Mi papá y sus amigos

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Un día pasó por una vieja casa abandonada en la cual mi papá y su banda siempre se reúnen para tomar.
Yo siempre pasaba enfrente de la casa, pues al ser la banda de mi papá, me respetaban y nunca me había pasado nada. Así que pasé enfrente de la casa sin voltear, como siempre lo hacía y alcancé a escuchar una voz que dijo: “ahí va”; di dos pasos más y de repente sentí como alguien me agarraban al mismo tiempo que me colocaban una mano en la boca. Sorprendida grité: “¡MMMMGGGGG!”, mientras me jalaban hacia adentro de la casa. Traté de resistirme y patalear, pero otro tipo me tomó de los tobillos y entre dos o tres me cargaron, metiéndome en la casa en un par de segundos.

No tenía idea de que pasaba, jamás me imaginé lo que estaba a punto de sucederme y menos a manos de los chicos que me conocían desde niña.

Me llevaron muy adentro de la casona, a un cuarto semioscuro; yo me resistía, pero ellos me tenían bien sujeta.

Una vez en el cuartucho me llevaron a una mesa y ahí me acostaron boca arriba. Sin darme tiempo a nada empezaron atar las manos y piernas , me amordazaron

Yo llevaba un vestido corto sin sostén. Ellos hablaban como si yo no estuviera ahí:

-¡Va a estar de agasajo!

-¡Si, siempre se me había antojado esta pibita!,

Sin sacarme el vestido dejaron mis tetas y mi conchita el cual tenía una tanga al aire libre y vi sus ojos morbosos recorriendo mi cuerpo.

Uno de ellos tomó una navaja y la metió entre mi piel y empezó a acariciar mis tetas ante mi imposibilidad de defenderme.

-¡Está re sabrosa, ya me urge!

-¡Espérate, a todos nos va a tocar, pero hay que esperarlo a él!

Aterrada pensé: ¿estarán hablando de mi papá?,

Pronto salí de mi duda, pues en ese momento se hizo un silencio total y todos veían hacia la puerta del cuarto. Yo levanté la cabeza hacia el mismo lugar donde ellos veían y vi a mi papá mirándome y con una sonrisa maliciosa.

Nadie habló; mi papá se acercó caminado despacio por un lado de la mesa, se agachó, me tomó del cabello, me levantó un poco la cara, lastimándome y poniendo la suya frente a la mía me dijo:

-¿Crees que es una puta broma hijita?, ¿Crees que es una broma?, ¡No pendeja puta!

-¡Te vamos a enseñar lo que son los hombres de verdad!; ¡ahorita todos te vamos a coger como te gusta!, ¡óyelo bien: ¡TODOS!

Al ver los ojos de mi papá supe que hablaba en serio y supe también por sus ojos y por su aliento que estaba tomado; me asusté mucho.

Papá me soltó el cabello y caminó hacia donde estaban sus amigos; les hizo una seña y ellos me jalaron hacia abajo, de tal manera que mis nalgas quedaron en la orilla de la mesa y mis piernas fueron desatadas pero quedaron colgando, yo del miedo ni me movía. Entonces mi papá colocó mis piernas en sus hombros y se bajó el pantalón, con una mano corrio la tanga y colocó su miembro en la entrada de mi concha y me la metió de un tirón al mismo tiempo que me decía:

-¡Siente mi verga hijita putita!

Traté con todas mis fuerzas de soltarme, pero era imposible, los demás veían como él me violaba salvajemente.

El pene de mi papá me penetraba hasta el fondo tomándose de mis caderas metia y sacaba salvajemente, violándome despiadadamente mientras yo lloraba desconsolada.

-¡MMMMMMNNNNGGGGGG!, seguí quejándome de todas maneras, pues la penetración de mi papá era salvaje; entraba y salía de mí como si quisiera deshacerme.

Empecé a llorar desconsoladamente, pues además del dolor que me provocaba mi papá sabía que me iban a violar sus compañeros de banda que eran como veinte.

