Disfrutando de la polla de mi ex ¡Se goza mucho más!

Hola, lo que les voy a contar es una historia que ya platiqué en esta página la vuelvo a comentar para poner en contexto para contarles eventos nuevos muy muy cachondos.

Mi nombre es digamos Alejandra, la historia que les voy a contar la una historia completamente real así que no esperen orgias desbordadas ni grandes penes ni senos enormes, es un historia que al menos para mí y para mi esposo fue muy excitante, inesperado el cual nos cambió la vida, no me describiré, pero si dejan sus comentarios podría compartir alguna foto, tengo 31 años y mi esposo se llama Ernesto tiene 32 años y aún no tenemos hijos.

Todo inicio cuando cursaba la carrera de comercio internacional al sur de la ciudad de México, tenía un novio de nombre Rogelio que es de Monterrey; estudiábamos en la misma universidad, el compartía un pequeño departamento con su amigo el departamento solo era una habitación, una cocina pequeña y el baño, por lo que cuando me quedaba a dormir (a coger) en su casa su amigo se daba cuenta de todo lo que pasaba y en ocasiones nos hacía burla de que no lo dejábamos dormir, según decía yo era muy escandalosa y lo antojábamos, me llevaba muy bien con su amigo, en más de una ocasión lo vi despierto y atento a la forma en que tenía sexo con el que entonces era mi novio. Con Rogelio perdí mi virginidad ese día no estaba su amigo, aunque se enteró después.

Mi novio tenía una familia con dinero así que el pagaba el departamento, compraba la despensa y pagaba los gastos, su amigo le hacia la tarea y se encargaba de las labores de limpieza.

Cuando había que hacer algo jugaban naipes y de esa forma el que ganaba asignaba labores al otro (detalle que será importante más adelante en el relato). Los fines de semana salíamos con Rogelio a los antros y en más de una ocasión llegamos muy tomados y cachondos en sábado llegamos de madrugada yo llevaba una faldita tomamos un taxi y comenzamos con el faje me quito mi calzoncito y así llegamos a su cuarto, su amigo estaba dormido y sin más me recargo contra la cama y de un solo golpe me metió su verga hasta el fondo influido por el alcohol me la quiso meter por el ano yo no puse resistencia y cuando entro la cabecita di un grito que despertó a su amigo, Rogelio siguió tratando de meterla yo solo aguante un poco y ya no quise continuar y ahí quedo la aventura.

Esta relación duro dos años con el tiempo no me importo tanto que su amigo nos viera en “acción” tampoco me excitaba ni nada, solo no me importaba tanto. A Rogelio lo llegue a querer mucho pero tampoco fue un gran amor, en la cama era verdaderamente muy bueno, en realidad lo que siempre me trajo loca de él fue su personalidad, él es un tipo que se impone, nunca pedía permiso para nada, lo que quería lo tomaba, eso siempre me gusto de él, cuando me cogía me lo hacía como él quería, me hacía gritar y creo que le excitaba cogerme frente a su amigo.

El termino la carrera y regreso a Monterrey a trabajar en la empresa de su papá y bueno nuestro noviazgo término, durante algunos meses nos hablábamos por teléfono hasta que las llamadas fueron menos frecuentes y nos perdimos el rastro.

Yo continúe con la carrera seguí siendo amiga del amigo de Rogelio, salíamos frecuentemente a tomar algo nos veíamos para comer, en fin, la relación con su amigo fue madurando y como a al año nos hicimos novios y tras dos años de noviazgo… nos casamos, si el nombre del amigo de Rogelio es Ernesto con quien hoy tenemos siete años de casados.

La vida con Ernesto; durante estos años ha sido maravillosa estoy muy enamorada de él y sé que el de mí también, nos disfrutamos mucho, como no tenemos niños tampoco tenemos muchos obstáculos para salir de paseo, ir a la playa, a bares o bien pasamos los fines de semana en casa viendo películas siempre desnudos teniendo mucho, mucho, mucho sexo.

