Unos días con amigos en la playa y una compañera de la universidad
El verano de 2018 fue un buen verano. Un gran verano. Aquel año había finalizado mis estudios universitarios y decidí tomarme unos meses libres antes de decidir si quería continuar estudiando o comenzaba a buscar trabajo. Mi nombre es Pedro y soy de Valencia.
Como digo pase el verano de aquí a allá, entre festivales, playas y fiestas. La verdad es que no paré. A finales de julio fui una semana a Benidorm con dos amigos, Javi y David. Llegamos viernes por la noche y nos instalamos en un apartamento que habíamos alquilado. Una vez instalados fuimos a buscar un supermercado para comprar comida y bebida. Luego subimos al piso a cenar, ducharnos y prepararnos para salir de fiesta. Esperábamos tantear el terreno con el objetivo final de mojar, si no esa noche, otra de las de la semana, y si podía ser más de una vez. Esperábamos que no fuese demasiado. Aunque no fuésemos de esos fueras de serie que follan casi sin querer, éramos tipos normales y esperábamos meterla en caliente.
Una vez puestos a tono a base de varios cubatas, salimos con la sensación de que podríamos con todo. Íbamos muy animados y parecía que todo nos podía salir esa noche. Nada más llegar al primer garito ya me llevé la primera sorpresa, una sorpresa muy agradable. Me encontré con Alba, una compañera de la Universidad con la que me llevaba estupendamente. La chica se encontraba pasando también una semana en la ciudad. Iban a celebrar con este viaje la despedida de soltera de una amiga. Fue entonces cuando levanté la cabeza y vi a unas 4 o 5 chicas rodeadas por varios tipos que intentaban acercarse a ellas para comenzar el ritual de apareamiento. Aproveche que el grupo de chicas estaba ocupado intentando alejar a algunos moscardones para presentar a Alba a mis colegas.
Alba tenía 24 años y nos habíamos conocido en la Universidad. Tenía novio, fue lo primero que le dije a mis colegas. Era morena, no muy alta, sobre el metro y sesenta y cinco centímetros. Era una chica alegre, con la que te reías mucho. Y sí, estaba buenísima. Además de guapa tenía un culo muy buen puesto, redondo y respingón, que sabía lucir muy bien con los pantalones ajustados que llevaba esa noche. Por supuesto he dejado lo mejor para el final, sus descomunales y desproporcionadas tetas. Joder, que grandes eran y que bien puestas las tenía. Su tamaño se adivinaba a la perfección en la camisa palabra de honor que portaba.
Las horas fueron pasando y no nos habíamos movido del primer garito. La música era buena. Los cubatas no. Eran caros y malos. La compañía era sin duda el elemento que nos hacía decantarnos por el lugar. El intento de acoplamiento a las amigas de Alba no fue bueno. Demasiada competencia para tan preciado tesoro fue mucho para unos tíos como nosotros. La única que había apostado por nosotros había sido Alba. La conexión entre ella y Javi y David fue buena. Mis colegas son buena gente. Así pasamos casi toda la noche juntos:
– Alba: No está mal el sitio. La pena es que se me está pasando el ciego con estos cubatas tan malos.
– Javi: Estoy de acuerdo. Lo malo es que el piso está demasiado lejos como para ir allí a por unos buenos y más baratos cubatas.
-Alba: Si, a nosotras nos pasa igual.
– Yo: Yo tengo la solución amigos, ¡viva Méjico lindoooo!
David me entendió a la perfección y dijo de comenzar una ronda de chupitos de tequila. La primera corrió de su cuenta. Así que allí estábamos los cuatro en la barra preparándonos para comenzar.
– David: Bueno Alba, éstos ya conocen las reglas, pero tú creo que no. La regla principal para beber tequila es la siguiente, quien paga pone la sal donde quiera.
– Alba: Je je, bien, ponte la sal donde quieras- respondió ella sin haberlo entendido.
– Yo: No tia, se refiere a que pone la sal en quien quiere.
-Alba: Je je je. Parece divertido, pero como todos vamos a pagar una ronda… creo que esa regla no vale.
