en el trayecto de su cuarto hasta el baño y viceversa, ella se encerraba en la cocina y por nada en el mundo salía.
No volvimos hablar de lo ocurrido, pero ella ya no era la misma, estaba cambiada, apenas me hablaba, se sumergía en sus libros diarios y se aislaba del mundo.
En una oportunidad mi tío encontró una bombacha de mamá colgando de la llave de la ducha y se enajenó, como un perro de presa se la llevo a la cara para olerla y su erección superaba las medidas habituales, estaba que explotaba de gorda. No hubo forma que soltara la prenda, se la llevó con él como un souvenir.
Cada día estaba más enfurecido, era un animal desando volver con su hembra, no le quedaba cosa que romper en su cuarto, hasta los vecinos se quejaban de los ruidos.
Gracias al cielo, Adela, una vieja curandera de casi 80 años, que vivía en la esquina, se enteró de la enfermedad de mi tío y de todas las vicisitudes. se ofreciéndose a ayudarnos. Le daba de beber a Ricardo unas infusiones de vaya uno a saber que yuyos que lo calmaban por completo, lo dejaba como hipnotizado. A pesar de eso, mi madre no quería que Ricardo saliera de su cuarto, pero la curandera le hizo entender que el encierro era contraproducente, que para quitarle toda la agresividad tendría que dejar que conviviera con nosotros normalmente, que mientras él ingiriera esos yuyos, no habría problema.
De a poco, mamá accedió a las indicaciones de Adela, pero el miedo le provocaba ataques de nervios y la vieja le preparaba unos tés para relajarla. Al principio parecía funcionar, Ricardo siempre permanecía sentado en la vieja silla que usaba mi abuelo con la vista perdida y mami distendida. Por miedo a algún brote de mi tío, mamá le pidió a la curandera que se quede un tiempo con nosotros y le ofreció la habitación del fondo para dormir, la misma que mi abuelo usaba como depósito, sin embargo como las cosas ya las habíamos regalado o tirado, estaba habitable.
Una noche, me desperté y camino al baño sorprendí a la vieja haciendo macumba con unas velas y unas figuras extrañas, al verme ella me sujetó de un brazo y me amenazó que si contaba algo “Pomba Gira” vendría a buscarme en mis sueños y me llevaría con ella, desde ese momento le tomé un miedo terrible a Adela, similar al que mamá sentía por su hermano, no sé si por sugestión o por realidad, pero por las noches tenía la pesadilla recurrente que una entidad negra sobrevolaba mi cama. A pesar de mis suplicas, mamá no quiso que la curandera se fuera de casa, me dijo que con ella se sentía segura.
Con el correr de los días mamá estaba distraída como ida, en su trabajo también lo notaron, la mandaron al médico laboral y este le dió un mes de licencia psiquiátrica argumentando que se encontraba bajo un trauma no resuelto, que esos días de descanso le serviría para elaborar el duelo de mi abuelo (obviamente ella no le contó al doctor del abuso de su hermano).
Luego de cada comida la curandera hacía beber a mamá su infusión religiosamente y le hablaba al oído, acercándome sin que lo noten escuché cuando le susurraba que ella tenía que acceder al llamado de la sangre, que Ricardo era su hermano y que él la quería, que ambos estaban bajo la protección de Pomba Gira y por lo tanto nada le pasaría. De a poco la vieja logró que ambos compartieran la mesa y tardes sentados en el parque tomados de la mano.
No hacía falta ser bioquímico para notar que mamá estaba dopada, que la curandera controlaba su voluntad, obligándola a usar para estar de entre casa las tangas y corpiños más pequeños que tenía, al igual que tacos altísimos y a mi tío solamente unos calzoncillos. Al yo enfrentarlos y pedirle a mamá que se vistiera, que deje de andar casi desnuda por la casa, Adela me abofeteo y llevándome aparte me dijo:
– Pendejo no rompas las pelotas sino querés que a tu vieja y a vos les pase algo feo. Ofrendé tu mami a la Pomba Gira y no podés hacer nada, está noche se va a consumar la entrega y si vos te metes yo te mato, ¿Entendiste?
– ¿Qué Pomba Gira?