-¡MMMMFFFF, MMMMMFFF, MMMFFFF!, me quejaba por la violación salvaje de mi papá

-¡Ah que rica estás hija, que pinche conchita tan apretada!

-¡MMMMMGGGGG!

Fueron minutos de salvaje violación por parte de mi papá en los que además él se burlaba de mí y decía cosas que me dolían mucho como:

-¡Ah que apretada estás, siempre quise cogerte, hasta que se me hizo putita! De ahora en adelante serás nuestra puta oficial, ¿verdad muchachos?

-¡SSSSSIIIIIII!, gritaron sus compinches al unísono

-¡MMMMMGGGGGBBBBBFFF!, me quejaba yo

-¡Ay hijita, que rico coges!

-¡MNNNNNGGGG!, grité

Él siguió humillándome con sus palabras mientras me seguía violando salvajemente. De repente todos los demás estaban con sus pijas al aire q era igual o más enormes que la de mi papá, iba a terminar rota con esas pijas largas y gruesas.

Después de estarme cogiendo y humillando durante muchos minutos, mi papá tuvo su orgasmo y se vino dentro de mí gritando:

-¡AAAAAAHHHHHH YAAAAA PUTAAAA HIJA, AAAAAHHH QUE RICOOOOO!

-¡MMMMNNNGGGLLLLBBB!, grité

Yo me agitaba desesperada tratando de evitar que se viniera adentro, pero nada pude hacer. Sentí como sus chorros de semen entraban en mí sin poder evitarlo.

Papá sacó su verga chorreante y asombrado vio entre mis piernas y gritó:

-¡Ah ya vas a ver como te va a quedar la concha cuando terminemos todos de cojerte por ahí!

-¡FFFFGGGGGHHH!, le reclamé mientras sus compinches lo vitoreaban.

Mientras hablaba se había subido y abrochado el pantalón y encaminándose hacia la puerta dijo:

-Ahí se las dejo, háganle lo que quieran.

-¡NNNNNNGGGGHHHH!, le reclamé, pero él ya se iba .

En cuanto mi papá salió, uno se colocó entre mis piernas y sin ningún previo aviso ni calentamiento previo metió su verga con fuerza hasta el fondo, provocándome un tremendo dolor. Yo me retorcí y grité:

-¡MMMMMMNNNNNNFFFFF!

-¡Ah que sabrosa estás, siempre te me antojaste, pero no hacía nada por respeto a tu papá! ¡Ahora si te voy a coger hasta no más poder!, me dijo el desgraciado.

Él me levantó las piernas y me hizo colocarlas sobre sus hombros también, lo que mejoraba su penetración y aumentaba mi dolor. Me violó sin compasión mientras los demás miraban.

Era una pesadilla. Jamás me imaginé ser violada de esa manera por todos los de la banda. A la mayoría los conocía. Me sentía humillada.

-¡Apúrate cabrón!, le gritaban sus compañeros al que me violaba después de mi papá.

-¡Espérate, esta putita está para disfrutarla y ya le tenía muchas ganas!, ¡Además tenemos todo el fin para cogérnosla cuando queramos!

Su comentario me asustó: ¿acaso pensaban violarme durante todo el fin de semana?, o peor aún ¿me dejarían irme a mi casa después de violarme?.

Nunca me imaginé lo que me estaba pasando y menos que mi papá y su banda serían los causantes.

Ellos seguían hablando y tratándome como a un objeto y diciendo vulgaridades.

El tipo que me violaba cada vez empujaba con más fuerza provocándome inmenso dolor y se agarraba de mis nalgas apretándolas con fuerza.

-¡Yo ya no aguanto!, dijo otro de ellos y se subió en la mesa, abriendo sus piernas se sentó en mi vientre, colocó su verga en medio de mis pechos, los apretó y empezó a masturbarse con ellos.

-¡MMMMMNNNGGGGHHHH!, le reclamé mientras sentía como su miembro llegaba hasta mi barbilla.

-¡Qué ricas tetas tienes putita!, me dijo él apretándolas con fuerza y provocándome más dolor.

