Con mi tío en el campamento minero

Un mini bus nos recogió del hotel a las 7 de la mañana, en medio de la lluvia y el frio. El recorrido duro cerca de 4 horas. Llegamos al campamento cerca del mediodía y el clima no parecía tener cara de mejorar, por el contrario, se puso más frío y lluvioso. Instalada en medio de la nada, una urbanización de construcciones apretadas albergaba a los trabajadores de la mina. A mi tío le correspondía una habitación con un baño, una sala de estar pequeña y una pequeña cocina en el área asignada a los ingenieros. El lugar era bastante ordenado para ser un espacio ocupado por un hombre soltero.

– Bueno sobrino, llegamos por fin, largo el viajecito ¿no? –

– Algo si, fue entretenido el paisaje al principio, pero luego como que aburre ver lo mismo –

– Su pues, bueno acomoda tu ropa en ese armario, yo voy a poner la mía en este otro. No hay mucho espacio así que saca lo indispensable, aquí adentro hay calefacción y tu estarás calato la mayor parte del tiempo así que no te me afanes mucho con desarmar esa maleta –

– ¿Qué?, ¿cómo que voy a estar calato? –

– Ósea si pues, para que te vas a vestir, del cuarto vas a salir solo para almorzar y eso será cuando no pueda traer la comida para aquí –

– Pero ¿no iba a hacer como practicas?, ¿cómo para ver cómo funciona esto? –

– Que prácticas vas a hacer tu pues, no seas huevón, ese ha sido solo el pretexto para traerte y cacharte a mi gusto, tu has venido a ponerme el culo nada más. Para que tengas que contar, terminando de almorzar te doy una vuelta rápida por la mina, luego ya regresamos aquí para chacarte el resto de la tarde. –

Guardé lo que consideré más importante y me senté en la cama a esperar que mi tío terminé con lo suyo.

– Listo sobrino, vamos a dar una vuelta para que conozcas el lugar y luego vamos al comedor a hamear –

Salimos del cuarto y caminamos por el condominio. El área de viviendas estaba compuesta por bloques con hileras similares que albergaban los espacios de descanso de los trabajadores. Los ingenieros y administrativos tenían minidepartamentos similares al de mi tío, los obreros en cambio tenían una estructura diferente, más apretada e interiormente compuesta solo por cuarto y un baño. Entre el área de viviendas y la zona administrativa estaba el comedor y la cocina toda la estructura rodeada por un jardín. Unos metros más allá se podía observara el ingreso a la mina, un orificio en el cerro del que salían rieles de tren y incluso desde afuera parecía descender hasta el mismo infierno. Durante el trayecto mi tío saludo a varias personas, presentándome siempre como su sobrino, la mayoría no me prestaba mucha importancia, pero pude notar, en al menos un par de ellos, algún interés por mí. Luego de dar una vuelta y de la breve explicación de mi tío regresamos al comedor.

– Listo sobrino, más que suficiente, ahora vamos a comer porque me cago de hambre –

– Ok, ¿en qué consiste la comida hoy? –

– No se sobrino, solo sé que tú vas a ser mi postre jajaja –

Camino al comedor nos cruzamos con un chico, como de mi edad que vendía caramelos, chocolates y cosas así, la verdad no le hubiera dado importancia sino fuera por la forma en que mi tío lo saludo y por la conversación que tuvieron luego.

– Hola Bryan, ¿cómo estás? –

– Buenas tardes ingeniero, bien pues, estoy por acá de nuevo, tiempo que no subía –

– A, ¿no has estado chambeando? –

– No pues, tuve que ir a la ciudad, pero ya estoy por aquí, para lo que guste inge.

– Bueno saberlo pues, ¿cómo te ha ido hoy? –

– Bien inge, usted quiere para hoy, tengo ya la noche ocupada pero ahora puedo pues –

– No, no, nada estoy con mi sobrino ahora –

– A, disculpe ingeniero –

– Tranquilo, ya hablamos luego suerte –

Entramos al comedor, cogimos un par de charolas y nos pusimos en una cola en la que mi tío saludo a algunos de los que ya se encontraban ahí, nos sirvieron el almuerzo y nos sentamos en una de las mesas. No pude aguantar preguntar por la extraña conversación.

– Tío, ¿quién es ese chico? –

– ¿Cuál el de los chocolates? –

– Si, él –

– A, él es Bryan ¿por? –

– No, nada es que me pareció rara su conversación, ¿qué hace él aquí? –

– ¿Qué crees que hace? –

– Vende chocolates, pero no me parece que nadie le compre, ósea es como raro que venda eso aquí. –

– Jajaja, si pues no sube hasta aquí para vender chocolates, vende otra cosa –

– ¿Así?, ¿que vende entonces? –

– Su culo sobrino, vende su culo jajaja –

– ¿Queeeé? ¿Y todos acá saben? –

– No, no todos, tiene sus clientes, pero yo creo que la mayoría sabe, no sé si te has dado cuenta de que falta algo aquí arriba –

– Ósea faltan varias cosas ¿no?, más bien no hay casi nada –

– Mira si eres huevón, como se nota que no te interesan para nada sobrino. Faltan mujeres, no hay mujeres. Las mujeres no suben acá a la mina –

