Así fue como di mi primer beso y perdi mi virginidad

Éste relato complementa dos de mis relatos publicados, quien me diga cuáles son se ganará un premio!

El primer beso siempre es una experiencia única, maravillosa, especial. No importa si ya has besado a alguien antes, siempre que besas a una persona por primera vez es mágico y especial! Al menos así es para mí

Continuando donde me quedé, les decía que Diana (mi primer nombre) había muerto para que a mis 18 años naciera Mariana Fernanda! Para mí elegir un nombre de mujer fue emocionante y cambiante ya que tenía que ir con mi personalidad, reflejar ternura pero a la vez pasión, tenía que sonar fresa, no tiene que ser exótico (e.g.: Zafiro, Britany, Yesenia, etc.). Mariana era un nombre que me gustaba desde siempre porque todas las Marianas que conozco son guapas y mezclarlo con Fernanda me sonaba a Marifer que, para mí, es juvenil, fresa, sexy!

Después de mi experiencia anterior obvio no quería saber nada de encuentros, mucho menos de hombres, pero bien dicen que “nunca digas nunca”. Volví a entrar en los chats de Transexuales y Travestis, leer relatos, mirar fotos etc. La novia en cuestión tenía una prima que era muy alta, muy recatada, algo fea pero con silueta delgada y bien formada, su altura era perfecta para mí porque su ropa podría quedarme ya que seguí sin comprar mis cosas y sin saber mis tallas de mujer.

Un día salimos de fiesta y la prima vino con nosotros, al regresar nos instalamos en la casa de la novia porque ahí dormiríamos y me pidieron ir por las maletas al coche. Bajé y al subirlas fui a dejarla a su habitación porque pensé que estaba en el salón pero al entrar (puerta abierta) ella estaba de espaldas cambiándose y sólo con una tanga roja. Me puse nervioso, ambos nos quedamos rojos y mirándonos sin decir nada, le entrego la maleta y ésta se encontraba abierta por lo que se salieron sus cosas y salieron tantas y un dildo. Obvio ella se super sonrojó y mejor me salí! Ahí aprendí que las más recatadas podrían ser las más putas, eso es lo que quería para mí, para Marifer!

Al otro día la prima se fue sin despedir, obvio, pero como ella vivía ahí pues dejaba sus cosas. Dejó la tanga roja con la que le vi la noche anterior y la tomé prestada para Marifer. Se había masturbado la noche anterior así que estaba manchada. Ya en casa recuerdo perfecto que me puse esa tanga roja y tenía un camisón de una prima, entré en el chat al tiempo que veía fotos de Transexuales y llamó mi atención un hombre calvo, maduro, vergudo, que le daba mucho placer a una Tranny y me excité demasiado. Tener la tanga roja puesta y oler el aroma a sexo que desprendía me hizo imaginar que esa era yo, esa a la que el actor estaba penetrando fuertemente era yo.

Mi regla en el chat era solo amigas, no hombres. En ese momento estaba tan excitada que omití mi regla no. 1 y un chico me comenzó a escribir, yo toda excitada comencé a responderle. La verdad que él jamás se me insinuó, no había visto fotos mías, intercambiamos MSN (lo cual no hacía con nadie), era un caballero y yo terminé tocándome pensando que a las niñas nos gustan los hombres así que era normal sentirme deseada. Al terminar me sentí fatal porque era mi primer pensamiento con un hombre y lo había disfrutado, estaba confundida.

El tiempo pasó y seguí hablando con él, era amable, muy guapo, muy varonil, atlético, 32 años (papito) y yo estaba emocionada por escribirme con él, por leerlo, siempre fue lindo y jamás fue soez o vulgar. Sentía miedo y nervio porque estaba ligando con un hombre y yo no sabía si estaba bien o mal. Él, sabiendo que yo era de clóset, se ofreció a llevarme de shopping a lo que accedí, sería la primera vez que iría a “comprar” ropa para mí.

Era un Martes de Septiembre, las clases en la Universidad ese día iniciaban a las 6:00 p.m. por lo que tenía tiempo de sobra para verlo durante el día. Las cosas, como siempre, se fueron complicando y de vernos a las 11:00 a.m. terminamos viéndonos a las 3:00 p.m. El punto de encuentro: Zara – Zona Rosa.

