Vuelvo a empezar de cero junto a mi hermano

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Hola, mi nombre es Edith, tengo 26 años, de piel blanca, mido 1,65m, delgada, de cabello negro, pechos grandes al igual tengo unas nalgas nada despreciables.

Tengo una hija de 8 años de la cual me embarace poco después de cumplir los 18 años, me case con el padre de mi hija más ilusionada que enamorada ahora que lo pienso.

Con el pasar del tiempo esas ilusiones se fueron perdiendo ya que mi esposo cambio drásticamente, dejó de ser cariñoso hasta con nuestra hija, ya no me daba dinero para los gastos de la casa por lo cual, yo empecé a trabajar, se enojaba por nada.

Mi hija estaba a punto de cumplir sus 9 años y veía que no podría hacerle fiesta al igual que sus amiguitas, para colmo de males habían recortado personal en la empresa para la cual yo trabajaba, esa situación ya era insostenible para mí.

En muchas ocasiones mi hija me había dicho que dejáramos a su papá, que ella me apoyaba en esa decisión pero yo no tenía el valor de dejarlo, en una ocasión la convivencia indiferente que sosteníamos se volvió agresiva, mi esposo me había golpeado de la nada, al día siguiente por la mañana solo esperamos a que mi marido se fuera a trabajar e hicimos nuestras maletas, teníamos como destino la casa de mi hermano quien siempre me apoyó y a mi hija siempre la había tratado de lo mejor y a su vez ella lo veía como un padre.

En el camino decidí llamar por teléfono a José, mi hermano, esto para asegurarme que se encontrara en casa, efectivamente él estaba ahí y se oía alegre de saber que lo visitaríamos.

Llegamos a su casa y con maletas en mano tocamos el timbré.

– Hola mis princesas, ¿cómo están?

Desde que tengo memoria, él siempre me ha llamado princesa y desde que nació mi hija también le llama así.

– Hola José, estamos bien gracias.

– Hola tío, como estas?

– bien princesita gracias, ¿y esas maletas?

– ¿Nos dejas quedarnos unos días contigo?

– Si claro ¿pero qué paso?

Ni mi hermano ni mis padres sabían de la situación que mi hija y yo vivíamos con mi esposo, así que le tuve que confesar todo lo que había tenido que soportar, mi hermano enfureció, pero le pedí que no hiciera nada, solo que nos permitiera vivir con el mientras conseguía trabajo y un departamento.

– por supuesto hermosas, pueden quedarse a vivir aquí, saben que esta es su casa.

– Gracias Jose, eres un amor, trataremos de no incomodarte.

– ¿Cual incomodarme? en verdad esta es su casa.

De igual manera mi hija agradeció y se lanzó a abrazar a mi hermano quien correspondió besando su frente.

Me sentí protegida y estoy segura de que Karla se sentía igual. Eran las seis de la tarde aproximadamente, yo me encontraba cocinando para cenar, mi hermano en su estudió y mi hija aun acomodando sus cosas en su nueva habitación cuando se empezó a escuchar que mi marido gritaba afuera de la casa, muy apenada con mi hermano salí a tratar de calmar a mi esposo aun que decirle que ya no quería saber más de él, no lo calmo para nada, mi hermano por su parte le advirtió que no se acercara a nosotras y que el día siguiente iría su abogado para que firmara el divorció, mi esposo no quedo conforme pero nada podía hacer contra mi hermano.

Mi hija y yo entramos a la casa llorando.

– No lloren princesas, no me gusta verlas así.

Mi hija abrasó a Jose y el acariciando su espalda la consolaba.

– Que les parece si para pasar este mal momento mañana nos vamos al cine y después de compras, cualquier cosa que ustedes quieran, ¿sí?

– Si tío, gracias.

En cuanto pudimos cesar nuestras lágrimas continúe haciendo la comida, la cena fue como nunca con mi esposo, rizas, conversación muy amena, mi hermano preguntaba por las calificaciones de mi hija, bromeábamos, etc.

