Desde que tengo memoria sentí placer cuando mi padre me tocaba, ahora entendí que nací para ser violada, para ser la sumisa de él

Hola: Mi nombre es Laura y voy a narrarles la historia que ha marcado mi vida.

Este relato nos lleva a muchos años atrás cuando yo era una niña pequeña. Constantemente mojaba la cama y mis padres me regañaban (ya tenía 6 años) Según recuerdo siempre que lo hacía era en medio de sueños muy profundos, algo así como pesadillas, pero no era miedo lo que me causaban, sino una sensación tan rica que hacía que me hiciera pipí.

El sueño era muy repetitivo y extraño, soñaba que estaba con otra niña en la regadera, pero cuando ella se bajaba sus pantis no tenía vagina, sino un pene grueso y venudo.

Cuando tenía 8 años me hice pipí de nuevo en mi cama y mi padre me regañó.

Padre: “Otra vez, creí que ya habías aprendido; ven, te voy a dar un baño”

Yo: ¡No! Ya estoy grande .Me voy a bañar sola.

Padre: Si ya estás grande, aprende a levantarte al baño. Además tengo toda la vida bañándote.

Según mis vagos recuerdos, eso era cierto. Mi madre pasaba demasiado tiempo con abuelita-Que ya era muy viejita y necesitaba que la cuidar día y noche-y era mi padre quien siempre me bañaba y llevaba a la escuela.

Padre: Ven, metete al agua caliente mientras yo quito las sabanas que mojaste

Fue entonces que me metí a bañar. Mi padre tenía ya algún tiempo sin verme desnuda. Me había bañado hasta los 4 años.

En eso entro al baño y me seguía regañando, pero comenzó a hablarme más amablemente mientras jabonaba mi espalda y pecho. Así siguió frotándome, pero a mí me pareció demasiado tiempo. Incluso le dije que me estaba dando frío. Él entonces comenzó a lavar mis piernitas y mi colita. Cuando era más pequeña solo ponía el dorso de su mano y me tallaba rápido en mi culito (La verdad siempre me hacía sentir algo rico cuando tallaba mi anito para limpiarlo) Si embargo en esta ocasión él lo hacía diferente.

Me estaba limpiando con el dedito, y se quedaba ahí mucho tiempo. Después de unos 20 minutos, me cargo en envuelta en una toalla y me acostó en su cama.me puso boca abajo y me dijo que no me moviera. Sentí como él estaba sobre mí, acariciando mi cuello y era obvio que estaba desnudo. Después de un rato me dijo que cerrara los ojos, que no los abriera para nada y que abriera la boca. Yo obedecí y tuve esa sensación de cada que soñaba y orinaba. Comencé a orinar ahí parada y abrí los ojos. Jamás olvidé esa imagen en el espejo. Mi padre parado con su vergota dentro de mi boca.

Durante años nada pasó .Yo regularmente no pensaba en eso, aunque imaginé que lo había hecho tantas veces. Él seguía siendo mi padre, aunque después de ese día ya no pasó mucho tiempo conmigo y no hablábamos más que para lo necesario.

Crecí y entré a la secundaria, me hice varios novios, di mi primer beso y me dieron mis primeros fajes. Aunque siempre que me tocaban me daban ganas de hacer pipí y les decía que pararan. Además algunos me enseñaron su pitito y me daba risa. Yo tenía en mi memoria la imagen de esa verga adulta.

De hecho había un maestro que usaba pantalones ajustados y se le notaba el bulto, no saben cómo se me antojaba, me hacía pipi nada más de verle el bulto. La verdad siempre andaba de putilla con él, pero jamás me atreví a más, aunque sé que el carbón también me quería violar, porque una vez lo vi grabando con su celular mientras yo abría intencionalmente las piernas con mi faldita de colegiala. Yo me masturbaba pensando en que el profe estaba en su casa masturbándose viendo mi video.

Creo que era obvio que me encantaban los hombres mayores. Una vez cuando tenía 12, entró el señor del agua y yo solo traía un short muy cortito. El señor me dijo que era muy bonita, que cuantos años tenía, que si estaban mis papás, que si le prestaba mi baño…pues le dejé entrar al baño, estaba sola y la verdad no me pasaba por la cabeza el peligro que había.

En eso me habló, que no encontraba donde prender la luz del baño…cuando entré no veía nada, encendí la luz y era el señor masturbándose. Me quedé como estatua viendo lo que hacía ahí parado.” No te vayas, quiero que veas como a los hombres también nos sale lechita” y apenas había dicho eso y unos chorros de lechita le salieron y el trato de echarlos al escusado-aunque lleno todo el piso- para después limpiarse y salir…ni siquiera le pagué el agua.

