Una orgía en donde fui protagonista

Hola chicos(as), mi nombre es Ruby, tengo 30 años, mido 1.68 mts. Soy de piel clara, tengo el cabello castaño claro, me gusta traerlo largo me llega casi a la mitad de la espalda, soy delgada, tengo una cara bonita afilada y ojos color café claro me gusta maquillarme ligeramente y usar labiales rojos. Considero que tengo bonita figura ya que me gusta hacer ejercicio solo para tonificar mis piernas y glúteos, mis senos medianos y redondos, mis pezones son rositas y como montañitas. Conservo una cintura definida y un culo muy bien formado, sobre todo cuando uso jeans se me marcan muy bien mis nalgas levantaditas y al juntar mis piernas se me forma un huequito en la entre pierna apretando mi zona intima, tengo piernas estilizadas que me gusta mostrar cuando uso minifaldas pues tengo la piel muy suave. Me gusta ser muy femenina, seductora y vestir provocativa, aunque siempre procurando mantener una buena imagen ante las personas que me conocen. Soy divorciada sin hijos y vivo sola en un departamento de interés social que rente hace poco por la zona industrial.

Recientemente trabajo como auxiliar en un despacho contable, así que para llegar a mi trabajo debo tomar transporte publico ya que no tengo vehículo. El microbús me deja a cuatro cuadras de mi trabajo, y las primeras calles son un camino algo solitario pues casi no hay casas solo son terrenos, algunas construcciones abandonadas y hay una bodega de una empresa constructora, y necesariamente debo caminar frente a ese lugar para llegar a mi trabajo. Desde el primer día que tuve qué pasar por esa bodega pude ver que había seis albañiles todos ellos de entre 40 y 50 años, me llamo la atención que no usaban camisa solo vestían pantalón de mezclilla con cinturones de cuero y botas de trabajo desgastados, algunos traían paliacates en la frente para secar el sudor y sus cuerpos polveados con cemento pues iban cargando bultos para subirlos a un camión. Al verlos decidí cambiarme de banqueta y pasar lo más alejada de ahí para que no me fuera a ensuciar pues había polvo así que seguro pase desapercibida para ellos.

Mas tarde al salir de mi trabajo eran como las siete ya cayendo el sol, al pasar frente a la bodega pude ver que ya habían terminado de trabajar y estaban sentados en unos bultos de cemento ahí adentro y tomando cervezas, lo que me dio un poco de miedo pues esa calle está sola y es un tramo muy largo, en la banqueta de enfrente hay un terreno muy extenso sin ninguna construcción en toda la cuadra, y a los lados de la bodega solamente hay otras bodegas abandonadas con portones viejos y un terreno muy grande en la esquina y las primeras casas comienzan casi al final de la siguiente cuadra o sea que ahí nadie podría ayudarme ni oírme aunque gritara, así que camine un poco más de prisa para evitar que me vieran pero de pronto escuche que me comenzaron a silbar a modo de piropo y yo solo camine ignorándolos y sin mirarlos, y ellos comenzaron a decirme cosas muy sucias como: “hay que buena estas mamacita” “que ganas de meterte la verga en tu culito” “no corras que no muerdo nomas te cojo chiquita” y otras cosas que no alcance a escuchar, típico que ven a una chica sola, desprotegida y le dicen vulgaridades, eso me puso muy nerviosa en ese momento el camino se me hizo eterno hasta que por fin salí de esa calle y di vuelta en la esquina para llegar a la parada del camión, lo aborde y llegue a casa.

Esa noche no podía dormir por estar pensando que diario tendría que estar pasando por ese lugar y que estarían ellos, lo que me daba algo de miedo, pero al mismo tiempo recordando las cosas que me dijeron, me hicieron sentir deseada, que un grupo de hombres quisieran hacerme suya, eso que escuche sobre meterme la verga en mi culito, cada que recordaba eso sentía una sensación en mi parte íntima que me ponía húmeda, solo pensar que esos hombres cuando me vieron pasar se imaginaron penetrándome y disfrutando de mi cuerpo. Todos los días al bañarme toco mi cuerpo pensando en gustarle a alguien desde que me separe de mi pareja porque me fue infiel, y a decir verdad en mi trabajo y con mis amistades he conocido hombres que me pretenden, pero ellos no me causan atracción, a mí siempre me han gustado los hombres rudos. Así que se me ocurrió que en lugar de tener miedo y evitarlos, trataría de disfrutar de esas vulgaridades que me dirían y sentirme deseada por esos hombres fuertes y sucios, que me veían con tantas ganas de cogerme.

Al día siguiente decidí ponerme una blusa negra de tirantes ajustada, unos jeans a la cadera que me quedaban muy entallados con rasgaduras que dejaban ver la suave piel de mis piernas, y que apretaban mi zona íntima marcando mi vagina y levantando mis nalgas, también me puse unos tacones negros. Así que yo sabía que si quería correr no podría, y tendría que caminar con seguridad. Les juro que mientras me vestía no dejaba de pensar en que esos hombres me verían pasar, prácticamente estaba arreglándome para ellos. Me maquillé como siempre y me puse perfume con aroma a frutas exóticas.

Camine rumbo a mi trabajo y cuando faltaban unos 30 metros para pasar por la bodega pude ver que uno de ellos me miro y les aviso a sus compañeros mientras cargaban unas cubetas con arena, así que me prepare para pasar por ahí, pero esta vez decidí pasar junto a ellos para confrontarlos e interrumpirlos en sus labores. Al llegar ahí se me quedaron viendo con una mirada lujuriosa directamente a mis senos pues estaba escotada y a mi entrepierna la miraron como si quisieran meter su lengua en mi parte intima, de inmediato sentí como me temblaron las piernas y un vacío en el estómago de los nervios, pero continue y uno de ellos me dijo adiós señorita, lo que me hizo sentir un tanto aliviada pues hubo un poco de respeto, así que le conteste adiós buenos días y los demás replicaron adiós que le vaya bien. Unos metros después pude escuchar que dijeron “hay mamacita que ganas de comerte tu colita” “sí yo sí me la cogía” “que ganas de enterrarle mi verga hasta el fondo” después de oír eso supe que definitivamente esos hombres querían cogerme y hacerme de todo y que cada que pasara seria lo mismo y me éxito muchísimo todo el día en la oficina no deje de pensar en eso y solo miraba el reloj esperando fuera mi hora de salida.

