Una zorra en mi empresa

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El día jueves por la mañana me desperté muy excitada, sabedora que ese día empezaba mi venganza, seleccioné a consciencia mi vestuario, una minúscula tanga, sin bra, zapatos muy altos y un vestido color purpura muy entallado, corto y escotado.

Con la ausencia de bra mis pezones se notaban por debajo de la tela del vestido, además con la calentura que me cargaba sentía mis senos y mis pezones duros como mármol.

Apenas al salir de mi habitación pude notar el efecto de mi atuendo sobre las diversas personas a mi encuentro, a cada paso sentía las miradas de hombres y mujeres indistintamente.

Al llegar a la oficina las cosas no fueron diferentes, sentí las miradas llenas de sorpresa en algunas ocasiones, morbo y deseo en muchas otras y una en especial (la que más me interesaba) de desprecio.

Nunca olvidaré la mirada que me dio la novia de Rodrigo, pocas cosas me resultaron tan placenteras como notar como sus ojos se colocaban odiosamente sobre mi sexoso cuerpo.

Era apenas el principio, durante los siguientes días esperaba hacerla retorcer de coraje con mi vestir, con mi andar y con mi puteria.

Apenas al llegar a la oficina pedí una cita para platicar con Rodrigo, tenía el pretexto de que necesitaba, que revisara el archivo que una noche antes había quedado en mandarle.

No me llevó mucho tiempo para cuando su asistente me llamó, antes de pasar a su oficina me detuve unos segundos en el baño, retoqué mi maquillaje y mi peinado, coloqué generosamente perfume en mi cuerpo y confieso que pellizqué levemente mis pezones con el objetivo que fueran aun más evidentes.

Apenas al llegar a la oficina del tipo, sus ojos se posaron inconscientemente sobre mis enormes tetas, él siempre tan respetuoso y tan serio, no pudo resistir la tentación que representaba el tener tan cerca y en esas condiciones a una hembra como yo; al final era un hombre y estas curvas son difíciles de resistir para el sexo masculino.

Fue la primera de muchas veces más que logre que me mirara así, con deseo puro, con morbo, me gustó me gustó demasiado, aquello era solo el inicio, tantas ganas tenía de revancha que me resultaba sumamente excitante lo que pensaba hacer, iba a gozar todo el proceso y no tenía empacho en hacer lo que tuviera que hacer para lograr mis objetivos.

Así que, al llegar a la oficina de Rodrigo, el tipo se levantó para saludarme, yo aproveché para darle un beso en la mejilla que con toda intención se quedó muy pero muy cerca de sus labios.

Adicionalmente no perdía oportunidad de regalarle un abrazo fuerte que se prolongó unos segundos más de lo normal, en el inter aproveché para arrimarle lo más que pude mis tetas sobre su pecho.

El roce de nuestros cuerpos y sentir su piel contra mis sensibles senos me terminó de poner a mil, deseaba que me siguiera mirando con deseo, pero habría de volverlo loco antes de pensar en llevarlo a la cama, habría de hacer que me deseara como nunca antes había deseado a alguien, a un nivel tal que poco le interesara poco el que su novia se enterara o no de las ganas que tenía de llevarme a la cama.

En ese sentido no sabía si Rodrigo sería una víctima o un beneficiario de mi venganza, pero en ese momento a mi poco me importaba.

Era una realidad que me gustaba el tipo y además me seducía mucho la idea de seducir a alguien como él tan correcto, si a esto se le combinaban las ganas que tenía de hacerle pasar varios malos momentos a la novia en cuestión, pues la mesa estaba puesta para que yo hubiera de usar todos mis encantos para lograr mi objetivo.

Estuvimos entonces un rato revisando unos papeles en su oficia, cado uno en un lado del escritorio, con toda intención yo solo imprimí un juego de hojas del archivo, así que cada papel tendríamos que “compartirlo” coloqué los papeles en medio del escritorio y cada uno se inclinaba un poco pare revisar la información.