Pues llegó el día que ya cumplí 14 años, ya tenía pechitos y había agarrado una figura muy sexy, me veía de 17.La verdad estaba que ya me moría de ganas por perder mi virginidad, ya los deditos me aburrían (mi osito de peluche también) pero sabía que después de mi fiesta de 15 las cosas cambiarían. No porque quisiera meterme con un chambelán pito chico, sino porque íbamos a practicar el baile en un gimnasio donde iban hombres mayores y ya saben lo que dicen de esos que van al gimnasio, todos los instructores se te echan encima.

Legué a la casa a las 10 de la noche después de haber ensayado el baile. Mi padre no estaba muy de acuerdo a lo de la fiesta de 15 años. Decía que no había dinero y que no le gustaba porque era una forma de decir “Ya es cancha reglamentaria”.

Mi madre no estaba en casa, se había ido con mis hermanos a cuidar a mi abuela.

Me senté a ver una película y mi padre se sentó junto a mí, se estaba tomando una cerveza. La verdad no me sentía cómoda .La película se llamaba “Acusados” (Si no la conocen búsquenla en x videos, sale Jodie Foster) y después de un rato comenzó una escena donde una varios tipos comienzan a cogerse a una chava en un bar. Me puse muy incómoda, estar junto a mi padre viendo una película tan caliente y violenta.

Padre: ¿Te gusta ver estas películas?

Yo: No sabía que era así

Agarré el control y la apagué. Pero mi padre me quitó el control y la encendió de nuevo.

Padre: Vamos a verla, quiero ver cómo termina.

La película ya se puso aburrida, peor mi padre me abrazó y me dijo “Ya ves solo era una escena”.

Yo estaba asustada, mi padre me tenía entre sus brazos y no dejaba de acariciarme los brazos y después las piernitas. Yo solo tenía un pijama ligero. Después comenzó a darme besitos en el cuello. Yo seguía con la imagen de la chica violada en la película y obvio la imagen e  mi padre metiendo su verga en mi boca años antes.

En eso mi padre metió su mano bajo mi pijama y comenzó a acariciar en círculos mi puchita.

YO: No papá, no.

Pero él seguía tocando mi rajita sobre mi calzoncito.

Yo: Ya, ya . No hagas así.

Él seguía haciendo lo mismo mientras metía su lengua en mi orejita. De pronto metió su mano bajo el calzón y ahí los dos nos dimos cuenta que mi puchita ya estaba mojadísima.

Yo: Ya se abrió

No sé cómo dije eso, fue sin pensar. Pero los labios de mi panocha ya estaban abiertos como florecita y mi clítoris botadito.

Yo: Por favor. No. No. No.

Todos sabemos que las mujeres mexicanas siempre decimos NO, pero que muchas veces significa SI.

Sinceramente no quería que mi padre me desvirgara, pero estaba gozando como loca de los que me hacía.

De pronto me tomó en sus brazos y me llevó a mi cama. Una vez ahí me levantó la blusita y comenzó a chuparme mis pechitos. Yo solo decía “No, no, nooooo”.

Se fue besando mi cuerpo desde mi cuello hasta mi ombligo y rápido me bajo mi pijama y me dejó sin calzones. Se desnudó y comenzó a frotar la cabeza de su verga contra mi panochita.

Yo: No, no, no.

Padre: Espérate poquito.

Yo: No, ya. Me voy hacer pipí.

Al escuchar eso mi padre supo que era hora, comenzó a presionar su verga dentro de mi puchita.

Yo:¡NOOOOOO! Duele.

Sin embargo a él nada lo pararía, su erección estaba a tope. Y había que desfogarse.

Padre: Te va a doler solo un minuto. Aguanta Flaquita.

Yo: Ya, por favor. No.

Entonces  se quitó y comenzó a darme lengua en mi clítoris mientras intentaba penetrarme con su dedo. En ese punto no aguante más y mis NO, se convirtieron en “aaaaahh, ayyyyh, mmmmmm, uuuuh” .Chillaba como una cachorrita con frio (Así le hacia mi perrita hahahaha).

Metió más adentro el dedo y sentí que me abría .Eché un chillido de verdadero dolor. Mi padre se quitó un poco asustado y dijo:

Padre: Bueno, ya tranquila. Ya duérmete.

Y fue ahí donde mi boca pronunció algo que jamás se cómo lo dije, si pensar, era otra persona dentro de mí. Y salió de mi boquita la frase.

Yo: “No, ya estamos”

Era sin duda la autorización que le daba a mi padre para que me metiera la verga.La verdad es que ya me había roto el himen y pues si el daño estaba hecho…

Entonces como de rayo, puso de nuevo su verga en mi entrada y comenzó a meter poco a poco cada uno de sus 18 centímetros dentro de mi pequeñita. Yo solo seguía diciendo “No, No, No”

Era un dolor muy parecido a los cólicos, así que aguante un rato y se me pasó. Mi padre se dio cuenta de que había pasado lo peor y comenzó a bombearme como perro.

Yo: Noooooo Nooooooo

Padre: ahhhh, ahhhhhh,siiiii.

