No me acostumbro a ver desnuda a mi madre

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Ahí estaba yo, caminando de un lado a otro, como león enjaulado, pensando en lo que acababa de suceder, acababa de copular con ¡mi madre!

– Anda Jose, ¿pasa algo? te veo nervioso o algo preocupado

Dijo Elena una de las amigas de mi madre.

– No, para nada, señora Elena es solo… bueno algunas cosas de la escuela.

– La escuela ¿o alguna chica?

Quede en silencio, mi madre sirve un trago, levanta la mano con la copa y me dice.

– Jose, cariño, está muy bien que procures la escuela, pero estresarte de más te puede hacer daño, ven tomate una copa.

En definitiva, la necesitaba. Entre copa y copa fuimos charlando de uno u otro tema, en los que en ocasiones aparecían las hijas de las amigas de mi madre, pero también sus hijos quienes empezaban a puntualizar lo buena que mi madre estaba y aun esta, por ello que dejara de juntarme con ellos, también otras señoras eran tema, pero lo que más se comentaba era el convivir más en la casa de una de las tres para de este modo poder usar entre ellas los bikinis que a partir del momento usarían.

Entre otras cosas se fue la tarde y en cuanto las amigas se quisieron retirar se dieron cuenta de que se les había pasado las copas y tuve que llamar a sus respectivas casas para que pasaran por ellas, sus maridos habían estado en el golf del club y fueron quienes atendieron mi llamado.

– Mamá, van a venir los maridos de tus amigas, ¿puedes ir a cambiarte?

– Por qué?

– Traes el bikini-tanga, no sé si se te ha olvidado.

En un acto reflejo se agacha como queriendo corroborar lo que le acababa de decir

– ha si es verdad, creo que con las copas se me olvido de que estaba en estas fachas… ayúdame por favor cariño.

Dejando a las señoras con su plática, mi madre y yo subimos a su habitación y ahí mi madre se sienta en su cama mientras me pide sacar de un cajón un bikini más amplio.

– ¿Cuál mami?

– El que tu gustes cariño

El estar viendo los modelitos de mi madre y por primera vez ver otras prendas guardadas en uno de sus cajones pongo por pretexto el buscar algún bikini para ver lo que ahí guardaba, realmente solo me intrigó ver ahí la bolsa negra que le dieron en la tienda. saco un bikini tipo bandeau que si bien es muy parecido a los que usaba este ya dejaba ver un poco más.

– también pásame un crochet por favor cariño.

– sí má.

De esta manera bajamos nuevamente a la piscina en donde después de otra copa llegaron los esposos de las amigas de mi madre, los cuales a pesar de la poca visión que dejaba el crochet del cuerpo de mi madre en lugar de llevarse a sus esposas les animaban a seguir tomando al igual que a mi madre y a mí, por su parte también se servían tragos, mi madre al ver sus coqueteos y halagos se levanta de su lugar, al que poco a poco esos hombres se acercaban con pretexto de platicarle algo, a suerte de mis celos ella me pide hacerle espacio en mi camastro y se recuesta a mi lado. Al poco rato los maridos se llevan a sus esposas y nos dejan a mi madre y a mí, después de tanta bebida mi madre me dice que tiene sueño y nos dirigimos a dormir, en la recamara sin más me meto a la cama solo en boxers que es como acostumbro a dormir, ella desde su lado de la cama sin apuros se despoja del traje de baño y se mete entre las sabanas, por segundos, quizá por un minuto volví a mirar sus pechos y su sexo, era una sensación de felicidad extraña, saberme el único hombre en mirar lo más íntimo de mi madre, como no queriendo la cosa bajo mi bóxer, al terminar siento la mano de mamá como buscando algo.

– Dame tu mano cariño.

Le doy mi mano derecha y ella me hace que la abrace.

– Quiero dormir sintiendo tu calor mi amor

Inevitablemente nuestros cuerpos se pegan quedando mi verga en medio de sus dos hermosas nalgas, no sé si el alcohol hizo que no tuviera ninguna reacción, pero preferí así.