Este era mi pretexto ideal para agacharme de manera descarada y prácticamente mostrarle mis tetas de frente al Director General de la empresa donde prestaba mis servicios, de reojo me daba cuenta que no perdía detalle del par de volcanes que estaban a punto de estallar.

Yo por mi parte sentía mis senos duros al máximo y mis pezones a punto de estallar, estaba excitada y mucho, comencé instintivamente a morder mis labios y tratar de hacer contacto visual con Rodrigo para indicarle que su mirada no me incomodaba, sino que por el contrario me gustaba.

Así que varias veces volteé a verlo mientras me devoraba los senos, a cada ocasión mi mirada lo intimidó y en varias ocasiones apartó la vista, pero fueron tantas la ocasiones en que nuestras miradas coincidieron que logré hacer que, en alguna ocasión, que no retiró su vista, corresponderle con una sonrisa en señal de agrado, entendió por fin el tipo entendió que aquello no me molestaba.

A partir de ahí Rodrigo me miro con más descaro, llegó al punto de presentar un nulo interés en los papeles y concentrarse única y exclusivamente en mis senos.

En un punto, aquello fue tan evidente que aproveché para ir un poco más lejos, mordí mis labios y le dije:

Te gusta lo que ves?

Rodrigo se sorprendió un poco con el comentario, pero no se intimido, sin dudarlo contestó

Y a quién no?

Pues por lo que sé a tu novia¡ jaja

Y ambos soltamos una sonora carcajada que posiblemente se escuchó hasta la oficina de la dama en cuestión.

Bueno pues en estricto sentido ya las viste, así que pues ya ni me preocupo,.en una de esas subo la foto a instagram danielaacosta1816 jajaja

Pues sí pero no es lo mismo en foto que en vivo

Eso sí, tienes razón

Seguimos entonces “revisando” los documentos, desde hace varios minutos ambos sabíamos que aquello era el mejor pretexto para que yo me exhibiera y para que él me observara.

El mejor complemento llego en pocos minutos, la novia de Rodrigo pasó por la oficina de paredes de vidrio y al verme en ella, no perdió oportunidad de entrar a delimitar su territorio con el menor pretexto.

Pude notar perfectamente cómo pasó de caminar de un lado a otro a regresar para entrar, yo sabía perfectamente que la chica iba a otro lado, pero al verme ahí, vestida así y sentada así, no dudo en interrumpir esa escena, llena de coraje y rencor entró subidamente al privado y sin saludare o dirigirme la palabra se dirigió a su novio y le ordenó / informó que le urgía que la acompañara a no sé dónde demonios.

Dicho lo anterior la chica se acercó a su novio y con toda intención se puso a su lado y le plantó un beso en los labios, el beso no era para él, era una señal para mí, pero eso poco me importaba y en ese momento yo solo me divertía y mucho.

Supe entonces que la primera parte del plan había terminado con éxito, así que amablemente me despedía de los dos con beso en la mejilla a cada uno, sin embargo, no perdí oportunidad de reglarle un último abrazo fuerte a Rodrigo antes de retirarme, el abrazo era una señal para la novia que aquello apenas empezaba y que tenía serios problemas potenciales.

Al salir ensayé mi andar más coqueto, moví mis caderas una barbaridad sabedora que ni el novio, ni la novia perdían detalle de mis pasos, los dos atentos, pero por razones diferentes, así que dicho lo anterior decidí un último mensaje a ambos, a ella en señal de guerra y a él en señal de deseo.

Intencionalmente tiré mis papeles al suelo justo al legar a la puerta, todo el mundo se dio cuenta que los papeles no se cayeron por accidente, no pretendí disimular, la señal debía ser clara para las dos.

Así que saqué mi enorme trasero en un ángulo de 90 grados para recoger los documentos y tardé una barbaridad en recogerlos, fue tanto el tiempo que la novia en cuestión se desesperó tanto que presurosa se acercó a ayudarme, con ello no tuve más pretexto para seguir empinada, ambas nos levantamos y pude ver el odio en sus ojos mientras yo sonreía llena de malicia, al entregarme los papeles, sin dejar de sonreír solo le dije:

Muchas gracias¡ que linda¡ no te hubieras molestado pero gracias

La chica no me dirigió la palabra, al escribir este texto no estoy segura si alguna vez volvió a hablarme durante ese viaje.