Cuando salí de trabajar ya sabía que estarían tomado cerveza viendo a la calle así que decidí hacer algo que nunca había hecho, provocar a seis hombres a propósito, mostrándoles más de lo normal. Para ello antes de pasar por la bodega, me oculte detrás de un arbusto de esos que crecen en los terrenos por capricho de la naturaleza, para quitarme el brasier, me toque los senos suavemente y pellizqué poquito mis pezones para excitarme, también me toque el clítoris durante unos dos minutos pues necesitaba sentirme muy cachonda para lo que iba a hacer, por lo que mis pezones se pusieron duros y se marcaban en la blusa como dos montañitas, también jale un poco hacia abajo mi blusa para mostrar más mis senos, justo antes de que se vieran mis pezones. Estando tan excitada y nerviosa camine de forma muy femenina, y cuando iba a llegar a la entrada de la bodega, me sentí tan cachonda y ruborizada que estúpidamente en el último momento baje uno de los tirantes del hombro para verme sexy lo que dejo ver ligeramente uno de mis pezones, de inmediato me arrepentí e iba a subirlo de nuevo pero entonces uno de los albañiles se asomó a la calle y se me quedo viendo, su cara reflejaba un morbo evidente pues no dejaba de verme los senos, ya no supe cómo reaccionar y deje el tirante abajo, vi que les hizo una señal con la mano para que salieran y en unos segundos ya los seis albañiles estaban afuera obstruyendo la banqueta y con sus cervezas en la mano listos para ver el espectáculo. Al llegar me dijeron: “hola señorita ¿cómo esta?” mientras me comían mis tetas con su mirada, y eso me hizo ponerme húmeda. Entonces me dijeron “hace poco que pasa por aquí verdad” y les conteste que sí, ya que comenzaba a trabajar por ahí cerca, por cierto, me llamo Ruby le dije, y ellos se presentaron diciendo eran Carlos, Jorge, Alan y los otros tres no recuerdo bien sus nombres, los salude de beso en la mejilla y por el movimiento mi blusa se bajó más y mi pezón rosita quedo completamente descubierto, pude ver como uno de ellos “Carlos” el más grande de edad se tocó el pene sobre su pantalón como excitándose, eso me puso nerviosa y les dije bueno ya me voy, porque se pone oscuro y me da miedo, y me contestaron “no se preocupe nosotros aquí la protegemos, a ver qué día nos acepta una cerveza” y les pregunte ¿en dónde nos la tomaríamos? Y me dijeron “pues aquí si quiere, o usted diga” pregunte que, si su patrón no se enojaría, y me dijeron: “no porque el anda ahorita de vacaciones, y además el casi no viene. Siempre estamos solo nosotros, como esta es la bodega de la constructora él nada más nos habla por teléfono para preguntar cuanto material hay” y yo toda nerviosa y excitada, me paso por la mente de inmediato la posibilidad de estar ahí yo sola con esos hombres tomando una cerveza, me pareció excitante y le conteste que entonces mañana podría ser a esa misma hora, mientras me acomodaba el cabello y subía el tirante queriendo hacer ver como que no fue apropósito y se había bajado solo, pero mis pezones estaban duros, excitados y yo toda nerviosa, creo que lo hice más evidente, así que me despedí de beso en la mejilla comenzando por Carlos, el que se atrevió a tocarse su verga frente a mí, me retire y seguí caminando muy femenina sintiendo mucha excitación en mi vagina, pues esos jeans se metían entre mi zona intima de lo ajustados que estaban. Mientras me alejaba toque sensualmente mis nalgas sobre mi pantalón y pude escuchar que los albañiles decían “se ve que ese culo quiere verga” “al chile se ve que es bien puta” “no mames si viste como se le salió la teta” “si wey nomas quería levantarnos la verga”. Estuve a punto de regresarme pues tenia tantas ganas de que me cogieran, pero yo quería que fuera algo especial, así que decidí esperarme.

Al día siguiente en la mañana decidí no ir a trabajar, en lugar de eso fui directamente a la estética para que me depilaran, me puse uñas, entre al centro comercial y me compre un brasier y una tanguita negros muy eróticos marca Victoria´s. Quería que fuese un encuentro que marcaría mi vida pues serian seis hombres a los que invitaría a penetrarme y por el tipo de personas se veían fuertes y rudos que estarían ardiendo de lujuria por hacerme suya y lo harían todos al mismo tiempo. Yo sabía lo que me podía pasar y aun así quería hacerlo, estuve muy nerviosa todo el día. Cuando regrese del salón de belleza pase por un centro comercial en donde hay una sexshop, nunca había entrado a una pero ese día yo solo estaba pensando en sexo así que decidí entrar y me atendió una chica y le comente que estaba buscando experimentar algo nuevo con mi pareja que si me recomendaba algo y me pregunto ¿qué tipo de sexo practicaba? y le dije pues normal y sonrió y me contesto que todo era normal pero que si había practicado el sexo anal, le dije que no pero que si me gustaría, solo que me parecía algo sucio. Entonces ella me contesto que por eso había que hacer limpieza con un enema que era un artículo que ella me podía vender ahí y un lubricante con anestésico para que no me doliera la penetración. Así que una vez me explico esto fui a mi casa y me aplique los lavados anales, quede muy limpia y eso me dio mucha más confianza para practicarlo, hice un calentamiento con un plug anal que me vendió para ir dilatando mi ano y que estuviera relajado, me gusto por que tenía un adorno como de corazón, y me ayudaría a estar dilatada por si esos hombres querían hacerlo así no me fueran a lastimar, eso creía yo….

Faltando unas horas me bañe con un shampoo y jabón aromáticos que dejo mi piel muy suave e hidratada, me puse una crema Victoria´s que olía frutal, me depile completamente, mi cabello alaciado, me puse la tanguita y el brasier negros, un vestido negro muy ajustado que se adaptaba perfectamente a mi figura, tenía un escote abierto que permitía ver entre mis senos y mostrarlos según cuanto yo quisiera bajarlo o subirlo, era un vestido de tela muy corto y flexible como licra, por lo que podía bajarlo a la mitad de mis piernas o subirlo a tres dedos debajo de mis nalgas según yo quisiese, sin que se notara arrugas o que yo lo hubiera forzado por lo que era ideal para salir de casa como una dama y llegar a la bodega con el vestido más levantado como una puta con tacones negros altos. Me maquille y me puse perfume como si fuera al encuentro de mi vida. Moria de los nervios, sabía lo que podía pasar, pero no dejaba de excitarme, como me lo harían, si me dolería, bueno mil cosas pasaron por mi cabeza…

Llegando el atardecer, antes de salir de casa dilate mi ano con el plug anal, metiéndolo y sacándolo suavemente de mi ano pues era muy doloroso, sentía una punzada, pero después de rato solo era placer, cuando sentí que ya estaba lista lo deje dentro de mi ano y acomode el vestido jalándolo un poco para que me llegara a media pierna, algo decente por así decirlo, aborde el microbús y todos los hombres me miraron con ganas de cogerme, el chofer no dejaba de voltear por el espejo, tome asiento junto a un joven que no dejaba de verme las piernas de reojo, y yo sentía un poco de dolor pues traía el plug anal puesto y me lastimaba cada que el camión pasaba un tope, llegado el momento me baje del camión y me dirigí a la bodega caminando muy femenina y sintiendo como el plug anal entre mis nalgas me lastimaba un poquito a cada paso, podía sentir mi vagina caliente y lubricada durante todo ese largo camino que de nuevo estaba completamente solo, y como ya se me estaba haciendo costumbre antes de llegar levante un poco el vestido para dejarlo a tres dedos por debajo de mis nalgas para mostrar mis hermosas piernas y dar una forma más sexy a mi trasero, me vea guapísima. En ese momento decidí no mostrar más mis senos pues eso lo quería dejar para cuando estuviéramos platicando.