Ahí estaba yo, siendo violada por un desgraciado que me la metía en la concha, otro que se masturbaba con mis pechos y otro que me saco la mordaza y me obligaba a chupársela mientras el resto miraba.

Fueron intensos minutos de dolor y humillación; ellos gemían de placer y se reían diciendo más frases hirientes, siempre refiriéndose a que me tenían ganas y a que me iban a violar varias veces durante el fin de semana. Primero se vino el que me obligaba a chupársela sin sacarla haciéndome tragar su semen. Luego el que se masturbaba con mis tetas de repente apenas el otro saco su pene de mi boca y aprovechando el factor sorpresa y que yo tenía la boca abierta, metió su verga en ella y sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo, se vino en mi boca, también obligándome a tragar su asquerosa leche.

Mientras eso ocurría, el que me violaba por la vagina se vino. De inmediato otro tomó su lugar.

El que me había hecho tragar su semen sacó su verga de mi boca y fue ocupada x otra.

Ellos se rieron y yo no pude más que seguir esforzándome por tratar de que me soltaran, pero era imposible y no me dejaban levantarme.

Los que aún no me violaban apresuraban al que me cogía:

-¡Anda cabrón, apúrale!

De repente este se detuvo; dijo:

-¡Ayúdenme para que podamos cogérnosla entre varios en vez de uno por uno!

Entre varios me bajaron de la mesa. Entonces el que me estaba violando se tumbó en el suelo y aunque me resistí me hicieron clavarme en su verga levantada.

Pero luego otro de ellos se colocó detrás de mí y sentí como también me la metía por la concha haciéndome una doble vaginal.

-¡AAAAAAHHHH, QUE RICA CONCHA!, gritaron.

Sin que pudiera yo hacer nada, de repente dos vergas estaban entrando en mi boca y uno de los vándalos me ordenaba:

-¡MÁMAMELA PUTITA, MÁMALO COMO LO HACEN LAS PUTAS!

-¡GGGGGGLLLLOOOBBBGGGGLLLLLBBB!, se oyó cuando él me obligó a hacerle la felación.

Los demás miraban,yo seguía atada de manos.

Ya eran 4 hombres que me violaban teniéndome sometida y desnuda, sin poder negarme y sin que nadie me pudiera salvar.

Empecé a perder la noción del tiempo, de repente se vinieron los que me obligaban a mamárselas y me hicieron tragar el semen

Me hacían estar boca arriba siempre con una o dos pijas en la concha y una o dos en la boca. Perdí la cuenta de cuantos eran en total los que me habían violado.

Estaba muy agotada y muy adolorida. Me dolían las piernas, los brazos, las tetas, los pies, la vagina, la mandíbula, las nalgas y no podía ya más.

Después de un buen rato de violarme fuertemente se venían dentro de mí, soltando su semen en mi concha y en mi boca. En cuanto terminaban sacaban sus vergas y se alejaban, dejando lugar a otros. Hasta que pasaron todos por ambos lados.

Pensé que mi pesadilla había acabado.

Cuando escuché que uno de los rufianes decía:

-¿Qué vamos a hacer con ella?

-¿Cómo qué? ¡Seguir cogiendo!, dijo otro.

-Sí, pero después, contestó el primero.

-Ah pues quien sabe, ya su papá nos dirá, ya ves que es su nenita.

Me fui arrastrando por el sucio suelo hacia la puerta del cuartucho; llegué ahí, pero en el siguiente cuarto había varios de los miembros de la banda fumando, bebiendo y viendo la TV. Uno de ellos me vio y dijo:

-¡Hey, miren a la puta, viene por más!

Yo me volteé e intenté regresar, pero ellos me tomaron con facilidad y me levantaron del suelo.

-¿A dónde crees que vas putita? No hemos terminado contigo. Apenas va la primera ronda.

-Por favor, déjenme ir, se los ruego…, les dije tratando de causarles alguna misericordia.

-No, mamacita, si te dejamos ir tu papá nos mata. Nos encargó que te vigiláramos bien.

