Mi esposa me da el mejor regalo de mi vida, un rico trío

Valorar

Me ha servido bastante escribir las experiencias sexuales más interesantes que hemos vivido mi esposa y yo, ya que es imposible platicarlas con amigos cercanos, porque como ustedes sabrán se prestaría a malas interpretaciones, e incluso pondría en tela de juicio a mi esposa, lo que ha pasado en nuestra vida erótica es parte simplemente de un matrimonio feliz que busca satisfacer todas las necesidades de ambos.

Les describiré a lujo de detalle a mi esposa; ella se llama Gabriela, es una mujer muy interesante, inteligente, ama de casa, se podría decir que es muy decente (dentro de la vida social común), lo que más me gusta de ella es su sonrisa, y sus hermoso ojos cafés, ella es de estatura media aproximadamente 1.60, delgada, hombros finos y delicados, su espalda definida, un culo hermoso, muy hermoso, piernas torneadas, unos senos si no son grandes, tienen el tamaño exacto para poder acariciarse perfectamente… en fin debo presumir que tengo una hermosa mujer a mi lado, digna de despertar las más bajas pasiones a cualquier hombre que pase a su lado.

Lo que les voy a contar sucedió apenas la semana pasada, antes de iniciar el relato, les doy un antecedente: mi esposa ha tenido relaciones con otros hombres, se podría decir con mi consentimiento, y eso ha llevado a niveles extraordinarios nuestra sexualidad, obviamente no hay una relación sentimental, es meramente físico, la condición es yo saber cuándo, cómo y dónde se coge a mi esposa ya que ella misma me envía fotos y vídeos de cuando la están cogiendo. Todo esto sucede cuando yo salgo de viaje, que es por lo general una vez al mes… Como se imaginarán mi esposa es de un apetito sexual muy grande.

La semana anterior estuve en la Ciudad de México realizando un viaje cotidiano de negocios, duró aproximadamente 10 días, en los cuales estuve esperando algún mensaje cachondo. Me extrañaba no haber recibido algún wattsapp avisándome que saldría con su amigo sexual, yo por mi parte ya me moría de ganas de llegar a casa tomar una copa y hacerle el amor un buen rato. Terminé mis asuntos y me dispuse a tomar mi vuelo de regreso.

Como es de costumbre le avisé a Gaby que estaba a punto de salir para nuestra ciudad, que llegaría aproximadamente a las 9 pm para que fuera a recogerme al aeropuerto, extrañamente ella se negó, argumentando que el coche estaba fallando, que me fuera a casa en Uber.

Todo salió perfecto, llegue a las 8:50 a la ciudad, pedí Uber y le envié un mensaje comentándole que ya estaba en camino, me pidió que llegara de paso por una botella de vino y botana, me detuve en una tienda y compre un par de botellas de tinto, y algunas botanas. Ya casi por llegar a la casa me llegó un mensajito de Gaby y solamente decía: «Entra por la puerta del patio y no hagas ni un ruido», le pregunté porque y me respondió: «sigue mis instrucciones».

Inmediatamente empecé a imaginarme cosas, la conozco y de verdad cada vez me sorprende más su manera de planear los juegos y sobre todo me conoce a la perfección ya que sabe muy bien lo que me gusta.

Bueno, llegue a casa, entre por la cochera y me dirigí a la puerta de servicio que da directamente al jardín trasero, había una nota que decía: «toma asiento y disfruta la función», de verdad no imaginaba que era lo que estaba a punto de ver, pero sabría que sería genial.

Entré al patio sin hacer ruido, como ya era noche no se veía muy bien hasta que llegué a la ventana que da a la sala y como había iluminación adentro se veía muy bien lo que ocurría ahí. Frente a la ventana por la parte de afuera estaba una silla y una pequeña mesita, me senté, y tragué un poco de saliva. Estaba nervioso pero muy ansioso de ver lo que pasaría en la sala de mi casa.

Se veía todo normal, hasta que sonó el timbre, ví a mi esposa bajar las escaleras, estaba vestida de una forma muy casual con una falda tipo sastre un poco por encima de la rodilla, blusa azul y tacones, pero si maquillada de una manera muy sensual, resaltaba muy bien sus labios rojos y sus expresivos ojos cafés. Casi me voy de espaldas cuando veo quien entró, era un exnovio de mi esposa de cuando tenía unos 19 años, yo hacía poco lo había conocido en una fiesta…

