Con el hermanastro de mi madre ¡Mi tío!
Me llamo Marcelo, actualmente tengo 20 años, soy delgado, de piel blanca, mido 174, cabello negro y ojos cafés oscuros, esta historia que les voy a contar sucedió hace unos años.
Primero les hablare un poco acerca de mi “tío”, mi bisabuela adopto a Jesús (mi “tío”), porque su mama no tenía los recursos para mantenerlo en esos tiempos, así que mi abuela fie quien crio de él, pero sin alejarlo de su verdadera mama.
El creció junto a mi mama y mi papa ya que todos desde siempre han vivido en la misma calle, por lo que yo crecí viéndolo a él casi a diario, pero nunca lo vi con ojos de deseo hasta que ya estaba en el límite de mi despertar sexual.
Jesús, es un hombre de 45 años, pero en el año en que todo comenzó él tenía 41 años, es de piel más blanca que la mía, mide 173, su aspecto físico es fornido ya que se ejercita casi a diario, su cabello es de color negro y sus ojos son cafés claros.
Todo comenzó en la época más calurosa del año, todos los años yo la pasaba encerrado con el ventilador todo el día ya que el calor me genera desesperación, pero ese año mis primos y mi hermano menor decidieron que nos podríamos a jugar un juego de mesa distinto cada día o al menos hasta que se acabaran los que teníamos y ahí volveríamos a empezar de nuevo con cada uno otra vez.
Ya hacía tiempo que Jesús pasaba la mayor parte del día en mi casa hablando con mis abuelos por parte de papa y mis primas y esas cosas, por lo que él también se sumó a los juegos de mesa, yo cada vez que jugábamos no podía evitar mirar esos fuertes y hermosos brazos que tiene, esos pectorales tan bien marcados hacían que ganar en algún juego me fuera imposible ya que por el tema del calor el pasaba descamisado todo día y yo no paraba de botar la baba por su cuerpo tan bien formado.
Pero mis limites empezaron a verse distorsionados al empezar a fijarme en el bulto que se le formaba en sus pantalonetas cortas que usaba a diario, yo cada vez me veía obligado a no querer jugar ya que el estar cerca de él y no poder tocarlo ni sobarlo me daba una impotencia tan grande que mejor me encerraba en el cuarto para no verlo.
Pero con el pasar de los días me di cuenta que era una estupidez lo que estaba haciendo por lo que esa tarde decidí salir a jugar y el juego que tocaba jugar ese día era parques (parchís), solo se podía jugar de 4 jugadores ya que el de 6 no lo teníamos, por lo que a mí me tocó estar al frente de Jesús y así comenzamos a jugar.
Al llevar casi una hora jugando los demás decidieron mejor ponerse a dormir o a jugar en sus teléfonos por lo que solo quedamos mi primo, Jesús y yo, mi primo cada vez que su turno acababa se ponía a responder mensajes por el celular asi que no era mucha la atención que prestaba a lo que pasaba en la mesa donde estábamos jugando.
Yo ya estaba demasiado arrecho y el tener a Jesús ahí de frente no me ayudaba en nada, así que decidí alzar mi pie y ponerlo justo entre las piernas de Jesús, ya que él estaba con las piernas abiertas, como la mesa tenía un mantel súper largo no podían ver lo que estaba por hacer con mi pie.
Fui acercando el pie a su entre pierna hasta que quedo justo arriba de este y solo tuve que dejarlo caer con suavidad hasta que quedo posado en su bulto que al sentirlo con mi pie pude deducir que era grande.
Miro su cara y no hay un cambio en su expresión, por lo que algo inseguro comienzo a masajear con mi pie ese bulto que tan excitado me tenía, no pude evitar llevarme una mano a mi pene y comenzar a sobármelo, mi primo seguía en lo suyo, solo miraba a la mesa cuando le tocaba jugar por lo que era imposible que dedujera que estaba pasando debajo de la mesa.
Yo seguían moviendo de forma circular mi pie cuando el con su mano me detiene y yo me tenso un poco ya que no sé qué es lo que hará, pero para mi sorpresa se saca su pene ya erecto por un costado del pantalón y luego lleva mi pie hacia este.
Yo algo sorprendido por lo que acaba de hacer miro su rostro para tratar de averiguar algo en su mirada, pero esta sigue igual que siempre por lo que yo algo desconcertado decido agarrar su pene con mi dedo gordo y índice del pie, comienzo a pajearlo lentamente ya que al no estar haciéndolo con la mano no puedo ir más rápido.
Así estuvimos como unos diez minutos hasta que mi primo dijo que ya se había aburrido de jugar, lo que hizo que Jesús decidiera irse a su casa que quedaba 4 casas de la mía.