Ya estaba ocultándose el sol, y el alumbrado público en esa zona es muy tenue, cuando llegue a la entrada de la bodega ellos ya estaban tomando, apestaba a humo de cigarro y se les veía cubiertos de polvo de arena y cemento, ya relajados de jornada de trabajo y eso me gusto pues yo quería un encuentro con hombres rudos. Entonces Carlos el más grande, se acercó para recibirme y lo saludé de beso en la mejilla mientras sentí como me tomo la cintura con su mano derecha y me dijo en el oído, “te ves guapísima Ruby” Y fuimos a donde estaban sus amigos y me saludaron también de beso en la mejilla, mirándome de pies a cabeza casi babeando con una cara de lujuria que no podían con ella, me llovieron halagos sobre lo hermosa que me veía y que les acompañara con una cerveza, me dijeron que me sentara junto a ellos y me acercaron una silla, mientras ellos estaban sentados enfrente sobre unos bultos de cemento, comenzamos a platicar sobre nuestros trabajos, la rutina hasta que llevábamos unas tres cervezas uno de ellos dijo “¿cómo ven saco el tequila?” a lo que sus amigos dijeron “si wey tráetelo” y me preguntaron que si quería y les dije que sí, yo sabía que lo que buscaban era alcoholizarme, comenzaron a servir en vasos desechables y lo tomaron solo, así que decidí seguirles el juego y lo tome igual, pude sentir rápido el efecto, me sentí muy cachonda y desinhibida, pues tenía el plug anal puesto y es como ser penetrada por el ano todo ese tiempo.

Así que decidí tomar la iniciativa y les pregunte que era lo que más les gustaba de mí, porque el primer día que pase escuche me habían silbado y dicho cosas sobre mi cuerpo, y que yo quería me dijeran la verdad, sin pena que no me iba a ofender al contrario quería saberlo, a lo que ellos me respondieron “ pues la verdad si estas muy guapa Ruby, esperamos no haberte ofendido, pero si quieres que te digamos pues es que tienes unas tetas muy ricas y pues tienes un culo bien sabroso, la verdad que estas bien buena” al escuchar eso se me estremeció el abdomen, no podría creer que estaba frente a esos hombres escuchando halagos tan declarados sobre mis atributos femeninos y observe que uno de ellos Carlos, el más grande de edad tenía un tatuaje en el brazo y ahí fue cuando supe como comenzaríamos a coger, tenía que dar el primer paso yo, pues como estábamos platicando en muy buen plan estaban siendo muy respetuosos, entonces le dije a Carlos que me gustaba su tatuaje que si podía verlo, y me dijo “claro mira” entonces yo me levante de la silla y me fui a sentar justo en medio de todos ellos, sabía que me iba a ensuciar de polvo de cemento pero eso no me importo, así que lo hice pero al sentarme sobre uno de los bultos de cemento pude sentir como el plug anal que traía puesto me lastimo un poquito, pero me éxito mucho sentir eso junto a todos ellos, así que comencé a tocar el tatuaje de Carlos como acariciándolo con mis dedos y jugando en su brazo con mis uñas, y le di un besito en el brazo para mancharlo con mi labial rojo, fue cuando les dije que si les gustaría ver un tatuaje que yo tengo en la espalda, y me dijeron que sí, entonces les dije bueno pero primero les voy a molestar si me permiten pasar a su baño, mientras ustedes sirven los otros tragos.

Me dijeron que el baño estaba atrás a la izquierda, un baño por cierto que olía a orines, muy sucio, pero yo tenía que orinar las tres cervezas que me había tomado, pensé en orinar sin tocar la tasa, ya saben de “aguilita” pero estaba tan cachonda que preferí sentarme y tocar con mis nalgas la tasa sucia de orines, fue algo sucio que me éxito mucho, enseguida fue cuando retire el plug anal de mi ano y lo limpie con papel y note que tenía poquita sangre, lo que considere normal pues me había estado lastimado poquito y era primera vez que me penetraba con algo por el ano, saque el lubricante anal con anestésico y me lo aplique, también puse un poco de lubricante en mi vagina era de olor a sandia, estaba en mis días fértiles lubricando mucho y no había tomado anticonceptivos y menos comprado condones, estúpidamente no se me ocurrió. Mi vestido que ya estaba muy corto lo levante más hasta la mitad de mis nalgas, me quite el brasier y lo puse en mi bolso, retoque mis labios con labial rojo, me frote mis pezones y los pellizqué un poco para ponerlos duros y se me marcaron como montañitas, algo que me gusta de mí son mis pezones rositas, pues me existe mucho sabiendo que mis senos serian lo primero que les mostraría. Desde ahí alcance a escuchar comentarios entre ellos sobre mi decían: “no mames wey está bien buena, hay que cogérnosla” “pues dile tu wey” “no mames si le digo se vaya a ir y le llama a la poli wey” “yo se la quiero meter por el culo bien duro” entonces confirme que sucedería lo que yo esperaba, me iban a coger entre todos ellos, pero yo tendría que dar el primer paso.

Sali del baño y me voltearon a ver con mucho morbo, se veía la lujuria en sus caras, al ver mi vestido descubriendo la mitad de mis nalgas, fui a sentarme de nuevo junto a ellos, sintiendo como mis nalgas tocaron el sucio bulto de cemento, y les pregunte por mi tequila, me lo dieron y lo tome de un solo trago, para tomar valor. Les pregunte ¿en qué nos quedamos? a sí, que, si querían ver mi tatuaje y me dijeron de nuevo “sí a verlo, muéstranoslo” tenían sus caras rojas de lujuria. Mi tatuaje en la espalda eran unas gaviotas pequeñas, que estaban tatuadas en la parte baja de mi espalda como a 15 centímetros arriba de mis nalgas o sea que tendría que bajar el vestido descubriéndome por completo los senos, me quedaría desnuda de los hombros hasta la cintura, así que tome mi cabello castaño claro y alaciado lo dividí en dos y lo coloque al frente tapando mi pecho para poder bajar el vestido sin que se fueran a ver mis senos ya que mi cabello largo los tapa perfectamente. Le dije a Carlos, me ayudas por favor a bajar el zíper del vestido de la parte de la espalda, se voltearon a ver entre ellos y note sus caras de morbosidad les dije a los demás vengan atrás de mi para que vean, entonces se levantaron y ya estando detrás de mi comencé a bajar los tirantes del vestido lo fui deslizando muy lentamente hacia abajo y ellos se quedaron callados no podían ni hablar de lo que estaban viendo y yo con mis senos firmes y los pezones duros, que en ese momento estaban tapados por mi cabello sobre ellos, seguí bajando el vestido sintiendo como mi piel se erizaba al ir quedando desnuda hasta la cintura. Les señale mi tatuaje con mis manos temblorosas, la parte baja de mi espalda que mostraba ligeramente mis nalgas y les pregunte ¿les gusta mi tatuaje? Y me contestaron que sí, que estaba muy bien hecho, que si me había dolido y les dije que me lo había hecho un hombre y me había dolido mucho que sangré y lloré, pero me gusto porque a veces las cosas más placenteras tienen que doler.