Lo invitó a pasar a la sala, él obviamente no podía verme por la oscuridad del jardín pero yo veía perfectamente hacia adentro. Se sentó en el sillón más grande muy relajado el llevaba jeans de mezclilla, camisa y una chaqueta negra, mi esposa le ofreció algo de tomar, el aceptó un wiski, noté como veía el culo de mi esposa cuando iba a servir el wiski de la pequeña cantina que tenemos en la sala, ella también se le insinuaba al agacharse para tomar el vaso dejándolo ver con comodidad las curvas pronunciadas de su cuerpo en su ceñida falda. Sirvió las bebidas y se sentó a un lado de él, charlaron un poco, no alcanzaba a escuchar bien pero hablaban de cosas triviales, como viajes, trabajo, familia y amigos. Terminaron su primera copa y él se encargó de servir la segunda ronda mientras lo hacía, vi como Gaby desabotonó un poco su blusa y se soltó el cabello, además de que note su cara estaba un poco sonrojada, obviamente esa copa ya empezaba a surtir efecto, además como les comenté ella se prende muy rápido, y con un poco de alcohol la sangre se calienta más rápido. Regresó el tipo a su lugar y ella un poco más desinhibida se acercó a él, platicando más cerca y sonriendo se dieron un beso largo. Como era lógico durante el beso, el exnovio quiso meter la mano por debajo de la falda, pero ella se levantó del sillón para poner música, era el tipo de jueguito que le gustaba a Gaby, llevar poco a poco la situación hasta donde ella quería.

Puso música y al regresar al sillón inmediatamente le dio un beso a su amigo que no dejaba de mirarla con los ojos ya encendidos de deseo, y esta vez sí dejó que metiera la mano por debajo de su falda, ella recibiendo la caricia levantó la cara con los ojos cerrados, y mordiendo su labio inferior. Por la expresión del rostro de mi esposa noté que le gustaba como le acariciaba, ella misma le quito la chamarra y desabrochó la camisa, las manos de Gaby no paraban por debajo de la camisa del hombre, todo esto mientras los dedos de él acariciaban por debajo de la falda el sexo de mi esposa, y sus lenguas se fundían en un beso largo y profundo.

Mi esposa se relajó completamente ante esa caricia y se puso de espaldas a él para que pudiera introducir más fácilmente los dedos en su vagina mojada, para éste momento el tipo ya había levantado la falda de mi esposa hasta su espalda y había hecho la tanga negra de encaje a un lado, él sentado en el sillón y Gaby apoyada en el descansa brazos del sillón me daba el ángulo perfecto del culo de mi esposa, los dedos del exnovio y el rostro de placer de Gaby.

De pronto el tipo abrió su pantalón y se sacó el pene…mi esposa alguna ocasión me comentó que el tipo que le quitó la Virginidad tenía la verga muy grande, y si era cierto, (en el relato anterior, les expliqué a detalle esa anécdota)…

El exnovio saco los dedos de la vagina de mi esposa y con el mismo líquido de ella acarició la punta de su pene para así humedecerlo y poder ensartar la mojada vagina de mi esposa, ella al sentir la cabeza de esa verga, no le permitió la entrada, si no que inmediatamente lo recargó hacia el sillón, y tomando el pene con sus manos acariciándolo de arriba a abajo comenzó a recorrerla con la lengua suavemente de arriba a abajo, se inclinaba lo suficiente para llegar a los huevos de hombre, y se detenía en la enorme cabeza para estos con su mano izquierda lo masturbaba, el espectáculo era fantástico, ya que de donde yo estaba veía la cabeza de mi esposa moviéndose de arriba a abajo y su culo abierto de espaldas a mí, se lograba apreciar lo mojado que estaba, ya que las gotas de líquido vaginal le llegaban hasta los muslos. Una de las cosas que hace mi esposa mientras chupa mi verga es meterse dos dedos en la vagina ella misma, eso mismo hacía con el exnovio, y ella sabía que me encantaba ver cómo se acariciaba y de repente con sus dedos abría sus labios para dejarme ver su delicada vagina dilatada y el hermoso y apretado orificio anal humedecido con los líquidos lubricantes que salían de ella.

Duraron así buen rato, él de repente se enderezaba un poco para tocar el culo de mi esposa, ella se arqueaba para facilitar la tarea y paraba un poco más el culo para que pudiera llegar fácilmente a acariciar desde la vagina hasta su pequeño ano.

Yo observaba bien todo desde mi lugar privilegiado, daba pequeños tragos al vino y por supuesto mi verga estaba a punto de reventar.

Fue entonces cuando ella dejó de lamer la verga del tipo y se recostó en el sillón, el exnovio ya desesperado por cogerla se puso de rodillas en la alfombra, y con fuerza pero delicadamente quitó completamente la tanga negra de mi esposa, ella por su parte se desabotonó la blusa y bajó sus sostén dejando al aire sus deliciosos pezones ya erectos, él en un arrebato de lujuria se acercó y lamió sus tetas, pero mi esposa lo tomo del cabello y bajó la cabeza del hombre a su vulva, ella estaba con las piernas totalmente abiertas, el hombre lamiendo su vagina y con las manos libres apretaba las tetas de mi esposa, ella miraba hacia la ventana donde yo me encontraba, sabiendo que yo estaba observando, su mirada era de excitación y complicidad. Se lograban escuchar los gemidos de mi esposa, que se hicieron súper intensos, realmente estaba disfrutando las mamadas que le daba su exnovio, ya que tuvo un orgasmo lo supe por el gemido largo, y su rostro mirando al techo. Se relajó un poco pero de inmediato el ex de mi esposa se incorporó y ahora sí, la jalo de las piernas, la acercó a él y puso la cabeza de su verga en la entrada de la vagina de mi esposa, y de un empujón, lento pero fuerte la penetro hasta lo más profundo de su apretada vagina, mi esposa dio un gemido fuerte, levantó sus piernas para que aquella verga le llegara lo más adentro posible, las embestidas de aquel hombre eran muy fuertes, ella me confesó después que sentía que la partiría en dos con tremendo pene, duraron así algunos minutos hasta me mi esposa tuvo nuevamente un orgasmo, esta vez fue tan fuerte que sus gritos salieron del cuarto de sala, y un chorro de líquido vaginal manchó la alfombra color marrón de la sala, descansaron un poco y el amante de mi esposa aprovecho para servir otro par de bebidas

