Una cita con el fisio se convierte en una experiencia muy morbosa
Hola a todos. Quiero compartir con vosotros una experiencia bastante morbosa que me ha sucedido estos días, (por lo menos para mí, y espero que también para vosotros. Ya me diréis si es así).
Bueno, el caso es que mantengo una relación con un amigo desconocido, (relación solamente de sexo escrito y telefónico). Es un ciberamigo que conocí en un chat, y que espero que en este mes pasemos a mayores y nos conozcamos personalmente.
Cada uno tenemos nuestras relaciones «de verdad», lógicamente, e incluso nos las contamos para añadir más morbo a la nuestra.
En una de esas veces, y charlando en plan normal después de la sesión de cibersexo, le comenté que llevaba unos días que me dolía bastante la espalda y que iba a llamar para pedir hora a un fisio al que ya había ido otras veces. Me acordé y le dije, que una de las veces que me estaba dando un masaje, aunque era totalmente profesional y nunca había pasado nada fuera de lo normal, me pareció, simplemente me pareció, que las manos iban un poco más allá de la espalda y que rozaron un par de veces mis tetas. Yo estaba tumbada boca abajo, con una braguita puesta y una toalla que me tapaba el culo totalmente, como siempre hacen, y sin sujetador lógicamente. Javi, (ese es su nombre), se rio.
–Uyyyyy, ¡¡ya me estás contando zorrita!!
–Jajajaja, que no, qué mente tan calenturienta tienes. Te estoy diciendo que me pareció, no sé por qué me ha venido a la cabeza ahora, pero de verdad que es un tío superlegal y no se ha propasado lo más mínimo nunca. Sería mi imaginación.
–Bueno, entonces el de la mente calenturienta no soy yo, si no tú misma, ¿no te parece? A lo mejor es que te hubiera gustado que lo hubiera hecho.
–¡¡¡Nooooooo!!!, jajajajaj, de verdad, cómo eres, y eso que está pero que muy bien, pero es un fisio, ¿puedes entender eso, así sin más?
–Vale, vale, si yo entiendo todo lo que quieras, eres tú la que lo ha dicho. ¿Y para cuándo quieres ir a verle?
–No voy, viene él a casa. No tiene consulta propia y es de estos que van con la camilla y trabajan a domicilio. Si tuviera libre le diría que, para mañana mismo, porque ya te digo que estoy un poco cargada ahora, será todo el lío de las fiestas y demás…
–Ah, ¿sí ?, pues ahora sí que se me está ocurriendo una maldad
–Verás, ¡¡miedo me das!!
–Si va mañana a verte, yo voy a estar toda la mañana solo, que se va mi mujer de compras y no quiere que vaya con ella, irá a comprar algún regalo para mí. Se me ocurre que cuando esté dándote el masaje te puedo llamar y mantenemos una charlita de las nuestras.
–Lo sabíaaaaa!!!, es que te conozco, ¡joder! ¡A ver si te lo digo clarito, NOOOOO, ya te puedes ir olvidando!!
–Jajajajajaja, vale, vale, era una idea, y tampoco es que tú tuvieras que hablar mucho, yo te hablaría y tú pues asientes, niegas, hablas con monosílabos, y ya está, pero crearte el morbo de ver hasta dónde te sujetas y eres capaz de que él no se dé cuenta……y ver si se le vuelven a escapar las manos hacia tus tetas.
Joder, me quedé un momento callada al sentir como un latigazo recorría mi coño, y notando como mis flujos lo mojaban de manera instantánea.
–Hola, ¿estás ahí?
–Ehh, si, dime
–Dime ?, ¡jajajajajaja, te lo estás pensando!!
–Eres un cabronazo, lo sabes, ¿verdad? Pues claro que me excita la idea, pero es que no puede ser, joder, es mi fisio y ya me ha tratado más veces.
–Tú vas a decidir hasta dónde. Coges el teléfono diciéndole que es qué esperas una llamada importante, hablas diciendo lo que quieras, disimulando de la mejor manera que se te ocurra, y si te ves demasiado excitada, cortada, lo que sea, pues dices, » oye, que el fisio se está cebando de lo lindo en mi espalda y me duele, luego te llamo cuando acabe «, cuelgas, y punto.
–Joderrrrrrrrrrrrrr, me pones caliente como una perra. Déjame pensarlo y te digo.
–Cuando tú quieras mi perrita.
–Pero es que vendrá mañana mismo
–Pues entonces no lo pienses. Lo estás deseando. Los dos lo sabemos.
–¡Cabrón!!
A las seis y cuarto del día siguiente sonó el timbre de casa, yo estaba supernerviosa, en leggins y camiseta y con un tanga color vino, no precioso, pero sí insinuante. Ya os habréis imaginado que había aceptado el reto, ¿verdad?