Al día siguiente fuimos a ver una película que mi hija moría de ganas por ver, saliendo fuimos a tomar un helado, en cuanto pasamos por las tiendas de ropa mi hermano insistió que nos compráramos algo con el pretexto que él se compraría ropa, acepte su petición para no hacerlo sentir mal pero con la condición de que en cuanto empezara a trabajar le pagaría lo que gastará, mi hija y yo empezamos a ver y medirnos vestidos, pantalones entre otras prendas pidiendo el punto de vista de mi hermano, en cuanto a ropa íntima de mi hija y mía mi hermano se entretenía con otras cosas para no incomodarnos.

Durante dos meses así fue nuestra vida, entre semana yo salía temprano a buscar trabajo, llegaba a lavar ropa en la que incluía la de mi hermano y hacía de comer, mi hija estudiaba, la había cambiado de escuela a una que quedaba más cerca a la casa de mi hermano y por la parte de él, a veces se encontraba en casa y en otras tenía que ir a la oficina a dejar papeleos.

Después de tres meses estaba estresada porque lo poco que tenia de dinero se me acabó sin suerte de encontrar empleo, me vi en la necesidad de pedirle prestado a mi hermano.

– Sabes deberías de salir a divertirte, a tomarte una copa, a bailar ya estás muy estresada y te puede hacer daño.

– En eso tiene razón mi tío, te puedes enfermar si te sigues estresando.

– Mira, te propongo algo, te presto el dinero solo si aceptas salir a bailar el viernes en la noche, ¿qué te parece?

– No Jose, estas loquito hermano, como crees que voy a salir a bailar, si no tengo dinero, además Karla aún es muy chica y como la dejo sola?

– no te preocupes má, tu sal a divertirte yo me se cuidar sola.

Después de plantearme dejar a mi hija encargada con unos familiares que viven cerca de la casa no me quedo de otra más que aceptar.

la semana continuo de lo más normal, el día viernes por la mañana al despertar me percate de que, sobre la cama se encontraba un minivestido rojo, de espalda descubierta y un escote muy pronunciado además de un conjunto de lencería roja con una nota que decía «Quiero que esta noche te veas y te sientas muy bien».

Jose me había dejado la ropa y la lencería. Guarde esa ropa con cierta duda por usarla, aunque a decir verdad moría de ganas por volver a vestir sexy después de 9 años de rigidez impuesta por mi esposo.

Durante el día estuve haciendo los quehaceres de la casa mi hija después de la escuela fue a estudiar a casa de una de sus compañeras junto a otras chicas de la escuela. Me encontraba haciendo los quehaceres, no había ruido alguno en la casa lo que entendí como que mi hermano había salido temprano a la oficina, por lo que al preparar la ropa para lavar entre a la habitación de mi hermano a recoger su ropa sucia pero al abrir la puerta le vi descubriéndose de una toalla, aparentemente se acababa de bañar, en primer estancia vi su rostro mojado mi mirada fue bajando por sus hombros, pechos, piernas y genitales, después de unos cuantos segundos de shock solo hacerte a decir.

– ¡hay, perdón!

Y salí presurosa de la habitación, después de unos minutos mi hermano entro al cuarto de lavado preguntando si estaba lavando la ropa a lo que le dije que sí.

– Me imagino que ibas por la ropa ¿verdad?

– Si

La ropa sucia la llevaba en las manos y me la entrego para lavarla, no comentamos nada de lo sucedido, dejándolo solo como un incidente.

Al separar su ropa para poner su pantalón con otros pantalones, playeras y blusa juntas, etc. Encontré sus boxers lo que me hiso recordar lo que vi en su habitación, un pene majestuoso que ni en sueños tenía mi ahora exesposo, por instinto me llevé esa prenda a la nariz por la parte que acoge su verga y huevos, me imaginaba en sus brazos, al reaccionar a mis acciones me di cuenta de algunas cosas, como que estaba excitada, mojada, que mi hermano me atraía tanto en lo sexual como en lo emocional, con el me sentía protegida y acogida. Al verme con la ropa interior de mi hermano me sentí ruborizada a la vez que apenada. Continúe con mis quehaceres durante el resto del día y parte de la tarde, dando las 6 de la tarde Karla llamo para decirme que le pidiera a su tío ir por ella a lo que no accedí para no molestarle, fui por mi bolso, me dirigí a la habitación de mi hermano para mencionarle que iría por Karla.

