Un desconocido me hace sentir demasiado bien

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COMPLETOS DESCONOCIDOS

Con la curiosidad de conocer el mundo liberal, me adentre en una página de contactos de este mundo, ya que sabía sobre el por todo lo que había leído y por mi ex pareja.

Una noche muy aburrida decidí hacerme fotos insinuantes y colgarlas en dicha pagina, comencé a recibir muchos mensajes a los cuales no podía responder por que era miembro básico y no Premium, decidí hacerme una aplicación para poder escribirme con las personas solo con mi Nick y comencé a recibir notificaciones de parejas y hombres que habían visto mis fotos.

Nerviosa comencé a mirar y a contestar los mensajes de repente comenzó a hablarme una pareja a la que le había gustado y empezaron a decirme que le gustaron mis fotos que le parecían muy sexys y a la vez muy elegante, ya que no eran groseras, mantuvimos una conversación los tres y el comenzó a decime que le ponía mucho le encantaban mis pechos ya que tenían un tamaño normal y los pezones muy sonrojados. Pero de repente salto una notificación inesperada.

Era un chico, yo solo había visto su pene en dicha aplicación porque no me dejaba indagar en las demás fotografías solo de lejos. Su mensaje era muy educado “Buenas noches, acabo de ver tu perfil y me han llamado la atención tus fotos” Me llamo Raul, Encantado.

Nada más que vi su fotografía el corazón me palpito, se me estremeció todo el cuerpo y no sabía porque me estaba pasando todo eso, comenzamos hablar y congeniamos y resulto que yo viajaba a los días a su pueblo por viaje de ocio con mi mejor amigo y decidimos quedar en un bar un rato antes de partir con Pedro, cuando Raúl se monto en mi coche para guiarme hasta la cafetería estaba algo nerviosa pero a la vez tranquila, era un hombre moreno de buen ver, arregladito, cuando llegamos al bar nos sentamos uno enfrente del otro.

Yo me había arreglado a conciencia para el porqué mi mejor amigo estaba harto de verme de mil maneras. Yo llevaba puesto un vaquero entallado y un bodi negro con un escote de vértigo pero a la vez elegante ya que era por la tarde y unos tacones de aguja rojo. Yo veía que Raúl no dejaba de mirarme los pechos, pero rápidamente subía la mirada, yo estaba muriéndome de la calor que tenia, porque él era muy atractivo como a mí me gustan los hombres y encima tenía una mirada de malote perverso que te quitaba en sentido, estaba deseando tirar todo lo que había en la mesa y besarlo sin compasión y hacerlo allí encima delante de todos. Pero nos comportamos salimos del bar porque yo iba tarde y se monto en el coche para guiarme hasta la calle de Pedro y antes de bajarse me miro a los ojos fijamente y me dijo me encanto conocerte y me agarro la nuca y me beso dejándome sin aliento y quitándome las ganas de irme con Pedro que no tenían ninguna ganas, habría pasado el fin de semana con él, aun así me baje fui a casa de mi amigo.

Sin poder dejar de pensar en esos labios tan calientes, suaves y tan apetecibles que me habían besado con fuerza pero dulcemente, introduciendo su lengua dentro de mi boca y me agarraba tan fuerte la nuca que parecía que me estaba follando allí en medio, consiguió humedecerme el tanga que llevaba y que soltara un gemido al recorrer semejante escalofrió por todo mi cuerpo, me quede muy caliente y no podía olvidarlo, Antes de que se marchara quedamos el domingo nada más que el saliese del trabajo y yo llegase del viaje.

No dejamos de hablar por el whatsapp todo el fide semana y yo no dejaba de recordarlo, Al fin llego el esperado domingo, yo llegue corriendo del viaje diciendo a mi mejor amigo que tenía que volver my temprano por que tenía que recoger a mi sobrina,

Llego el ansiado momento nos dirigimos a un centro comercial, nos pedimos un refrigerio y empezamos a hablar y se le notaba tan duro que iba a saltarme el ojo con el botón del pantalón, hablamos de sexo, del porque la pagina liberal, y de repente empezamos a besarnos en ese sofá de cuero blanco y se nos olvido que estábamos en público… nos miramos y dijimos vámonos de aquí.

Me agarro de la cintura me pego a él y íbamos andando así por todo el centro comercial mientras nos dirigíamos al parking. Nos pusimos a hablar y me dijo “sube al coche al menos hablamos mas tranquilos que hace frio”

Nos miramos y empezamos a besarnos como si no hubiese un mañana, nos deseábamos tanto que nos daban igual los demás coches, la gente, solo éramos Raúl y yo.

Hacía años luz que no sentía esa complicidad con alguien y encima con alguien desconocido, le dije de ponernos detrás para no clavarnos los enseres del coche. Nos sentamos detrás y empezamos a besarnos sin compasión, cada vez se podía respirar menos en el coche del calor que hacía de lo caliente que estábamos y de las ganas de empotrarnos el uno al otro sin miramientos. Queríamos follar como fuese y cuando empecé a notar su polla dura tan dura que solo quería sentirla dentro de mi coño húmedo tan húmedo que mis pantalones estaban empapados, ambos estábamos chorreando, nos excitaba escuchar la gente tan cerca, el seguridad que se aproximaba a nosotros, el coche empañado de tal manera que todo el mundo sabía lo que estaba pasando allí dentro. El comenzó a lamerme un pecho y a la vez yo también lo hice, le puso como una moto notar su lengua y la mía comiéndonos mi pecho, decía que había llegado a tener la sensación mas gratificante del mundo que jamás lo había hecho y le ponía súper cachondo.

Desabrocho mi pantalón porque quería ver cómo era mi coño, descubrió que estaba choreando que su mano se mojo como si de un squirting se tratara que tenía todo el clítoris fuera y era grande, él deseaba meterlo en su boca y comerlo durante horas, y me estremecí el cogió mi melena pelirroja mientras yo con mi pantalón puesto me movía encima como si lo estuviera cabalgando y notaba su polla dura que me iba a reventar los pantalones y se iba a clavar en mi coño, de repente metí la mano quería verla saber cómo era, tenía el tamaño ideal y gordita, era súper apetecible para lamerla y no parar hasta tenerla dentro de la boca hasta el fondo y comerle los huevos, pero decidimos parar y bajarnos del coche y tomar nuestros destinos para follarnos la próxima vez en una cama…

Al bajarnos del coche estábamos como si hubiésemos salido de la ducha o nos hubiese caído una tromba de agua en lo alto, jamás nos había pasado eso, era increíble como estábamos, mis pantalones tenían un cerco desde todas mis partes hasta los muslos como si de los escalofríos y gemidos que se habían escapado me hubiese corrido, fue inolvidable.

Esta historia continuara…