– Es la Mujer de los 7 Maridos, una entidad muy poderosa que domina el sexo y la riqueza, controla a los hombres y el comportamiento lascivo… Cuando Andrea vino a verme y me pidió que domine a tu tío, le dije que lo haría pero que el pago sería muy alto, la pobre aceptó pensando que hablaba de dinero jajajaja, pobre ilusa. El trato ya está hecho, Pomba Gira se materializara´ esta noche en el cuerpo de tu madre y a cambio tendré abundancia jajajaja… ahora dejame tranquila que la tengo que preparar.
Con mucha angustia y más temor, le hice caso, apartándome a un costado. La curandera le decía a mamá que a partir de esa noche su vida cambiaría, nunca más sería débil y correría por sus venas el miedo, que el camino de Ricardo y el de ella se fusionarían para siempre… y como un adelanto y prueba de sus palabras, la vieja sujetó con una mano a mamá y con la otra a mi tío y los llevó a paso lento al jardín, los sentó en un camastro, al lado de la piscina de lona, los ubicó uno cerca del otro y les dijo mírense a los ojos, reconozcanse… Los dos no se quitaban los ojos de encima y la vieja agarrando ambas cabezas de las nucas las acercó hasta que sus bocas quedaron separadas por militemos, entonces él la besó, primero tiernamente y luego con líbido, introduciendo su lengua en lo más profundo de la garganta de ella. Adela le desabrochó el corpiño y acomodó una de las pesadas manos de Ricardo en las tetas que al instante comenzó a aplastar, en cada centímetro de piel iba quedando las marcas de los rudos dedos al estrujarlas, ni los carnosos pezones se salvaron de ser tironeados y pellizcados. Mamá sin oponer resistencias se entregaba a él.
La curandera sin interrumpir el juego de sus lenguas fue bajando el calzoncillo para liberar una pija inmensa de venas palpitantes, la vieja guió la mano de mami para masturbarlo, pero al rato ya no fue necesario, los suaves dedos corrían la piel hacia arriba y abajo a un ritmo muy lento y con el pulgar, limpió la gota de líquido preseminal que apareció. Cuando ese falo alcanzó toda su dureza, Adela hizo descender la boca de mi madre que con suaves besos lo recorrió, apenas apoyaba sus húmedos labios sobre la piel. Abriendo grande su boca y sacado la lengua intentó engullir la gorda cabeza de la verga, le llevó tiempo poder lograrlo, con la mano izquierda le sopesaba los peludos testículos; Para mamarlo mejor, se arrodilló en el camastro tocando con sus talones y las plantas de los pies el culo monumental que poseía, con la otra mano sujetaba de la base la columna de carne y la tragaba todo lo que podía, llenándola de baba, la mandíbula daba la impresión que se le dislocaba de tan grande bocado que se llevaba a la boca, con la punta de la lengua estimulaba el glande y con sus labios el frenillo, haciendo movimientos circulares; Creó un canal con su paladar, los labios y las manos por el cual transcurría la musculosa pija, con abundante saliva lubricándola, sin dejar la lengua quieta golpeaba de vez en cuando el frenillo y lo acariciaba con la lengua extendida, lo hacía con mucha calma, de una manera excitante, presionaba la colosal cabeza entre los labios en cada beso, hasta que los besos se convirtieron en succión. Su hermano con una mano se la sacó de la boca y a modo de cachiporra le golpeaba la cara con la poronga, sin delicadeza alguna, reciamente, ella para apaciguarlo, volvió a sujetar la temible pija y le pasó de arriba a abajo su afilado pezón por la abertura de la uretra, de una forma exquisita.
Ricardo aferró la cabellera con sus manazas y la cogió por la boca, ahogándola, mamá pasivamente deglutió hasta que su nariz tocó los pendejos de él, siempre mirándolo a los ojos. Mi tío miraba ese culazo y al manosearlo le hundía más la verga en la garganta, los rústicos dedos se colaban por la abertura vaginal y el cerrado esfinter anal. Mamá ronroneaba como una gatita.
Cuando el loco quiso montarla, Adela le dijo que no, que se conforme con la mamada y le inmovilizó la cabeza a mami para que la la follara oralmente, cosa que hizo hasta vaciar sus huevos. Toda la simiente de su hermano fue a parar en lo profundo de su estomago, no desperdició una gota.
Él desenfundó la garganta, y la vieja se arrodilló a limpiarle con la boca los restos de saliva y leche que le quedaron.