Por la mañana suena al unisonoro el despertador de mi madre y el mío.

– buenos días, cariño.

– buenos días más.

Con algo de flojera ambos nos levantamos de la cama y me dirijo a mi habitación a bañarme y vestirme para ir a la escuela, mi madre a su vez para ir a la oficina, al verla con su nuevo vestuario quede impactado, constaba de una falda sastre entallado, justo unos centímetros arriba de las rodillas, una blusa en la que se transparentaba su brazier de la misma manera esta era ajustada a su cuerpo y cubierto por un saco.

– ¡Mamá! pero que hermosa te vez.

– ¿En verdad te parece cariño?

– Por su puesto.

– Pues gracias, mi amor.

En eso ella se da vuelta para que la pudiera ver mejor, en la parte de sus nalgas se le marcaban a la perfección, pero faltaba algo, no se le marcaba la costura del calzón, aun así, no dije nada.

Antes de salir cada uno a su destino me dice.

– Cariño, por la tarde vas a la oficina, tengo una comida de negocios y quiero que vengas conmigo.

– Si ma.

No sabía cómo sentirme pues era la primera vez que ella me llevaría a un evento como este. La universidad paso sin mucha novedad y casi sin importancia a comparación del acontecimiento que me esperaba en la tarde. Llegando a la oficina de mi madre me hicieron pasar directo a donde ella.

– Espérame unos momentos mi amor y nos vamos a la comida.

– Si má.

– Mientras ven que quiero que veas cual es el asunto.

Sin dudarlo me fui a lado de ella, me mostró algunos datos que serían el tema de la cena, esta con personas que querían que la pequeña fábrica de plásticos reciclados de la familia fabricara algunas cosas.

Después de la explicación salimos de las oficinas con dirección al restaurante en donde mi madre y estas personas habían quedado. Al llegar vi en la mesa a tres señores de aproximadamente 40 años los tres, quizá alguno más grande o joven. Al ver a mi madre quedaron impresionados pues, como ya dije a pesar de que con la ropa holgada que anteriormente usaba mi madre se veían muy atractiva ahora con ropa ajustada se veía de infarto. Las negociaciones se llevaron de lo mejor y se firmó el acuerdo cosa que como casi siempre sirvió de pretexto para pedir bebidas y brindar por la sociedad que se acababa de formar, durante por casi una hora estuvimos brindando y platicando sobre diversos temas en donde me pude dar cuenta que estos tipos no perdían oportunidad de mirar el escote de mi madre y en ocasiones lo poco que la falda dejaba ver. En su momento mi madre advirtió que tenía que usar el tocador. Después de algunos minutos también lo hicieron dos de estos tipos.

– En un momento regresamos…

– joven le dejamos unos momentos charlando con Joaquín.

– Si, no se preocupen.

Después de lo bebido yo también tuve la necesidad de ir al servicio.

– ¿Le molesta si me retiro un momento?

– No se preocupe.

Me dirigí al servicio pensando en cuantos años mi madre había estado a cargo de la fábrica y en cuantas ocasiones tuvo que lidiar con tipos como estos que más que admirar la belleza de mi madre, lo que querían era llevársela a la cama, en cuanto iba a abrir la puerta de los sanitarios escucho las voces de aquellos tipos.

– Valla que si esta buena, lástima que haya venido con el chamaco ese.

– ¿Y si no hubiera venido con el qué?

– Ja, ja, ja.

– Pues las negociaciones hubieran terminado en un motel.

– Ja, ja, ja.

– Pues lástima, porque si antes se me antojaba ahora más.

Después de escuchar que saldrían me retire un poco de la puerta y simule apenas haber llegado. Después de hacer mis necesidades regrese al lugar de nuestra mesa en donde los tres tipos acechaban a mi madre.

– ¿Nos vamos cariño?

– Si.