Los chupitos y las risas se sucedían sin parar. La sintonía de los cuatro era muy buena. Yo cada vez y más borracho y más caliente. Cuando Alba se acercaba a mi y me hablaba se pegaba a mi y notaba esas cos sandías que tiene por tetas. Para colmo su palabra de honor no dejaba de caer levemente, como queriendo decir que no podría mantener tal cantidad de carne durante mucho tiempo. Cuando Alba se daba cuenta lo colocaba en su sitio, provocando con ello un movimiento diabólico de sus tetas. Antes de eso nos permitía ver como sus tetas se ensanchaban cuando no tenían la presión de la prenda encima. Dios, que tamaño! Creo que a mis colegas les pasaba igual. Los tres estábamos alrededor de ella y nuestras manos intentaban cazar su cintura o tocarla como fuese. Y bueno, parece ser que ella también se lo estaba pasando bien.
– Yo: Oye guapa, creo que te toca pagar a ti ahora
-Alba: Ehhh, creo que se me acabo el dinero con el último chupito que pagué- dijo ella
-Javi: Tramposa!!
– Alba: Nooo, mañana os lo pagaré.
– David: Ya claro, mañana. Veis otra regla de la ronda de chupitos rota.
– Alba: Bueno, si alguien me pone el dinero, mañana se lo devuelvo.
– David: Vale, pago yo si me dejas que ponga la sal donde quiera la deuda está olvidada.
Alba entendió rápidamente la propuesta. Era una chica muy lista. Sonrió por el nuevo intento de David y decidió participar. La cosa estaba avanzando y nosotros estábamos expectantes, además de calientes. David pidió los chupitos y cogió la sal de la barra que estaba ahí desde el primer chupito. Alba retiró su corta cabellera hacia atrás, donde previsiblemente atacaría David. La situación era llevada con naturalidad por los cuatro, pero deseábamos que pasase ya.
– David: Dónde yo quiera??
– Alba: Chico, encima de la ropa intenta que no sea, jeje
David siguió al pie de la letra sus instrucciones y lamió rápidamente el escote de la chica, a la altura de su teta izquierda. Alba sonrió con el atrevimiento. David echó unos granos de sal que se pegaron a la zona humedecida y cogió a Alba por la cintura preparándose para chupar la sal. Cuando David se acercaba a su a objetivo Alba dirigió su mano al palabra de honor y lo bajó levemente.
– Alba: Para que no lo babosees, salidillo – le dijo a David
Javi y yo contemplábamos la escena y fundamentalmente la tetas de Alba La escena ocurrió muy rápido. David recogió la sal de con un breve pero intenso chupetón. Alba recompuso su vestuario. Consciente de que no perdíamos detalle de la parte de su anatomía que más destaca cuando lo hizo acarició su tetas desde abajo hasta que llegó a la parte de arriba de su palabra de honor y tiró de él fuertemente haciendo que sus tetazas se moviesen agresivamente.
El tono que había tomado la noche se fue diluyendo con el paso de la noche y ya casi de día Alba se despidió de nosotros ya que sus amigas se marchaban a su piso ya. Nosotros hicimos lo propio. Cuando llegué al piso estaba todavía bastante caliente, así que cogí mi ordenador y me conecté a internet para prepararme una buena sesión masturbatoria. directamente puse en los buscadores «tetas grandes» y a todas la chicas les ponía la cara de Alba. Fue una corrida intensa.
A la mañana siguiente, bueno, más bien la tarde, después de comer, bajamos un rato a la playa. Alrededor de las seis de la tarde mi móvil sonó y la alegría llegó de nuevo a nuestras vidas. Era Alba, que nos preguntaba por nuestro plan para esa tarde. No tardó ni un segundo en apuntarse a nuestro plan playero. Realmente su piso y el nuestro estaban bastante cerca, así que llegó bastante pronto. Llevaba puestas unas gafas de sol grandes que cubrían gran parte de su cara y unos shorts vaqueros muy pequeños. Arriba llevaba una camisa ancha con el cuello agrandado, que dejaba ver su hombro. Tardó poco es desvertise. Su bikini era amarillo y muy reducido. La braquita tenía dos lazos en los laterales de sus caderas. Lucía increíble. El bikini era muy ajustado, diría que incluso pequeño, por lo que sus virtudes resaltaban todavía más. Tuve que darme la vuelta. Alba me ponía cada vez más caliente. Estaba buenísima. La parte de arriba del bikini le juntaba las tetas. Eran increíblemente grandes. Puro espectáculo.