Qué me animó a verme con él? No sé si fue curiosidad, morbo o ganas reprimidas de estar con un chico pero fui. Mi primer encuentro con un hombre, estaba hyper nerviosa y se me salía el corazón tan solo de pensar que alguien pudiera reconocerme. Llegué a la tienda a las 12:00 p.m. para mirar ropa “para mi novia” y que él llegara sólo a pagar, quería hacer el momento lo menos bochornoso posible para ambos.

Entré! Caminé a la zona de TRF en Zara porque ahí es más juvenil el asunto y, como toda niña, no sabía ni qué quería porque quería todo. Una chica se acercó ofreciendo ayuda y yo toda nerviosa dije que era para mi novia (clásico) y me sonrojé, ella sólo sonrió un poco y me dijo:

No te preocupes! Aquí muchos vienen a comprarle ropa a la novia, piensa con qué quieres verla y elige eso.

Sentí una mirada de complicidad pero no presté atención, de hecho era una excelente idea. Marifer es fresa, sexy, linda, tierna, y mostrona (jajajaja)! Encontré una mini falda negra muy corta y la combiné con una blusa morada escotada. No sabía si me quedaría o no así que elegí mis tallas de niño.

Sin darme cuenta ya eran las 3:00 p.m., así que salí y estaba más nerviosa que antes. Ahí estaba yo toda paradita con mi mochila cuando de repente me ponen la mano en la cintura por detrás y escucho:

Mariana?

Mi piel se erizó, me puse roja, me quedé sin habla! Volteó y Oh My God! Lo primero que pensé fue: qué guapo está! Nos saludamos con un hola, creo que el nervio era mutuo y me invitó a pasar a la tienda, me cedió el paso como una niña y yo estaba emocionadísima. Le dije que ya había elegido las cosas, fui por ellas, se las di y se fue a la caja a pagar. Al llegar yo estaba cerca de él y la chica que me ofreció su ayuda estaba en la caja (ya no hay más colores pero yo estaba rojísima). La chica le preguntó:

Hola! Lo quieres envuelto para regalo?

Él me miró y yo me hacía la loca, a lo que respondió:

Si porque es para mi novia! (Sonreí nada más)

La chica miró la ropa y estaba por cobrar cuando de repente le dice:

Hmmm! Creo que tu novia no es de ésta talla, creo que ella se va a sentir más cómoda si le llevas una talla menos. Ahora vuelvo!

Al momento que se va, la chica me mira, mi guiñé el ojo y cuando pasa cerca de mí sólo me dijo:

Tranquila! Esa no es tu talla y te vas a ver más bonita con la que te traeré.

El nervio cambió a emoción, era un día soleado (literal) en mi corazón, en mi cabeza, en todo! El plan era simple: vamos a Zara por la ropa, luego a Versus (casa de transformación) y después te invito al cine. Qué podría salir mal, no?

En el camino a Versus no platicamos mucho, en todo momento siguió siendo amable, caballeroso, tocaba mi mano para tranquilizarme y fue lindo para mí. Llegamos y la señora socia o dueña del lugar fue muy amable, linda, y empática. Ahí elegí una tanguita negra con un monitorizarles detrás, un brassiere con relleno y unas medias negras.

Él me dejó ahí para que me transformaran mientras se iba a comer, así que subí al primer piso a colocarme mi ropita. Bajé las escaleras y la chica me decía:

Tienes que moverte más femenina! (Al tiempo que me enseñaba) Ahora te enseño cómo. Y te faltan tacones mi niña. (Ay sentí tan lindo!)

Comenzó a maquillarme, platicamos mucho, no paraba de decirme que parecía niña y ahí se enteró que era la primera vez que hacía todo esto, que estaba emocionada y nerviosa a la vez así que se encargó de transmitirme seguridad. Los amigos siempre me han dicho que tengo cara de niña, no sé si porque soy lampiña, rasgos afilados o simplemente porque me aflora la niña pero me halagaban al decírmelo.

Terminó de maquillarme, llamó a su esposo y yo toda nerviosa no quería que nadie más me viera, y le dijo:

Mira amor, ven! (El esposo llegó al salón)
No te parece que … cómo te llamas bonita? Marifer – respondí – … se parece a la niña de Starbucks que nos atiende en las mañanas?
Es idéntica! – dijo él –

Me sonrojé mucho pero yo aún no me había visto en el espejo. Uso lentes así que sin ellos estoy ciega (jajajaja). Lástima que no tengo una foto de ese momento más que en mi cabeza pero recuerdo perfecto que, al ser la primera vez que alguien me maquillaba y lo hacía bien, los ojos se me pusieron llorosos de la emoción por verme como una mujer. La chica se dio cuenta y me dijo:

No vayas a llorar que se te corre el rimel! Te ves divina, tu novio va a estar muy contento.