Ese día me hice una de las mejores pajas de mi vida pensando en lo que había sucedido esa tarde.
Pero yo quería más solo que no sabía cómo hacer para volver a insinuármele a Jesús.
Luego de ese día pasaron dos días mas y yo seguía sin saber cómo hacer para volver a tocar el pene de Jesús; me encontraba chismeando con mi prima cuando escucho que me llaman y cuando volteo a ver quién es resulta ser Jesús que me está llamado desde su casa para que le haga el favor de ir allá.
Yo con algo de duda, ya que no se para que me llamaba, llego a su casa y me doy cuenta que mi bisabuela no está, el me guía a su cuarto y yo en silencio lo sigo.
Al llegar se sienta en una sillita de madera y yo me arrodillo en el suelo ya que empieza a mostrarme varias fichas del juego que estábamos jugando hace tres días, yo comienzo a verlas una por una y aún tengo la duda de el por qué me llamo a mí y si me dirá algo de lo ocurrido ese día.
El solo me dice que me las lleve ya que son más grandes y con ellas jugaríamos mejor, yo solo asiento y me quedo ahí de rodillas en el suelo de frente a él, él está con las piernas abiertas y su bulto se nota un poco más de lo normal hasta da la impresión de que no trae calzones, yo al mirarlo no puede resistirme y decidí jugármelas y agarrarle el pene con mi mano por encima del pantalón.
Al tocarlo pude confirmar que efectivamente no traía calzones eso me excito en seguida yo alce la mirada y la pose en él y pude ver que me estaba dando una sonrisa, pero no una típica si no una picara como diciendo, esto era lo que querías pues es todo tuyo.
Yo seguí acariciándole el pene por encima del pantaloncito que traía, el después de unos minutos se los bajo y dejo a la vista su hermoso pene, según yo la tiene alrededor de unos 17cm con una pequeña curvatura hacia arriba, procedí a llevármelo a la boca y comenzar a darle unas de las mejores mamadas que he hecho en mi vida.
Yo llevaba el ritmo de la mamada primero suave y después rápida, pero él puso su mano sobre mi cabeza y comenzó a follarme la boca, lo hacía de una forma tan salvaje y a la vez tan tierno, de verdad nunca alguien me había follado la boca de esa manera.
Mi pene moría por ser liberado pero no me atrevía hacerlo ya que no sabía si a él le desagradaría verme el pene por lo que me lo deje guardado, el por el contrario me metió su pene hasta el fondo y llevo sus manos a mis nalgas la cuales apretó y amaso a su gusto, luego me saco su pene de la boca y volvió a llevar sus manos a mi nalgas pero esta vez llevo sus dedos a mu culo, comenzó a pasar varias veces su dedo índice por mi agujerito hasta que se lo llevo a la boca para ensalivárselo y volver a metérmelo lentamente por mi culito.
Yo solté un pequeño gemido al sentir que había metido todo su dedo en mí, lentamente comenzó a meterlo y a sacarlo hasta que lo saco por completo y medio la vuelta, en ese momento yo no podía de la felicidad y la excitación que tenía.
Por fin lo que tanto había deseado se iba a cumplir, estaba a punto de tener dentro de mí a uno de los hombres que tanto había deseado tener, al menos desde que me empezó a atraer.
Ya me había metido hasta el fondo toda su verga y yo con un poco de dolor comencé a gemir, el comenzó a darme pequeñas embestidas que poco a poco fueron aumentando, luego la saco y me hizo quitarme toda mi ropa, me puso de espaldas en al lado de la cama, mi cabeza quedo en el suelo y mi culo expuesto al aire libre.
Él ya estaba sin ropa también, solo se posiciono de espaldas a mí que dando su culo justo en frente de mí, también tenía una buena vista de cómo entraba y salía su verga de mí, podía ver como rebotaban sus bolas en mí, yo al tener esa hermosa y súper excitante vista no pude evitar comenzar a pajearme con un frenesí que en pocos minutos ya estaba eyaculando sobre mi cuerpo, el al sentir que mi culito se apretaba más, producto de mi corrida, salió de mí y comenzó a eyacular también en mi pecho y estómago.
Después de eso el solo me dio un trapo para que me limpiara, nos vestimos y sin decir palabra alguna tome las fichas del juego que me había regalado y me fui de su casa, pero esa no fue ni fue lo único que hicimos (giño de ojo), eso es algo que contare en otro relato.
Por a ahora espero que les guste y si tienen algún a sugerencia o comentario son bienvenidos.
Después de un largo tiempo he vuelto a publicar (sonrisa tímida), esta vez traigo algo distinto a lo que yo acostumbro a escribir espero de verdad que les guste, por favor comentar o votar, así sabré que hice o no un buen trabajo y también sabré que debo mejorar.