– No te preocupes yo voy por ella, tú has de estar cansada por los quehaceres de la casa.

– La verdad es que si un poco.

Regresaron a la casa antes de 6:30, cuando yo ya había terminado de bañarme y empezaba a vestirme con la ropa que me habían dejado en la habitación por la mañana, tarde cerca de una hora en arreglarme muy entusiasmada no sabía si por volver a vestir sexy, haberme vuelto a depilar el pubis o por la compañía que suponía mi hermano, ya estando lista para una noche especial aun sin saber lo que me esperaba, fui a ver a mi hija pidiéndole que senara y durmiera temprano, recordarle que me llamara por cualquier cosa entre otras preocupaciones normales de una madre, como era lógico Karla al verme se sorprendió mucho pues nunca había vestido así, el vestido dejaba una generosa vista de mis pechos y dejaba ver más de la mitad de mis piernas además de ser muy ajustado en mi torso.

La recepción en el restaurant era muy buena, pero lo mejor venia para después, con algo de alcohol ya en el cuerpo nos dirigimos a un antro al que mi hermano y yo solíamos ir cuando aún era soltera, estaba muy cambiado el lugar entre baile y copas platicábamos de nuestra niñez y juventud haciendo énfasis en la sonrisa imborrable que me caracterizaba y que a muchos incluso amigos de mi hermano había enamorado.

– Aun eres muy hermosa y estoy seguro de que enamoras a muchos, deberías de volver a hacer tu vida.

Las palabras de mi hermano me llegaron como un balde de agua fría, no respondí a su sugerencia más bien trate de sujetarme con más fuerza a él, después de un tiempo y barias copas tuve la necesidad e ir al baño, al regresar no encontraba a mi hermano, estuve no más de 5 minutos buscándolo con la mirada cuando se me acerca un tipo de 35 años máximo, el cual me propuso salir a bailar, en mi mente escuche a mi hermano repetirme que debería de rehacer mi vida, en que me sentía a traída a él, pero es mi hermano, el tipo no estaba nada mal, así que tratando de apagar mis deseos por mi hermano acepte.

Los movimientos de este tipo eran buenos, tenía una buena presencia cosa que me podría haber gustado, entre copas que me invitaba más lo que ya había tomado me fui desinhibiendo, la plática que al principio era trivial, cada vez más eran guiadas a lo sexual, de comentarios como que tenía unas ricas tetas o unas buenas nalgas a decirme directamente que quería pasar la noche conmigo o que se le antojaba cogerme, al principio dejaba pasar los comentarios pero entre caricias, copas y más palabras me fui excitando, me había olvidado de mi hermano.

El tipo de algún modo logro convencerme, íbamos hacia la salida del local cuando por un ademán giré la cabeza y vi a Jose estaba frente a él una chica seduciéndolo, pues el trataba de continuar caminando y ella le tomaba de la mano acercándose cada vez más a él, sentí que los celos explotaron en mí, me vi más afectada por el alcohol por lo cual perdí la cordura y el sentido común, camine con prisa hacia ellos e interponiéndome entre los dos entrelace mis manos por detrás del cuello de Jose y lo bese, al despegarme de él me di cuenta de lo que acababa de hacer, voltee hacia atrás, la chica ya no estaba.

– Pe… perdón no sé qué me paso. Perdón, perdón.

Mi mirada trataba de sostenerse a los ojos de mi hermano, pero no podía. Me vi en total obscuridad hasta el día siguiente que desperté al principio no sabía dónde estaba hasta que me di cuenta de que estaba en la habitación de mi hermano semidesnuda, notaba que alguien estaba atrás de mi abrazándome, me preocupe por lo que podía haber pasado entre los dos, pero no había sensación alguna que me hiciera pensar sobre alguna penetración, me levante de la cama tratando de no despertar a mi hermano y me fui a mi habitación solo en la tanga que tenía puesta.