Wait a minute! No es mi novio porque “no me gustan los niños” – pensé –

Llegó como a las 5:00 p.m. por mí, yo estaba arriba poniéndome los tacones que me habían prestado y escuché su voz, estaba nerviosa de que me viera y no gustarle. Comencé a bajar las escaleras y aún recuerdo su mirada varonil, sentí que me deseaba y me excitó mucho. Bajé, me tomó de la mano y comenzamos a caminar hacia la calle. Era la primera vez que salía de niña a la calle Y en plena luz del día, al dar el primer paso en la calle él me tomó de la cintura acariciando ligeramente mis nalgas como su novia y me dijo:

Tranquila muñeca! Yo te cuido. (Uffffff)

Llegamos a la puerta del coche, me abrió la puerta y antes de subirme me tomó fuerte con su brazo derecho por la cintura, me acercó a él y me dio un beso que duró hasta el día de hoy. Y me dijo:

Aún quieres ir al cine? O quieres ir un helado o a otro lado donde podamos platicar más a gusto?

Mientras seguía pegada a ese cuerpo maduro y varonil, y con la voz más femenina que salió desde mis bragas le dije:

A dónde quieras pero quiero estar contigo!

Subimos al coche y partimos del World Trade Center en la Col. Del Valle hacia la Zona Rosa por avenida Insurgentes, el tráfico estaba horrible y después de Viaducto se desvió para tomar otra ruta. Curiosamente pasamos frente al Hotel Bajío, aquel donde tuve una mala experiencia y me dijo:

Aquí podrías explayarte y podríamos hablar todo lo que gustes, quieres entrar?
Es lo que deseo desde que me besaste -respondí-

Entramos y ya en la ventanilla el Señor que hacía el cobro no dejaba de verme las piernas, detrás de nosotros había una puerta abierta y estaba un chico viéndome. Creo que mi chico se dio cuenta porque me agarró las nalgas y me plantó otro beso. Llegamos a la habitación y era la misma de la ocasión anterior, sólo que en ésta ocasión yo entraba con él y sabía a lo que iba.

A penas cerró la puerta y me acercó a su cuerpo, me agarraba de la cintura y las nalgas, me besaba con tanta ternura que yo no dejaba de acariciar su rostro mientras lo besaba, besaba muy rico. Al estar nuestros cuerpos tan pegados sentí su verga parada, eso me excitó mucho. En cada pausa a nuestros besos él me decía:

Estás hermosa!
Me gustas!
Qué piernotas mamita!

Obvio me sentía soñada porque me sentía realizada. Comencé a quitarle la camisa y él hacía ejercicio, estaba bien marcadito. Al verlo en jeans, sin camisa, tan varonil, tan guapo y después de tanto beso me puse de rodillas mientras le veía el rostro, comencé a quitar el cinturón para bajar el cierre. Al hacerlo y ver su verga parada cubierta sólo por los bóxers me hizo la niña más feliz del mundo, estaba lista para complacer a mi hombre, estaba lista para experimentar el dolor que había leído es tan placentero, estaba lista para ser mujer.

Con la mirada clavada en su verga debajo del bóxer me dijo:

Mi amor! No tengo condones, deja voy a comprar unos chiquita.

Me derritió con decirme “mi amor”. Me levanté, acaricié su verga, le di un beso y le dije:

Espérame! Salgo por ellos.

Él me dijo:

Toma dinero, ahí está mi cartera.

No lo hice! Me sentía una mujer empedrada, había sentido la mirada libidinosa del señor en la ventanilla y del chico, así que salí de la habitación y caminé lo más puta que pude. En la ventanilla:

Qué se le ofrece señorita? -dijo-
Me da unos condones por favor?
Claro corazón! -dijo-
Gracias! Cuánto es?
50 pesos -dijo-

Pagué con un billete de 500 y no tenía cambio por lo que salió a buscarlo a la tienda de en frente. Mientras esperaba noté que el chico seguía ahí detrás de mí estaba sentado viéndome las piernas, y afloró la puta que llevo dentro porque le dije:

Quieres tocarlas? (Al tiempo que ponía su mano en mis piernas hasta llegar a mis nalgas)
El señor llegó con el cambio y nada más pasó, pero sé que al chico le gustó y a mí también.