Así trascurrió el día, durante toda la mañana y la tarde fueron muchas las visitas que recibí en mi pequeña oficina de hombres que fueron a sacarme platica con cualquier pretexto, tuve invitaciones a raudales para comer, cenar, desayunar, ese día y los días siguientes, mi atuendo era un escándalo y no había pasado desapercibido, mis cuervas incitaban al deseo, pero por ahora solo una persona me interesaba que poseyera mi cuerpo.

Para el mediodía le escribí un correo a Rodrigo, le explicaba que estaba cerca de terminar, y que quería pedirle un espacio en la tarde para que revisara el borrador final de mi proyecto, así podía trabajar cualquier cambio el viernes, entregar el proyecto final ese mismo viernes y regresar el sábado, le pedía el enorme favor de recibirme ya pasada la hora de salida para poder avanzar lo más posible en las próximas horas.

En realidad, ya poco me interesaban los tiempos, lo que quería era verlo más entrada la tarde, no tanto por mí, sino porque sentí que era más fácil que mi presa se soltara un poco más si la oficina ya estuviera sin gente.

No tardó mucho en contesar mi correo:

Te parece bien a las 8:00 pm?

Me parece excelente

A la hora convenida, me levanté de mi lugar, volví a pasar al baño y realicé todo el proceso de nuevo, maquillaje y peinado perfectos, una nueva y generosa porción de perfume y un par de nuevos pellizcos a mis pezones.

Apenas al llegar a la oficina de Rodrigo, de inmediato disparé una pregunta:

Me permites cerrar las persianas?, lo que te voy a mostrar no debe verlo nadie y no me gustaría ser interrumpida

El doble sentido era evidente, no le di tiempo de responder, mientras preguntaba yo ya estaba cerrando las persianas.

En una de mis manos yo llevaba una carpeta con papeles y en otra un vaso con refresco, el refresco no me gusta, pero le intención del vaso era otra.

Me senté en mismo lugar que tenía hace apenas unas horas y repetimos el proceso, pero ahora los dos con más descaro, mis tetas desafiaban la gravedad y yo le regalaba a Rodrigo una visión cada vez más extrema, me agachaba al máximo, el tipo ya me miraba con descaro y poco caso me hacía sobre la información que le presentaba.

Pero a diferencia de lo sucedido hace unas horas, el Director General, ya no retiraba la mirada el sentir la mía, por el contrario, me miraba más firmemente, yo sonreía para entonces con la mayor sensualidad posible

Entonces decidí avanzar en la siguiente parte de mi plan, miré a mi viejo amigo y le dije:

Déjame me acercó para explicarte mejor esta parte

Dicho lo anterior me levanté de la silla, tomé el vaso de refresco, di toda la vuelta al escritorio y me paré a su lado mientras él seguía sentado, luego así de pie me pegué mucho a él y me agaché nuevamente en un ángulo de noventa grados para revisar una hoja de papel sobre el escritorio que a ninguno de los dos nos importaba en lo más mínimo.

En esa posición mis senos rozaban con descaro con la parte exterior de su bíceps, así me movía un poco de arriba abajo para que el roce fuera aún más placentero, para entonces yo ya estaba ardiendo, bajé la mirada y el paquete por debajo de su pantalón confirmaba que Rodrigo guardaba la misma excitación que yo.

Entonces avancé nuevamente en mi plan, al notar que mi plan tenía avances notables, accidentalmente vacié mi vaso de refresco justo en la entrepierna de mi presa.

Perdón¡ que tonta soy¡

No te preocupes esas cosas pasan

No era café por obvias razones, no era agua porque esa se seca y no se necesita limpiar, por eso había decidido usar el refresco, así que usé unas servilletas que “casualmente” había llevado conmigo y con el pretexto de limpiarle el pantalón, comencé a sobar descaradamente su miembro.