Después de 30 minutos en los que estuve tratando de acordarme de lo que había hecho, ¿por qué había despertado medio desnuda en la cama de mi hermano? Entro Karla a mi habitación, por primera vez trate de cubrir mis senos a la mirada de mi hija, se metió entre las cobijas preguntando qué tal había pasado la noche.

– Muy bien hija gracias por preguntar, hacía mucho que no bailaba y me divertía tanto.

Después de un rato en la que estuvimos platicando vi la hora y le dije que ya teníamos que levantarnos, hice el desayuno y comimos con mi hermano el cual actuaba totalmente normal, mande a mi niña a bañarse en ese tiempo aproveche para tímidamente preguntarle qué había pasado en la noche y por qué había despertado en su cama.

Al parecer cuando fui al baño él también lo hiso, al salir me busco pero sin éxito, hasta después de un rato en el que fue a la barra por un trago, de ahí la tipa lo entretuvo dándole platica, después fue cuando me vio lanzándome a él besándolo, quede dormida en sus brazos a causa del alcohol, me trajo a casa y me desvistió dejándome en mi cama, pero al poco rato me fui a su habitación y dormí ahí, apenada le pedí disculpas.

– No pasa nada, no te preocupes.

Después de unos meses en los que lamentablemente no encontré trabajo y en los que mi hermano me pidió fungiera como su secretaria en casa, esto como último recurso para no sentirme mal en que el prácticamente nos mantuviera a mi hija y a mí.

Llego el cumpleaños de mi hija y como ya teníamos planeado, la fiesta de mi hija fue modesta en cuanto a invitados pues solo invitamos a familiares y a unas cuantas amigas de mi hija, pero el evento fue espectacular. Al día siguiente mi hija recibió otra sorpresa, mi hermano había reservado una semana en un hotel junto a la playa en puerto Vallarta, la estancia fue maravillosa, paseábamos como un matrimonio con su hija.

Era el primer día, estábamos recostados en la arena los tres sobre dos mantas, mi hija en un bañador de una pieza que ocultaba su cuerpo infantil, yo en un bikini de dos piezas que dejaba una generosa vista de mis pechos y un calzoncito tipo brasileño que al verme en un espejo me percate de que era más tanga que brasileño y mi hermano que solo vestía un bañador tipo short.

En su momento Jose fue por unas bebidas para mitigar el calor, abran pasado 7 minutos cuando se acerca un chico el cual me pregunta.

– Hola mamacita ¿quieres que te ponga protector solar?

Yo ni me inmuté a contestar o voltear a ver quién era, pero vi como mi hija se levantó y increpando al tipo le decía.

– ¡no! Lárgate antes de que venga mi papá.

La reacción de mi nena me sorprendió mucho, pero más aún el que haya dicho “mi papá”. Al llegar mi hermano ella tomo mi mano y la estiro para hacerme abrazar a Jose y ella quedando en medio de los dos con la cabeza en el pecho de su tío se acostó, mi hermano no dio seña de sorpresa a pesar de que era rara la forma en la que estábamos, para colmo hacia nosotros se acercó una señorita ofreciéndonos sus servicios diciéndole a mi hermano, “gustan una foto con su hija y su esposa”, mi hermano no saco de su error a esta muchacha pero le pidió que la tomara, le pago y guardo la fotografía, el resto del día la pasamos increíble.

Ya por la noche mi hija y yo nos quedamos en la misma habitación y mi hermano en otra a lado, ella ya estaba por dormirse pero de repente se levantó, la forma en la que lo hiso me espanto, pero antes de abandonar completamente la habitación me pidió esperarla en la cama, a los 5 minutos, no se quizá más, regreso con su tío tomándolo de la mano, con un bostezo entendí que mi hermano también estaba a punto de dormirse, le pidió se acostara, él lo iba hacer frente a mí pero ella le pidió lo hiciera atrás de mí, posteriormente ella quedo frente a mí y le pidió a su tío le contara un cuento, para esto mi hermano tenía puesto un short solamente, yo al estar casi dormida solo llevaba un calzoncito que es con lo único que duermo siempre pues el brasier me parece sumamente incómodo.