En casa platicamos sobre mis observaciones en la cena en el tema del negocio que se acababa de cerrar mas no de lo que oí en los sanitarios ya que realmente no sentí la confianza para hablarlo como un tema que ni más ni menos. aun que si puntualice su belleza.

– ¿Y cómo te sentiste en la cena cariño?

– Bien má, y más por que iba acompañado de una mujer hermosa.

– Gracias, mi amor… oye, como me veía con mi vestimenta.

– Mas hermosa de lo usual.

– ¿En verdad?

– Si

– Me siento un poco rara de vestir así.

– Imagino que es la costumbre.

– Dime la verdad, crees que iba provocativa.

– Mi cara expreso extrañeza.

– No má, para nada, todas las mujeres usan ropa ajustada, además si lo hicieras yo fuera el primero que te lo dijera.

El resto de la semana fue similar, temprano iba a la escuela y por la tarde llegaba a la oficina de mi madre y con ella veía asuntos de índole administrativa y otras cuestiones, me percaté de más de 10 hombres distintos que miraban lascivamente a mi madre, pero no di importancia. En casa la situación era muy familiar, dormíamos juntos con ropa y sin llegar a copular nuestra relación nuevamente era de madre e hijo y ni uno de los dos tocaba el tema, eso sí a cada oportunidad la abrazaba o le daba un beso, de vez en cuando uno era en sus labios. El viernes fue mi último día del curso y lo único que tenía en mente era empezar a relajarme cosa que realmente no podía puesto que también tenía en mente el asunto de mi madre.

El sábado lo empezamos yendo al club como habitualmente hacemos, nuevamente mi madre atrajo muchas miradas con su nuevo bikini brasileño floreado que dejaban la mitad de sus nalgas a la vista solo «cubiertas» por un pareo, los pechos de la misma manera eran más vistosos. Elena y Sofia no estaban en el club e igual que la semana pasada mi madre no le dio mayor importancia y fuimos en busca de un lugar en donde tomar el sol.

Nuevamente solo tomamos el desayuno en el club y regresamos a casa.

– Hay mi amor ya me urgía por llegar aquí y tomar el sol con total tranquilidad.

– Creo que ahora me entiendes por qué me gusta tomar el sol aquí.

– Ahora si, je, je, je.

– Adelántate a la piscina mi amor voy a ponerme algo más cómodo.

Como ya era mi costumbre puse música suave, fui a unos metros de la piscina acomodé mi manta y enzima me acosté.

– Que tal me veo cariño?

Nuevamente quede sorprendió pues solo llevaba puesto un micro bikini blanco el cual con tres triángulos cubría los pezones y vulva del sensual cuerpo de mi madre, un triángulo más adornaba la parte superior de sus nalgas.

titubeante solo atine a decir.

– Muy hermosa.

– Solo hermosa?

– Bueno te ves muy buena.

– Gracias mi amor.

Con unos brinquitos de chica salvavidas de película llego de la puerta de la casa hasta donde me encontraba, con ello uno de sus pechos salió del triangulito que lo sujetaba,

– Ja, ja, ja, Que cosas mi amor, cuando vallamos a la playa Recuérdame no usar algo así, ja, ja, ja… ya me imagino el espectáculo que daría.

– No… por nada te dejaría usar algo así en público.

– Y eso porque, huuuy creo que alguien se pondría celosito si hago topples en público.

Ante las palabras de mi madre solo sentí como la cara se me ponía colorada y no solo por lo que acababa de decir si no también por estarle viendo los pechos al desnudo y casi adivinar la forma de su sexo tras esa delgada tela.

– No te preocupes mi amor, ya te dije solo tú me veras así… y algo más.

– algo más?

– si.

En cuanto termino de articular esta última palabra mi madre empezó a jalar de los listones del sujetador dejando sus pechos totalmente al aire, pero no fue todo si no que siguió con el del calzoncito dejándose completamente desnuda.

– Que haces?

