El imperdible cumpleaños de mi amante

Valorar

Hola que tal, de nuevo yo, Mónica Cruz, 46 años viviendo en monterrey, segundo matrimonio, ama de casa y me gusta el gym, esa es mi descripción.

Con Habacuc llevábamos muchas cosas locas hechas, mi marido la única cooperación que proporcionaba era su indiferencia, le apetecía mas una tarde de ver futbol con los amigos y cerveza que una tarde de sexo mirando llover por la ventana, según yo no tiene comparación y en efecto, prefería los amigos y futbol, por lo menos lo decía a mí misma para aminorar la carga moral por engañar a mi marido.

Por eso mismo la tenía cada ciento tiempo, la costumbre de juntarse con sus amigos y perderse el fin de semana, ya sea para jugar póker o ver futbol y yo pienso que para ir de table dance, nunca lo comprobé, pero se iba el viernes en la mañana y regresaba el domingo por la tarde, nunca entendí esa costumbre de irse solos los hombres, porque lo hubieran podido hacer con sus esposas y hacer una salida de todos, ideas suyas.

En los días que Raúl se quedaba en Monterrey, su vida era muy rutinaria, se levantaba a las 6 am, hacia ejercicio con audífonos puestos, caminadora, a las 7 me pedía el desayuno y se marchaba a las aproximadamente, de esa manera hasta las 9 o 10 pm volvía a casa, eso sí, siempre, todos los días de oficina, me avisaba cuando ya iba a casa, algo que me hace preguntarme, ¿Sabía que tenía una esposa traviesa? o porque lo hacía.

Con Habacuc siempre que nos veíamos, era ya en mi casa, cerca de ella o nos íbamos a comer cerca de su trabajo, que, si era como a 30 min de mi casa, y algunas veces después de comer nos íbamos a un motel o comíamos directamente en el motel, si mi marido no estaba en casa nos bañábamos juntos y llegaba con el cabello mojado, nunca tuve ningún problema.

Era septiembre y llegaba el cumpleaños de Habacuc, no sabía que regalarle, lo obvio era una playera de su equipo favorito, era fanático, pero no tanto como mi marido, los vuelve locos el futbol, aunque en menor medida, el sí escogía una noche de sexo que ver futbol con sus amigos.

Ese día veníamos de tomar un café, se nos hizo tarde y le avise a mi marido que llegaría tarde, que Rebeca mi amiga, Raúl mi marido, sabe que se me pasan las horas estando con ella, y el entiende que llegare incluso a horas de la madrugada, por ese motivo me relaje estando con Habacuc, nos fuimos a una colonia a lado de la mía, y tenía unas vistas impresionantes, además era de noche no había problema.

Estábamos despreocupados y de tentones jeje, yo llevaba minifalda y tacones, con mi marido siempre me bromea – dile al socio que te cuide bien – jajaja yo solo reía y le decía que no dijera boberías, aunque a mis adentros decía, si supieras que él dice lo mismo ijijiji.

El por lo general iba de jeans y camisa polo, de repente una chamarra , estábamos los dos en el coche, del trabajo de él, y su mano directamente en mi muslo, y mi mano el siempre quiera que la tuviera sobre su paquete, le gustaba que yo pasara la yema de algún dedo sobre ella, ir dibujando la figura de su verga, sin quitarse nada siempre en el coche estaba acariciando su verga por encima del pantalón y siempre platicando de nuestra banalidades, para esto, el agarrar su verga obvio tenía mi vagina empapada, mi cachetero de encaje negro estaba muy mojado y teníamos que disimilar cuando alguien despistado pasaba por esa calle, espero no hayan visto mi calentura por medio del parabrisas, aunque obvio, cuando estoy así de excitada me ruborizo de sobremanera, con una cara ebria de placer y queriendo más.

El me dijo – quítate esas bragas – obvio tenía un poco de dignidad todavía, pero cuando me beso el cuello, le dije al oído – quítamelas tú – esas fueron órdenes para él.