Entonces permanecí con el vestido abajo para que vieran que no me interesaba vestirme de nuevo que quería ser cogida por todos ellos, así que les dije que cuantos segundos aguantaban tomar tequila directo de la botella, que yo podía tomar hasta 15 segundos, que ¿quién me lo daba? Y Carlos el mayor me dijo que el me lo daría se puso atrás de mi tomo la botella, entonces en ese momento mi corazón comenzó a latir muy fuerte y me puse muy nerviosa por lo que iba a hacer, tome mi cabello que estaba cubriendo mis senos y lo recogí llevándolo hacia atrás para poder sujetarlo con una mano, al hacer eso mis senos quedaron totalmente expuestos ante esos seis albañiles, me sentía tremendamente excitada y le pedí al otro hombre “Alan” que me tomara del cabello entonces se levantó y fue atrás de mi para sujetar mi cabello en ese momento los otros cuatro hombres fueron a bajar la cortina de la bodega para quedar encerrados, me dio un poco de miedo sabía que estaba a su merced y harían conmigo lo que quisieran, la bodega se oscureció, y encendieron unas luces algo tenues, le pedí a Alan que cuando yo le dijera me jalara del pelo para que mi boca quedara hacia arriba y Carlos me diera 15 segundos de tequila desde la botella y que no me soltara hasta que terminaran, y a los otros cuatro albañiles les pedí que se acercaran frente a mí, recordé que dos de ellos me habían dicho que les gustaban mis tetas y a los otros dos les gustaba mi culito, les dije que cuando comenzarán a contar, dos de ellos me sujetaran de las manos y comieran mis tetas a lengüetadas, y los otros dos me acariciaran las piernas y tocaran mi vagina, a lo que ellos respondieron: “sí mamacita te comemos lo que quieras” entonces abrí mis piernas para ellos y le dije a Alan que estaba lista y el jalo de mi cabello, yo quede con mi boca hacia arriba y con mis senos levantados como montañas, mientras Carlos me daba ese chorro de tequila y de pronto sentí como los otros hombres me sujetaron y se lanzaron sobre mis senos y comenzaron a lamerlos y succionarlos, mientras los otros me acariciaban las piernas y hacían a un lado mi tanguita negra para meter sus dedos en mi vagina fue algo tan delicioso y excitante estar rendida, indefensa y expuesta ante esos hombres me sentí tan vulnerable, hasta que terminaron los 15 segundos, cuando los albañiles me soltaron me puse de pie y me sentí muy ruborizada por el alcohol. Estaba muy cachonda con los senos descubiertos frente a esos hombres, y les pregunte: “¿les gusta lo que ven?” a lo que ellos contestaron: “si mamacita tienes unas tetas bien ricas” y yo sintiéndome deseada por esos albañiles sucios me baje el vestido hasta quedar desnuda, solamente conserve mi tanguita y tacones negros. Mi vagina estaba hecha un rio, camine sensualmente hacia ellos para acariciarles sus vergas por encima del pantalón, ellos comenzaron a acariciarme el culo, metían sus manos en mi entrepierna y me dedeaban la vagina, al mismo tiempo me lamian las tetas. Yo con mi voz cachonda les pedí que me cogieran, literalmente les dije: “quiero que me cojan entre todos” “cójanme con todas sus fuerzas hasta cansarse” “quiero ser su zorra” “hagan conmigo lo que quieran solo no me golpeen” no termine de decirles cuando fueron a la parte de atrás de la bodega y sacaron un colchón viejo y mugroso, y lo dejaron en el suelo a la mitad de la bodega y me cargaron para recostarme ahí, Alan me quito la tanguita de un tirón y me sentí tan vulnerable, tan excitada y desprotegida.

Estaba completamente desnuda ante esos albañiles que olían a sudor, tequila y tabaco solo tenía puestos los tacones que por cierto me dejaron porque uno de ellos dijo que le gustaba como me veía. Se desabrocharon los cinturones, cuando vi eso sabía que era cuestión de segundos para que estuviera siendo penetrada por uno de esos albañiles. Se veía que tenían un morbo y lujuria tremenda, quedaron totalmente desnudos con sus vergas morenas erectas, tenían mucho vello púbico se veía que jamás se lo rasuraban, pues eran albañiles rudos. Alan se lanzó hacia mí y me abrió las piernas e introdujo su lengua en mi vagina depilada y comenzó a comérsela a lengüetadas, no paraba mientras los demás abrían mis piernas y las acariciaban, otros me comían los senos dejándome chupetones y mordisqueaban mis pezones duros, lo que me dolía y excitaba a la vez, de pronto Alan me arrodillo, me jalo del cabello y metió su verga en mi boca. Me atragantaba pues lo hacía hasta el fondo, mis labios rojos llegaban hasta la base de su verga sentía como me abría la garganta y así se turnaron para que les diera la mamada de su vida, de pronto Alan quien tenía la verga más grande me dijo: “ahora si zorra te voy a meter la verga bien duro” yo estaba muy cachonda y le dije: “hagan de mi lo que se les antoje solo no me golpeen, cójanme con todas sus fuerzas, no le diere nada a nadie”.

Alan, me puso en cuatro y me empino dejando mis senos y brazos sobre el colchón sucio, mi espalda quedo curveada hacia abajo y mis nalgas sobresalían empinadas como un corazón bien formadito, mi piel tan suave y perfumada, mi vagina y ano rosas, estaban siendo entregados a ese hombre, me sentí tremendamente excitada, en unos segundos tendría una verga gruesa y morena dentro de mí después de meses sin hacerlo. Alan se puso atrás de mí y coloco la punta de su verga en la entrada de mi vagina, con sus manos grandes y toscas me tomo con fuerza de la cintura y de un fuerte empujón, me penetro violentamente hasta el fondo, mi vagina no pudo poner resistencia estaba tan lubricada que entro completamente, me la metió muy fuerte y rápidamente, tal como yo lo quería, cada que me penetraba podía sentir un golpe dentro de mi vientre, así continuo cerca de veinte minutos, hasta que de pronto sentí que iba a tener un orgasmo me estaba viniendo y se lo dije, y el acelero el ritmo y fue una penetración frenética, pude sentir como eyaculaba disparándome chorros de semen caliente dentro de mí al mismo tiempo que yo me estaba viniendo fue algo muy excitante sentir su semen dentro de mí junto con mis fluidos, mientras sentía mi piel sensible, los pezones durísimos, me temblaban las piernas y el abdomen se me contraía. Me sentí plena en ese momento, un hombre desconocido se había corrido en mi interior y me hizo sentir tan vulnerable, como es que yo estaba encerrada en una bodega para ser cogida por esos hombres, aun no lo podía creer, nadie que me conociera podía imaginar que estaba siendo una puta sumisa con esos albañiles.