– Es que vi en internet que se siente rico tomar el sol completamente desnuda y aprovechando que solo estamos tu y yo, como dijiste me doy gusto.

– bueno eso sí.

Aunque trate de cerrar los ojos, el saber que a lado de mi se encontraba mi madre completamente desnuda me mantenía alerta y tratando de mirar hacia ella.

– Jose, cariño me pones el protector por favor?

– Si ma, oye, ¿no que iban a venir tus amigas?

– Pues eso dijeron, pero no me han llamado y ya ves que no fueron al club.

mientras hablábamos eche protector por la espalda al llegar a la espalda baja pase directo a las piernas.

– Cariño las nalgas también se queman.

– Si, pero…

Sin haber terminado la frase mi madre se dio vuelta y tomándome de las manos dijo.

– Cariño, eres mi hijo, el hombre de la casa y de mi vida… Puedes tocar sin pena alguna mi amor.

Las palabras de mi madre me dejaron impactado, (Ya se, ya habíamos copulado, aun así, yo aún la veía como mi madre y con ello los pudores comunes de esta relación.)

Sin miramientos eche la crema protectora en mis manos y consiguiente mis manos en la parte superior de las nalgas de mi madre, de ahí las fui bajando hasta llegar al inicio de sus piernas donde sentí que casi ni quedó crema en mis manos, volví a subir en un movimientos circulares expandiendo la crema por cada milímetro de esas masas carnosas, en momentos al esparcir la crema en los extremos se abrían los cachetes dejando ver su ano y el final de su vulva en donde se podía ver los labios de la vagina abiertos y una brillante gota de flujo asomándose, para finalizar esa zona pase la mano derecha por en medio de sus nalgas, desde la vulva hasta la espalda baja haciendo que mi madre pegara un pequeño brincó.

– Así mi amor, ves, no pasa nada si me ves desnuda o si tocas mi intimidad.

termine con la parte posterior de las piernas y continúe con la parte frontal poniendo especial atención con sus pechos y su vulva.

– A ver mi amor, déjame ahora te pongo a ti.

– Si ma, por favor.

Al echar protector en mi parte frontal y terminar con mi abdomen mi madre no paro hasta introducir sus manos a mi bañador y posteriormente tomar mi verga y esparcirle bloqueador.

Después de media hora acostados tocaron la puerta. haciendo que mi madre brindara del susto.

– Ayudarme a ponerme el bikini rápido cariño.

– Mejor, ponte la toalla ma y vete a poner otro bikini, acuérdate que este bikini casi no te tapa nada.

– Tienes razón, mientras ve quien llama a la puerta.

Al abrir la puerta me encontré con Elena y Sofia, las amigas de mi madre.

E- Hola Jose, ¿esta tu mamá?

– Si, está en su habitación buscando un bikini para ir a la piscina.

E – Que bueno por que venimos dispuestas a pasarnos el día disfrutando de la tarde.

S – Valla que sí.

– Chicas que milagro, pensé que no venían.

En ese momento bajaba mi madre en un bikini brasileño parecido al que había llevado al club, pero en color blanco en el cual se marcaban los labios vaginales de mi madre, aún que no dije nada puesto que ante ella estarían dos mujeres y yo, quien como ella dijo, soy su hijo y podían ver su intimidad.

S – Si pasa que tratamos de que nuestros esposos vinieran con nosotras para hacer una pequeña fiestecita, pero ya sabes, el golf y la bebida entre ellos es prioridad.

– Que mal, pero mejor no creen así hacemos una tarde de chicas y sin problema.

E- Eso sí, je, je, je.

Estas palabras me agrado bastante, aunque eso de «Tarde de chicas» me hacías sentir excluido hasta que vi que yo, sería el cantinero, las tres se acostaron sobre camastros, las amigas de mi madre con tanga y mi madre con el bikini brasileño, yo tumbado enmismado sobre el pasto, hasta que escuche.

– Cariño, nos sirves unas copas.

– Si, voy.