Mi hermano fue por su celular al su habitación tiempo en el que aproveche para ir por una bata, abran pasado 30 minutos del cuento que mi hermano leyó para que mi hija quedara dormida al notarlo mi hermano me dijo que se iría a dormir, al darnos el beso de buenas noches nuestros labios se unieron en un pico, no sé si fue premeditado o algo que ocurrió por descuido, pero mi reacción fue de pena, pero note que él lo tomo como algo normal, después de que el besara la nuca de mi hija le tome del brazo pidiéndole que se quedara a dormir con nosotras, quedo quieto por unos segundos como pensándolo, sin decir palabras se metió bajo las sabanas y me abrazo por la cintura. Pudo haber pasado cualquier cosa igual me iba sentir protegida en los brazos de mi amado hermano.

Al día siguiente sentí como mi hija me despertaba con un fuerte abrazo por encima de mi cuerpo y el de mi hermano, nos regalaba un beso a los dos, después del desayuno a Karla se le antojo hacer castillos de arena por lo que nuevamente fuimos a la playa, ahí mientras Jose y Karla hacían los ansiados castillos a unos cuantos metros se sentaron una pareja de más o menos de 40 años los cuales me empezaron a dar charla, que si de donde éramos, que si esto y que si el otro. La platica pasaba del tema de los viajes que avían realizado Alberto y Sabrina que eran los nombres respectivamente de esta pareja, a el tema de que querían probar cosas nuevas por lo cual Sabrina guiñándome el ojo me dio dos entradas a una fiesta cercana a la zona, también me dio el dato de un lugar donde podría encargar a mi hija, el guiño y el dejar a mi hija con quien sabe quién me causaron cierta desconfianza, mientras comíamos investigue sin aun decirle nada a mi hermano, al parecer la “guardería” era un buen lugar, entretenido, educativo y lo mas importante seguro, en cuanto al guiño lo interprete o lo quise interpretar como una invitación a divertirme ya que igual que mi hermano yo no saque a estas personas del error de pensar que mi hermano y yo éramos pareja, de alguna manera quería divertirme con mi hermano como si lo fuéramos.

Faltaba poco para las 9 de la noche y Alberto junto a Sabrina pasaron por nosotros a la entrada del hotel, la recepción del evento prometía diversión, la música era para un baile sensual tipo salsa, desde el primer instante en el que entramos no perdimos oportunidad para bailar, para beber y sobre todo inconscientemente afirmarle a los presentes el pensamiento de que éramos pareja.

Abran pasado 45 minutos de que dio inicio dicha fiesta cuando el DJ anuncio “señoras y señores es hora del intercambio” las luces del lugar se tornaron tenues donde casi era imposible distinguir quien estaba a nuestro lado aun que le tuviéramos a 5 centímetros, distinguí una marea de personas caminando hacia acá y hacia allá, de pronto noto como alguien se paraba frente a mi hermano quien aún me mantenía tomada de la mano en un momento mi visión fue bloqueada por varios cuerpos de la misma manera frente a mí se paró un hombre después otro y otro, el primero quien se posó frente a mi empezó a besarme la boca y a hurgar mis nalgas por encima del vestido de noche que al ser delgado dejaba sentir la piel casi desnuda, mi ropa interior era una tanga de encaje por lo cual a este y otros tipos no les costaba meter la mano entre mis nalgas y casi violarme anal y vaginalmente con los dedos.

Con todas mis fuerzas jale a mi hermano quien casi empujando a todos quienes nos impedían estar de frente volvió a mí.

– Perdón, no sabía de que trataba esto.

Le pedí nos fuéramos del lugar de manera desesperada, Sabrina estaba cerca de la entrada y alcanzo a vernos.

