Se hace caca mientras follamos

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Cuando iba a cumplir la treintena, conocí a una chica y estuvimos saliendo unos meses, ambos vivíamos todavía con nuestros padres. Cada sábado salíamos de fiesta y terminamos follando en el coche, en descampado, en un lavabo de algún bar o en el mejor de los casos en el piso de unos amigos…

Por fin, un fin de semana planeamos un viaje en pareja; alquilamos una habitación en un bonito hotel y reservamos una cena en un restaurante romántico. Queríamos ir a cenar, tomar unas copas y follar cómodamente toda la noche.

El sábado por la mañana, visitamos la ciudad y por la tarde ya estuvimos follando en el hotel hasta la hora de cenar… Luego nos fuimos al restaurante y después a tomar unas copas, lo que iba a ser una copa, fueron varias y llegamos al hotel con algún trago de más !!! Pero no podíamos desaprovechar aquella ocasión.

Ana llevaba un bonito vestido, y se había comprado lencería para la ocasión, eran unas braguitas rosas prácticamente transparentes, con encajes alrededor. Al entrar en la habitación comenzamos a besarnos y me tumbé sobre ella para follarla.

Me dijo que le dolía un poco la tripa, que tenía que ir primero al baño, pero con el calentón que llevábamos no la deje ir y seguí besándola. Ella estaba incómoda, pero también estaba súper caliente, por lo que seguimos besándonos sobre la cama.

No quería quitarle la bonita lencería, así que bajé hasta su coño y simplemente le aparté un poco la braguita para poder lamerle el coño. Enseguida me di cuenta que estaba tan excitada como yo, porque su coño chorreaba flujos por todos lados. Yo estaba fuera de mí, aquella noche tenía que ser especial y aunque nunca lo había hecho por miedo a que lo rechazara, alargué mi lengua hasta su culo, lamiéndole todo su ano. Al principio pensé que le había molestado, pero pronto pude ver como se acomodaba para facilitar que volviera a hacerlo, aquello me calentó todavía más y seguí lamiendo.

Empecé a jugar con mi lengua en su clítoris, luego la pasaba por todo su coño lamiendo sus flujos y terminaba mi recorrido en su culo. Sin disimulo, me detenía en él y lo lamia y lamia…, sabía y olía fuerte, pero me encantaba aquel olor y aquel sabor porque me ponía súper cachondo pensar en aquella guarrada.

-Vamos déjalo ya y follame!!, no puedo más…además tengo que ir al baño, no aguanto más.

Obedecí y me puse a follarla, todo esto sin sacarle su bonita y morbosa lencería rosa, solo comenzar a penetrarla pude notar su orgasmo…pero yo con la borrachera que llevaba y las veces que me había corrido aquella tarde no conseguía correrme, así que seguía y seguía empujando.

-Venga por favor córrete ya!!! De verdad que no puedo más, tengo que ir al baño. Solo será un minuto, voy al baño y vuelvo. Me suplicaba.

Pero yo no tenía ninguna intención de parar, pensaba que ella se podía aguantar y seguía follándola, a pesar de que su cara se estaba contrayendo, por el esfuerzo que hacía al intentar aguantarse.

-Me lo voy a hacer encima, de verdad que no puedo más!!!

-Pues háztelo, ahora no voy a parar!!! Le dije una de las veces

-Eres un capullo!!!

-Relájate y disfruta, que ya me corro.

-No puedo me estoy haciendo caca!!! Me gritó.

Yo seguía empujando, disfrutando como nunca, como si estuviera en un continuo orgasmo. Cuando vi que Laura relajaba su cara y dejaba de hacer fuerza.

Se había dejado ir!!! y se lo había hecho encima!!! Pude notar el olor que inundó la habitación y cómo sus músculos se relajaban.

Iba a parar y a decirle; que coño había hecho??? que se fuera a limpiar!!!…, pero entonces vi su cara de placer y su rostro totalmente relajado, además había sido mi culpa. Así que, en lugar de parar, la besé y seguí follándola.

Aquella situación, en lugar de cortarnos el rollo, nos puso más y más cachondos. Ella me beso todo lo guarro que pudo, me agarro apretándome bien contra ella, y me susurro al oído, entre jadeos:

-¡Vamos follame, sigue!! Ahora ya puedes follarme todo el rato que quieras!!!

Pero yo con el calentón que llevaba no pude aguantar ni un minuto más y me corrí dentro de su coño.

-Ahora te corres cabronazo??? Me gritó.

Los dos nos echamos a reír y comenzamos a besarnos, sin darle importancia a que Laura tenía todo el pastel en sus bragas. Ya nos habíamos acostumbrados al olor, así que seguimos besándonos y ella cogió mi polla y comenzó a pajearme de nuevo para no dejar bajar mi erección. A pesar de mi borrachera, mi polla seguía tiesa, aquella situación era muy morbosa, aquel olor a sexo y mierda me tenía loco.

Cuando me la puso erecta de nuevo, sin sacarse las bragas para evitar que se cayera todo por la cama, se puso sobre mí y comenzó a follarme. De su coño aun chorreaba el semen de mi anterior corrida y mi polla entraba sin problemas.

-Te gusta??, ¿estás disfrutando??? De verdad, no te molesta el olor de mi caca???

-No, me encanta…

-Ya veo, ya!!! Mira como ha quedado mi nueva lencería!!! Te gusta así de sucia???

Yo no conteste, pero le agarré su trasero y la atraje contra mí, apretando su braga contra su culo, para que todavía se marchara más su lencería.

Ella se incorporó un poco, sentándose sobre mi pene. Y mirándome a los ojos, metió su mano en la braguita y la sacó toda manchada de caca. Me la enseñó y limpio sobre mi pecho. Yo aguantando la mirada, metí mi mano en sus nalgas sacándolas totalmente sucias y empecé a tocarle las tetas con ellas, mientras ella seguía cabalgándome.

Finalmente me dijo:

-Esto es lo más guarro que jamás vas a hacer!!! Así que disfrútalo porque es la última vez.

Y comenzó a cabalgarme más y más rápido hasta que los dos nos corrimos en un largo orgasmo.

Después los dos caímos derrotados en la cama. A la mañana siguiente, cuando nos despertamos, comenzamos a limpiar todo aquello sin hablar del tema. Y desde aquel día nunca más volvimos a hablar de aquello, aunque alguna vez yo lo recuerdo y me pajeo pensando en aquella noche tan sucia y morbosa.