– Cariño, te molesto con unas botanas.

– Cariño otras copas por favor.

Ya entrada la tarde y con varias copas de más escucho a mi madre pedirme poner música para bailar y en eso estaba (y algo mareado también) cuando escucho que tocan la puerta, por la desinhibición del alcohol no me acorde de comentarle a mi madre para que fuera a ponerse algo menos revelador. Eran franco y Brayan los hijos de las amigas de mi madre.

B – Hola Jose cuanto tiempo sin verte, ¿estará mi madre aquí de casualidad?

– Si… y tu mamá también Franco.

F – Lo imaginaba, estas señoras, tan amigas como siempre.

Sin mediar muchas palabras los chicos pasaron, en cuanto Elena vio a su hijo y este a su madre Elena un tanto escandalizada dijo.

– Franco! Hijo que pena.

Y acto seguido trato de cubrirse la poca tela que cubría sus pechos y pubis, los actos de Sofia imitaron los de Elena, mi madre se cubrió tras de mí, tomándome del brazo.

F – Relajante mamá, no están haciendo nada malo o sí.

E – No hijo, pero que pena que me veas en esta ropa.

F – No te preocupes mamá, es súper normal usar… tangas y esas cosas.

Mientras Franco le decía a su mamá no podía evitar voltear a ver a la mía cada dos palabras, igual que Brayan.

B – Franco tiene razón mamá, por mí no te preocupes.

Poco a poco Elena y Sofia se fueron descubriendo.

S – Es que lo teníamos pensado para hacerle una pequeña fiesta para tu papá… bueno, yo para tu papá Brayan y Elena para tu papá Franco.

F – Y Ana, ¿para quién?

A juzgar por la inexistente reacción de las tres mujeres nadie le dio importancia a la pregunta de Franco.

S – Hijo antes de que llegaran estábamos bailando solas, ¿quiénes ser mi pareja de Bailé?

E – Si es verdad Franquito, ven baila conmigo.

De esta manera las tres amigas empezaron a bailar con su respectivo hijo hasta que las copas me hicieron dejar un rato a mi madre para ir al sanitario. Al regresar mi mamá bailaban un tanto confianzuda con Franco, ella le tenía rodeando el cuello con sus manos y a su vez en la cintura con sus manos, a mi parecer eran dos novios enamorados y mis celos aumentaron cuando vi que Franco jalaba con las manos la cintura de mi madre para restregarle el paquete a la altura del sexo de mi madre cubierto solamente por su bikini.

E – Jose, bailemos un poco en lo que Franco y tu mamá bailaban.

Mis pasos hacia mi madre y Franco fueron interrumpidos por la mano de Elena quien me hizo bailar con ella.

En ocasiones volteaba a ver a mi madre quien parecía muy desinhibida, sus pechos ya rosaban los de franco, termino la canción y mi ánimo era de enojo y celos por lo cual molesto fui a sentarme a lo que Elena y Soria también lo hicieron para beber de sus copas, de la mano de franco también iba mi madre, pero al llegar cerca de nosotros mi madre se separó y sorpresivamente para mí se sentó en mis piernas, en un principio pensé que era por que ya no había lugares en donde sentarse, pero justamente había un buen espacio a lado de Franco, pude percatarme de que mientras mi madre me hacia mimos, miraba de reojo a franco como si quisiera darle celos. Durante el resto de la noche mi madre no se separó de mí, incluso para ir al sanitario me pidió la acompañara poniendo de pretexto que se sentía mareada que realmente no era de todo falso.

En cuanto se fueron las amigas de mi madre, ella inmediatamente se fue a su habitación mencionando que se había cansado y estaba muy madreada. Me percaté de dejar la casa asegurada cerrando las puertas y ventanas, después de mi labor fui hacia la habitación de mi madre.

– Jose, mi amor ven, quiero sentirte cerca de mí, (casi en un susurro dijo), el estúpido de Franco me dejo caliente.