Continuaron cogiéndome todos en mi posición de cuatro, como bestias insaciables solo buscando su propia satisfacción, disfrutando de mi cuerpo a su antojo, atragantándome con sus vergas y apretándome los senos, sentía sus manos tocando todo mi cuerpo. Como ya estaba muy rendida y sentía semen escurriendo por mis piernas, moje mis dedos con los fluidos y me los lleve a la boca para saborear su semen. Eso era algo que antes con mi pareja me daba asco, pero con ellos en ese momento de excitación, me gusto el sabor dulce del semen, volví a mojar mis dedos en mi vagina y metí un dedo en mi ano. Sentí que estaba muy caliente y era placentero lo que me hizo soltar algunos gemidos, al ver ellos esto me levantaron jalándome del cabello. Alan me llevo caminando hasta unos costales de cemento y los acomodo aproximadamente a un metro de altura, y me dijo inclínate para romperte el culo zorro. Cuando me dijo eso sentí mucho miedo, pero yo estaba tan excitada que estúpidamente con mi voz cachonda y sumisa les dije: “¡esperen! es la primera vez que me van a penetrar analmente, así que les quiero pedir que, aunque me duela, grite y llore no se detengan, no se preocupen nadie sabe que estoy aquí y no diré nada”. Yo quería que esos hombres me cogieran sin piedad y les dije: “ quiero que me sujeten de las manos y por nada me suelten” “cuando Alan termine quiero que se turnen los demás y me cojan con todas sus fuerzas hasta que se vengan dentro de mí culo” yo sabía que estaba sola en esa bodega con esos albañiles y nadie me podría ayudar, y peor aún les acababa de dar indicaciones de que me penetraran todo lo que quisieran, así que le dije a Carlos que antes de que lo hicieran me dieran más alcohol, Carlos fue por la botella y antes de darme tequila me dijo hay hermosa te va a doler mucho pero si eso quieres, y le dije: “si eso quiero, para desquitarme de mi esposo que me fue infiel”, entonces me dio tequila directo de la botella, mi corazón comenzó a latir y mi estomago se me contraía y sentía un fuerte vacío, una sensación de mucho miedo y excitación.

Estando yo de pie con mis tacones negros aun puestos, frente a los bultos de cemento, Alan quien tenía la verga más gruesa y larga de todos, me inclino curveando mi espalda hacia abajo y reposando mis senos sobre la barricada de costales, que rosaban mis pezones. Abrió mis piernas dejando expuesto y abierto mi culo y coloco la punta de su verga en la entrada de mi ano que estaba muy lubricado, me tomo de la cintura muy fuerte y me jalo hacia atrás contra su verga al tiempo que el de un solo empujón me penetro analmente hasta el fondo, pude sentir por primera vez la sensación de que una verga entrara por mi culo abriéndose paso en mi interior, sentí una fuerte punzada, un dolor desgarrador que nunca había sentido en mi vida, cuando su verga topo en mi interior sentí que me rompía, todo era dolor por dentro en ese momento y grite mucho quise zafarme pero ellos no me dejaban ya que me sujetaban de los brazos, Carlos que estaba enfrente de mi podía ver mi cara de dolor y mis lágrimas escurriendo el rímel, y lo que hizo fue masturbarse disfrutando de mi dolor mientras el tocaba mis senos y pellizcaba mis pezones para causarme más dolor. Comencé a arañar los bultos de cemento con mis uñas, y quería patalear, pero no podía porque ellos estaban siguiendo mis ordenes de no soltarme, me sujetaban las piernas. Alan siguió penetrándome analmente muy duro, cada que me la metía sentía como topaba hasta el fondo, empujándome contra los costales yo estaba llorando y gritando sin parar, mi llanto resonaba haciendo eco dentro de la bodega rogándoles que ya me soltaran, pero no lo hicieron en ese momento me arrepentí, deseaba no haberles pedido eso, mi corazón latía muy fuerte y sentía reventado el culo, me ardía mucho. Hasta que perdí las fuerzas, sentía que me desmayaba, mis piernas estaban entumecidas no podía seguir de pie, estaba rendida con mis senos sobre la barricada de costales.

Alan siguió ensartándome su verga sin piedad, lo hacía brutalmente como si yo no valiera nada, era un objeto de placer para él, con el que estaba satisfaciéndose como un animal. Alan era un hombre que aguantaba mucho con la verga erecta, después de media hora por fin escuché los jadeos de Alan y sentí como saco su verga ensangrentada para darme un último empujón hasta el fondo, Alan disparaba chorros de semen caliente dentro de mí, apretándome fuerte contra él durante unos diez segundos, lo que me lastimo mucho por dentro, pues el seguía moviéndose restregándome su verga y abriéndome las nalgas muy fuertemente como si quisiera llegar más adentro para destruirme. Me sentía violentada con la punta de su verga topándome mientras me decía: “hay zorra que rico venirme adentro de ti, estas bien rica puta” me abrazo y apretó mis senos con fuerza lastimándome y pellizcando mis pezones, me beso el cuello, en ese momento comencé a llorar entre dolor y de sentimiento femenino, sentía mucho calor en mi vientre y mi piel erizada y sensible pues ese hombre duro mucho penetrándome y me sentí muy violentada eso fue algo que estúpidamente me hizo sentir querida, ese hombre había gozado de mi culo, me había cogido con todas sus fuerzas desquitando sus ganas conmigo. En ese momento me sentí un poco aliviada, pensé que había terminado ese sufrimiento indescriptible, pues él era muy fuerte y con esa verga enorme me había destrozado el culo.

Cuando Alan retiro su verga aun erecta, sentí como se escurrió entre mis piernas su semen, y yo estaba descansando un poco del dolor, y escuché que dijeron: “no mames wey le rompiste el culo está escurriéndole sangre” “le dejaste abierto el culo” literalmente yo podía sentir como mi ano estaba abierto, pues era algo que nunca había experimentado y sentía como si tuviera mi ano muy relajado en ese momento, trataba de contraerlo, pero no podía hacer fuerza estaba tan adolorida que era mejor seguir relajando mi ano. Alcance a ver la verga de Alan estaba manchada de mi sangre. Me sentí muy dañada, entre en llanto de nuevo y sentí miedo pues no me soltaban, escuchaba como se peleaban como perros por ver quien era el siguiente en romperme el culo.

Tan solo después de unos segundos siguió Jorge, yo les grite: “no, ya no por favor, ya déjenme, me duele mucho, me están haciendo daño, se los ruego ya no” pero ellos no hicieron caso, me dijeron “esto es lo que querías ¿No?” entonces entendí que no había nada que yo pudiera hacer y que me seguirían cogiendo por el culo así que intente relajarme y entregarle mi culo sin resistirme, entonces él se puso atrás de mí y sin preguntarme solo coloco su verga en la entrada de mi ano, me tomo de la cintura y me jalo muy fuertemente contra él, me penetro hasta topar en mi interior, sacándome un grito desgarrador, me quede afónica, sentí un fuerte ardor de nuevo en mi culo, inevitablemente rompí en llanto, Jorge también tenía la verga muy gorda, y me jalaba de las cintura para ensartarme con fuerza, solo escuchaba el sonido de nuestros cuerpos chocando, me sentía tan lastimada en ese momento sin poder hacer nada, las piernas me temblaban y se me doblaban, perdí la fuerza en todo mi cuerpo, Jorge me jalaba del cabello cada que me embestía era un sentimiento de vulnerabilidad, pero poco a poco fue pasando y sentí como mi ano estaba más relajado lubricado por mi sangre que escurría entre mis piernas, seguía doliendo cada impacto por dentro pero ya estaba comenzando a disfrutar, cada vez que me la metía sentía más cálido y quería lo volviera a meter, Jorge duro aproximadamente 15 minutos, hasta que comenzó a cogerme más duro y fuerte, sentía un ardor acompañado de placer, supe que Jorge estaba por eyacular dentro de mí lo que me causo mucha excitación de nuevo, pues lo escuchaba jadear del placer que sentía de estar por venirse, yo solo me relaje y disfrute lo que estaba por pasar, después de unos segundos sentí un delicioso calor dentro de mi culo, eran los chorros de semen caliente que Jorge estaba eyaculando, él permaneció dentro de mi durante unos segundos y después retiro su verga de mi culo. En ese momento sentí como la sangre y el semen se escurrían por mis piernas, los que estaban observando dijeron: “no mames wey, se lo dejo bien abierto, no se le cierra el culo” y Jorge volvió a meter su verga unas cuantas veces para que vieran como la podía meter y sacar ya que mi ano estaba muy dilatado y no se cerraba.