– Javi: Si necesitas crema, aquí tienes dos manos – se ofreció el chico
– Alba: No, gracias. Además, creo que son seis la manos disponibles, pero no gracias, ya me apaño yo.
-Yo: Y tus coleguitas, no tenían ganas de sol
– Alba: Si ellas están en la piscina de la urbanización con unos chicos con los que ligaron anoche.
-Yo: Entiendo, tú nos prefieres a nosotros, que estamos más buenos
-Alba: Ehhh… bueno, la verdad es que no estais mal, pero entre los chicos había un chico mulato al que le haría un favor…
– David: Favor?
-Alba: Quiero decir que estaba muy bueno yparecía tener buena cobra dentro del slip del bañador
– Yo: Veo que no has perdido detalle
– Alba: Es que llevo dos semanas fin ver a mi novio
– David: Lo que quieres decir es que llevas dos semanas sin follar no? – dijo David creyendo que la intimidaría. Pero Alba estaba dispuesta a hablar de sexo tanto o más alto que nosotros.
– Alba: Jeje Pues si. Pero mañana espero encontrar un desahogo
– Yo: Mañana viene tu novio
– Alba: No exactamente.
– David: Acaso piensas atacarle al negro
-Alba: Yo nunca le atacaría al negro. En todo caso a su polla. Pero no es el caso.
– Yo: Entonces?
– Alba: Vereis, es que mañana tenemos una sesión de tupper-sex en un sex-shop. Y pienso comprar algo con lo que poder darle una alegría a mi cuerpo
– Javi: Wow, como estamos
– Yo: Claro que si, alegría para el cuerto
– Alba: Que pasa, que os creeis que las tías no nos gusta darnos gusto. No pasa nada por que lo diga no??
-Yo: Que va tía, no te lo tomes a mal.
-Alba: Seguro que vosotros también os haceis pajas. Y a juzgar por el ritmo de ligoteo que lleváis estos días, yo diría que muchas. Jejeje
– Yo: Bueno…
– Alba: Cambiando de tema, que pensáis hacer esta noche? Nosotras vamos de discoteca. Si os apetece…
Los chicos recogimos el guante que nos lanzó alba y aceptamos su plan. Así que poco más tarde y tras un par de baños no fuimos.
Por la noche, David, Javi y yo nos pusimos tono en el piso antes de salir en taxi para la discoteca. Cuando llegamos fuimos directamente en busca de Alba. No tardamos en encontrarla. Estaba con sus amigas y el grupo de maromos. Llevaba una falda negra bastante corta y una camisa blanca, de botones. Llevaba varios botones de la camisa desabrochados, sin importarle que nadie le mirase a la cara. Iba muy sexy y su escote era brutal, dejando a la vista sujetador y carne suficiente como para poner caliente a cualquiera. Además parecía estar desatada, estaba bailando con un negro, que debía ser el mulato del que nos había hablado antes, pero en cuando nos vió se acercó a nosotros.
– Alba: Vaya borrachera llevo hoy!!
– Yo: Pues ya somos cuatro. Parece que hoy no necesitaremos chupitos.
– Alba: Creo que no.
– David: Parece que tu amigo ya te hecha de menos – dijo mi amigo refiriéndose al negro que miraba insistentemente donde estaba Alba.
– Alba: Pobrecito, estaba jugando a ser calientapollas y creo que me he pasado. Espero que no pensase que ibamos a follar. Aunque igual me he pasado con el magreo. Creo que la puesto muy dura
– Javi: Wow!!
– Alba: Jejeje, la verdad es que no debería haberle puesto tanto el culo en su polla Y vosotros que, habéis ligado o terminareis cascándoos una paja otra noche más? Jajaja
– Yo: Depende de lo calientes que estemos.
– Alba: Tal y como me miráis las tetas…
Acabábamos de llegar y Alba ya nos había puesto a mil. Nosotros no nos cortábamos y participábamos en su juego, aún sabiendo que posiblemente tendríamos que conformarnos con la mano en la soledad de nuestra habitación.
En un momento de la noche, mientras Javi y David pedían unas cubatas Alba me dijo:
-Como va la noche
-Yo: Pues bien. Bien cachondo le dije riendo
-Alba: Eso es porque no paras de mirarme el escote
– Yo: La cosas bonitas son para mirarlas, y esas tetas tienen que ser muy bonitas.