– Hijo de puta, terminaste de garchar y la seguís teniendo dura, si no fuera por el miedo a que me rompas la cadera me la ensartaba yo misma… ufff… que tremenda tranca que se va a comer la culona… la vas a dejar abierta jajja… cuando le rompas el orto va a ser un espectáculo, un duelo de campeones jajja… el culo de tu hermana fue hecho para tu verga jejejeje… disfrutala pero no te olvides de la conchita, toda tu leche se la tenés que echar ahí… si la preñas va a ser señal que la diosa bendijo la entrega y será tuya para siempre…
Oyendo esas sucias palabras me acerqué y le rogué que no lo hiciera, que podía embarazarla, pero ella jocosamente, me arrastró y en un movimiento rápido consiguió que aferre con mis manos la severa pija de mi tío.
– Ya te dije que no intervengas, pendejo de mierda… sentí bien la verga de burro que va montar tu mamita… si seguís rompiéndome las bolas el culo que va a romper va a ser el tuyo, vos elegís… la concha de mamá o tu colita jajajaja… ¡Dale!
Por miedo que el descomunal pito caliente y sumamente firme me desvirgue, entregué a mamá, contesté lloriqueando:
– No por favor, a mí no… que sea a ella.
La vieja mandó a Ricardo a dormir y ayudando a levantarse a mamá del camastro la llevó al baño, la duchó, le untó una crema perfumada por todo su cuerpo y luego le dijo que fuera a su habitación a reponer energías porque la noche iba a ser brava.
Tipo a las 20 hs, vistió a Ricardo con un pantalón obscuro, una camisa negra y zapatos y luego de acomodarlo al lado de la mesa, fue a traer a mamá que estaba hermosa con un vestido blanco (que nunca le había visto) corto hasta las rodillas, amplio, que transparentaba una tanga hilo dental del mismo color y la ausencia de sujetador, pelo suelto, labios pintados de rojos, los ojos delineados de negro, uñas de manos y pies pintadas de borgoña y descalza. Al no usar zapatos de taco al lado de su hermano, se acrecentaba la figura gigante de él en comparación al pequeño cuerpo de mamá, como una adolescente que iba a ser salvajemente violada por una bestia prehistórica, causando un morbo infernal.
La mesa estaba servida con un mantel largo y varios candelabros con velas rojas, los hermanos se sentaron uno al lado del otro, yo junto a mamá y Adela del lado de él, quien fue el único que probó bocado. La vieja los obligaba a beber grandes cantidades de vino y pasado dos horas exclamó:
– Bueno chicos, basta de morfar. Vos Ricardo hacele mimitos a tu hermanita que tiene hambre de comerse a un pijudo… hace años que esta solita la pobre. Y vos Andrea que tuviste el honor de hacerlo debutar… le tenes que entregar todos tus agujeros… a partir de hoy serán macho y hembra… vivirán como una pareja y tendrán hijitos…
El retrasado entretuvo sus dedos metiéndolos en la vulva, primero uno, después dos y al final tres de un tirón, iban y venían hasta que sin aviso le sacó el vestido, la levantó y le dio fuertes chupones en las tetas, entretanto le subía la tanga enterrando el fino hilo entre las desmesuradas nalgas, hundiendo el triangulito de tela en la mojada conchita; Los largos pezones fueron avasallados con mordidas, pellizcos y fuertes apretones. Como le incomodaba la poca estatura de mamá, la paró arriba de una silla y desde atrás la ensartó, haciéndola llorar y gritar de dolor sin dejar de sobarle las gomas y con la otra mano le frotaba el clítoris. A pesar de la violación ella no estaba acostumbrada en tener algo tan gordo en su interior, rogaba más despacio y él continuaba enardecidamente bombeando. Los pezones los tenía como fresas, una tentadora fruta que ninguna boca podría resistir saborear.
Mamá se hallaba tan drogada que no le importaba que yo presencie como acomodaba su cadera para recibir mejor los duros embates, separaba las piernas y miraba hacia atrás para que su desaforado hermano pudiera besara de lengua. Era increíble que una pequeña vagina fuera apuñalada por una verga tan grande.
– OHHHHHH… siiiiiiiii… hijo de puta… me reventás las entrañas… me estás empalandooooo…
Adela me decía:
– Que linda puta es tu mamá… mira como baila con esa pinga… no le importa que sea su hermano quien la monta jajajaja
El bombeo era con saña y la conchita se estaba poniendo colorada. Ella se afianzó mejor apoyando un pie sobre la mesa, todo su cuerpo temblaba como si tuviera escalofríos.