Yo sabía que eso no había terminado, pues faltaban cuatro albañiles. Me seguían sujetando y rompiendo el culo hasta saciar sus ganas, podía ver como disfrutaban con morbosidad al verme el culo reventado y mi cara bañada en lágrimas pidiéndoles que se detuvieran. Cuando ya solo faltaban dos hombres, comencé a sentir que el dolor se estaba terminando y daba paso al placer, pues cada que sacaban su verga de mi culo, sentía un fuerte deseo de que me la ensartaran de nuevo. Les dije que ya no era necesario me sujetaran yo ya estaba muy relajada y tome más tequila para alcoholizarme, solo me incline sobre los costales y empine mi culo para que lo siguieran disfrutando, ya no dolía solo sentía el ir y venir de sus vergas y lo disfrute mucho, me sentí tan plena y cogida por esos albañiles.

Después les pedí que me llevaran al colchón por que no podía mantener el equilibrio, y ya acostada con mi culo y piernas escurridos de sangre les pedí que continuaran y que me siguieran cogiendo que todo estaba bien, así que uno de ellos dijo: “y si nos la cogemos por los dos lados al mismo tiempo”, uno de los albañiles se acostó y me monto sobre el penetrándome por la vagina, yo no tenía fuerza en las piernas y mi cuerpo caía por su propio peso ensartándome por completo la verga de aquel hombre y Alan se puso atrás de mí y me inclino sobre el otro hombre. Alan me penetro por el culo de forma que comenzaron a cogerme entre los dos vaginal y analmente, tenía dos vergas entrando y saliendo de mí, fuerte y profundamente, me sentía destruida por dentro, cada que me penetraban me estaban matando de dolor y placer, los demás me mordían y lengüeteaban las tetas, me hacían chupetones por todo el cuerpo y me atragantaban con sus vergas. De pronto sentí como disparaban chorros de semen caliente dentro de mí, fue algo que me hizo sentir tan plena, me sentí suya y comencé a llorar de sentimiento femenino, mis piernas se entumecieron y mi abdomen se estremeció, sentí un fuerte orgasmo erizando mi piel y levantándome los pezones, me vine completamente y mis fluidos vaginales mojaron los cuerpos de esos albañiles sucios. Lloraba como escuincla entregándome a esos albañiles que se turnaron para disfrutarme durante horas.

Cuando por fin se cansaron, me dejaron tirada en el colchón, yo estaba tan alcoholizada que todo me daba vueltas. No supe en qué momento me quedé dormida, pero desperté como a las 2:30 de la madrugada. Alan era el único que se había quedado pues le tocaba hacer guardia esa noche en la bodega. Me levanté y fui al baño para limpiarme la sangre del cuerpo con unas toallas húmedas que siempre traigo en mi bolsa. Me peine y retoque mi maquillaje tratando de ocultar todos los chupetones, desde las pantorrillas, las piernas, la entrepierna, los senos y hasta el cuello. Todos los albañiles me habían dejado esos recuerdos que llevaría conmigo durante días. Salí del baño y me acerque a Alan que estaba sentado en una silla fumándose un cigarro, tomamos un poco de tequila directo de la botella le pedí que se bajara de nuevo el pantalón, el permaneció sentado mientras yo me agache para mamarle su deliciosa verga y ponérsela durísima. Cuando su verga gruesa estaba bien ensanchada me senté sobre el de frente ensartándome su verga deliciosamente, él me tomaba de las nalgas levándome de arriba para abajo mientras se comía mis senos durante un buen rato, cuando ya estaba a punto de eyacular se puso de pie y me arrodillé ante el para mamársela y tragarme hasta la última gota de su semen mientras el metía su verga hasta el fondo de mi garganta. Me puse el vestido y mi tanguita, lo abracé y me despedí…

Cuando salí de la bodega, me sentía muy adolorida, excitada, cogida y sobre todo muy desinhibida por el alcohol, sentía que podía hacer lo que fuera, y como el alumbrado público era muy tenue, la calle sola y faltaba un tramo muy largo como de unos 10 minutos en esa zona industrial, quise hacer algo que me excitara, así que en plena calle me desnude quedando solo en tacones, me coloque el plug anal de nuevo para sentir la sensación morbosa de estar desnuda en una zona publica, expuesta a que si por alguna razón alguien pasara por ahí me podría ver, así que me baje de la banqueta y camine a la mitad de la calle hasta la esquina sintiendo como el plug anal me lastimaba a cada paso que daba, yo seguía muy cachonda y alcoholizada, ya me habían cogido seis hombres vaginal y analmente, se las había mamado y disfrutaron cada parte de mi cuerpo, así que yo me sentía una mujer capaz de satisfacer no a uno sino a los hombres que fueran, pues yo me había minusvalorado porque mi pareja me dejo, pero la realidad es que soy una chica muy guapa y que cualquiera se excita con verme.

Cuando llegué a la esquina vi pasar un camión de carga, que sonó el claxon al verme, eso me excito mucho y me hizo descubrir mi lado exhibicionista. Volví a ponerme el vestido y mi tanguita y deje el vestido muy corto mostrando ligeramente mis nalgas y baje el escote dejando ver la mitad de mis pezones rosas, pues como ya era de madrugada no pasaban camiones y sabía que tendría que tomar un taxi, después de unos minutos aborde uno y me senté en el asiento trasero, el chofer se veía de unos 52 años y con un poco de canas, fornido pero no era gordo, tenía barba con canas y cumplía con mi perfil de hombre rudo, pues el taxi olía a gasolina, aceite de coche y grasa, así que le di instrucciones de llevarme a mi casa, el taxista no dejaba de verme las piernas, fui coqueteando con él en el trayecto, platicándole que había ido con unas amigas a tomar unos tragos y haciendo evidente que estaba ebria y podría hacerme cualquier cosa si él quisiera, ya que quería me siguieran cogiendo más hombres.