De inmediato su mano en mi muslo fue subiendo poco a poco, no podía tener toda la libertad, yo sentía en mi mano como su verga iba creciendo, el abrió su cierre del pantalón y pude ver su ropa interior, totalmente mojada de la puntita de su pene, eso me encanto verlo, empecé a babear, pero no podía hacer todo con total libertad, estábamos en un coche en la calle estacionado en un paraje solitario, pero, aun así, pasaba gente a veces.

Me encantaba el líquido pre-seminal, ver que yo provocaba esa humedad, eso me enloquecía, cuando la vi quería ya sacarlo de su bóxer, quería metérmela en la boca, deje de pensar en donde estábamos, el me detuvo y solo me dijo – despacio amor, todo esto es tuyo pero vayamos despacio para que gocemos muchooooo – le obedecí y solo me dedique a pasar las yemas de mis dedos encima de la forma de su verga, eso le enloquecía porque sus ojos estaban en blanco, después de eso me dijo – que tu lengua tome el lugar de tu dedo, pero no quites el bóxer – es decir quería que con mi lengua por su verga y encima del bóxer, eso me encantó, obedecí de inmediato, pasaba la lengua por toda la extensión de la verga, empezaba a mojar el bóxer con mi saliva de tantas veces que le estaba pasando por encima, que rico estaba sintiendo, yo ya quería mamarla la verga, sin nada de por medio, quitar ese bóxer, de repente me pregunta – quieres que quitemos el bóxer mi amor – con todas mis ganas le dije – siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii .

Deja mi quito el bóxer porque mi puta quiere mamarme la verga, antes que llegué con su maridito- eso me encantó me calentó y le contesté – si mi amor, ya deja que tu puta mame verga –

Él fue bajando su bóxer y me dijo -mámamela puta-

Que más grande mamada se había ganado, cuando me la metí a la boca , era el más exquisito manjar que había probado, bajo por sus huevos y con mis manos la hice a un lado, la metí hasta mi campanilla, los sonidos que hacía eran hipnotizantes, estaba con toda la verga dentro de mi boca, estaba llena de verga en ese momento, de todo lo que quería hacer en ese momento creo que hasta sus testículos los tenía dentro de mi boca, en esos momento pensaba que mi marido estaba a unas cuadras y yo siendo infiel y gozándolo como nadie, yo le preguntaba si estaba bien como le besaba la verga, el entre palabras me decía que estaba deliciosa esa mamada, que estaba llevándolo al cielo. De repente me dice – me vas a hacer venir, la estas mamando delicioso amor – yo le pregunté con cara de mujer enamorada – ¿sí?

Dentro de mí, luchaba por decirle -vente en mi boca – pero mi mujer interna sabía que no me gustaba, solo le dije – te la mamó hasta que esté a punto de venirte, me quitó – él dijo que sí.

La mamé muy rico, diciéndole – quieres que bese a mi marido después de que te haya sacado la lechita amor, y dámela toda, ya quiero verla salir – era maravilloso sentir como su leche ya venía, sentí su pensé como se empezaba a tensar, sentí el líquido previó a venirse y me quite, una gota de semen fue al parabrisas, lo demás lo aguante en mis manos mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm, que rico se estaba viniendo, saco todo, mmm era rico ver eso.

cuando ya estábamos descansando la mamada, él estaba con el pantalón abierto, yo con mi blusa semi abierta y la minifalda levantada, con mi cachetero en mis tobillos, porque ahí la pusó Habacuc, estábamos en una imagen deliciosa post sexo, el coche tenía ese olor a sexo delicioso, platicábamos despacio, entonces sonó una patrulla y se puso detrás de nosotros, rápidamente nos recompusimos porque si estábamos mal, entonces el saliendo me comenta – deja me llevo dinero porque ya nos cacharon – Yo no podía permitir eso, si mi esposo sabe eso, como me justificó, le di mi cartera, traía más dinero yo, tenía que hacer lo que fuera, incluso en broma me dijo que le iba ofrecer una mamada como la que le había dado seguro nos deja ir, jajaja. Yo estaba nerviosa, lo vi platicar y regresa rápido, solo me dice, que hubo un robo por aquí que nos movamos porque andan buscando algo raro por aquí. Ese día ya nos fuimos a mi casa, fue algo muy raro eso, nos espantaron mas porque no podía ser arrestada, me dejo cerca de mi casa y nos despedimos, le dije – eso te regalaré de cumpleaños jajaja.

