No siento para nada que fui abusada, me encantó ser la mujer de mi padre y él es el hombre de mi vida

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Yo siempre había estado enamorada de mi papa desde que lo veía con mi madre como la cuidaba y la quería incluso cuando llegué a descubrirlos teniendo sexo, veía a mi papa e imaginaba que era a mi a quien amaba así.

No siento para nada que fui abusada, me encantó ser la mujer de mi padre y él es el hombre de mi vida. Mi padre y yo nos quedamos solos, mi mamá nos abandonó para irse con otro hombre, eso acabó con mi papa y conmigo, estuvimos viviendo a medias en casa de mi abuela quien me cuidaba con mucho cariño pero mi padre se alejó mucho por el dolor.

Debo decir que era muy joven cuando nací, tenia 19 años era un hombre guapísimo. Alto blanco con pelo rizado, ojos miel cara nariz afilada y boca pequeña, delgada pero musculosa. Pero cuando murió mi abuela no había más familia que una tía que vivía en otro estado.

Empezamos a adaptarnos, después de eso mi papa trabajaba mucho y yo casi tenia que valerme por mi misma, me hacia la comida y fue ahí donde ocurrió un accidente con el aceite que me quemó las manos y una pierna, eso hizo que mi papa se fijara en mi,

Yo tenia 18 años y tenia que atender de todo por unos días mientras tuviera recientes las quemaduras, me dijo que jamás volvería a descuidarme y que él me cuidaría siempre, y lo cumplió, me curaba las heridas tres veces al día, me daba de comer en la boca, me bañaba y vestía, nunca pensé que una quemadura seria tan deliciosa, la primera vez que tenia que bañarme nos dio mucha pena estaba dentro de la regadera pero no podía agarrar nada así que sostenía la esponja y yo me tallaba pero no funcionaba así que tuvo que meterse al fin yo me di la vuelta hacia la pared y él empezó a tallarme el pelo pero me dio mucho shampoo y me cayó en los ojos, tuve que darme la vuelta y dejar que me enjaguara y así me quedé.

Sus manos pasaron por todo mi pelo y bajaron por el cuello, talló mi espalda haciendo círculos hasta mis nalgas cuando tuvo que limpiar mis pechos, pasó la esponja rápidamente, aunque sentí que sus dedos me rozaban lo cual me encantó, cuando tuvo que lavarme mis genitales tenia una pierna levantada para que no se mojara la herida así que no le costó trabajo pasar el jabón por todos lados, iniciaba en mi vientre y corría su mano rápidamente hasta mis nalguitas, lo hizo tres veces antes de dejarlo para terminar de tallar mis piernas, estaba encantada, jamás me habían tocado así, solo yo sentía electricidad en todo el cuerpo, además un nudo en el estomago delicioso, por que además vi que mi padre tenia la cara roja y una tremenda erección que no podía disimular por más que quisiera, me secó y me vistió a lo cual yo me quedé como una buena niña quietecita y ayudándolo.

Me encantó ese tiempo que me trató como su bebe, consintiéndome y sobre todo papachándome, pronto el baño fue mi lugar favorito, ya no teníamos pena y hasta empecé a desearlo y mi papi también se hacia más y más cariñoso, ahora pasaba más tiempo lavándome el cuerpo sobre todo mis genitales diciéndome que como no podía limpiarme bien por tener las manos vendadas yo nada mas le decía que si y abría mas las piernas me encantaba sentir su mano enjabonada sobre mi clítoris una y otra vez, y el siempre terminaba con una erección muy notoria. Además cuando me vestía jugábamos y le decía que no quería usar una ropa y corría desnuda por el cuarto hasta que me atrapaba y yo trataba de zafarme pero así frotaba mi cuerpo junto al suyo.