– Alba: Te gustan??
– Yo: Mucho, que tetazas tienes –me había puesto muy caliente y mi manera de hablar con ella abiertamente sexual- Que cubanas tienes que hacer!!
– Alba: Es una de mis especialidades –dijo ella, sabedora de que sus tetas me dominaban por completo.
Mientras hablábamos Alba no paraba de magrear su culo contra mi polla ni yo de mirarle sus melones.
– Yo: Ahora entiendo al negro ese
– Alba: Bueno, al menos los dos os la cascaréis a gusto esta noche.
– Yo: Tal vez si tuviese una mejor visión de tus tetas, una visión completa… Así la paja sería perfecta.
– Alba: Si claro, que va ser lo siguiente, me pedirás que te haga una cubana??
– Yo: Solo si me dejas correrme sobre ellas.
– Alba: Que guarro eres, que salido estás – dijo, y se marchó camino del baño, mientras mis colegas regresaron.
Ya con un trago en la mano e intentando rebajar la calentura vimos como regresaba Alba. Y como venía. Parecía más sexy todavía. Y es que enseñaba más carne pero me resultaba extraño porque llevaba abrochados los mismo botones de la camisa. Caí en la cuenta entonces de que se había quitado el sujetador. A la misma vez que yo se dieron cuenta mis compañeros e instintivamente, como queriendo que nadie más lo viese, la rodeamos, mientras Alba, sabedora de que nos habíamos dado cuenta comenzó a bailar en el espacio reducido que le habíamos dejado. Sus tetazas eran imponentes. Me preguntaba cómo era posible que no se le saliesen. Mi calentón me hizo no pensar e intenté llevar una mano a uno de sus globos pero ella me la apartó rápidamente. Mis dos amigos también la agarraban e intentaban acercar sus pollas su cuerpo, a lo que ella no ponía impedimentos, así como tampoco a que le tocásemos el culazo que tenía. Que tetas. Casi se le salían. Creía adivinar las areolas de sus pezones. Mientras ella continuaba restregándose contra nosotros.
– Alba: Bueno chicos, ya que no ligáis, aquí tenis material suficiente para vuestras pajas. Yo ya me marcho.
– David: Menuda estás hecha. Seguro que no quieres hacernosla tú a nosotros
– Yo: Sí, pero con tus tetazas
– Alba: Las pajas y las cubanas son solo para la polla de mi novio.
– Javi: No se que pensaría si te viese así
– Alba: Pensaría en follar, seguro
– Yo: Claro, eso te gustaría a ti
-Alba: Pues si, que me follara ahora me gustaría muchisimo, después de comerle la polla un buen rato y machacársela con mis tetas – y mientras decía esto se las agarró y se las juntó, produciendo una imagen inolvidable.
– Alba: Chicos, ya me contáis mañana, ahora me marcho.
Nuestra noche ya no tenía sentido cuando ella se marchó. Supongo que mis compañeros, aunque no lo dijeron, pensaron como yo: vamos a aliviar nuestro pene a casa.
Al día siguiente cuando nos levantamos Javi nos preguntó:
– Lo de anoche fue real?
– Jejeje – reímos David y yo
Los tres estábamos expectantes. No sabíamos como iba a reaccionar Alba, ni si nos volvería a llamar. Quizá se dejó llevar por el alcohol. Mientras nuestras cabezas estaban llenas de dudas, sonó mi teléfono. Era ella. Me comentó que tras la sesión de tupper-sex que tenían esa tarde, ella y sus amigas irían a la fiesta del agua de una conocida discoteca. Me dijo que cuando saliese del sex-shop vendría para nuestro piso y que podríamos ir juntos para allá, por si no sabíamos donde era. Yo le dije que de acuerdo.
A las 10 de la noche apareció Alba.
– Alba: Estáis listos chicos – preguntó ella
Los tres le dijimos que si, que ya llevábamos el bañador puesto, bajo la ropa. Le preguntamos si ella también o tenía que cambiarse.
-Alba: Yo no llevo bañador – bromeó – Lo llevo debajo también.