Sonaba como chocaba su cuerpo contra mis huesitos. Me cambió de posición y así de ladito me comenzó a darme duro y rápido mientras tapaba mi boca con la otra mano.

Era el momento que estaba esperando, tener una vergota penetrándome. Solo de pensar que la verga que me dio vida estaba taladrándome mi puchita, ese morbo de saber que mi padre siempre me había deseado y siempre eme había manoseado. Sabía que estaba siendo violada, porque a esa edad uno no sabe muy bien que está haciendo y menos si ya tenía en mi cerebro el trauma de ser abusada por mi propio padre.

Me cambió de posición, ahora él estaba sobre mi cogiéndome frenéticamente .Mi cuerpo de 45 kilitos estaba siendo cabalgado por un hombre de 40 años y 80 kilos. Él no aguantó más y sentí como chorros de mecos caían en mis nalguitas mientras el gemia como burro.

Padre: Ve al baño y límpiate.

Caminé mientras chorreaba mecos y un poco de sangre al piso. Me bañé con agua calientita y regresé a mi cama. Mi padre estaba trapeando y limpiando las sabanas de la leche que había tirado. Una vez que acabó se fue a su habitación.

Yo estaba excitaba y comencé a masturbarme. Agarré mi desodorante y me comencé a masturbar con el (Si eres mujer sabrás que es lo que regularmente usamos. Sobre todo con el Dove que tiene forma de pito).

Me lastimé por metérmelo hasta donde se acaba la tapita. No sabía qué hacer y así desnuda fui a la habitación de mi padre.

Padre: ¿Te quedaste con ganas?

Yo: ¡Cómo dices eso!

Padre: No digas nada mija, ya sé cómo es esto. Ven y ponte en cuatro.

Yo me subí a la cama así enceradita como estaba y me puse como perrita en cuatro patas.

Padre: Así no. Baja la espalda y para tu culito.

Se puso atrás de mí y comenzó a retacarme su camote por mi puchita.Yo trataba de voltear al espejo. Como que se dio cuenta y me volteó. Quedé de frente al espejo de mi madre y ahí me quede viendo como me sacudía a vergazos .Me tenía tomada del cabello mientras metía y sacaba y decía mamada y media.

Padre: Que rica perrita. ¿Te gusta que te metan la verga putita?

Yo: No, No.

Padre: hahahah pero si estas chillando de placer mija. Así que o te hagas.

Yo: ahhhhh, ayyyyyh, mmmmm.

Padre: Siempre me cojo a tu puta madre pensando en ti hijita, sabía que te metería la verga desde antes de que nacieras.

Ahí estaba de nuevo chillando como perrita. El muy carbón comenzaba a frotar mi culito con su dedo.

Padre: Ya me cansé muévete tú.

Entonces yo solita echaba mi culo en reversa para clavarme en su verga.

Padre: Dices No, No, pero bien que te la tragas solita. Ven súbete.

Entonces se acostó y me subí a cabalgar su verga. Nos agarrábamos de las manos para no perder el equilibro y fui ahí donde comencé a gozar del sexo. Movía mis caderas rápido, rápido y me sentía en las nubes. Él con su dedo gordo frotaba mi clítoris.

Yo: Me hago pipi

Y en eso me levanté y con mis rodillas doblándose como Bambi comencé a orinar sobre el pecho de mi padre. Después de eso caí rendida a la cama y mi padre se levantó y se fue a limpiar al baño.

Después de unos minutos me llamó.

Padre: Mija. ven.

Fui ala baño y entonces me dijo:

Padre: Ahora me toca a mí hijita. Abre tu boca. Vas a probar lechita de tu papi.

Yo ya había tocado pitos, pero no había mamado. El muy cabrón se comenzó a coger mi boca, casi me hacía vomitar y llorar. Sus huevos chocaban en mi barbilla.

Padre: Ahora solita. Chúpala como paleta.

Yo hacía lo mejor que podía, pero no sabía cómo hacerlo bien y mi padre no se venía.

Padre: cierra los ojos. Bien. Ahora saca tu lengua.

Se dio vuelta y puso su culo en mi cara. Yo comencé a mover mi lengua en su agujero. No me gustaba mucho hacerlo, pero era excitante pensar en ese imagen y prefería ser una lameculos que estarme ahogando con esa vergota en mi garganta.

Padre: No me metas la lengua. Haz ancha tu lengua y lámela como paleta de hielo.

Entonces comencé a lamer de abajo hasta arriba todo su culo. Él se quedó sin palabras, estaba gozando de su pequeñita limpiándole su culo con la lengua.

Después de unos minutos volteó y me echó sus mecos calientes en mi boquita. Con una mano me tomó de la cara y echó dentro toda su leche. Yo me la tomé y se me atoró un poquito en la garganta y tosí.

Padre: Ya aprenderás hijita. Tu papá te hará la mejor putita…

Y así fue.

Continuará…