Pero me alivié y con eso terminaron nuestros juegos, pasó un tiempo y estaba desesperada por continuar pero no había ningún pretexto y mi papa no se atrevía más que a abrazarme, me sentí morir pensando que no había significado nada para él, pero un día me fijé que mientras estaba sentada haciendo la tarea en el comedor, él estaba en la sala leyendo el periódico pero me di cuenta que veía mis piernas o más bien me veía mis bragas disimuladamente. Me emocioné mucho, poco a poco abrí más las piernas y fingí rascarme la pierna para subirme la falda. Mi papi no se movió ni dijo nada pero una vez más noté como su pantalón crecía. Me dije que tenia que hacer algo ya así que desde ese día empecé a pasarme en ropa interior por la casa, salía a buscar mi uniforme en bragas y con el corpiño nada más, mi padre la primera vez que me vio no me dijo nada pero después me quiso regañar pero yo le recordé que ya me había visto desnuda y además me bañó hasta hace poco, y era mi papá y no tenia nada de malo, eso lo hizo quedarse callado, pero no intentó más, sabia que me veía por que sentía como me comía con los ojos.

Así que tuve que pasar a más y ahora también me la pasaba desnuda por la casa y cuando me decía algo simplemente le hacia pucheros y le decía que era mi papi y que lo quería mucho, no tardé mucho en buscar nuevos pretextos porque le dije que tenia que comprar lencería, le pedí que me llevara a la tienda del centro comercial, él aceptó fui y le dije que era cosa de mujeres, así que me esperara, cuando estuve ahí me compré la ropa interior como la usaba mi mamá, además me compré una pijama de dos piezas un short muy pegadito de encaje, un corpiño casi transparente y una bata que apenas me cubría debajo del short y con unas cuantas medias y pantimedias, papa pagó y fuimos a casa, me bañé y me probé toda la ropa escogiendo una en la cual él debería verme primero, pero era lógico que usaría la pijama, cuando me vio se quedó con la boca abierta y me dijo que no era apropiada para una señorita así que la devolvería mañana y yo le dije que solo la usaría cuando estuviéramos en casa solos, que ya no era una niña además que la ropa interior no se devuelve y para completarlo le hice algunos pucheritos y ya no pudo decir nada.

Esa noche veríamos una película y me encargué de que fuera de terror para fingir que me daba mucho miedo, estábamos en el sofá cuando empezó la película me le abracé al instante y a cada escena lo abrazaba más, o metía la cara en su cuello, terminé por sentarme en sus piernas, él me abrazaba pero yo buscaba cualquier pretexto para moverme y sentir su pene duro en mis piernas y en mi trasero, él empezó a acariciarme las piernas y yo seguía moviéndome sobre su entrepierna. Lo hicieron enloquecer porque ya no veía la película, me veía a mi.

Cuando acabó la película me dijo que era hora de dormir y me despedí dándole un beso en la boca y corrí a mi cuarto, él se fue al baño y luego a su cuarto, en cuanto apagó la luz me metí a su cuarto y le dije entre pucheros que me dio mucho miedo la película y salté a su cama, metiéndome bajo las cobijas, me dijo que me esperara que se vestiría porque estaba desnudo pero me le colgué del cuello y le dije que no me importaba, que no me dejara sola, se acostó y me tapó, me quité la bata y me abracé a él, estaba muy agitado sentí su respiración mientras mi cabeza descansaba en su pecho, me pegué totalmente a él y subí una pierna encima hasta rozar su genitales, se estremeció cuando lo toqué con la pierna y se volteó frente a mí, me abrazó, sentí como su pene tocaba mi vientre y yo me pegué más y empecé a moverme para jugar con él y él también empezó a moverse junto a mí hasta llegué a tener su verga entre las piernas tallándome el clítoris, la vulva, mis labios y hasta mi culito, yo me movía cada vez más fuerte disfrutando cada contacto y apretaba las piernas sobre su verga, me movía adelante y atrás con las piernas muy duras, jadeábamos juntos no recuerdo quien empezó pero no me soltó, me levantó sobre él y empezó a moverse más y más, me agarraba del trasero y apretaba su pene contra mi culito a cada movimiento, me decía Samanta, linda eres preciosa mi bebe, cuanto te amo, entre jadeos lo cual me encantó, yo nada más le decía, si papi quiéreme mucho, te amo papi, te amo,