La semana que paso, mi hermana me dijo que vendría a la ciudad , ya estaba de vacaciones, pero iba con marido, pensé que podíamos salir de copas, pero iba con cuidador jejeje, esa semana era el cumpleaños de Habacuc, por el tema de mi matrimonio no podía realizar cosas extravagantes, solo iremos a un motel especial y listo, eso lo dejaríamos para más adelante, total ese día lo cite en mi casa, mi hermana había salido temprano y regresaría hasta otro día, le prepare un pastel y le felicite, le regale una playera de su equipo, las chivas, no sé por qué pero le iba, ya comimos y yo me vestí para la ocasión con un vestido costito azul y zapatos de plataforma, cundo me vio que le abrí la puerta solo me dijo – wowww, te ves preciosa – ahí en la puerta solo era un beso en la mejilla, estaban mis vecinos y no podíamos hacer más.

Solo entramos a mi casa, él se abalanzo sobre mí, un rico sinfín de besos y caricias, yo solo me limite a decirle – ¿no quieres tu regalo? – él me dijo, ¿otro? , yo solo le respondí, acompáñame, y lo lleve de la mano al patio, estaba una media barda que estaba a la mitad de su patio, casi en su garaje, desde la calle solo veían la mitad de su cuerpo, el veía todo pero ellos solo la mitad de su cuerpo, mi quite mi tanga sí que él lo viera y él, medio desconcertado volteaba sin cesar para ver de qué se trataba, le puse mi tanga en la boca para que la mordiera, y acto seguido le agarré la verga como a él le gusta, marcando el contorno con el dedo y preguntándole si deseaba que lo hiciera con la lengua, me dijo que si y obvio, él no podía hacer mucho porque lo veía todo el que pasara por la calle, baje su cierre del pantalón diciéndole – Este es mi regalo principal – y luego entonces, me metí toda su verga en la boca, oí su gemido y era la muestra que le estaba gustando, lanzo el grito – Por dios, que rico Mónica mi amor mmmmmmmmmmmmmm – por la parte lateral de su pene pase mi lengua desde la punta de su glande, hasta el lugar en medio de sus huevos, muchas veces e incluso de lo mordí de forma suave, me estaba encantando eso mmmmmm, incluso intercambiaba el momento para meterme un huevo en la boca y luego otro, de esa manera me gustaba hacerlo, nunca había visto en todas las veces que hice sexo oral, tanta saliva, todo su pene estaba lleno de saliva, sus huevos igual su pantalón estaba mojado de saliva, lo tendría que meter a la secadora, él me tomaba las sienes y regresaba las manos a la barda, me estaba enloqueciendo y yo más, no podía ni articular palabra, desde la calle debería ser claro que le estaba pasando algo en la parte del cuerpo que no se le veía, el ya no sabía dónde dirigir su mirada, si en la parte que se ocultaba de su cuerpo o ver a la calle, tenía los ojos en blanco, de repente y de manera clara y fuerte, que si alguien hubiera estado cerca lo hubiera escuchado – Moni, te tengo que coger yaaa.

