Después de ver una porno con mi parienta, decidimos sacarnos las ganas y nos comimos el coñito, saboreamos nuestro cuerpo

Este relato, que escribiré en primera persona, está basado en lo que le pasó una noche a un amigo mío. Él tenía en ese tiempo 25 años y su esposa 22.

Todo ocurrió un viernes por la noche que yo tenía ganas de guerra.

Estábamos en la cama la parienta y yo. Ella estaba leyendo el Hola, yo estaba con mi primer pc sobre las rodillas. Le pregunté:

-¿Quieres ver un video de amor, Aura?

-¿Cómo se titula?

-Española pelirroja en un lésbico brutal.

-¿Es de amor o de tortilleras?

-De amor entre mujeres.

-Ponla. A ver que sale de ahí.

-Puse el video y lo que empezó a ver no le gustó.

-¡Quita eso!

-¿Tienes miedo a calentarte cuando se corran?

-¡¿Yo?! No digas tonterías. Dos mujeres juntas no me calientan.

-¿Cómo lo sabes si nunca viste como se besan, como se comen las tetas y como se comen el coño dos mujeres?

-Por que no me gusta una mujer como pareja en la cama.

-Yo creo que al ver como se corren, te mojas.

-Fingirán que se corren. A los hombres os podrán engañar, a otra mujer, no.

-Se corren, Aura, se corren. En fin. ¿La quito?

-¿Ya la viste?

Mentí.

-No, pero me la contaron. ¿La quito, o no?

-Déjala, a ver si es verdad que se corren.

En un momento que la pelirroja masturbaba a la morena, mi esposa, me dijo:

-Era verdad, esa muchacha se va a correr, se va correr de verdad.

Cuando la morena se corrió, dijo:

-¡Joder, que corrida le sacó!

-¿Estás mojada?

Usó su sarcasmo.

-No, soy de goma.

-¿Echamos un polvo, cariño?

-Deja que acabe la película.

Cuando se corrió la pelirroja, al masturbarla la morena, y la vio con los ojos en blanco, me volvió a decir:

-Esa se va a morir de gusto y yo como siga mirando lo que hacen me voy a hacer un dedo.

-Tócate y córrete. ¿Quieres que te toque yo?

-No, era un decir.

-Estoy empalmado como un burro. ¿Quieres que te la meta?

-Mira y calla, hostia, mira y calla.

Menos mal que no le gustaba ver a dos mujeres juntas, que si le llega a gustar…

Poco después…

La pelirroja masturbara y le comiera el coño a la morena… Cuando mi esposa vio que la morena echaba por fuera, me dijo:

-Se corré otra vez, y yo, yo no aguanto más. Apaga eso.

Se destapó, se desnudó, y me dijo:

-Cómemela.

Puse el pc en el piso de la habitación. Quité el calzoncillo. Metí mi cabeza entre sus piernas. Le pasé la lengua por los labios vaginales, ¡Cómo tenía aquel coño! Nunca la había visto tan mojada. Con los ojos cerrados, cogió mi cabeza con las dos manos. La apretó contra su coño. Movió la pelvis de abajo arriba y arededor y retorciéndose con el gusto, y gimiendo como una loca, se corrió en mi cara.

Al recuperarse, fue agradecida, me hizo una mamada que me dejó secos los huevos.

A las tres de la madrugada me desperté y sentí unos gemidos muy dulces y muy bajitos. Me giré y vi que mi esposa, desnuda y destapada, se estaba haciendo un dedo. Al ratito se corrió… Me di la vuelta y hice como que no me enterara, y eso que estaba empalmado como un toro, pero no quise cortarle el rollo, ya que mi esposa, muy lentamente, había sacado los dedos del coño y acariciando con ellos el clítoris, comenzara a hacerse otra paja. Supuse que pensando en la morena, si es que antes la hiciera pensando en la pelirroja.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.