Yo estaba muy excitada y quería provocarlo para que me cogiera así que muy discretamente baje los tirantes del vestido y casi sin mover las manos jalaba un poquito de mi vestido simulando que me estaba acomodando en el asiento trasero, hasta que vi que mis pezones rosas ya eran visibles, entonces le pregunte que si me podía acostar tantito en lo que llegábamos por que se me habían pasado las copas, y él me dijo si acuéstate yo te despierto cuando lleguemos, volteo y pude ver que miro mis senos que estaban ya más descubiertos con mis pezones rositas completamente de fuera. Así me quede dormitando esperando que algo pasara, hasta que escuche que se estaciono y apago el coche, abrió su puerta y se salió del vehículo, en ese momento de reojo pude ver que estábamos en una calle sin luz pues el alumbrado público estaba apagado y se veía como camino de terracería, de nuevo sentí miedo y mucha excitación al mismo tiempo pues ahora estaba a merced de otro hombre desconocido, y yo aun podía sentirme adolorida por la cogida que me habían dado.

Entonces escuche que estaba hablando con alguien por teléfono, pero no logre entender lo que decía. Se aproximo a mi puerta y fingí estar dormida, de pronto sentí como se me acerco y me dijo “levántate, ¿estas dormida?” y yo le conteste fingiendo que estaba más ebria y le dije que quería dormir, ahí fue cuando el comenzó tocar mis piernas pasando su mano ligeramente sobre mi piel, al parecer él pensaba que yo iba a reaccionar y a gritar o algo así, pero en lugar de eso guarde silencio y eso le dio a el más confianza, y acaricio mis piernas con más ganas y cada vez se acercaba más a mi entrepierna, y yo apenas podía evitar agitar mi respiración, él puso su mano en mi vagina, y al tocar la tanguita que traía, me la comenzó a quitar tratando de no ser muy brusco para no despertarme, yo sentía como me iba despojando de mi tanguita, y me sentí muy excitada comencé a lubricar pues otro hombre me estaba mirando desnuda y era cuestión de minutos para que me penetrara.

Yo estaba recostada boca arriba en el asiento, cuando ya había retirado mi tanguita por completo, el hombre abrió mis piernas y pudo ver el plug anal, intento retirármelo, pero me queje un poquito, así que me lo dejo puesto y empezó a frotar mi clítoris y acariciaba mi culo muy rico, cuando de pronto se escuchó otro vehículo que se estaciono junto a nosotros, escuche que era otro hombre, seguramente al que le había hablado por teléfono. Resulto ser otro taxista, pude oír que le pregunto por mí, que quien era yo, y mi chofer le contesto que yo era una pasajera, pero que estaba muy ebria y que no habría problema, y su amigo dijo “está muy buena la chica, ya se me puso dura la reata nada mas de verla” yo me sentí muy cachonda al escuchar eso, ya sabía lo que me esperaba, así que el amigo se acercó hacia la puerta del otro lado y la abrió, comenzó a frotar mis senos sobre el vestido, y después con cuidado me bajo un poco el vestido hasta que mis senos quedaron expuestos totalmente, eso despertó esa sensación tan excitante en mi pues ahora un octavo hombre estaba desnudándome, sentí como se me acerco y comenzó a lamer mis senos, lo hacía muy rico, y succionaba mis pezones, de pronto mi chofer que estaba en la otra puerta abrió de nuevo mis piernas y me lamia la entrepierna lo que sentí delicioso, e introdujo sus dedos en mi vagina y fue inevitable en ese momento empecé a gemir y él se dio cuenta que yo lo estaba disfrutando y continuo haciéndolo, yo gemía con más fuerza me estaba poniendo muy cachonda hasta que llego el momento en que decidí abrir los ojos, yo seguía tan desinhibida por el alcohol que me sentía libre de hacer cualquier cosa, así que les dije vamos afuera del vehículo, ellos se apartaron para dejarme bajar.

Ya estando fuera del vehículo, le pedí a su amigo que me bajara el zíper del vestido, y le pedí a mi chofer que me desnudara ya que me excitaba mucho la idea de que un hombre me despojara de mi vestido, entonces él se acercó y me bajo el vestido hasta el suelo dejándome desnuda por segunda vez en vía pública, ahora con mis pezones muy duros y levantados en un camino de terracería y al aire libre. A pesar del maquillaje los chupetones se notaban por todo mi cuerpo, camine con mis tacones y pude ver que estábamos en una zona despoblada, oscura solo se veían a lo lejos pasar vehículos en una carretera, deslicé mis manos sensualmente sobre la lámina del coche y pude sentir que el cofre estaba ardiendo de caliente, abrí mis piernas mostrándoles mi culo y me retire el plug anal soltando un gemido, al retirarlo sentí como escurrió un poco de sangre y lubricante de mi ano que ya estaba muy lastimado, yo seguía tan cachonda que abrí fuertemente mis nalgas y me senté sobre la lámina caliente del cofre para calentar mi ano, de inmediato sentí como mi ano se quemaba, el calor de la lámina entro por mi ano dilatado y me calentó el interior del culo, lo mismo pude sentir en mis labios vaginales, solté gemidos de placer y dolor pero lo soporte quizá por el alcohol y la tremenda excitación de tener mi cuerpo desnudo al aire libre, esa noche yo solo quería ser violentada. Permanecí sentada en el cofre caliente y me abrí de piernas, les pedí que me penetraran mientras abría mi vagina rosa para mostrárselas y no se hicieron esperar, mi chofer sería el primero, se desabrocharon los cinturones y se bajaron el pantalón, se puso enfrente de mí y le pedí me cogiera con todas sus fuerzas, y así lo hizo tenía una verga muy gruesa, pero yo ya estaba muy dilatada y todo era placer, sentí como me penetraba muy rápido y fuerte, hasta que iba a eyacular y le dije que me los quería comer, así que me baje del cofre y se la mame hasta que eyaculo y me trague todo su semen, era tan dulce y blanco, me sentí feliz haciéndolo.

Ahora había llegado el momento de que mi ano recibiera placer de nuevo, así que le dije a su amigo que me penetrara analmente, camine hasta estar enfrente de la llanta delantera derecha y me incline sobre el cofre para que mi culo quedara empinado, abrí mis piernas y puse mis senos sobre la lámina caliente del cofre, sentí como mis senos se quemaban con la lámina sensibilizando mis pezones, me dolía y me sentía herida de mis zonas erógenas, lo que sentí muy rico. Entonces le pedí me ensartara su verga en el culo de un empujón, este hombre tenía la verga gruesa y larga como mi querido Alan el de la bodega, y tal como se lo pedí, me penetro muy profundo hasta sentí como se movió el coche, sentí nuevamente ese impacto dentro de mí, era la punta de su gruesa verga que se abría paso en mi interior, este hombre era más alto y pesado así que cada que me penetraba sentía como me empujaba y aplastaba contra la lámina del coche, así me penetro fuerte y profundo durante un buen rato, me dijo: “esto no va a terminar pronto hermosa te lo voy a hacer lento para que sientas mi verga un buen rato” estoy segura de que me cogió aproximadamente media hora por el ano, hasta que sentí ese chorro de semen caliente dentro de mi culo, le pedí que no me la sacara y se quedara dentro de mí un par de minutos, yo quería seguir sintiendo esa verga dentro de mí, hasta que perdió la erección y retiro su verga manchada de mi sangre.