En esa oportunidad mi esposa se puso de pie tomó su wiski dio un buen trago, puso un beso en la boca del ex, lo sentó en el sillón de un pequeño empujón, el tipo sentado en el sillón con la verga a reventar, mi esposa aprovecho para pasar la lengua de arriba a abajo por el pene del ex, pasó sus piernas por los lados del su amante. Vi de espaldas a mi esposa y se veía perfecta, su definida espalda y sus preciosas nalgas un poco enrojecidas, entonces vi la pequeña mano de mi esposa tomar el pene del exnovio y ponerlo en su vagina, entonces él paso sus manos por la espalda de ella, acarició su culo, lo apretaba, y luego la sujetó de los hombros para apretarla hacia él y así meterle la verga con fuerza hasta adentro, mi esposa arqueó la espalda en señal de placer, movía el culo con un ritmo perfecto, eran 5 movimientos cortos y uno largo y profundo, haciendo de repente movimientos circulares (tal como yo la enseñe)… Fue entonces cuando entre la cogida que estaba recibiendo tomó su celular y con el tipo un poco incrédulo me envió un wattsapp que decía:

«A qué hora piensas venir?»

Yo al leer el mensaje sentí una excitación aún mayor a la que ya sentía, me puse de pie con la copa de vino en la mano. Entré a la sala, disfruté la escena otro rato. El ritmo perfecto de las nalgas de mi esposa y ver cómo le entraba y salía el miembro de aquel hombre, el sonido de chasquido de la humedad de su vagina. Todo era perfecto. Fue entonces cuando ella se levantó, se puso en cuatro le ordenó al ex que la cogiera por atrás, y yo me puse frente a ella, ella misma desbrocho mi pantalón y sacó mi verga que estaba muy grande y dura, vi como el exnovio empujaba su verga dentro de mi esposa y ella con unos gemidos deliciosos hacia más excitante la situación, mi esposa recorría mi pene con su lengua acompañado de una caricia con su mano, las embestidas del ex era cada vez más fuertes mi esposa hacia vibrar mi verga con sus gemidos, fue entonces cuando el exnovio ya no pudo más y termino dentro de ella, mi esposa al sentir que él se venía empujaba sus nalgas hacia atrás como pidiendo el semen lo más profundo posible. Una vez que el exnovio término fue a servir copas para los tres, mientras tanto yo me senté en el sillón y jalé a mi esposa hacia mí con las piernas abiertas, el semen del exnovio chorreaba por los muslos de mi esposa, mi verga entró fácil en la vagina de mi esposa, ella se movía a un ritmo delicioso, detrás de mi esposa pude ver al ex sentado en un sillón observando mientras con su mano se masturbaba esperando recuperar pronto una erección. Fue cuando mi esposa tuvo otro orgasmo, estás vez ella eyaculo un chorro de líquido vaginal, los gritos de ella retumbaban en toda la habitación. Ella decidió tomar un pequeño descanso. Mientras bebíamos le dije que fueran a la habitación y los alcanzaba en un momento, mi esposa tomo de la mano a su exnovio y caminando sensualmente enfrente de él subió las escaleras dejando ver su hermoso trasero y sus muslos llenos de líquidos. Los deje un rato a solas para que retomaran confianza. Cuando subí y vi lo que hacían mi esposa estaba lamiendo nuevamente el pene del exnovio, ya nuevamente firme. Él estaba recostado en la cama y mi esposa en 4 entre sus piernas. Duraron un rato así. Y en un momento mi esposa tomo la dura verga del exnovio y la introdujo lentamente en su vagina, ella sobre él, yo me acerque por detrás, y comencé a lamer su ano, le metí un dedo en el culo y sentí como lo apretó deliciosamente, entonces me puse de pie en la cama, intentando tomar el ritmo de la cogida que le estaban poniendo puse la cabeza de mi verga en su pequeño culo y poco a poco lo fui metiendo, ella gemía muy fuerte. Con mi verga sentía la verga del otro adentro de la vagina de mi esposa, ella gritaba de placer, hasta que llegó el momento de terminar los 3 al mismo tiempo. Sacamos los penes de mi esposa, escurriendo, mi esposa se acostó en la cama. Exhausta me dio un beso, y me dejó ver cómo salían de sus dos orificios líquido seminal. El exnovio de vistió y se fue, dormimos muy rico y en la mañana durante el desayuno platicamos cada quien su perspectiva de la experiencia tan deliciosa.

Eso pasó ésta ocasión…

Espero tenerles nuevas experiencias dentro de poco.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *