El suegro la embaraza

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Fueron pasando las semanas, y trataba de acudir a casa de sus suegros en compañía de su marido. Sabía que Mario era capaz de cualquier acción aún estando en la casa su mujer. Tenía sentimientos enfrentados, de un lado despreciaba a su suegro por la forma en que la había sometido, pero por otro, anhelaba de nuevo sentir la tranca del mismo dentro de ella. Y sobre todo, sentir como la regaba por dentro con su simiente.

Tiempo después ocurrió que se celebró una boda de una sobrina de la suegra, y todos acudieron a la boda, la cual se celebró en las instalaciones de un hotel conocido. Ella había acudido con un traje de una sola costura, que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, con una pequeña abertura a un lado. Ella misma se había fijado en el espejo antes de salir y sabía que tenía que tener cuidado en la forma de sentarse o se le vería hasta la tanga que llevaba puesta. Su marido elogió aquella vestimenta.

Tras la ceremonia se llevó a cabo el correspondiente banquete. Había visto a sus suegros, y se había percatado de la mirada penetrante de Mario hacia su cuerpo. En cuanto sintió aquella mirada notó que casi manchó su tanga.

La comida, el baile, las copas, dejaron a la mayoría casi abatidos, y con pocas ganas. El marido de Gina no acostumbraba a tomar, por lo que se encontraba bastante mareado. Gina también tenía alguna copa de más, pero se mantenía bien. Había visto rondar en varias ocasiones cerca de ella a Mario, e incluso verificó que había bebido bastante, pero apenas hacia mella en al mismo.

Ocurrió que le entró ganas de orinar, y se dirigió a donde se encontraban los baños. Sin embargo, al llegar verificó que había gente esperando, y además algunas mujeres el indicaron que estaba en mal estado después de tanta persona que los había usado. Era un hotel, por lo que seguro que en otras instalaciones del mismo tenía que existir otros baños. Tras buscar, pudo localizar un baño en una planta superior y algo alejado del lugar de ceremonia. Por supuesto, entró en uno de ellos y pudo orinar a gusto. Cuando salió del compartimento interior del baño (que era el destinado a mujeres), se encontró con la sorpresa de hallar esperándola a su suegro.

-pero… ¿Qué haces aquí?- le dijo ella agitada.

-Venía por ver si me necesitabas. – le dijo el sonriendo.

-Mario… sal fuera. Es un baño de mujeres. Puede venir alguien y pensar….

-No te preocupes. Ya me he ocupado de colocar el cartel de fuera de servicio. Nadie nos molestará. Le responde el sonriendo.

-Pero .. que pretendes. No … ni lo sueñes. No volverás a tenerme… ni se te ocurra. ¿Si lo haces esta vez gritaré! – amenazó ella agitada, y sabiendo que aquello no amilanaría a su suegro.

El se acerca hasta ella, la cual fue retrocediendo, hasta apoyarse contra los lavabos donde se hallaban unos grandes espejos. Intentó zafarse, pero como en la otra ocasión, pronto el la redujo y la engulló entre sus brazos. Ella intentó gritar, pero el le tapó la boca, y le dijo:- Cállate putita. No pretenderás que venga el personal del hotel. ¡Que le dirás a tu esposo!… acaso crees que te creerán.

El le quitó la mano de la boca y le dijo:- se que en el fondo estas deseando que te vuelva a poseer. ¿Has visto como tengo mi tranca? Le dijo señalando el enorme bulto que tenía en el pantalón. Llevó días sin descargar. Y tú también necesitas tenerla dentro.

-Mario. Por favor no más…. No puedes volver a hacerlo….

El se baja el pantalón y el slip, y aparece con una empalmadura de caballo. Y le dice: – venga putita. ¡Empléate un poco! Vamos quiero que me hagas una buena mamada para ponerla bien a punto.

-No … eso no. ¡Jamás lo he hecho!- le responde ella.

-Pues ya es hora de que aprendas. Venga agáchate y comienza a mamar.