Esas ultimas palabras de mi madre me dejaban en duda, lo dijo en voz baja en forma de confesión a mi o en tratando de que no la escuchara, también me entro a la cabeza si debía bajarle la calentura con una sección de sexo o, realmente que debía hacer.

En cuanto entre a su habitación ella ya casi dormía y no hice mas que meterme a la cama detrás de ella y abrazarla, al sentirme acomodo su cuerpo al mio y posando mi mano en su cadera sentí un calzoncito que podría llamar normal, de aquellos que tapan media nalga.

En mi mente no tenia mas que las imágenes del día y de días anteriores, sus pechos, sus nalgas, su torso y piernas de maravilla, su exquisita concha y ante todo el haber tocado la parte mas intima de su cuerpo con su total consentimiento, pero de la misma manera a mi mente vino cuando bailo con Franco y el caminar tomados de la mano y su voz diciendo «me puso caliente».

No supe a que hora quede dormido.

– Jose, mi vida despierta.

– mande má.

– Despierta cariño.

– Para que es muy temprano.

– No corazón, ya son las nueve de la mañana.

Talle mis ojos y al enfocar la mirada puede ver que mi madre tenia puesto presuntamente un calzoncito que cubría sus nalgas completamente pero al ubicarse de perfil me di cuenta que se trataba del calzón que le había pedido comprarse en el centro comercial, el cual en la parte de las nalgas solo contaba con dos tiras de tela bordeándolas dejando al descubierto sus nalgas, enseguida se puso unas licras ajustadas que dejaban ver una nalgas muy paraditas y en la parte superior se puso un bralette de encajé con unos zapatos de tacón alto.

– Wou mamá, por que tan sexy.

Realmente mi expresión fue de asombro total, nunca había visto a mi madre vestida tan sexy.

– Pues como le dije a Elena, quiero coquetearle a alguien, si viste lo que hice ayer no?

Realmente creo que la mente de las personas siempre piensan lo peor en mi caso no fue la excepción.

– Si lo vi y creo que Franco ya puede dejar de preocuparse por cumplir una… fantasía.

– A que te… A ya, lo de Franco… bueno eso es otra cosa, pero me refiero a ti tontito, me quiero ver sexy para ti y que dices, como me veo?

– Pues realmente muy sexy

– Gracias mi vida.

– Y que es lo de Franco?

– Nada, ayer cuando te fuiste al baño me invito a bailar, pero habrás visto que se me pego mucho, me estaba diciendo que, si necesitaba un, «amigo» en quien confiar que contara con el y esas tonterías y te seré honesta me calentó como me pegaba su… verga y por eso cuando llegaste me senté en tus piernas… espero que el idiota haya entendido que yo ya tengo, un hijo y hombre.

Mientras mi madre decía esto se dirigió a mi y se sentó en mis piernas.

– Sabes que me calentó mas que sentir la erección de Franco… sentir la tuya cuando me senté en tus piernas, lastima que estaba borracha si no…

No se que pasaba por mi cabeza pero oír a mi madre hablar tan deshinibidamente y el que me insinuara que quería que me la cogiera me hacia desearla cada vez mas.

– Bueno cariño Elena y Sofia, no vendrán hací que tenemos todo el día para nosotros.

– Y a donde vamos a ir?

– A ningún lado solo quería ver como me quedaba esta ropa, quieres que me quede con ella?

– Seria muy sexy.

– Bueno entonces mientras baja a la piscina y ahora te alcanzo, pero no pongas musica por que dije que no estaríamos.

Tal y como mi madre dijo, fui a la piscina con una erección monumental y me tumbe boca abajo y a los pocos momentos llega ella en esa ropa que la hacia ver tan sexy y deseable, sentándose en un camastro dobla una rodilla y se saca el zapato, continuo con el siguiente zapato, poniéndose de pie se saca el bralette y deja a mi vista un brasier el cual eran puras tiras de tela y un pedazo de encaje «cubriendo» sus pezones los cuales realmente eran visibles tras el encaje, el bralette quedo reposando en el camastro, mi madre se dio vuelta y dándome la espalda se baja lentamente el pantalón de licra dejándome ver sus nalgas de la misma manera la licra quedo reposando en el camastro, ver a mi madre caminando de un lado a otro, moviendo las caderas de manera provocativa era erotismo puro y a esto le aumentaba el morbo saberla en ropa interior.