No podía apartar la vista de la escena pornográfica protagonizada por mi madre y el retrasado mental de mi tío, el sometimiento sexual era bestial.
Ricardo se sentó en el sofá y enfrentados la penetró hasta que la cabeza de su verga chocó con el útero que me engendró, ella lo cabalgaba con sus piernas abrazando la cintura de él. Como un bruto la besuqueaba enroscándole toda su asquerosa lengua, al tiempo que el delicado cuerpo de mamá se movía como en un sube y baja, cuando se le acalambró la lengua le apretó el cuelo y le mordió el labio inferior con mordacidad. Para que no la dañara, ella sin retirar de su interior la pija de su hermano, giró para seguir con la jineteada pero esta vez dándole la espalda.
Desde donde me encontraba observaba su elástica concha abrirse hasta casi desgarrarse como si estuviera pariendo, mientras que las manos de él abarcando la cintura de ella la levantaba para luego dejarla caer pesadamente; Mamá chillaba estruendosamente de escozor.
– Paraaaaa… me estás golpeando la matríz… dueleeeeeeeeeee… Adelaaaaaaaaahhh, frenalooooo por favor te lo pidooooooooooooooh… Adelaaaaaaaaaaaaaaaa, hacé que se caaaaaaaaaaaaaalme… su chota me está rompiendo la matríz… ¡¡¡AYYYYYYYY!!!
La curandera se arrimó al oligofrénico y sacándole las manos del cuerpo de mi madre evitó que prosiga abatiéndola, desde ahí la cogida fue menos violenta y Adela guiaba las embestidas agarrando de la base la verga a modo de hacer tope y mami se pajeaba frenéticamente, sin dejar de brincar la pija. Ya más tranquilo Ricardo, la curandera lo acostó en el sofá y mamá apoyaba sus brazos en el pecho de él y los pies sobre las rodillas de su hermano, como si estuviera en la silla ginecológica. Media hora más tarde mi madre exhausta solamente movía su vientre de atrás a adelante como si fuera una bailarina árabe y le entregaba sin queja sus tetas a las manos de su abusador para que se mantuviera calmo.
Ella no soportaba más y para terminar el martirio de los mete-saca, empezó a vociferar cosas subidas de tono para enardecerlo y lograr que acabe.
– ¿Te gusta mi conchita Ricardo?.. sé que siempre me tuviste ganas… te estás garchando a tu hermanaaaaaaah… así así así… que rrrrrrrico… ahhh… que ricaaaa verga teneeeeeeeeeees… ahhhhhhh… dame tu leche papiiiiiiii… me encantaaaaaa… que pija divinaaaaaaaa… me desfloras como una virgen… soy tu juguete… mi cuerpo es para sacarte la leche… ya no siento la conchaaaaaa… acabá mi macho… mi argolla exprime tu chota dame tu juguitooooo… dale que me rompeeees… violame… soy tu putaaaaaa y vos mi maridoooooo… soy tu perraaaaaaaaaahHHHH
Con sacudidas cortas pero extremadamente fuerte, la monstruosa pija mi de tío largó chorros interminables de semen caliente dentro de la vagina, colmando su capacidad y desbordándola, cuando la desmontó hilos de leche unieron el almohadón del sofá con su concha abierta.
Permanecieron inertes, durmiendo despatarrados durante casi una hora, la cual lloré como un crío, con la esperanza que todo termine por fin al despertar. Que iluso fui.
Al rato que la vieja encendió velas rojas y negras, el hijo de puta se despertó con la pija tan dura como antes y más inflamada (fruto del largo uso que le dió mancillando el cuerpo de mamá). Fue a mear, bebió más vino y al regreso se tiró sobre mami restregando su falo por todo el culo de ella.
– Nooo… no quiero más… por favor salí… Adela llevatelo que no aguanto otro polvo, me dejó el cuerpo molido…
– Pero chiquita… es tu noche nupcial, disfrutala.
– Me ardé el agujero, ni mear puedo…
– Quedate tranquila Andreita que tu macho no te quiere coger… te quiere CULIAR jijijiji
– ¿Estás loca? Es un suicidio si le doy el orto… por chota tiene un palo de amasar…
– Vos relajate y gozá, que yo voy ayudarlos para que lo pasen lindo… además vos te tenés que acostumbrar a la hombría de tu macho… cuanto más temprano mejor… vamos a la habitación que van a estar más cómodos.