– ¿Qué, ya se van chicos? ¿no les ha agradado la fiesta?

– Disculpa Sabrina, pero creo que mal interpretamos la invitación, no sabíamos que trataba de esto.

– Si, disculpen creo que debí mencionarlo.

Mi hermano y yo nos retiramos del lugar y volvíamos al hotel que estaba a dos kilómetros de la fiesta, mientras Caminábamos divagaba sobre que hubiera sido fantástico que las manos que me manoseaban fueran las de mi hermano, en un movimiento lento pero inesperado se posó tras de mí, con sus manos rodeo mi cintura y comenzó un bamboleo de un lado a otro imitando un baile, de mis labios deje escapar una sonrisa.

– ¿Quieres que nos regresemos a bailar?

– Estaría bien, estaba muy divertido, pero asumo que te sentiste incomoda con la situación

– La verdad es que si, pero, emmm ¿y si bailamos pegados para que nadie me manosee y no nos separen?

– ¿Segura?

– Si, creo que sabes que cuando me abrazas me siento segura ¿no?

– Si, jejeje me acuerdo de cuando eras una nenita, me pedias que te abrazara cuando llovía fuerte o cuando relampagueaba.

– Si, Jejeje.

Estaba decidido regresamos a la fiesta y en la entrada ya nos esperaba Sabrina.

– Ya sabía que ustedes dos regresarían, lo supe cuando los vi en la playa, ustedes dos desbordan pasión chicos, ¡anda a divertirse y a hacer travesuras!

– Gracias Sabrina, pero solo una cosa, Jose y yo no aremos intercambio, nosotros solo bailaremos y ya, es todo, ¿de acuerdo?

– Si, si mi niña como digas ya te veré más noche con el coño llenito de leche.

Nuevamente entramos, había música reggaetón aún se podía ver como todos se besaban, se acariciaban, “bailaban perreo”, pero no pasaba a más aún que las palabras de Sabrina me decían que ahí pasarían más cosas, cosas que desde un principio ya intuía y a quien quería engañar yo deseaba que pasaran.

Tal y como ya lo habíamos platicado, mi hermano y yo bailábamos y bebíamos con los cuerpos pegados para que nadie nos separara, de pronto siento como meten sus manos entre mis nalgas, en un susurro al oído le digo a mi hermano “ahí unas manos entre mis nalgas haaaummmfff”, sin querer las caricias que me propinaban me arrancaron un leve gemido, sentí como poco a poco las manos de mi hermano hicieron escapar a los invasores y como un buen macho sabiéndose dueño del territorio se posaron en mis nalgas pero él no lo hiso sobre el vestido como los demás si no sobre la piel haciendo que una corriente eléctrica me invadiera de pies a cabeza, paso dos de sus dedos sobre mis labios vaginales empapados y posteriormente los introdujo a su boca catando mis jugos.

Mientras los labios de mi hermano saboreaban mi cuello y hombros, pude ver a algunas personas sentadas en el sofá y algunas otras en el piso, aunque nada era visible las sombras dejaban adivinar que estaban cogiendo podía ser una verdadera orgia, pues en algunos lugares podía ver hasta 4 o 6 personas en un solo lugar, mi vagina ya era una cascada desde donde corrían ligeros ríos de mis jugos.

Como pude me agache y me quite la tanga, levante una de mis piernas a la altura de la cintura de mi hermano, pase mis manos detrás de su cuello, con una mirada y sonrisa pícara di un ligero brinquito haciendo quedar mi vagina sobre su verga cubierta aun por su pantalón y ropa interior, comencé a besarlo como si fuera lo último que hacía, separe un poco el cuerpo de su torso permitiéndole deshacerse de su ropa, después de más de nueve años de no sentir una verga llenarme la vagina la de mi hermano me hacía sentir plena no solo era el morbo o el placer, era la sensación de sentirme segura y protegida en un lugar donde en cualquier momento alguien podría aprovechar y violar mi virgen ano o no sé qué cosas podían suceder, después de varios minutos introduciéndome la verga de mi hermano en esa pose y como un tonto intento de que nadie me culeara mi hermano camino hacia una pared haciendo que nadie pudiera posarse tras de mí, mi hermano descargo tanta leche que me salía de las entrañas tan fluidamente con mi tanga me limpie aunque la leche seguía saliendo, esta vez sin otro asunto salimos del lugar, nuevamente nos encontramos con Sabrina y Alberto.