-No diré nada, se los juro, por favor…

En eso estábamos cuando entró mi papá.

-¿Qué pasa?, ¿por qué no se la están cogiendo?, dijo él en tono molesto.

-Es que ya acabamos y estábamos descansando.

-¡Qué descansando ni que la chingada!, ¡siempre tiene que haber cuando menos un cabrón cogiéndosela; quiero a esta puta bien cogida de aquí al domingo si se puede, hasta la próxima semana!

-¡Papá, por favor, te lo suplico, yo no te hice nada!

-¡Cállate puta y ven a chuparme la verga!

-¡No, ya no!, dije

-¡¿Cómo de que no?, ¡a ver tráiganla para acá!, les ordenó a sus compinches.

Entonces entre tres me sujetaron y me llevaron ante él; me hicieron hincarme frente a su verga y mientras uno me sujetaba del cabello él me ordenó:

-¡Abre la boca cerda!

-¡NO!, dije y volteé la cara hacia la derecha.

– ¡Hagan que abra la boca!, dijo él ya enojado.

De inmediato varios de sus cómplices se abalanzaron sobre de mí; uno me sostenía el cabello, otro me tapó con dos dedos la nariz y otros empezaron a pellizcarme nalgas y tetas. Resistí lo más que pude, pero tuve que abrir la boca para respirar y para gritar:

-¡AAAAAGGGGGHHHHH!

Entonces el desgraciado de mi papá metió su verga en mi boca, hasta el fondo, sujetándome la cabeza de tal forma que mi nariz quedaba pegada a su cuerpo. A los pocos segundos no podía yo respirar, me sujetaban de brazos y piernas.

La verga de mi papá me llegaba hasta la garganta y yo sentía que me desmayaba por no poder respirar, después de varios segundos él me separó de su cuerpo y me dijo:

-Mira puta hija. Aquí mando yo y se hace lo que yo digo y si no obedeces más vale que te vayas despidiendo de tu linda carita y de tus hermosas tetitas. ¿Oíste?

Yo apenas podía respirar y él de nuevo me metió su verga en la boca. Me ordenó:

-¡Mámamela!

Tuve que obedecer, vi que mi papá era un desgraciado y que no le importaba acabar con mi cuerpo o con mi vida si era necesario. Me llené de temor hacia él.

Después de un buen rato de estarle chupando el pene, papá me detuvoy me ordenó:

-Párate, voltéate y empínate.

Lo hice y entonces él me tomó de las caderas y de un fuerte empujón me penetró por la concha adolorida.

-¡AAAAAAYYYYYYYYYY, YAAAAA!, grité de dolor.

-¡Las manos en las rodillas perra!, me ordenó y obedecí

-¡A ver cabrón, que te la mame!, le dijo a uno de sus secuaces y este se aproximó y metió su verga en mi boca de una.

Me obligaron a mamársela mientras mi papá me violaba por la concha. No imaginaba cuánto iba a durar esto.

El tipo que me obligaba a chupársela se vino y de nuevo me obligaron a tragarme su asqueroso semen; casi me ahogo con el viscoso líquido. Y así pasaron vários, a veces uno o dos a la vez todos haciéndome tragar sus corridas.

Mientras mi papa seguía violándome salvajemente por la concha y decía:

-¡Aaaaahhhh, todavía lo tienes apretado putita, yo pensé que estos cabrones te lo iban a agrandar!, pero verás cuando acabemos te va a caber un camión jajajaja

Siempre que él reía los demás lo hacían, era notorio el liderazgo que tenía sobre ellos.

Por fin mi papá terminó y se vació dentro de mi. Tuve que aguantar sus duras embestidas.

Él sacó su verga y me ordenó:

-¡Límpiame la verga!

Obedecí por miedo, me volteé, me hinqué y le lamí el pene hasta dejarlo limpio.

Me quedé ahí hincada en medio de la habitación, rodeada de vagos desgraciados que esperaban para volverme a violar.

Mi pesadilla aun no acababa cuando empezaba una nueva… pues ellos tenían pensado compartirme con otros, después de todo era su putita