– A, no me había dado cuenta, ¿y porque no suben? –

– Los obreros son muy supersticiosos, creen que las mujeres traen mala suerte, si hay mujeres en las minas ellos no en entran en ellas porque temen que se desplomen –

– A ya, no sabía eso, y entonces ¿ese chico? –

– Ese chico sube para que no tengamos que vivir solo de pajas pues –

– ¿Y tu has sido su cliente? –

– Mucho preguntas, si, algunas veces le he metido huevo –

– ¿Y cuánto cobra? –

– ¿Por qué quieres saber?, ¿ahora te interesa su negocio? –

– No, no, nada como crees, solo curiosidad –

– Se vende por poco el chibolo, 20 luquitas le das y lo tienes boca abajo, te hace de todo en realidad –

– ¿Por 20 soles? –

– Para que veas lo poco que vale tu culo acá arriba – lo dijo como pensando en algo que se le acababa de ocurrir – ya come rápido que me la has puesto dura con tanta pregunta, vamos al cuarto para cacharte –

Terminamos de comer y salimos con dirección al área de viviendas. De camino al mini depa de mi tío pasamos por la hilera de cuartos que ocupaban los obreros. Algunos metros delante de nosotros pude ver a Bryan entrando junto con un obrero en una de las habitaciones.

– Mira, ahí esta el Bryan entrando al cuarto de un obrero, se lo van a comer rico al huevón, parece que no eres el único que va a recibir pinga –

– Al menos a él le están pagando – dije en instintivamente

– A quieres ser toda una puta a la que le paguen, tranquilo que eso se puede arreglar –

– No, yo no quise decir eso fue solo un decir –

– Tranquilo sobrino, ya entendí –

Hicimos el resto del camino en silencio, yo arrepintiéndome de haber abierto la boca, el, pensando como joderme por lo que acababa de decir supongo. Ni bien entramos a la habitación mi tío fue por el paquete de cartas que me había “regalado” y que usaba para cogerme. Tomo una al azar

“El bonobo” – leyó y levanto la cara sonriéndome – “En esta posición el pasivo se apoya tan sólo sobre sus brazos y se yergue todo cuanto puede, para que su pareja pueda penetrarle apoyándose tan sólo en sus manos y en sus pies. Según lo permite el pasivo, que controla la posición, los amantes pueden besarse o no. Al estar frente a frente se mantiene el contacto visual. El pasivo puede optar por apoyarse en los codos y puede masturbarse mientras es penetrado. Esta postura provoca una penetración intensa y profunda por lo que puede ser dolorosa para inexpertos, al tiempo que requiere una gran fuerza física y flexibilidad.

Tiro la carta sobre la cama para que viera la imagen de la pose y empezó a quitarse la correa. Me acerqué a mirarla y me encontré con una imagen que me pareció algo violenta.

– Te toco el bonobo sobrino, quítate la ropa, vas a hacerme una buena mamada primero, quiero esa boquita succionándome la pinga –

Ambos nos desvestimos, mi tío termino el primero y empezó a apremiarme

– Apura pues, que te demores no te va a librar de la cachada, igual vas a terminar perforado hoy – me quite el calzoncillo y le hice un gesto como diciendo que ya estaba – las medias también, acá vas a estar calato para que te coja a mi gusto –

Terminé de quitarme las medias cuando sentí como me jalaba de los cabellos hasta obligarme a ponerme de rodillas delante de él

– Abre la boca – obedecí y la pinga de mi tío se abrió camino llenándomela por completo – eso, ya tienes la garganta profunda, traga bien sobrino, guarda esos dientes pues, ya eso deberías saber ¡¡¡ufffff!!!, que rica boquita, sigue, lámeme bien el tronco y vuelves al glande, chúpamelo bien, que rico mamas javito –

Me tuvo mamándole la verga por un buen rato, por ratos me la clavaba hasta la garganta y me presionaba la cabeza contra su pelvis provocándome arcadas, me soltaba y me clavaba de nuevo solo para hacerme volver a lamerle el tronco y envolver a su glande, se canso por fin al cabo de un rato.

– Luego nos ocupamos de mejorar esa mamada. Es hora del “bonobo” anda, ponte –

Me acosté en el suelo sobre mi espalda y levanté ambas piernas al tiempo que las abría como en la imagen de la carta. Sin perder tiempo mi tío me cogió de los talones apoyo mi cuerpo en el suyo y se acomodo para penetrarme. Escupió en mi agujero y me froto la raja, usando su baba como lubricante me introdujo un dedo sin mucho esfuerzo, me dedeo por un rato y me introdujo un segundo dedo que esta vez me arranco un leve aullido

– Au, au, au, despacio, despacio por fas me duele –

– Te duele ¿a?, primerizo eres ahora. Aguanta nomas sobrino aguanta que te espera una buena –

Giro sus dedos dentro de mi y luego los saco sin más, escupió de nuevo en mi agujero apuntando con cuidad y luego hecho otro gajo en su pene.

