Usando una aplicación de ligues para estrenar mi culo
Llevaba tiempo buscando por una app de ligues a alguien con quien estrenar mi culo. De toda la vida hetero, a mis 26 años, sentía que quería probar cosas nuevas. Todo empezó con un sueño en el que me practicaban sexo anal sin contenciones. No me podía mover, ni gemir, ni tocarme. Me desperté empapado en sudor, y tras ir al baño a secarme, noté como mi ano bombeante. Lo toque con mi mano, y producto del sueño, lo tenia abierto.
Me instale grindr y contacte con un chico un par de años mayor que yo. De aspecto hippie, y actitud agradable, me sorprendió gratamente que no me preguntara directamente – tienes sitio?. A los dos días, quedamos en el parque grande.
Eran las 14.30 horas y habíamos quedado. Hay nubes, pero el sol se cuela entre ellas. Tumbado en una de las laderas que dan a una gran fuente, veo que hay un chico. Miro, hay una mochila y tiene el pelo rubio, recogido en una especie de coleta mal hecha. Le dije que me gustaba ese look. Tiene que ser él. Me pongo a su lado, de pie.
– ¿Alex?. Pregunto, pero no obtengo respuesta. Le observo, tiene los ojos cerrados, y los cascos de su iphone en sus orejas. Me fijo en su rostro y me doy cuenta de que es el, sonrió. Me tumbo a su lado.
– ¿Alex?. Le susurro en el oído y acaricio su mano. Abre sus ojos, y sonríe. Lento sin dejar de mirarme, se quita los cascos.
– Dios… me he … quedado dormido. ¿Qué hora es?
– Son las 18, es la hora, ya me tengo que ir. Llevo todo el rato tumbado a tu lado. – Digo irónicamente.
– Jajajaja tonto!. – se incorpora, y acerca su mirada. Ambos, dejamos de dar importancia a las palabras, y miramos nuestros rostros. Por primera vez, se veían. Me fijo en sus pequeños detalles. Una machita marrón en su ojo izquierdo, el color de sus labios, su nariz, sus dientes, el sonido de su voz.
– No, es broma. Son las 14.32, tampoco… llego tan tarde… como para que te hayas…. dormido. Roncas. – Le sonrió abiertamente
Hablamos durante un rato hasta que fuimos a su piso de estudiantes. No había nadie más en aquel momento. Fuimos a su habitación.
– ¿Es tu primera vez? – Dijo con interés, al notar que yo estaba algo nervioso.
– Si.
– Túmbate en la cama boca arriba.
Me tumbé y me empecé a quitar el pantalón junto con el bóxer dejando mi cuerpo desnudo. Tenia la polla medio erecta, de la que salía, cayendo sobre mi tripa un hilo de líquido preseminal. Alex saco un bote de lubricante y se puso un poco en su dedo y empezó a extenderlo por mi ano, llegando a introducir la primera falange del mismo. Se dio cuenta de mi liquido y con su lengua lo retiro. Cada vez, metía mas el dedo hasta el punto en el que lo sentía tan dentro de mí, que mi ano se contrajo. Me dolía.
Se intensifico el sexo oral, intensificándose la saliva y el uso de la lengua. Yo lo veía con su pelo alborotado a un ritmo implacable. De vez en cuando me miraba, sobre todo, cuando se metía mi polla hasta la garganta. Me corrí sin avisar. El no paro, siguió chupando mientras yo le eyaculaba dentro de su boca. Cuando acabe cogió papel y lo escupió.
– Mmm… ahora me toca a mí. – Con sus manos me dio la vuelva.
Yo me dejé hacer por él, me puse la almohada bajo mis ingles y puse mi culo en pompa. Recordaba que me había dolido su dedo, y que su polla pequeña, pero gruesa lo iba a hacer también. Estire mis brazos, apoyando las palmas de la mano contra la pared a modo de sujeción, ya que cuando me metió el dedo notaba que me movía alejándome de él, por el dolor.
Se puso un condón e introdujo la punta. Cada vez más se fue acelerando, metía y sacaba. Me dolió al principio, pero estaba cachondo y quería que sucediera. Le dije que no parase, procure relajarme y en seguida me empezó a gustar. No era muy grande, pero la notaba en mi punto G. Se inclino sobre mí, y note su respiración agitada en mi nuca. Yo solo podía mover el culo hacia él, para que la metiera hasta el fondo. En ese momento me quede inmóvil, tenía mi polla llena de babas y semen manchándole la cama, dado que, en cada embestida, el semen salía disparado.
No paraba, sentía mi ano abierto, como cuando me desperté del sueño. El tardo, pero al final se corrió. No la saco hasta que su polla se relajó. Me di la vuelta, se la cogí y le quité el condón. A mi sorpresa estaba limpio, me sonrío.