Llevaba puesto un vestido blanco y como siempre, con un super escote. El vestido era de botones, como si fuese una camisa. Era muy típico para ir a la playa o a este tipo de fiestas. Debajo llevaba un bikini que se adivinaba de color negro. También venía con una bolsa. Parecía haber comprado algo en la sesión de tupper-sex. Así que le preguntamos que había comprado
-Alba: Un par de cosas. Ya sabéis, para desahogarme igual que vosotros hicisteis anoche – dijo con una media sonrisa
-Juanito: Porque no nos las enseñas
Ella dudó, pero al final accedió
– Alba: Es algo muy básico, para salir del apretón, un buen bote de lubricante y una polla de plástico.
Cuando sacó el consolador de una caja blanca y alargada yo creo que flipamos los tres. Era grande, de unos veinte centímetros. Y gordo, muy gordo. De aspecto realista, con muchas venas. Y era de color negro. Tenía una ventosa, supongo que para ponerlo en una pared o en el suelo.
Los tres flipamos.
– David: Joder, que barbaridad. Todo eso te cabe
– Alba: Ya veis, me gusta pasarlo bien. Pero bueno, lo que me meto o no es cosa mía y sólo con quien comparto cama lo sabe.
A continuación nos fuimos para la fiesta del agua. Como no habíamos bebido para animarnos, cogimos una botella para beber entes de entrar a la discoteca. Creo que las prisas y el haberla bebido tan rápido hizo que nos afectase más. Cuando entramos dentro la fiesta ya había comenzado, así que rápidamente metimos nuestra ropa dentro de las bolsas y las dejamos a buen recaudo.
Alba estaba increíble. Su bikini de hoy era muy parecido al amarillo que lució en la playa, solo que en negro. Sus amigas parecían haber llegado antes que nosotros. El negro al que Alba calentó la noche anterior había cambiado de víctima he intentaba arrimarse a otra amiga de Alba, que también parecía muy demandada, ya que otro de sus colegas intentaba llegar lejos con ella. Nosotros por nuestra parte seguíamos a Alba como bobos el ritmo de Alba. Pronto me la empezó a poner como una barra de hierro.
-Alba: Hubo final feliz anoche?
-Yo: Sería imposible decir que no.
– Alba: Así que te la cascaste
-Yo: Sí, a tu salud
-Alba: Tardaste muchoen correrte?
-Yo: Cuando encedí el ordenador, lo que tarde en buscar el video de una tetuda como tú haciendo una cubana.
– Alba: Tenía una buena polla el tío
– Yo: Si, eran una gran polla, pero las tetas aún mejores, como las tuyas
– Alba: Y follaron
– Yo: No, solo se veía la cubana. El tío tuvo que descargarle encima a la tía. Le puso las tetas perdidas. A ti te ha pasado alguna vez?
– Alba: Jajaja –rió- Unas cuantas
– Yo: Y que haces cuando te ponen las tetas perdidas de leche
-Alba: Intento que a mi chico se le ponga dura de nuevo. Sigo jugando con las tetas y su polla, y haciendo la guarra con su semen, mi tetas, y –en este momento paró y me puso una carita de niña traviesa- …mi boca, para ponerle cachondo otra vez cuanto antes. Y luego a follar.
-Yo: Que puta eres no??- le dije cachondo como nunca había estado.
– Alba: Ya te gustaría a ti follarte a una puta como yo…
– Yo: De eso puedes estar segura.
-Alba: Se te ha puesto bastante dura no??
-Yo: Ves lo que haces – dije intentado esconder mi erección
La noche transcurría y nuestros cuerpos cada vez estaban más sensibles. Los roces de Alba nos estaban volviendo locos. Fue entonces cuando Alba dijo:
-Bueno chicos, la noche ha acabado. Me voy que tengo «algo» esperándome en casa
– David: Te refieres a tu consolador. Ese que te has dejado en nuestro piso??
La cara de Alba cambió cuando recordó que efectivamente lo había dejado allí. Así que nos obligó a volver también a nosotros. Cuando estábamos entrando a la urbanización
– Javi: Me parece injusto que ya se haya acabado la noche por culpa de Alba
– Yo: Si con lo bien que lo estábamos pasando
-David: Ahora ella tiene algo para alegrarse el coño, pero y nuestras pollas? Que vamos a hacer con ellas?
Ya habíamos entrado en el piso y estábamos los cuatro en el salón. Alba había dejado sus cosas sobre la mesa que estaba en la mesa del salón, una mesa bajita, de unos cuarenta centímetros. Frente a la mesa estaba la tele. En un lado un sillón de tres plazas y en el otro un par de sillas. No era un espacio muy grande.