Justo cuando había terminado de cogerme el amigo de mi chofer, pensé que habíamos terminado pero mi chofer se aproximó y antes de que me despegara del cofre, me ensarto su verga y me cogió, muy fuerte también por el ano, podía sentir de nuevo esa sensación de estar muy dilatada pues cada que la sacaba y la metía, podía sentir que mi ano se quedaba abierto. Y su amigo se acercó y me dijo eso a ti ya ni te duele verdad ya no sientes, se ve que ya te rompieron el culo hace rato pues estas sangrando como perra en celo, puedo ver que se te queda bien abierto, y me pregunto “¿te gustaría sentir algo más grueso?” yo seguía tan cachonda y ebria que no ponía resistencia a nada.

El amigo de mi chofer camino a su vehículo, y abrió la cajuela, de donde saco un bate de beisbol, de aluminio. Me estremecí cuando lo vi, quería decir no, pero algo en mi quería ver si podía resistir algo así de grueso, así que le pedí me pasara mi bolso y me puse lubricante con anestésico en el ano, y le aplique un poco de lubricante al bate de beisbol, me dispuse a poner mis senos sobre el cofre caliente de nuevo y abrí mis piernas dejando mi culo empinado, estaba muy nerviosa pues no era una verga lo que me iban a meter sino un bate de beisbol, cuando le puse lubricante trate de cerrar mi mano alrededor de él y vi que era muy grueso no tenía nada que ver con una verga, así que en esta ocasión sentí mucho temor, de pronto escuche que el hombre le dijo a mi chofer que le ayudara, que me abriera las nalgas para que pudiera entrar mejor, entonces el abrió mis nalgas y sentí la piel y mi ano estirarse y eso dolía un poco pero me gusto así que le pedí que me las abriera con más fuerza me sentí tan cachonda ahora con el culo abierto totalmente esperando que me metieran ese bate.

Estando abierta completamente de mi culo, con mi chofer abriéndome las nalgas, le dije a su amigo que podía comenzar. Como les dije era un hombre más grande y pesado, así que puso el bate en mi ano y fue empujándolo con su peso poco a poco, sentí una punzada como la primera vez, ahí supe que me iba a volver a doler pues mi ano no estaba acostumbrado a ese grosor todavía, sentí como se iba abriendo mi ano, la punzada era fuerte otra vez volví a derramar lágrimas, pero no me resistí solo relaje mi cuerpo pues quería tener eso dentro de mí, el hombre me comenzó a decir cosas como “hay mamacita te voy a romper el culo mi amor” “prepárate te lo voy a meter hasta donde te quepa” y mi chofer le dijo “sí ya rómpeselo eso es lo que quiere” al oír esas cosas me sentí de nuevo deseada, cachonda, quería darles un buen espectáculo a esos hombres pues podía notar el morbo con el que lo estaban haciendo, y le dije a mi chofer que me abriera más las nalgas con sus manos y el las abrió más fuerte y sentí mi piel estirada y adolorida, yo quería sentir placer en todo mi cuerpo así que me toque los senos, estimule y pellizque mis pezones, y al sentirme muy cachonda, con el plug anal que aun traía en mi mano me penetre la vagina para sentirme totalmente cogida, lo deje puesto y le dije a su amigo literalmente: “ya mi amor rómpeme el culo” apenas le dije eso, sentí como empujo el bate con su peso, y mi ano se abrió tanto que pude sentir una fuerte punzada, un desgarro y ardor mayor a lo que antes había experimentado, sentí como el bate entro hasta el fondo y topo en mi interior, hasta el vehículo se movió en ese instante grite, y comencé a llorar teniendo el bate dentro, y el hombre dijo ya estas bien abierta mi amor era lo que me pediste, entonces sentí que me lo iba a sacar y le hice una señal con mis manos temblorosas, para que no lo moviera, porque no podía hablar del dolor. Entre en un llanto de ese que no te deja hablar bien porque da sentimiento, me sentía una escuincla ahogada en su propio llanto y le pedí que no lo retirara, que empezara a cogerme con el bate, y él me obedeció, suavemente lo comenzó a sacar y a meter, le pedí lo sacara y que mi chofer me dijera como se veía mi ano, y él me dijo “ estas sangrando mucho mamacita y se te ve bien abierto” le pedí que siguiera abriendo mis nalgas y su amigo comenzará a cogerme de nuevo con el bate de beisbol que estaba manchado de sangre pero sacándolo por completo y metiéndolo a fondo varias veces en mi ano abierto. Me cogieron a si durante una media hora y yo quede sobre el cofre rendida y gozando de ser cogida analmente con ese bate tan grueso.

Al sentir mi culo tan abierto y sensible, la excitación que sentía era desbordante, estaba tan alcoholizada, desinhibida, cachonda y llena de morbosidad por violentar mi cuerpo que le pedí al amigo de mi chofer que dejara el bate y me penetrara con su puño cerrado. El taxista se humedeció la mano con mis fluidos y cerro su puño para comenzar a empujarlo contra mi ano, sentía como mi esfínter anal trataba de abrirse para recibir ese puño, yo trate de relajarme, pero estaba muy nerviosa mis piernas temblaban y el abdomen se me contraía del miedo. Le pedí que lo hiciera con mas fuerza y su puño comenzó a entrar en mi culo. Yo sentía como se me desgarraba el esfínter, era deliciosamente doloroso, mis gemidos se ahogaban con mi llanto, le pedí que ya lo metiera completo. Entonces el taxista empujo con fuerza, sentí como si me hubiera golpeado con el puño cerrado en mi culo, su puño entro completamente, sentí como mi culo estaba completamente roto, el reloj metálico que el hombre tenía en su muñeca, me raspo el ano, así que el taxista saco su puño y se quito el reloj, arremango su camisa y comenzó a meter su puño dentro de mi culo una y otra vez, era como si me estuviera golpeando, me sentí muy agredida, humillada y violentada, justo lo que quería, había excedido mi limite. Estaba sufriendo mas de lo que podía soportar, empecé a llorar y vi como mis lagrimas caían sobre el cofre, y le dije ahogada en llanto: “gracias amor” “gracias, ya fue suficiente” entonces el retiro su puño manchado de sangre y le pedí que metiera sus dedos en mi boca, se los lamí hasta dejar su puño limpio.

Unos minutos después ellos ya se habían recuperado, así que me arrodille y se las mame hasta que se vinieron en mi boca, me trague todo su semen y les sonreí con mi cara toda escurrida de rímel por mis lágrimas. Nos despedíos de su amigo, me vestí y mi chofer me llevo hasta mi casa, no me cobro por el servicio, me pidió mi número de teléfono y nos despedimos. Baje del taxi y camine hasta entrar en mi casa totalmente cansada con las piernas escurridas de semen y sangre, quede rendida de inmediato en mi cama y desperté hasta las 2:30 de la tarde.

Al día siguiente amanecí muy adolorida, con mi cuerpo muy maltratado y chupeteado, el culo ya no me sangraba, pero ardía. Me sentí sexualmente plena, satisfecha, absurdamente querida y deseada por los hombres, disfruté entre las sábanas de mi cuerpo, pues aún sentía el placer del semen que esos 8 hombres habían eyaculado en mi interior…

Basado en experiencias de mi vida real…