Sabía que el se iba a salir con la suya. Con repugnancia, y obligado por el, se agachó colocándose delante de aquel mástil, y por primera vez lo tomo en su mano. La dureza del mismo le sorprendió nuevamente. Tenía las venas hinchadas. Tras manosearlo un rato abrió su boca y comenzó a lamerlo, hasta que ante la insistencia de su suegro se la tuvo que engullir. Apenas le pudo entrar la mitad de la misma, era tan larga que no podía con ella. Aunque no era una tarea que le agradará, comenzó a pensar en lo que vendría después. Seguro que el semental quería tomarla. Y en el fondo, ella lo deseaba. Anhelaba volver a sentir aquel cipote dentro de ella.

Tras unas mamadas, el le desabrochó el cierre del vestido, y ante su incredulidad, se lo sacó por la cabeza dejándola solo con el sostén que llevaba y una tanga. Cuando Mario la vio, se quedó extasiado. ¡La mujer de su hijo era una mujer cañón!

-Joder Gina. ¡qué pedazo de hembra eres!…Mi hijo creo que no valora bien lo que tiene en casa.

La toma en brazos y la hace colocarse sentada sobre el poyo del lavado. Eso la excitó. En entonces, se metió entre sus piernas, llegando hasta el contorno de sus bragas y comenzó a darle lamidas al coño aún sobre la tela.

Gina se quedó más excitada. Joder su suegro le iba a comer el coño. Algo que su marido jamás había hecho. Pronto el semental le retira la tanga y deja al aire su vagina. Le hace abrir un poco las piernas en forma de V y luego comienza a darse un festín lamiendo y chupando aquel suculento coñito como si fuera un autentico manjar. – oh cabrón… siii ooo joder…. Me voy a correr…. Ooo siii

Fue tal el placer que la mujer no pudo retenerse y se corrió en la misma boca del suegro. Este no se retiró. Pero al terminar, se incorporó y acercando el poderoso nabo a la vagina ahora bien lubricada, le envainó de una sentada más de dos terceras partes de su tranca: oh … por favor …despacio oooo

Pronto Mario estaba perforando nuevamente el coño de su nuera. La tomo casi en brazos y manteniendo ella su apoyo sobre el lavabo, comenzó a perforar aquel lujurioso coño una vez más. Pese a verificar de nuevo su estrechez, esta vez estaba mejor lubricada y pronto ella también comenzó a disfrutar del tremendo polvo: oh cabron… ooooo me vas a reventar oooo siiiii

-eres una buena hembra. ¿Te gusta cómo te abro el coño con mi tranca?. ¿Verdad putita?.

-si cabron… reviéntame…. Sigue follandome. Ahora no te pares oooooo- y al momento alcanzó su segundo orgasmo de la noche.

El haciendo uso de su fuerza, la tomo en brazos sujetándola por sus muslos, mientras ella le echaba las manos al cuello. Y sin sacarle la polla del coño, la mantuvo en alto, y comenzó a follarse en esa posición. Ella miraba el espejo donde se reflejaban sus cuerpos y esto más la excitó. Aquel hombre no solo estaba bien dotado, sino que tenía una fuerza descomunal. La cogía en brazos como si fuera una pluma, y le metía su nabo una y otra vez con gran maestría y sin descanso. Luego buscó un inodoro, bajo la tapa, y se sentó en ella haciendo que su nuera lo cabalgara.

-oh cabron me vas a reventar.. oo siiiii

-vamos putita cabalga este potro. ¡Eres una buena jineta!. –diciendo esto, la soltó el sostén y aparecieron ante él las hermosas tetas de la mujer. Se quedó maravillado. Eran grandes, duras y acabadas en unos pezones negros bastante pronunciados. Sin contenerse los metió en su boca y al tiempo que ella lo cabalgaba, engullía los pezones de la mujer pasando de un seno al otro. Aquello fue suficiente para que la mujer volviera a tener otro orgasmo.

-oh .. me matas ooo siii me vengo otra vez …..

Tras terminar, el hombre la colocó echada boca arriba apoyada sobre la tapa del inodoro, y acercando su nabo la insertó casi por completo. Ya dentro de ella, la comenzó a bombear con fuerza, observando que su nuera no mostraba oposición alguna, por lo que no tardó en volver a correrse estrepitosamente dentro de su vagina. La corrida fue nuevamente copiosa ya que al terminar, brotó de la mujer restos de semen, que descendían por los muslos de la femina.

-Oh Mario te has vuelto a correr dentro. ¡¡Me vas a dejar preñada!!.

El la dijo:- ¡O mi hijo se pone las pilas cuanto antes, o tendré que ser yo el que te fecunde!. A fin de cuentas todo queda en familia. Los generes serán muy parecidos ¿no crees?

-estás loco. Sé que no bromeas…Eres un cabron… “lo estás diciendo en serio”. ¿De verdad estas dispuesto a embarazarme? ¡¡¡Eres un verdadero degenerado!!.

-Uno de estos días te cogeré ovulando y verás cómo te voy a dejar una buena panza. Le contesto el por toda respuesta.

Tras asearse y vestirse, decidieron salir por separado.

Mientras se retiraba, la mujer notaba como pese haber orinado, aún sentía los restos del semen de su suegro en su vagina. Aún le costaba un poco caminar, pero no tanto como antes. Regresaron a la fiesta y nadie se percató de su ausencia ni de lo que había ocurrido.

Pasaron los días, y ella intentaba hacer el amor con su marido, pero para su desgracia justo cuando eran los días de mejor fertilidad, su marido estaba de reuniones o de viaje, o venía cansado. La verdad es que estaba enfurecida y enojada con el mismo. En más de una ocasión pensó en lo que le había comentado su suegro, y hasta estuvo tentada de llamarlo para que la follara en esos días. Pero recapacitando se dio cuenta de que era una tremenda locura.

Todo se precipitó cuando un día, el desagüe del baño principal de la casa se atascó. El marido de Gina, siempre que tenía algún problema semejante requería la presencia de su padre, que era “un manitas” al respecto. Ese día el marido le dijo que no vendría almorzar ya que tenía una reunión importante y llegaría tarde con toda seguridad. Y antes de salir le dijo:

-he llamado a mi padre. El vendrá arreglar lo del lavabo. No te enfades tanto con el mismo. Ya sé que es algo tosco contigo, pero en el fondo es buena persona. Se amable ¡vale!

Ella le iba a reprochar que llamara a su padre, pero no quiso tampoco levantar sospechas. Y encima su propio marido le estaba diciendo que fuera amable con su padre. Ella pensó sonriendo para sus adentros, “Si supieras lo que me ha hecho no me dirías eso”- pensó ella. –lo intentaré. Pero sabes que no me trago “su machismo”.

El le sonrió y tras darle un beso se marcho.

Gina quedó preocupada. Ya sabía lo que podía ocurrir en cuanto llegara el padre de su marido. ¡No solo iba a querer desatascar el lavabo, sino que seguro que quería desatacar su coño!. Eso lo tenía bastante claro. Ya lo conocía.

Pero ese día tenía una doble preocupación. Se encontraba bastante caliente, y percibía por las fechas del calendario que “se encontraba en sus días fértiles”. Había comenzado a regular y anotar en el calendario los días que normalmente coincidían con los más fértiles, y se había convertido en una experta. Hasta tal conocimiento había llegado que, hasta por la temperatura conocía cuando se encontraba ovulando. Y ese día, verificó que era uno de ellos.

Si el suegro se atrevía a correrse dentro, como en las dos ocasiones anteriores seguro que la dejaría embarazada. Especialmente conociendo como se corría. Sin poder evitarlo noto como su braga se termino de mojar de solo pensarlo, lo que la obligo a tener que sustituir dicha prenda por otra limpia.

No sabía cuándo llegaría Mario, pero imagino que a lo largo de la mañana. En ese momento pensó en que indumentaria ponerse para recibirlo. Pensó en colocarse unos pantalones vaqueros y alguna otra prenda, pero en el fondo anhelaba provocar a su suegro. Para colmo, su momento de fertilidad incrementaba su calentura. Busco en el armario, y encontró una falda bastante corta, que llevaba tiempo sin colocarse, ya que la primera vez que se la puso su marido le dijo que aquello era muy provocativo, por lo que no volvió a ponérsela mas. Y, no era para menos, ya que era tan sumamente corta que con solo agacharse sabía a ciencia cierta que mostraría sus bragas. Localizó igualmente una blusa blanca, algo transparente que permitía mostrar el sujetador bajo ella.

Tremendamente excitada y con bastante morbosidad se probó aquella indumentaria, se miró en el espejo de la habitación y hasta ella misma se sorprendió. La verdad es que le quedada del diez, pero eso sí, era bastante sexy. En realidad se encontraba excitaba. Sabía lo que iba a ocurrir, pero si encima el suegro la veía con aquella vestimenta, seguro que querría cogérsela sin esperar arreglar el atasco. ¡Es una locura! se dijo, “tengo que cambiarme y ponerme algo más decente. Mostrarse de aquella manera era como incitar aquel semental a poseerla.

Ocurrió que cuando buscaba en el armario otra indumentaria más adecuada, sonó el timbre. ¡Joder…ya estaba allí!. ¡Y ahora que hacía!. Ya no tenía tiempo de cambiarse. Conocía lo exigente que era su suegro. Ante la nueva insistencia del timbre, no le quedó más remedio que salir a recibirlo portando aquella indumentaria. En cuanto Mario la vio, se quedó mirándola de arriba abajo, y le dijo:- ¡joder nuera. ¡Vaya pivón que estas hecha!. ¡De verdad preciosa, estas para comerte completita!

Ella solo le sonrió sonrojada y le hizo entrar. Y sin decirle más nada, lo guio hasta el baño. Ella le dijo:- ¡Anoche funcionaba bien, pero esta mañana. Ya ves. Está completamente atascado!. Tu hijo lo intentó pero, sigue igual.

El entonces le dijo: Ya veo. Mi hijo tiene poca mano para este tipo de atascos. Pero, no te preocupes. Aquí estoy. “Con un poco de maña y una buena herramienta no existe cañería que se me resista”.

Ella no le quedó más remedio que sonreírse ante la ocurrencia de su suegro y lo dejó trabajando mientras fue a buscarle una cerveza.

Al rato regresó al baño y encontró a Mario echado en el suelo bajo el lavabo atornillando uno de los bajantes del lavabo. Al acercarse ella, el miró hacia arriba y concentró su mirada en las piernas de su nuera. Ella era consciente de que en la posición que se encontraba tenía una visión perfecta de sus bragas. Sin embargo no le dijo nada, solo sonrió diciendo:- bueno creo que esto está casi listo. Al momento se incorporó y abriendo el grifo del lavabo verificó que el agua discurría perfectamente por el desagüe. ya te lo dije: ¡no se me resiste ninguna cañería!

Gina se dio cuenta nuevamente que lo decía con segunda intención. Ello la hizo estremecer, ya que se había fijado en el bulto del pantalón del padre de su marido y había visto que estaba nuevamente con una erección.

Mario se tomo la cerveza con tranquilidad, recogió lo que había ensuciado y se limpio las manos. Ella, como una autómata, seguía allí contemplándolo. Entonces el la mira, y le dice:- ¿necesitas que desatasque alguna cañería más?

Ella le miró, y le dijo: -no claro. ¡Creo que las demás funcionan bien!.

No obstante, el se acerca a ella, la toma en sus brazos y le dice:- ¿seguro que no necesitas que desatasque tu cañería?. Joder nuera, con esa indumentaria que llevas, “pareces una autentica putita buscando macho”. ¿Te pusiste así para recibir a tu semental? ¿Verdad?.

-claro que no. Hay Mario. No empieces de nuevo. Sabes que no podemos volver hacerlo. ¡¡¡Y menos hoy!!!. Le contesto ella.

¿Por algún motivo especial no podemos hoy? Le preguntó el extrañado ante aquella respuesta de la nuera. Qué te pasa: ¿tienes alguna infección vaginal?

Ella sin saber que responder por la pregunta, le contesta de forma dubitativa: ¡no es eso!. Es que no podemos…ya sabes…. No se atrevía a decirle que estaba ovulando.

Pero Mario era pájaro viejo. Al momento detectó que algo le ocultaba. Además había verificado que el cuerpo de su nuera estaba más caliente que otras veces. Intuyo al momento que podía estar en sus días fértiles. Con morbo especial le pregunta: No me digas que …..¿¿Estás ovulando??

Ella no le contestó, girando la cabeza hacia un lado. Esa acción de la mujer le confirmó al hombre que había acertado: ¡su nuera se encontraba en sus días fértiles! Sin poder evitarlo su instrumento creció bajo el pantalón hasta el punto que ella también lo percibió, ya que la tenía abrazada y pegada a su cuerpo.

Pronto las manos del hombre se posaron en el trasero de la hembra, al tiempo que la atraía hacia él apretando sus nalgas para que pudiera comprobar la pujanza de su falo. Con excitación no contenida su manos no se detuvieron sino que asieron la corta falda que llevaba, levantándola hacia arriba y dejando al trasero de la mujer al desnudo, mostrándole sus glúteos que se reflejaron en el espejo del baño. ¡uh nena. ¡Te voy a echar el mejor polvo de tu vida! ….¡¡¡Joder que buenas estás!!!.

-Oh Mario. Hoy no por favor. Sabes las consecuencias. ¿No pretenderás embarazarme?. Exclama ella.

-Ya te dije que si mi hijo no se ponía las pilas, no me iba a quedar más remedio que preñarte yo. … ¡ Y creo que ha llegado el momento!.

Ella se asustó. En el fondo sabía que aquello iba a ocurrir. Pero ahora, al ver la seguridad que mostraba su suegro, tuvo temor. Intento zafarse, pero él, la tomó en brazos, y la llevó en volandas hasta el dormitorio de matrimonio, y la dejó echada sobra la cama.

-¡Oh cabron!. ¿No pretenderás follarme en la propia cama de matrimonio?.- le dijo excitada. El suegro era un verdadero morboso. Se la quería coger en la misma cama donde yacía con su hijo. Aquello no se lo esperaba.

El no le contestó, sino que se desprendió del pantalón y camisa que llevaba quedando, mostrándose ante ella solo con el slip. La mujer observó el cuerpo del mismo, y constató que éste mantenía una erección tal que parecía que iba a romper aquella prenda. Luego se acercó hasta la mujer, y metiendo sus manos por debajo de la faldita, tomo por los laterales la braga que llevaba y pese a los esfuerzos de ella, se la terminó por quitar. Tras ello comenzó poco a poco a soltar los botones de la blusa que llevaba, la cual retiró dejándola solo con un sujetador bastante excitante, donde gran parte de sus senos salían por encima del mismo, que también destrabó al momento, quedando sus pechos al aire, totalmente desafiantes. Lo ojos del hombre se salieron fuera de órbita al contemplar aquellos senos tan firmes.

-No lo hagas Mario. Luego te vas arrepentir- le decía ella, mientras veía como desparecía también su falda dejándola completamente en pelotas sobre la cama. Ahora se encontraba totalmente desnuda y a merecer del padre de su marido.

-Te aseguro que no me arrepentiré. Y ¡seguro que tu tampoco!.- le dice el sonriendo.

Sin más prologo se arrodilla, metiéndose entre las piernas de la mujer, alcanzando pronto su monte de Venus, para luego llegar hasta los jugosos labios vaginales, los cuales saboreo y lamio con deleite. –oh Mario noooo oooo

Ya conocía la comida de coño que el había dado en la fiesta, pero ahora estaban más cómodos sobre la cama. Era tan excitante que ella comenzó a disfrutar de aquel sexo oral que le propiciaba aquel semental. –ooo si… joder como lo comes …siiiiii

Y es que Mario se empleo a fondo, logrando obtener un primer orgasmo de la mujer, la cual cerró sus piernas atrapando su cabeza, en un intento de disfrutar al máximo de aquella tremenda corrida que no tardó en llegar.

Tras terminar, aún con los labios llenos de los jugos de la mujer, el hombre se incorpora y ante su mirada expectante de la mujer, se desprende de su slip quedando igualmente en pelotas. En ese momento Gina se contempla con toda nitidez el excitante cuerpo de su suegro. No solo tenía una tranca de envergadura, sino que mostraba unos músculos en todo el cuerpo, que no envidiaría ni a los del mismísimo “David de Miguel Ángel”.

El hombre se acomoda sobre ella, y acerca su pene hasta colocarlo entre los senos de la mujer. Ella lo entendió y pronto comenzó hacerle una cubana. Veía como aquel enorme nabo se deslizaba entre sus pujantes pechos, mientras le miraba morbosamente. Luego con una carita de autentica sádica sin dejar de mirar al hombre, acercó el nabo a su boquita, para acto seguido comenzar a lamerla desde el glande hasta la base de los huevos. Al llegar a estos, se quedó igualmente maravillada: ¡su suegro tenía unos testículos enormes, proporcionados con el pene que tenía!. Aquello la dejo maravillada, y sin poder evitarlo, su curiosidad le hizo acercar su mano y palparlos. Al momento se dio cuenta de que los tenía bien repletos.

Mario disfrutó con aquella acción inesperada de su nuera. Y excitado la manifiesta:-¿te has dado cuenta como los tengo?. “Están llenos”. Te voy a dejar bien llenita.

-¡oh Mario… estás loco…¿no pretenderás correrte dentro?. Le contesto sin dejar de manosear el falo del mismo y palpar los testículos que tanto le habían sorprendido.

El entonces fue descendiendo, besando los pechos de la mujer, los cuales devoró, y colocando su tranca entre las piernas de ella, acercó la misma hasta dejarla a las puertas de su coño. Todavía sin entrar, los jugos de la mujer se incrementaron. Ella le esperaba ansiosa. ¡Sabía lo que le venía!. Pero esta vez, se encontraba tan caliente, que ahora era ella misma la que necesitaba que la penetrara.

Con deleite, Mario logró meter un tercio de la misma, sorprendiéndose de que pese a su estrechez, el coño de su nuera esta vez estaba bien dilatado y lubricado. De otro golpe de riñones el semental le encajó casi la totalidad del nabo en su vagina.

-oh … me rompes… oooo joder suegro, cada día la tienes más grande. Ooo despacio ooo

-Eres tú la que me la pone así Gina. Te gusta verdad …?.. ¿Te gusta mi polla? He putita…

-oh cabrón calla y sigue follandome… ooooo le contestó ella mientras empezaba a colaborar, a medida que el hombre comenzaba a bombear su pene dentro de ella. ¡Esta vez sí que estaba entregada!. Sabía que aquello era demencial, pero necesitaba la polla de aquel hombre. Le gustaba sentirse dominada por semejante potro.

Ella cruzó sus piernas por detrás de las del hombre, abriéndose completamente, en un afán de conseguir que las penetraciones fueran más profundas y más intensas. Mario, ante la colaboración de la mujer intensificó sus penetraciones logrando que ella se viniera en dos ocasiones. –oh cabron me matas oooo siiii

Tras esperar que ella se recuperara, continúo su bombero, constatando que había llegado la hora. ¡¡Necesitaba descargar ya!!. Su semen amenazaba con subir a toda prisa por su tranca. Sabía lo que podía ocurrir. ¡Si lo hacia dentro embarazaría a la propia mujer de su hijo! Dudo, pero al ver la entrega de su nuera, y el tremendo calor que soltaba el coño de la misma decidió “descargar dentro de ella”.