En un susurro y con una sonrisa pícara le di las gracias a Sabrina dejando en su mano mi tanga llega de mis jugos y leche de mi hermano, el camino hacia el hotel fue como un paseo de dos enamorados, pero sin decir ni una sola palabra, solo era el caminar de la mano, pasamos a la “guardería” por mi hija la cual contenta salto a abrazarnos a los dos.

Seguimos nuestro camino hasta nuestro hotel, mi hermano llevaba en brazos a mi hija tal como un verdadero padre, yo simplemente no podía dejar de mirarlo locamente enamorada, al llegar a la habitación no hubo necesidad de mediar palabras mi hermano acostó a mi hija y le leyó un cuento por no más de 7 minutos y ella quedo totalmente dormida, aproveche y fui a bañarme, Jose fue a alcanzarme, sorpresivamente me tomo por la cintura y comenzó besando mi hombro derecho, con una mirada censual voltee buscando sus labios, pare las nalgas buscando mi ansiada penetración, en la soledad de la noche, la brisa de la playa y el choque de las olas hacían acompañamiento a la música producida por el choque de mis nalgas con los muslos de mi hermano, mientras su verga entraba y salía de mí y nuestros labios se fundían las manos de mi hermano amasaban mis tetas hasta que acabamos en un orgasmo que me hiso perder las fuerzas de piernas, Jose paso sus brazos por la cintura para no dejarme caer.

– ¿mami…? ¿papi…?

El escuchar a Karla llamándonos nos sacó de la cabeza el seguir con nuestro encuentro nocturno

– ¿Me, me dijo papi?

– Si, jeje

Fue un momento chusco en el que ambos reímos.

– ¡nos estamos bañando mi amor!

– ¿ya vienen?

– Si mi amor

Después de ponerme un calzoncito de media nalga y mi hermano un bóxer nos dirigimos a la habitación, esta vez Jose le dio su beso en la frente a mi hija y a mí un beso largo en los labios, Karla con cierta duda nos quedó viendo.

– ¿ustedes son novios?

– Emmm, pues tú le dices papá a Jose ¿no es así?

– Si

– Pues a partir de hoy le puedes decir papá abiertamente y a todo el mundo le dirás que es tu papá ¿vale?

con una sonrisa enorme mi nena le preguntaba a Jose si así era y este le afirmaba.

Después de las vacaciones, al regresar a casa la duda me mataba, ¿qué pasaría con nuestra relación? ¿Qué actitud tomaría ahora mi hermano?

– ¿pasa algo?

– ¿Qué pasara con nosotros ahora?

– Nada, todo seguirá como hasta ahora, esta niña preciosa es mi hija

Dijo mi hermano mientras le hacía cosquillas a Karla

– Sabes que siempre las voy a cuidar ¿verdad?

– Si mi amor

– Pues no te preocupes, si es necesario nos vamos a vivir a donde nadie nos conozca.

Mientras le decía un “te amo” apasionado uní mis labios a los de él y posteriormente ambos besamos las mejillas de mi hija. Llegando a casa pase la mayoría de mis cosas a la habitación de mi hermano solo dejando en la otra recamara lo necesario en caso de recibir visitas de algún familiar.

Después de una semana visitamos a mis padres solo para notificarles del traslado de mi hermano a otra sede en el norte del país por lo cual nosotros, mi hija y yo nos iríamos a vivir a Monterrey ya que mi trabajo como su secretaria me lo permitía, claro que no fue de total agrado para nuestra familia, pero al final vieron lo feliz que éramos los tres juntos y sin más tomamos el avión a Monterrey en dónde recibimos una noticia, Jose seria padre y mi hija tendría un hermanito o hermanita.