– Alba: Pues nada chicos os dejo que penséis en mi mientras os la cascais. O encender la tele, a ver que peli están poniendo.
– Javi: No, tienes razón, es mejor pensar en ti
-David: Si en como te comeríamos la tetas o tu raja.
-Alba: Uhmm con lo que me gusta que me lo coman todo. Que pena
– Yo: Oye, porque no nos ayudas a inspirarnos.
-David: Si anda.
– Alba: Ya os he dejado buen recuerdo de estos días, no creeis?
-Javi: Queremos que el show continue un poquito más…
– Alba: Quereis más espectaculo?
– Juanito: Queremos la mejor paja de nuestra día
Y de repente, nos miró, sabiéndose totalmente dominadora de la situación y nos ordenó
– Alba: Quitaos la ropa
Los tres nos quedamos bloqueados. Nosotros lo habíamos pedido, pero no imaginábamos algo así.
– Alba: Desnudaos!! O es que tan pequeña la teneis??
La segunda vez que nos lo dijo obedecimos temblorosos porque no sabíamos que iba a suceder. Se podía palpar lo excitados que estábamos los tres. Cuando ya estábamos en bañador nos dijo:
– Alba: Todo. Venga, sacaos vuestras pollas. Quiero ver como de dura la teneis.
Así que nos bajamos el bañador y quedamos completamente desnudos y con las pollas muy tiesas. Alba las miró fijamente. Un precioso brillo había en sus ojos. David cogió su pene y estiró la piel varias veces hacia atrás, como pajeándose.
– Alba: No os masturbéis marranos. Empieza el mejor show que vais a vivir jamás.
Alba estaba en el lado del sofá. Nosotros frente a ella y en el centro la mesa con el consolador y el lubricante. Alba desbrocho su vestido lentamente, quedándose el bikini. Yo fui ahora el que hizó unos breves movimientos masturbatorios, presa de la excitación, pero de nuevo me ordenó que párase. Cuando estaba en bikini se agachó y se puso de rodillas. Cogió el consolador y comenzó a pajearlo mientras miraba la cara de pervertidos que poníamos. Lo hacía lentamente, recorriendo todo el trozo de plástico. Y la cosa comenzó a animarse. Dio varios lametones a la punta de polla mientras aceleraba la paja simulada que le estaba prestando al consolador. David cogió de nuevo su polla y ella dijo que quería nuestras manos en la espalda. Otra desliz de ese tipo y se acabaría el espectáculo. Tras decir eso volvió a su tarea y comenzó a comerse el consolador. Joder, que manera de engullir, parecía una experta mamadora. Tras unos minutos así cogió el lubricante y lo abrió. Fue extendiéndolo de manera cuidadosa por todo el falo.
-Alba: Queréis ver como me corro?? – nos preguntó
Los tres al unísono respondimos afirmativamente. Alba bajó el consolador de la mesa, fuera de nuestra vista y lo puso en el suelo. Nosotros no podíamos ver lo que sucedía ya que la mesa nos tapaba pero en unos segundos lo supimos. Había desecho los nudos de su bikini y tiró la braga encima de la mesa. Alba parecía concentrada en lo que hacía y muy excitada. Luego se incorporó suavemente, aunque nosotros, tapados por la mesa no veíamos nada de su ombligo para abajo. Tras esa incorporación dejó que su cuerpo de nuevo bajase. Mientras de su boca salió un suspiro y sus ojos estaban entrecerrados. Luego fue repitiendo el movimiento en varias ocasiones de manera lenta. Estaba acoplando la polla dentro de su coño. Sus sube-baja se hicieron más continuos. Sus gemidos eras preciosos. Y cara un poema. Sonriendo apoyó sus manos en la mesa y sus embestidas al miembro se tornaron más violentas. Su cuerpecito bajaba y subía y sus tetas…uy sus tetas. Habían sido varios momentos en que su bikini parecía ceder la bamboleo que llevaban. Había incluso vislumbrado parte de la que parecía ser la gran areola de sus pezones, pero ella parecía querer proteger sus ubres de nuestra vista. Hasta que no pude más y le dije
– Sacate las tetas joder. Quiero ver como te botan esas tetazas que tienes, puta!