Me invadió un choque total, empecé a temblar como nunca y tuve la sensación más dulce hasta ese momento, no pude más, por primera vez en mi vida tenia un orgasmo y era mi padre quien me lo dio, pero él no terminaba y me siguió tallando con lo que me seguí frotando hasta que me empezó a doler el clítoris, él terminó en ese momento y sentí como se mojaba mi short con su semen me encantó, seguimos en es posición yo arriba de él sudando y jadeando y él acariciándome la espalda, pronto me pasó a su lado y yo me acurruqué en sus brazos, su calor me sofocaba pero no quería separarme, me dio un beso y me dijo que durmiera y así lo hice, me dormí en sus brazos. Era la primera de muchas noches y hasta ese momento aún no había hecho suya totalmente. Pero eso vendría después.

A la mañana siguiente al despertar me quedé algo asustada por que no sabia donde estaba pero no tarde mucho en recordar todo lo que pasó y en bajar mis manos para tocar mi conchita, disfrutaba el olor de la cama, olía a mi papi, mmm podría quedarme ahí para siempre. Escuché que abajo mi papa estaba preparando el desayuno, me levanté inmediatamente, tomé mi batita y fui a bañarme, mi papá me escuchó y me gritó que el desayuno estaría listo, que me apurara, o llegaría tarde a la escuela, le dije que no quería ir, que mejor nos quedáramos en la casa, pero me dijo que no, que tenia que salir, cuando salí del baño fui a la cocina pero mi padre se había marchado ya, dejándome el desayuno servido, no quise comer nada estaba muy enojada y triste, tomé mi mochila y me fui a la prepa, solo pensando que habría pasado, en la tarde esperé a mi papá pero no llegó hasta la noche, cuando me vio me dio las buenas noches y se fue a su recamara, no sabia que hacer me quería morir, así que fui a su cuarto y quise entrar pero no me contestó, tenia la puerta cerrada, se me llenaron de lagrimas los ojos y corrí a mi cuarto, lloré hasta quedarme dormida, lo único que sentía era que mi gran amor mi papi ya no me quería, me despreciaba por lo que había pasado.

Desperté en mi cama con una manta cubriéndome el cuerpo mi padre me había tapado, me quedé acostada un rato, hasta que me llamó para que me bañara para ir a la escuela, yo obedecí por rutina porque estaba muy deprimida, me bañé y salí, no quería verlo así que me encamine a la puerta sin voltear y dije, no tengo hambre ya me voy, Samantha, ven aquí, respondió en un grito, me regrese con la cara agachada a punto de llorar, él me agarró de la mano se hincó, perdóname Samantha, no quise… eres lo que más amo… por favor, papacito le dije abrazándolo, yo te amo mucho y lo besé en la cara en los ojos en las mejillas, luego nuestras bocas se encontraron, mmm que delicia el estaba ahí dándome un beso tierno suave llenándome de felicidad, lo vi a los ojos y seguimos ahí riendo y besándonos sin decir nada, el claxon del transporte sonó y me dijo que seria mejor que me fuera a la escuela, le di un último beso y salí corriendo y saltando de felicidad, si me quería, era todo lo que gritaba, me ama, me ama…

Se me hizo eterno el día en la escuela por suerte era viernes ya y no regresaría hasta el lunes, al llegar noté que el carro de mi papa estaba estacionado en la casa, corrí y entré para encontrarlo sentado en la sala, me le lancé inmediatamente me senté de frente a él con mis piernas rodeando su cuerpo y mis brazos acariciándole el pelo, antes de que dijera algo lo besé desesperadamente, él me correspondió abrazándome fuerte, solo la mujer que haya tenido la suerte de estar con el hombre que más ama y quien más la ama, el hombre con el que soñó, que la protege y que daría la vida por ti sabe lo que sentía cuando estaba en sus brazos, o lo que disfrutaba cada caricia que quema, cuando se sabe que no se debe, todo era delicioso, cada pecado cada beso te salvaba y te condenaba.