Gina lo vio reflejado en sus ojos. Le miró a la cara, y con tremenda excitación le dijo: -¿lo vas hacer verdad?. ….¿Quieres preñar a la mujer de tu hijo?…. oh lo veo en tu cara… estas decidido hacerlo….Y tremendamente excitada apretaba su cuerpo contra el del macho buscando una mejor penetración, al tiempo que le decia: -¡qué esperas cabron … vamos préñame…. ¡¡Hazme panzona…preña a la mujer de tu hijo!!! .

Las palabras de la nuera, lo transportaron a otro planeta. Mario estaba fuera de si, y su pene no respondía sino a su corazón. Lo tenía más endurecido que nunca, hasta el punto que parecía que le fuera a reventar.

-oh como estas…. –se percató ella de la inflamación del nabo dentro de ella.

Sin darse cuenta, se vio descargando ingentes cantidades de semen dentro de la vagina de su nuera. El coño de la mujer parecía un volcán, pero el iba apagar el mismo con su leche…. Y así, lechada tras lechada fue descargando su simiente dentro de la mujer de su hijo. Para cuando por fin terminó, aún se quedó un momento dentro de ella. Esta lo miró a los ojos, y le dijo:-joder pensé que no ibas a terminar. Cabronazo ….¡¡me has llenado totalmente!!. ¡Los tenías bien cargados!.

Ella sabía perfectamente que esta vez si que la había fecundado. ¡Esta vez sí!. Es más al retirarse el hombre, comprobó como su coño estaba impregnado de resto de semen. Aquel macho se había deslechado dentro de ella. Su deseo de ser madre se iba a cumplir. Pero ….¡el padre de su marido era quien la iba dejar preñada!.

Tras esto, ambos se echaron sobre la cama uno pegado al otro, buscando ella el cobijo entre los brazos de su suegro pegando su espalda a la barriga del mismo. Y así quedaron durante más de media hora, hasta que en la posición en que se encontraban, ella observa que el pene del padre de su marido estaba nuevamente endurecido. Girando la cabeza hacia atrás lo mira extrañada. No le dijo nada. Los ojos fueron claramente reveladores de que ella quería ser penetrada de nuevo.

Ella misma se preocupó de palpar de nuevo el manubrio del hombre echando su mano hacia atrás, comprobando que su erección era notable. Se abrió un poco de piernas, con lo que el hombre acercó su pistón al coño de la misma, y en esa posición fetal comenzó a penetrarla de nuevo. Comprobó que la mujer seguía bien caliente, y con los restos de semen que aún tenía dentro de su vagina, fue el lubricante perfecto para facilitar la nueva penetración. Pronto fue la propia mujer la que empujaba su culo hacia atrás, buscando que la penetración del macho fuera más profunda.

-oh si mas ooooo

El hombre pasó las manos hacia delante y tomo los pechos de su nuera entre ellas. Esto terminó de excitar a la mujer, la cual se vino en un nuevo orgasmo comenzando a convulsionarse. Tras ello, el hombre comenzó a bombear con mayor intensidad el coño, verificando ella que cada estocada del mismo era más profunda. ¡En aquella posición la tranca entraba hasta la misma base!. Todo ello derivó en una nueva corrida de la mujer, entre estrépitos: – oh si cabron como me rompes ooooo…..siii rompemeeee

Ello fue aprovechado por el hombre para venirse nuevamente dentro de ella, alcanzando el éxtasis al unísono.

Gina se percató que su suegro la había vuelto a regar nuevamente. No llegaba a comprender como se había recuperado tan pronto. Y girando la cara, lo beso por primera vez en la boca.

-Oh Mario. ¡Seguro que esta vez me has preñado!. Lo percibo. Me has llenado varias veces. le dijo sensualmente.

-Noto que sigues caliente. Mañana vendré de nuevo. Así garantizaremos que quedes bien fecundada. Le contesto.

-estas completamente chalado.

Tras ello el se marcho de la casa, y ella quedó en la misma pensativa. Se tuvo que cambiar varias veces de bragas, ya que los restos del semen de su suegro aún perduraron dentro de ella. No llega a comprender como un hombre de setenta años podía tener la potencia y capacidad sexual que mantenía su suegro.