Nos saludamos y empezó a montar la camilla, a preparar sus aceites, y a preparar su música que me pidió permiso para poner.
–Empezamos ?, ¿te desvistes, por favor?
–Sí, claro. Vi su cara de sorpresa cuando vio que era un tanga lo que llevaba y no una braguita más decente. Sonrió, pero no dijo nada y empezó con el masaje. Sus manos recorrían mi espalda extendiendo el aceite. El masaje era una maravilla, la verdad, pero yo quería más.
Y en ese momento sonó el móvil. Di un respingo.
–Perdona, pero es mi marido. Tú puedes seguir, no hay problema.
–¿Sí?
–Hola. ¿Estás ya con el masaje?
—Si
–Uyyy, que formalita…vale, vale, veo que lo estás. ¿Te está gustando? No quiero un monosílabo
–Si, bastante
–Entonces mueve un poco el culo discretamente y gime un poco.
Así lo hice, moví mi culo muy discretamente cuando se acercó a las lumbares, mientras hablaba por teléfono intentado disimular.
–Javi, he llegado muy cargada hoy después de todos los problemas y está ahora mismo el fisio en casa dándome un masaje. ¿a qué hora llegarás?
–Así me gusta, contéstame diciendo que porqué tan tarde
–Tan tarde? ¿todavía un par de horas?… ummmmmm !!!, uffff, me está dejando nueva
Oscar, (que no os he dicho su nombre), sonrió acariciando un poco más las lumbares. Yo instintivamente abrí un poco las piernas. Nos miramos un segundo y acto seguido el bajó un poco, masajeando, más bien tanteando, mis glúteos, recorriéndolos y bajando hacia mis piernas. El morbo me podía porque me imaginaba que el tanga tapaba muy poco de mi coño y sabía que parte de mis labios los estaría viendo. Siguió, subiendo sus manos ahora hacia arriba por mis muslos, por la parte interna hasta muy, muy cerca del coño, donde paró más tiempo de lo normal.
–Ahhh, ¡dios que gusto! Bueno Javi, has hablado con Paco y Alicia? ¿cenamos mañana entonces?
–Qué puta eres !!…estoy seguro que estás mojada a rabiar!!
–Mucho, ni lo imaginas. A mí me apetece mucho probar cosas nuevas en ese restaurante nuevo.
–Joderrrrr, ¡me estás poniendo la polla durísima!!!
Oscar siguió masajeándome sin decir nada, únicamente, hablando bajito, me dijo que me diera la vuelta. Lo hice y lo primero donde se fijó fue en mis pezones que estaban tiesos como clavos. No dejaba de mirarlos sonriendo. Estaba detrás de mi cabeza y empezó a masajear mi cuello y mis hombros, bajando por el lateral de mi cuerpo, por mis costillas. ¡Me moví de nuevo hacia los lados con un gemido que no reprimí, -ahhhhhhhh !!!…. El bajó su cabeza hacia mi oído libre, susurrándome,
–Creo que tienes ganas de que empiece el verdadero masaje, ¿verdad?
Sólo pude sonreírle sin decir nada, únicamente mordiendo un poco mi labio inferior, una sonrisa de zorra caliente que él supo interpretar. Intenté incorporarme, pero no me dejó.
–Déjame hacer mi trabajo, dijo, mientras deslizó sus manos sobre mis pechos y mis pezones, que empezó a pellizcar y a apretar
Tuve que morderme los labios al sentir un latigazo por todo mi cuerpo cuando lo hizo, el que me pellizquen, que me muerdan los pezones, es una cosa que me vuelve loca, dispara mi adrenalina y me pone perrísima.
–Ufffffff, ¡ayyyyy !!!…, Javi, cariño, no sé si voy a poder seguir hablando, Oscar me dice que tengo una contractura muy fuerte por la parte baja de la espalda y no veas el daño que me está haciendo…
–Diossss, ¡cómo lo estás disfrutando zorra !!, era esto lo que soñabas, ¿verdad? Le vas a poner a él la camilla empapada, y a mí la polla a reventar.
–Si, está apretando fuerte, ni lo dudes, me hace ver las estrellas, no sé si voy a aguantar.
El cambió su sitio y se puso a los pies de la camilla empezando a acariciarme las piernas. El aceite brillaba y sus manos resbalaban por ellas. Tiró de mis tobillos haciendo que mi culo quedara casi al borde la camilla.
–Si, espera un segundo Javi que me tengo que dar la vuelta. Ya, vale, ¿a qué hora dices que has quedado?
Oscar sonreía hablando muy bajito para que sólo escuchara yo.