-Alba: Os gustaría verlas
– Yo: Que super melones joder. Venga!!
Alba parecía divertirse con este juego, ya que a veces sonreía, como es esta ocasión. Colocó sus manos en el nudo que tenía del bikini en la nuca mientras continuaba con su folleteo. Como le botaban las tetas, que increíble. Cuando deshizo el nudo tiró del bikini hacia abajó y sacó sus tetas un segundo hasta que se las cubrió con un brazo. Fue asombroso. Las tetas habían aparecido esplendorosas, morenas e inmensas, con una gran areolas, como unas galletas y pos pezones coronándolas. Que bien colocadas. Que preciosas. Con la mano que le quedaba libre cogió el bote de lubricante y echó un generoso chorro sobre sus tetas. Entonces empezó a amasar y repartir el lubricante por sus tetas, que además de todo lo anterior ahora aparecían brillantes y libres. Se las apretaba, se las pellizcaba y le botaban para deleite nuestro. Alba parecía estar realmente cachonda y divirtiéndose con su exhibición. Se follaba el consolador como una loca. Era tanto lo que subía y bajaba que yo creía que lo tenía todo dentro. Su manos las tenía en su cabeza y eso nos permitía ver sus tetas como nunca hubiese imaginado. Se movían tanto, que desparrame. Cuando subían se juntaban un poco, para luego caer violentamente abriéndose a los lados y rebotando. Menudas tetazas.
Entonces nos miró y decidió dar un paso más allá. Se levantó y vimos su coño. depilado al completo. Vió como hincábamos nuestra mirada en él, caliente, chorreante y un poco abierto de la polla que había tenido dentro. Entonces se agachó y cogió el plástico de nuevo. Se sentó en el sofá y se abrió de piernas. Entonces dirigió el consolador hacia su coño y en un par de envestidas todo ese trozo de plástico había desaparecido en su interior. Se masturbaba salvajemente para nosotros. Y se corrió. Gimió y convulsionó, mientras su coño estaba bien abierto por el dildo y se agarraba las tetas. Yo ya no aguanté más y me acerqué a su lado. Ella veía que me acercaba y no se preocupó. Cerraba los ojos y los volvía a abrir, estando yo más cerca cada vez que los abría. Hasta que mi polla estaba a escasos centímetro de ella.
-Alba: Siéntate
Yo obedecí. Ella paró de masturbarse, se incorporó y se arrodilló ante mi. Volvió a lubricar sus melones y con ellos atrapó mi polla. Yo no tenía nada que decir y ella me miraba a la cara, sabiéndose la reina de mis fantasías.
– Alba: Prepárate para la mejor corrida de tu vida – me dijo mientras aceleraba el movimiento.
Ella apretaba mi miembro con sus tetas, lo hacía desaparecer, jugaba a su antojo con él. el tamaño de sus pechos le permitía hacer todo que quisiese. Pronto noté que me corría. Se lo dije a Alba, que no cambió un ápice su forma de proceder solo me miró y esperó que llegase el momento, algo que llegó segundos más tarde. Chorros y chorros de líquido blanco habían caído por toda la superficie de sus tetas mientras suavemente terminaba su trabajo y yo de escupir semen. Ella rápidamente se volvió a sentar en el sofá mientras con sus dedos cogía mi leche y se la llevaba a la boca, hasta que no quedó un grumo sobre sus tetas.
– Alba: A que esperarais – les dijo a David y Javi. Que sin pensárselo dos veces fueron a por ella.
Mi semen había desaparecido de sus tetas y a David tampoco le importó mucho, porque se las comía salvajemente. Pero Alba le detuvo y sentó les sentó a su lado. Entonces agarró sus pitos y comenzó a pajearlos. Ellos ponían sus bocas en sus pezones, en su cuello. Y apenas tardaron un par de minutos en correrse. La tratamos como a una puta porque ella se sentía como tal. Pero la noche acabó ahí. Aunque nuestras pollas estaban pronto duras pidiendo su coño, Alba puso fin a una de las noches más excitantes de nuestras vidas. Se vistió, mientras tratábamos de que no lo hiciese metienlo mano sin parar, intentado de alcanzar su coño. Pero ella había decidido que el final había llegado. Por esa noche. Que si hubo más?? Eso ya lo contaré otro día.