La curandera le hizo señas a Ricardo, este se levantó y la llevó en brazos como una pareja de recién casados a mamá y la depositó en la cama, casi sentada sobre los almohadones. Con la vieja le pasaron vaselina por el culo, a lo largo de toda la raya y bien adentro del ano. Adela en un momento manoteó el ganso de Ricardo y con una maestría digna de las mejores putas del puerto, le hizo una fellatio casi criminal y blandiendo la barra de carne, me miró diciendo con tono sarcástico:
– ¿Luisito querés venir a probar el gusto a concha de tu mamá? Es muy dulce jejeje
Mi madre a esta altura, parecía un maniquí, desfallecida y con las barreras defensivas rotas como su vagina, aceptaba que la doña la acomode en cuatro patas con dos almohadas bajo su viente y el culo bien en pompa, al borde de la cama. El vergudo se paró detrás de ella, la curandera le lubricó el cañón, luego él apuntó al esfinter anal y con el envión de sus casi 130 kilos, la enculó enterrándole todo su dote hasta que los huevos chocaron contra el perineo de ella.
Mamita con los puños se aferró al cubrecama y nos ensordeció con un grito símil a si le hubieran arrojado agua hirviendo. Pataleaba y de tanto llorar le daban arcadas.
– Respirá profundo Andreita y relajá los músculos, que si te pones tensa es peor… él no va a dejar de serrucharte el culo… y yo si estuviera en su lugar tampoco jejeje, es de exposición tu ojete…
Sin detenerse la sacaba dejándole la cabezota dentro y la penetraba hasta el fondo, con un ritmo salvaje, cacheteando una nalga; con un dedo enganchó el hilo dental, lo arrancó y me lo lo tiró. Estaba empapado de flujo vaginal, semen y algo de sangre.
– Guardá lo que te regala tu nuevo papi, como recuerdo de la noche de bodas jajajaja,,. para que nunca te olvides de cuando tu mamá tenía el culo sano jajajaja
Ese bestial culo recibía las acometidas desafiante, era digno de una verga de semejante calibre y la descalabrada mente de mi tío lo sabía, si la cogida fue terrible, la enculada era inhumana. El culo parecía no tener fondo.
Tras una hora de explorarle los intestinos, él se paró y agarrándola de las axilas y parte de las tetas, la levantó sin detener la destrucción anal, la llevó en pija hasta mi habitación y sentándose el retrasado en mi cama, la forzó a cabalgarlo golpeándole con la mano abierta los glúteos hasta ponerlos rojos como un tomate. Ella se impulsaba con las piernas al brincar, ya ni lloraba ni gritaba, solo gemía despacio.
Ricardo apretaba las nalgas vigorosamente mientras ella le daba sentones. Estaba el reloj por marcar las 3 de la madrugada y la concha la seguía teniéndola abierta como una “O”. Mamá estaba demacrada y el violador de su hermano no agotaba sus impulso sexuales. Más que una persona era como si fuera un estuche de lujo para esa monumental pija.
Cuando tenía ganas de besarla la agarraba de los pelos y le llevaba la cara hacia atrás, fundiendo sus morros con obscenidad. Ella flexionó sus piernas, las subió al sofá y empinó la cola bien al fondo, para moverse como si estuviera bailando sobre la verga,
Los pitones de las tetas estaban inhiestos, provocadores, Adela no toleró la seducción y enchufó su boca en uno, saboreándolo como el caramelo más exquisito.
– Ya vas a tener estos lindos cántaros repletos de leche para alimentar al bebito que tu hermano te va hacer, mi amor… nos vamos a cansar de beber de tus tetas… te imagino montando a tu macho y al mismo tiempo dándole la teta al bebé… mmmmm… un trío lácteo…
Al escuchar a la vieja, Ricardo gimió fuerte, avisando que estaba por acabar, entonces la curandera le sacó la poronga del culo y se la clavó en la concha para que no dilapidar ningún espermatozoide.
La eyaculación fue más líquida que la anterior pero igual de abundante.
Durante los días que mamá estuvo de licencia, cogidas como esta se repitieron diariamente.
Mi madre nunca volvió a ser la misma, su vida la consagró a complacer a Ricardo y a criar a mi hermanito, bajo la estricta supervisión de Adela.