Dicho esto, aunque parezca difícil de creer, lo tome del pene en medio de mi patio y él se dejó hacer – Me quieres coger ya, hazlo cabrón- cruzamos el patio a la vista de todo que nadie nos ponía atención, que era muy evidente, aparte el con los pantalones a medio muslo era difícil que caminara rápido, en cuanto entramos a la casa yo le agarre más la verga y me hinque frente a el, el solo me agradeció el regalo, yo solo le dije – ¿crees que ya acabo?- mientras le besaba el pensé a su ya mojado miembro, el solo me levantó y me dijo – dije que quiero meterte la verga pero antes te voy a dar una mamada igual a la que me acabas de dar, pero en tu cocina con la cara a la calle, para que «sufras» lo que acabo de sufrir jejeje , pero esa ya no lo deje, no podía hacer eso en la colonia donde vivo, era mucho arriesgar, mejor lo jale y lo lleve a la cocina porque ya me había platicado que quería cogerme ahí, yo le dije – por tu cumpleaños cógeme en mi cocina – lo jale a la cocina, y me recargo sobre el fregadero , me puse en posición que no me viera en la calle, me estaba colocando cuando de repente siento como me penetra, me tomo por sorpresa pero yo ya estaba muy majada, así como a él lo había dejado mojado, me acomode y solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpo chocando, el me decía a volumen un poco alto – Aquí donde preparas la comida de tu marido, aquí te estoy dando verga tambien mmmmmm – yo ni pensaba en eso pero lo dejaba ser, me estaba penetrando delicioso, de tanto que me estaba penetrando me cargo así, el sonido que hacian nuestros cuerpo se escuchaba muy rico, plaf plaf plaf, me estremecía solo el sonido, lo que hizo después, depositarme sobre la mesa de la cocina, acostada y si pusieran atención en la calle seguro me verían, estando yo recostada en la mesa, puso mis piernas sobre sus hombros y me la dejo ir todaaaaa, se sintió maravilloso cuando llegó al fondo, el no quiso que me quitará las zapatillas que llevaba, el choque de sus testículos con mi pelvis era riquísimo, descansar mis pies en sus hombros me encantaba, él lo sabía y besaba mis tobillos, esos besos me hacían gritarle que quería que me diera mas verga, que me estaba enloqueciendo.

Bajé mis piernas de sus hombros y ahora estábamos sobre el piso, solo traje una colchoneta del sillón de la sala, el misionero nunca me había gustado tanto esa posición, y ahora estaba de lo más rico siendo ensartada por mi macho, eso le gustaba que le dijera, “Cógete mas a tu perra, que rico me estaba dando mi macho” eso lo enloquecía, saber que estábamos en mi cocina cogiendo mmmmmmm, en cada embestida, con mis piernas lo apretaba más, quería más verga, que metiera más verga en mí, lo apretaba más hacia mí, era delicioso ser un mismo ser cuando me dejaba entrar toda su verga, mmmmm

Estábamos sudando demasiado, el calor afuera era bastante y nosotros bañados en sudor el me lamia el cuerpo, ese ejercicio que es delicioso hacerlo, el quería cogerme en mi cama, pero yo quería que ya se viniera, ya lo necesitaba, le propuse que mejor después de esta deliciosa cogida nos bañáramos en la tina del baño y descansábamos en mi cama, eso le gusto y empezó a darme más duro, me dio una nalgada que marco de rojo mi trasero, me encendió demasiado y le dije “cógete a tu perra mi amor” mmmmmmmm, yo que no me gustaba antes ese vocabulario ahora había cambiado, quería verga y así la pedía a mi macho, en un frenético mete y saca mmmmmmm me encantaba como me ensartaba, quería su lechita, quería sacarla toda, sentirte calientita en mi vagina, se la pedía, “dámela cabrón, dameláaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa”

Llegar los dos al mismo tiempo es lo más rico, ahí estaba, ensartada en la cocina de mi casa, mi casa de mi segundo matrimonio y el chico encima de mí no era mi marido, y estaba completamente feliz, su lechita estaba cayendo en mi vagina ya sin protección, en esa ocasión él ya sabía que ya usaba el parche anticonceptivo, mi marido me lo pidió y lo cumplí, que rica cogida, nos quedamos por un rato en la cocina, Habacuc fue al baño por papel higiénico para limpiarme, después nos fuimos a bañar, en la tina estábamos los dos sintiendo la regadera, platicando boberías, que rico cumpleaños me dijo Habacuc, “yo pensé que solo sería el oral de tu patio” jajaja le dije, te sorprendí amor.

Nos bañamos como dos horas, yo no lo quería dejar ir, al terminar le dije que iba por las toallas, después nos vestimos y se tenía que ir, en realidad siento que tenía miedo por si venia mi marido, ya habíamos pasado mucho tiempo en mi casa jejeje.

Cuando lo despedí en la puerta antes de la puerta de la calle, no evitó que le bajará su pantalón y le diera un beso en su pene, fue hasta romántico mmmmmm, ya estaba nervioso porque ya me preguntaba a qué hora llegaría mi marido jjeje

Espero les haya gustado