–¿así que esto querías. verdad? se nota lo caliente que estás nena, dijo, subiendo sus manos por la parte interna de mis muslos llegando al tanguita, que cogió con dos dedos, tirando de él hacia abajo y quitándomelo. empezó a acariciarme el coño, solo por fuera el muy cabrón. Cuando me revolví, se puso serio y me dijo,
–Tranquila que de momento sólo quiero acariciar esta piel tan suave que tienes.
Pude ver a través de su pantalón blanco como su polla se marcaba de una forma imponente. Tenía pinta de estar duro como una piedra. Estuvo un buen rato acariciándome. ¡Joder !!!, me notaba totalmente empapada.
–Ummmm, vale cariño, queda cuando quieras que yo no estoy ahora para pensar mucho. Lo que hagas me parece bien
–¿Sí ?, ¿entonces te parece bien que me haya sacado la polla y me esté haciendo una paja contigo?
–Desde luego que sí, si eso es lo que te apetece, hazlo, sabes que otras veces que lo has hecho me ha encantado
–Joder, ¡cómo me pones !!!… ¡Me estoy rompiendo la polla!!!
Entre las dos conversaciones y las manos de Oscar por mis muslos y resbalando por los labios de mi coño, yo ya no podía más, mi cuerpo no paraba de moverse, y mi coño de chorrear. Llevé una mano hacia él, masturbando mi clítoris con fiereza y hablando entre dientes a Oscar,
–¡Fóllame ya por favor!!!
Después de ese rato de placer y agonía me cogió por mis axilas, tirando de mi hacia atrás de tal manera que mi coño quedó justo en el hueco de la camilla donde se apoya la cabeza, empujando mi espalda hacia adelante.
–Ni te muevas, me dijo
¡El muy cabronazo se metió debajo de la camilla! Empezó a lamerme el coño, a lamerlo, a chuparlo, diossss, la sorpresa de la postura y su lengua que entraba y salía de mi coño me daban un morbo que me superaba. No paraba de chorrear en su boca líquidos que él lamía con delectación. Yo misma me pellizcaba mis pezones estirándolos hasta casi arrancármelos
–Javiiiii, de verdad que no me cuentes nada más, que no puedo atenderte, este hombre me está matando !!!…ahhhhhhhhhhhhhh!!!!!!, qué dolor joder!!!!!
¡Y una mierda !!!, lo que tuve fue un orgasmo inenarrable que recorrió todo mi cuerpo.
En cuanto me corrí se levantó y me volvió a tumbar boca arriba. Yo respiraba agitadamente.
–Uffff, Javi, ni te puedes hacer una idea de cómo tengo el cuerpo ahora mismo !!, es que no puedo más de verdad! dije, mirando a Oscar,
–¡Tu polla, por favor, necesito tu polla ya !!!, fóllame ahora mismo!!!!
Y ahí es donde salió lo que menos esperaba. No va y me suelta el muy cabrón,
–Estoy casado nena, así que no te voy a follar. Conozco a más mujeres calientes como tú y no puedo estar metiendo la polla continuamente en otros conejitos.
Yo le miraba con los ojos abiertos y flipaba,
–No me digas eso !!!, necesito una polla ahora mismo dentro de mí o yo misma lo haré!!
–Vale, eso sí, dame algún juguete que seguro que tienes por ahí y te follaré con el
Le miré con ojos de desesperación, suplicándole con la mirada, al tiempo de señalarle un cajón de una de las mesillas.
–Javi, me dice Oscar que no puede terminar de quitarme la contractura. Va a intentar con un aparato que da corrientes a ver qué pasa.
–Ummmm, ¿va a usar tu juguetito ?, ¿te va a follar con él? ¿acaso no prefieres su polla?
–Sí, claro que sí, pero si él dice que, con el aparato mejor, habrá que probar, es el experto
–¿quieres que hable con él y le dé permiso para que te folle con su rabo?
–Nooooooooooooo, ¡qué dices !!!, eso diles que no.
Oscar volvió con mi juguete, un vibrador, que encendió y empezó a pasarme por el coño. Pasó su mano por todo el, mojándolo bien de aceite y sin previo aviso, me lo metió hasta el fondo.
–ahhhhhhhhhhh, joderrrrrrrrrr!!!, grité sin poderlo evitar y agarrando su mano.
–Nada cariño, que no me ha avisado que empezaba y estaba muy frio
–Muy frio?, ¡jajajajaja, serás perra !!!, te lo acaba de clavar, ¿verdad? Diossssss, lo que daría por verte ahora mismo!!!
El fisio seguía follando mi coño ahora lentamente. Se puso a mi costado hablándome al oído nuevamente.