Mi papi no dejaba de besarme y de acariciarme haciéndose cada vez más atrevido, me acariciaba desde las piernas hasta la espalda, se quedo acariciándome mis nalguitas, pero ahora pasaba sus manos desde mis caderas

y siguiendo la orilla de mis bragas hasta el frente para acariciarme totalmente mi panochita al principio tan delicado solo rozándome aire pero luego me tocaba tan fuerte que me causo tremendos jadeos, me movía al ritmo de su caricia, adelante y atrás, terminé por sentarme totalmente sobre él con las piernas en su espalda mi pancita pegada a su verga dura que se sentía sobre su pantalón, en cuanto estuve enzima de el empezó a mover empujándola y yo tallaba con fuerza.

No aguante más y bajé mis manos para tocarle su verga erecta era hermoso, mis manos temblaron al sentir su dureza sobre su pantalón, el me vio y se abrió el pantalón como si hubiera estado atrapada su verga saltó de sus bóxer asomando la cabeza radiante y húmeda, al tocarla se movió como si estuviera viva, yo misma le baje el bóxer hasta donde pude y saqué ese hermoso miembro acariciándolo de la punta a los huevos que estaban muy arriba, la agarré con mis dos manos y empecé a apretarla muy fuerte para que fuera mía, mi papa empezó a moverse y la verga salía y entraba de mis dedos, tomé su verga y la jale en dirección a mi clítoris tallándola a través de mis pantaletas no tuve que tallar mucho el mismo tomó su verga y la froto duro, o papi que delicia, mi respiración era agitada y cada nuevo rose me daba más y más placer, con una mano me siguió tocando en pequeños círculos mientras que con la otra el mismo se masturbaba mmm mi boca buscó sus labios, me lo quería comer, su legua jugaba dentro de mi boca, y yo la mordía y la chupaba, cuando mi papi estaba más excitado cerró los ojos y exclamó un quejido que me invadió, su leche salía salpicándome la falda, las pantaletas y hasta la blusa, que hermoso se veía mi padre cuando tenia sus orgasmos, y saber que yo lo había hecho tan feliz me hacia muy dichosa.

Me quedé abrazada encima de él, yo me movía al mismo ritmo de su respiración, cuado por fin me levanté me vio con tal deseo que desde ese momento era suya mi voluntad, me dijo que tenia mucha sed y yo quise traerle algo de la cocina pero me detuvo me sentó me dio un beso y me dijo que desde ese momento yo era su reina y que no debía mover un dedo, se paró, arregló su pantalón y fue por un refresco, mientras podría arreglarme tenia la falda y la blusa manchada de semen, con los dedos lo limpié y lo junté, levanté mi falda y lo puse en mis pantaletas untándolo en toda la rajita como la noche anterior, cuado regresó mi padre me vio que estaba untando su semen y me preguntó por que hacia eso y le respondí que ese era su lugar. Se rió me dio el refresco y se sentó junto a mi, solo me veía.

Esto no lo puede saber nadie Samantha ¿lo entiendes verdad? Claro papa, esto es entre nosotros y jamás se lo diremos a nadie, te amo papi. Por supuesto sabia lo que acababa de pasar cuatas veces nos habían dicho e la escuela que nunca dejáramos que nos tocaran si no nos gustaba, pero a mí me gustaba mucho, sabia que nunca un padre puede tocar así a una hija y sabia que no debía pensar en mi padre como hombre, pero por quien mas, el realmente me amaba y yo a el, ¿no es esto la máxima expresión del verdadero amor?

Tienes que cambiarte esa ropa Samantha para que la lave, las manchas de semen no se quitan tan fácil, me vi y si tenia toda la mancha y con los dedos solo la había regado, me pare y me fui a las escaleras el me dijo que iría por algo para cenar, algo especial, que regresaría pronto. Le di un último beso y corrí a mi cuarto, me desvestí y me metí a bañar, no podía creerlo, estaba muy emocionada, y cada vez que me acordaba sentía otra vez como mi conchita se humedecía, al terminar busqué entre la ropa que había comprado la más apropiada, sabia que esa noche era especial y que debería buscar algo realmente bello, me probé como quince diferente conjuntos de ropa interior y ninguno me gusto, no era muy bello, probé unas medias que me compre también y me encanto, pero aun no encontraba las bragas adecuadas, así que me acosté para pensar totalmente desnuda boca abajo únicamente con las medias puestas, no se cuando pasó pero termine quedándome dormida, cuando desperté tenia junto a mi cama la batita transparente que use la noche anterior colgada de una silla y un coordinado rosita con moñitos, no podía ser mas claro, me los puse enseguida y me vi al espejo, mi pelo suelto me llegaba hasta la cintura, cubría tan poco como la noche anterior pero ahora las medias me daban un aspecto muy atractivo.