Al llegar a la habitación él se había subido los jeans nuevamente, se veía super sexy así sin camisa. Lo besé nuevamente, me tomó de la cintura y puso mis nalgas frente a su verga y me dijo:

Ahora sí chiquita! Vas a gozar.

Me arrodillé nuevamente, bajé sus jeans y contemplé nuevamente esa verga que estaba para mí. Por fin sería la niña que veía en los videos porno, por fin sería mujer. Arrodillada saqué su verga y le di unos besos primero, sabía salado su pene pero rico, le puse un condón y comencé a mamárselo, era mi primera vez haciéndolo y él no paraba de decir:

Lo mamas riquísimo mamacita!
Uy mamita, eres una experta, estás segura que jamás la habías mamado?
Chiquita, si me la sigues mamando así me voy a venir.

Estallé en éxtasis y arrodillada, con su verga en mis manos y mirándolo a los ojos le dije:

Cógeme! Ten cuidado pero métemela.

Me limpié un poco los sabios, él me levantó y puso mis nalgas frente a su verga mientras me besaba el cuello y me decía lo rico que olía (212 Sexy de Carolina Herrera de la chica que me maquilló). Me empinó en la cama sin dejarme de arrimar la verga, comenzó a bajarme las medias hasta que las rompió, me levantó la falda y al verme empinada en tanga negra me dijo:

Ahora sí mamacita! Vas a conocer lo que es un hombre (Sus palabras y su pasión me excitaban demasiado)

Me subió las medias nuevamente y como estaban rotas comenzó a dilatarme poco a poco con lubricante vaginal. Con la falda arriba, y las medias puestas hizo un agujero para hacerme a un lado la tanga negra y me dijo:

Mamita! Te va a doler pero te va a gustar.

Poco a poco fue metiéndome la verga, dolió cuando empezó a entrar pero yo sólo quería complacerlo. El dolor duró, literal, 5 segundos, pero luego se me olvidó. Cuando por fin entró toda y me penetraba estando de perrito me decía:

– Qué rico aprietas mamita!

Me daba de nalgadas, el ruido de su abdomen de hombre en mis nalgas me hizo gritar como loca, gemidos que no conocía de mí. Pensé que estando de perrito sería lo máximo, pero no. Se acostó y me coloqué encima de él, recordaba cómo se ponían mis novias y cómo se movían e hice lo mismo. Cuando él estaba acostado y yo montada en él cabalgándolo me dijo:

Pensé que nunca habías cogido y te mueves como toda una puta!
Se ve que te encanta la verga mamita! (Al tiempo que me daba nalgadas)

Nuevamente me puso de perrito porque quería verme las nalgas mientras me cogía y mientras lo hacía me acariciaba suavemente mi clítoris al tiempo que repetía:

Tan fresa que te ves y tan puta que eres!
Soy una puta, soy una puta! -Gritaba mientras gemía y le pedía más y más-

Después de un tiempo me dijo:

Me voy a venir mamita!

Me comenzó a coger más duro y más rico, le dije:

Quiero sentir tu semen mi amor, cógeme, cógeme que soy tu putita! Soy tu chica fresa, soy tuya mi amor.

Eso lo prendió más y se vino dentro de mi (con condón), y yo también, y me dijo:

– Coges riquísimo mamita!

Nos besamos nuevamente y me dijo:

Creo que ya no fuiste a la Universidad mi amor, deberías de llegar así para que vean lo bella que eres.

Nos vestimos, y como todo un caballero me llevó a cambiarme y que pudiera colocarme el disfraz de niño y posteriormente me llevó a la Universidad allá por Galerías Insurgentes. Nos despedimos de un beso, y dijo:

Adiós mamita, te veo pronto!

Obvio me perdí una clase y llegué a la de las 8:00 p.m., yo estaba sonriendo muchísimo y un compañero dijo en broma:

Parece que te acaban de coger!

No respondí, y sólo pensé: y no sabes cuánto lo gocé!

Confieso que a raíz de ésta experiencia descubrí que no me gustan los hombres, me fascinan! Me gustan maduros y atléticos, varoniles. Me enamoré de él, vivo enamorada de él, se casó, tuvo familia y sólo espero verlo nuevamente para que vea la mujer en la que me he convertido gracias a él. Lo amo, fue mi primer beso, fue mi primer experiencia como mujer, la primera vez que salí maquillada a la calle, mi primer vez en mucho sentidos. Te amo F….

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