–Ahora zorrita, vas a comerme la polla mientras te follo con tu vibrador. Según me la mames, así será la velocidad que te daré. Tu misma…
–Siiiii, dámela, dame esa polla ya, por favor, le susurré. Me moría por tocarla y por fin, por lo menos la iba a tener en mi boca. Con mi cabeza girada, le hice una mamada de puta total, mientras con la mano le agarraba sus huevos por debajo, sopesándolos, acariciando su culo con mis dedos, su perineo, sus huevos.
–Ummmmm, sííí, sigue así zorrita, sigue chupándome así, bien, lo haces muy bien, ahhhhhh!!
Puso el vibrador a su máxima potencia y me lo metió y sacó hasta el fondo de mi coño una y otra vez. Yo me retorcía sintiéndolo, estaba extasiada con el placer que sentía y con el sabor de esa polla gorda y dura que me llenaba la boca.
–Javi, espera un minuto cariño que tengo que ir a por una toalla, no cuelgues que ahora vuelvo. Le dije para tener la excusa de dejar el teléfono abierto y que me oyera chuparle la polla a Oscar. Dejé el teléfono a un lado de la camilla volviendo a concentrarme en esa polla dura. Oscar me follaba la boca con fuerza. Me tenía cogida la cabeza con una mano para empujarme y follarme la boca hasta el fondo de mi garganta, mientras con la otra no dejaba de taladrar mi coño.
–Ummmmm, sííí, al final me va a gustar este aparatito que has traído, sigue así, por ahí, justo por ahí es por donde mejor lo noto
El muy cabronazo se sonreía con las dobles intenciones de mis frases, pero solo por un segundo, porque su cara se transformaba en gesto de deseo y de placer cuando sentía su polla golpear el fondo de mi boca. Los dos gemíamos de manera apagada, intentando que no lo notara Javi en el teléfono, jajajajaja, ¡si el supiera como se la estaba pajeando al otro lado del teléfono !!!, me daban ganas de decírselo.
Intensificó el meterme el vibrador más y más deprisa, una y otra vez, sin parar. Estaba chorreando y no pude más,
–Ahhhhhhhhhhhhhhh, diossssssssss, joderrrrrrrrr !!!!!…chillé corriéndome y empapando aún más la sábana de la camilla. Cogí con la mano temblorosa el teléfono.
–Nada, no te preocupes, que me ha dado como una pequeña descarga y me ha pillado de sorpresa, pero ha sido casi agradable.
En cuanto Oscar vio que había terminado de correrme soltó el vibrador y cogió mi cabeza con las dos manos follándome la boca de manera animal.
–Ummm, gluppp, glupppppp!!!
–Cómetela entera zorra !!!, vamos, me voy a correr!!!
Le miré con los ojos más sucios que pude poner pidiéndole con ellos que lo hiciera. Lo estaba deseando, vamos, vamos, hazlo, hazlo, le decía con ellos. Noté como su polla se hinchaba en mi boca, mientras él echaba su cabeza hacia atrás y sujetaba mi cabeza con sus manos, sin moverlas, cuando noté que un líquido caliente inundaba mi boca al tiempo de oírle a él.
–ahhhhhhhhhhhhhhh, siii!!!!!!!!!, me corrooooooooooooo!!!, medio chilló sin poderlo evitar. Se corrió en mi boca, en mi cara, en mis tetas. Un montón de leche encima de mí. Javi tuvo que oír su chillido, aunque intentó sofocarlo un poco.
–Joder, ¿se acaba de correr ese cabrón, ¿verdad? ¡Y yo lo voy a hacer ya mismo también zorra! Estoy a punto, diossss, ¡me corro también!!!
–Si cariño, se acaba de hacer daño en un dedo, le has oído chillar, ¿verdad?, pero ya está más tranquilo, dije mirando a Oscar y pasando mi lengua por los labios. Cogí con mis dedos un chorretón de leche que había llenado mis tetas y los llevé a mi boca con
mirada lasciva. El me miraba, respirando agitado con su polla en la mano, su capullo todavía con restos de leche. La acerqué a mi boca y se la limpié con la lengua, al tiempo de hablarle a Javi,
–Venga, ya me dirás, te espero dentro de un rato, cuelgo ya que hemos terminado y tengo que lavarme un poco. Además, tengo la boca seca, necesito beber algo, un beso.
–Ummmm, nunca me había encontrado una puta zorra como tú. ¿estás segura que tu marido no se ha enterado?
–¿tú qué crees?, jajajajajaja, no tranquilo, creo que he disimulado bien, pero me debes una. La próxima vez haz lo que quieras, pero quiero esa polla dentro de mí, ¿de acuerdo?
–Vale, tomo nota, y tú me debes 60 euros del servicio de masaje a domicilio. A los extras estás invitada.