Verla juguetear me paresia una tierna niña, hasta que al parecer se canso y se acostó a mi lado boca abajo, lentamente me baje el bañador y saque mí verga erecta.

vi los ojos de mi madre cerrados. me moví lentamente hasta quedar enzima de ella justamente mi verga pudo entrar entre sus piernas por la abertura del calzón.

– huuuy mi amor, que cosa mas rica estoy sintiendo.

– Te gusta mami.

– Mucho mi amor.

Apuntando la verga a la entrada de su vagina deje caer mi peso y con ellos penetrándola.

– Y que tal esto mami.

– Me encanta cariño, uuuuumm.

– Me alegra, por que tengo ganas de hacerte mía.

– Me alegra mi amor, por que hace mucho que ahí no entra nada.

Nuestras palabras eran entrecortadas tanto por mis envestidas como por la excitación.

Podí sentir como mi sangre hervía, como la verga me dolía al tratar de engrosar mas de lo que ya estaba, realmente tenia ganas de cogerme a mi madre, tal vez aun le tenia el amor de hijo pero también el de hombre y de un hombre que si no me cansara la cogería día y noche.

– Que rico mi vida, mi corazón.

La posición empezó ser cansado para mis brazos así que me despegue un poco para que mi madre se pusiera en cuatro, la tone de la cintura y continúe con las embestidas.

– haaaaa! hummmfff, Que… rico… mi amor, que rico, que rico, haaaaaa!!!

Las paredes vaginales de mi madre se sentían exprimirme.

– Si mami… que rías nalgas… tienes.

– Te gustan… mi amor?

– Claro que si… mami

– Pues… sabes que… son tuyas mi amor.

Las palabras de mi madre me eran eróticas y me hizo estallar a segundos después de su orgasmo.

– Que rico cariño, ya hacia mucho que no sentía un organismo… bueno creo que solo he sentido uno aparte este que fue mas que delicioso.

Después de las palabras de mi madre me deje caer a un lado enzima de la manta.

– Espero que aun tengas las mimas ganas mi amor, por que comprenderás que yo las tengo acumuladas.

– Me imagino.

Abriendo las piernas paso una rodilla a mi costado dejando su vagina enzima de mi verga con un movimiento hacia adelante y hacia atrás acariciaba mi verga, con sus manos aparto el encaje dejando al aire sus tetas a las cuales me abalance succionando y acariciandolas como si muriera de hambre y fueran mi único alimento.

Sentí las manos de mi madre en mi verga ya erecta y con un movimiento súbito dejo caer sus ricas nalgas ensartandose en mi verga.

– Que rica verga tienes cariño, en verdad que tome una buena decisión al pedirte que fueras mi hombre, que rico montarte, te amo!!!

– Y yo a ti mami.

– Me encanta que me digas mami mientras me coges, me da mas morbo saber que crié a todo un macho mi amor.

De momento mi madre dejo caer su cabeza y sus pechos en mi pecho sin dejar de mover sus nalgas.

– ha! ha! ha! ha!

Las palabras de mi madre dejaron de ser entendibles para solo generar sonidos de disfrute sexual.

Después de volver a vasearme dentro de mi madre ella bajo hasta mi entrepiernas y empezó a limpiar mi verga con la lengua y posteriormente volvió a mis brazos.

Durante en día cogimos varias veces mas solo descansábamos para comer y recuperar el aliento.

Desde ese día algo cambio cuando veía a Ana ya no solo veía a mi madre, una mujer extremadamente hermosa y deseada por otros, ahora veía también a mi mujer.