– Ahora a aguantar sobrino –

– Despacio por, despacio – rogué de nuevo

– Cállate ya, despacio te la voy a meter hasta pegarte con mis bolas –

Apunto su miembro en mi esfínter y presionó con fuerza haciendo que su glande se interne en mí.

– ¡¡¡Auuuu!!!, ¡¡¡Auu!!!, ¡¡¡Auuuuuuu!!! – grite por el dolor

– Ya no chilles que no te ha entrado mas que la punta, ahora te la clavo entera para que me sientas en serio –

– No, no, por favor no, despacio tío, despacio que me está doliendo en serio –

– Ya, ya, aguanta nomas –

Hizo como que me la sacaba, pero de eso no tenía la menor intención, se impulsó levantando sus piernas para tomar impulso y de un solo golpe me la clavo entera.

– ¡¡¡¡¡¡Auuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!, ¡¡¡Auuuuuuu!!!, ¡¡¡noooo!!!, ¡¡no!!, ¡¡¡sácamela!!!, ¡¡sácamela!! Por favor, me duele –

– Ya cállate y aguanta nomas que para esto has venido –

Empezó a impulsarse con sus piernas subiendo y bajando como un resorte que impulsaba un taladro dentro de mí

– Aguanta sobrino, aguanta, ya sabíamos que esto te iba doler ¿no? Aguanta nomas que ya sabes que luego disfrutas –

Siguió haciendo de resorte sin descanso, su verga entraba y salía casi por completo, por ratos se escapaba, pero mi tío me la metía de nuevo recordándome que el placer no viene sin dolor. Me entregue al placer y cambie los aullidos de dolor por gemidos de placer.

– ¡¡¡¡¡AAAHHHH!!!!!, ¡¡¡¡¡¡AAHH!!!!!, ¡¡¡AAAhhhh!!! –

– Ahora ¿quieres que pares sobrino? ¿quieres que te la saque? –

– ¡¡¡AAAhhhh!!!, ¡¡¡nooooo!!!, ¡¡¡noo!!!, sigue, sigue ¡Ahh! –

– Eso sobrino, goza con la verga de tu tío, ¿te gusta no? Te gusta que tu tío te cache ¿no? –

– ¡¡¡Siiiii!!!, ¡¡siii!!, me gusta, me gusta, no pares ¡¡aaahhhh!! –

Mi verga expulsó un gran chorro de esperma que se estrello en el pecho de mi tío, otros chorros con menos impulso se derramaron sobre mi propio miembro mojando mi pelvis.

– ¡¡Mierda!! Te corriste marica, ¡¡¡aaaahhhh!!! –

El miembro de mi tío se engroso y su leche inundo mis entrañas regando mi interior. Mi tío salió de mi interior me soltó las piernas y se sentó en la cama como queriendo recuperar el equilibrio, finalmente se tumbó boca arriba.

Baje las piernas y me quede echado en el piso con las piernas dobladas haciendo una “A”, la leche de mi tío empezó a recorrer el camino de salida desde mi interior humedeció mis nalgas y se depositó sobre el suelo.

Me levante del piso, note que me dolía el cuello fui al baño y me limpie, regrese al cuarto con intención de vestirme, pero mi tío ya recuperado y sentado sobre la cama me lo impidió.

– Hey, ¿qué crees que haces? Ya te dije que aquí adentro estarás siempre calato, además todavía no hemos terminado, alcánzame el control remoto y ven a echarte aquí para que me mames la verga y me la pongas dura de nuevo. –

Me eché en la cama con la cabeza mirando los pies de mi tío, me metí su verga morcillosa a la boca y se la mamé mientras el veía la televisión. Al cabo de una media hora su pinga empezó a crecer nuevamente hasta ponerse dura.

– Vamos por el segundo –

Me dijo, tomo el mazo de cartas y saco una al azar. Me mostro la figura y leyó en voz alta.

– “El Caballo” – Leyó y voltio la imagen para verla de nuevo – Esta ya la hemos hecho solo no sabíamos cómo se llamaba, habla ¿quieres otra? –

Me saque su verga de la boca y voltee para mira la imagen, efectivamente, mi tío me había cogido en esa posición muchas veces, me encogí de hombros y resignado volví a mamarle la verga, toda la excitación que me produjo la penetrada anterior se había ido con mi propia descarga de esperma lo que vendría sería nuevamente difícil de soportar.

– Al estilo del viejo oeste, en esta posición el penetrado, ósea tú – agrego de su cosecha – se tumba boca abajo muy relajado intentando dejar el ano lo más expuesto posible. Dejando el ano a disposición de su macho, como una putita barata ¿a? – volvió a interrumpir su propia lectura -. Su compañero se coloca justo sobre él y se incorpora como montando un caballo. Te he estado montando por mucho tiempo sobrino jajaja. Esto le permite a quien penetra tener libertad absoluta para moverse y cabalgar a su pareja mientras que el penetrado está lo suficientemente cómodo como para aguantar la embestida. El activo también puede apretar con sus rodillas el cuerpo de su compañero para ajustar el roce y tener un dominio absoluto del movimiento. A mira, esto de las rodillas es nuevo, vamos a intentarlo, anda ponte que te voy a montar.

Continuara……