Cuando baje vi que todas las cortinas estaban corridas, y los focos ya estaban prendidos, perfecto total intimidad, mi padre estaba en la cocina, el comedor estaba listo con mantel y vajilla, cuado me asome estaba sirviendo ya todo, se había bañado y se puso una pijama azul, descalzo pero perfectamente peinado y perfumado, al verme sus ojos recorrieron mi cuerpo, yo me quede en la puerta y comencé a girar lentamente con las manos levantadas, luego gire mas rápido sabiendo que se me levantaría, me dijo -estas hermosa siéntate que ahora te sirvo, yo te ayudo déjame llevar algo, no Samantha siéntate yo llevaré todo, me fui al comedor mientras mi papa empezó a llevar todo, recuerdo que jugamos con los pies y hablamos todo el tiempo ya estábamos siendo una pareja y me sentía su mujer. Al terminar nos fuimos a la sala pero no llegamos nos abrazamos y besamos, me cargó y me subió a su recamara esa noche seria suya totalmente.

Me llevó a su cama y me acostó muy dulcemente, se hincó a mi lado y comenzó a besarme, sus besos eran muy tiernos y luego poco a poco fueron más profundos, me dejaba sin aire mientras sus labios recorrían mi cuello, sentí como con la boca fue apartando cada prenda, primero soltó mi bata luego el sostén, los bajó hasta la cintura, me besaba y lamía mis senos, me volvía loca a cada beso y apretón cuando mordió dulcemente mis pezones di un grito de placer que hizo que mi papi chupara más fuerte, sus besos bajaron por mi vientre, lamiendo mi ombliguito y bajando hasta llegar a mi vientre, con cuidado levanté mi cadera para que pudiera sacarme la bata y las pantaletas, lo hizo lentamente levantando mis piernas, yo me cubrí mi conchita no se porque, pero al verlo empezó a besarme los pies sobre las medias mientras bajaba, cuando llegó a mi entrepierna me quitó las manos lentamente y hundió su cabeza me cubrió de besos, su lengua la pasaba de arriba abajo yo estaba enloquecida, pero realmente grité cuando metió su lengua en mi vagina me hizo retorcer de placer mientras entraba y salía, se puso de pie frente a mi y se desnudó

Cuando bajo sus pantalones salió su pene erecto tan poderoso y grande, brillaba, estaba húmedo y se movía como al acecho, se hinco frente a mi, tomó una almohada y la colocó bajo mis caderas, me cargó totalmente, yo lo rodeé con mis piernas y él tomó su verga con la mano y la talló en mi clítoris la bajó cuando estaba en la entrada presionó poco a poco, yo me movía como loca arañando las sabanas, cuando entro totalmente en mi sentía que me estaba partiendo en dos un dolor y un placer que se fundían, dejó que me acostumbrara y el placer venció al dolor, comenzó a entrar y salir de mi, yo me entregué totalmente al placer, me enloqueció, no importó nada más que él, lo veía como disfrutaba conmigo lo hermoso que era. Terminé teniendo un orgasmo que me entumeció el cuerpo en una ola de electricidad que invadió cada célula, él aceleró y terminó dentro de mi, sentí su semen invadirme por dentro refrescando mi vagina que se contraía frenéticamente, se acostó a mi lado y agitados disfrutando cada segundo, nos vimos a los ojos y ahí mismo supe que seriamos uno para siempre. Lloré de felicidad y reía al mismo tiempo nos besamos y me abracé a él hasta quedarme dormida. Desde ese día ya era su mujer.

Si también has vivido la bella experiencia de ser amada por tu propio padre escríbeme seremos buenas amigas o amigos porque como saben de esto no se puede hablar con nadie más que con quien lo haces…

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