Déjame te ayudo en esto por favor

Para entonces yo ya lo acariciaba con descaro, el tipo no articulaba palabra, presa de la sorpresa, pero sobre todo del deseo, sus ojos en blanco confirmaban mi éxito.

A partir de ahí, todo el proceso era mío, Rodrigo solo se debía dejar hacer, a final habían reportado a mis jefes que habían mandado a una puta a atenderlos, y pues precisamente ahora se trataba de eso, una puta estaba atendiendo al Director General de la empresa en cuestión, después de un buen rato de masturbarlo y de sentir un miembro duro y grande en mis manos, ensayé mi cara y mi mejor voz de estrella porno y le dije a mi amigo:

Creo que es mejor que te quites el pantalón, luego esas manchas se pasan al bóxer, y si no se limpian rápido luego la mancha no sale

Rodrigo no articuló palabra, no habría de hacerlo en el resto de la sesión, se limitó a dejarse querer y llevar a cabo todas mis instrucciones.

Como un autómata se levantó, desabrocho su pantalón y lo bajó, yo en mi mismo tono le pedí:

Mejor quédate así de pie, yo me encargo de seguir limpiando

Para ese entonces yo no tenía las servilletas en mi mano y a ninguno de los dos nos impostaba, dicho lo anterior estuve un rato acariciando la verga de Rodrigo de rodillas por encima de su bóxer y aquello ya se sentía duro como el acero, me iba a tomar mi tiempo, iba a ser que me deseara como nunca había deseado a nadie, seguí entonces con mi morboso dialogo

Sabes que se derramó mucho refresco, tu bóxer también esta súper mojado, te lo voy a quitar para que lo pongamos a sacar en el baño.

Así lo hice despojar de esa última prenda que me separaba de mi objetivo, al hacerlo, una animal salvaje, grande y poderoso se presentó sobre mis ojos, era el premio ideal a mi calentura, dicen que la venganza es un plato que se sirve mejor frio, pero este se serviría caliente muy caliente.

En ese mismo orden de ideas seguí con mi absurdo y morboso dialogo mientras comenzaba a masturbar tan hermoso instrumento:

Tu verga está muy mojada, creo que también le cayó refresco, sabes que dicen que el refresco es malo para el miembro de los hombres, dicen que puede provocar problemas de erección, deja te lo quito, ahh pero ya to tengo servilletas limpias, voy a tener que limpiar con la lengua, te molesta?

Ahhhh, noooo, para nada.

Rodrigo para entonces ya jadeaba sonoramente, se veía que estaba a punto de correares, estaba excitado al extremo.

Así comencé a mamar, le iba a demostrar a este cabron todas mis habilidades, si alguna vez quería demostrar que soy buena en esto era justo en ese momento, lo chupé con maestría, mientras jugaba con sus bolas que se sentían duras en señal de excitación.

Escuché sus gritos y gemidos y en pocos minutos tuve la certeza que su venida era inminente, dejé de mamar y lo masturbé con maestría, luego con un tono más agresivo le ordené:

Los quiero en mis tetas cabron.

De esa forma saqué mis tetas fácilmente gracias al pronunciado escote y lo hice terminar, el muy cabron se corrió intensamente, chorros y chorros cayeron sobre mis senos, fue evidente que su excitación era por demás notoria.

Apenas al terminar no le di tiempo de nada, me incorporé y lo dejé ahí aun con su verga de fuera, desde la puerta le mandé un beso y coquetamente le dije:

Si quieres continuar lo que empezamos, mándame un mensaje, te diré que debes hacer para cogerme, ya tu sabrás….

Por supuesto que iba a hacer todo lo que le pidiera, había sembrado en él una semilla que crecía a velocidad exponencial, mi buen amigo había sido sorprendido por mis encantos y mi actitud de hembra, y por lo que vi no estaba muy acostumbrado a ello y por lo que sentí le había encantado….

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