Con Ernesto el sexo es fabuloso me coge muy rico, su forma de comerme la panochita me encanta lo hace muy lento al principio, sin meter dedos ni nada, me recorre con la lengua mis labios, la ingle y poco a poco sube la intensidad hasta llegar a mi clítoris y aumenta la velocidad regalándome orgasmos de los que tardo en recuperarme, lo hemos hecho en la playa, en el baño de un restaurante, a media noche en una calle solitaria, en fin sexualmente llevamos una vida plena, lo único que nunca hemos hecho es sexo anal aunque el me lo ha pedido no se me hacia una buena idea, cuando platicamos de Rogelio nunca reclama o menciona de cuando me vea coger con él, solo menciona los recuerdos de lo bien que la pasábamos como amigos los tres, en un par de ocasiones en plena calentura mientras me tenía bien ensartada menciono que se calentaba viéndome coger y me confeso que se llegó a masturbar cuando mi entonces novio me metía la su verga y que le calentaba al ver como se la mamaba.

Nunca hemos platicado de hacer tríos, intercambios ni nada por el estilo, la verdad cuando salimos a Ernesto le gusta que use vestidos cortos y reímos cuando de forma descarada me ven las piernas o cuando ven mi trasero si llevo pantalones ajustados, eso nos divierte.

Hace un año llegue primero a casa ya que los dos trabajamos estaba preparando algo de cenar cuando mi esposo llego y me dijo que en Facebook encontró a Rogelio y que intercambiaron números telefónicos, tres días después me llego una invitación de Rogelio en esa red social, le dije a mi marido y el de dijo que lo agregara, pocos días después me llego un mensaje de Rogelio y estuvimos platicando, me conto que se había casado y que se divorció años después , que estaba viviendo en Tijuana donde era el director de una empresa de su papá, así platicábamos frecuentemente siempre le contaba todo a mi marido y ellos también platicaban mucho por teléfono o redes sociales.

Tres meses después de volver a contactar con Rogelio, mi esposo me marco a mi oficina y muy contento me dijo que Rogelio venía a la ciudad que llegaría el siguiente viernes por la tarde, me dijo que se ofreció para que fuéramos por el al aeropuerto, a mí me dio mucho gusto la idea de volver a verlo, no sentía nada por el solo el recuerdo de un amigo.

Rogelio llego al aeropuerto lo vimos llegar, se veía muy bien, seguía siendo muy guapo, él es más alto y guapo que mi marido. Nos saludó ellos se dieron un fuerte abrazo y a mí me saludo con un beso en la meguilla, nos fuimos a cenar y estuvimos platicando, tomamos unas copas, nos dijo que se quedaría en un hotel por unos días en lo que conseguía un departamento en renta debido a que se abriría una sucursal de la empresa de su padre en la ciudad de México y el seria el gerente, mi marido le dijo que a tres casas de la nuestra rentaban un departamento, así que en una semana ya era nuestro vecino.

Rogelio nos visitaba todos los días y los fines de semana la pasábamos juntos salíamos a cenar, pasear, bailar o nos quedábamos en casa tomando unas copas veíamos películas se ponían a jugar póker de esta manera también aprendí jugaba con ellos.

Un viernes Ernesto me llamo:

– Mi amor ponte muy “sexy” vamos a ir a bailar.

– Si mi amor esa idea me agrada.

Llegue a la casa, me di un baño, depile un poco los pelitos de la puchita, me puse un bóxer cachetero, un vestido negro con un poco de escote, muy muy corto, depile y puse crema a mis piernas y me puse zapatillas de tacón alto.

A las nueve de la noche llego mi marido, venía con Rogelio, eso no lo esperaba sin embargo me dio gusto que saliera nuevamente con nosotros.

Llegamos al antro donde ponen mucha música salsa, pedimos una botella y comenzamos a platicar y a beber, salí a bailar con mi esposo Rogelio sé quedo en la mesa, tras unas cansones regresamos y seguimos platicando después de un rato Ernesto dijo:

– Rogelio porque no sacas a bailar a Ale.

Rogelio me extendió la mano y fuimos a la pista, bailamos de lo más normal volvimos a la mesa y mi esposo me saca a bailar, el resto de la noche se fueron turnando para bailar conmigo mientras seguíamos tomando, después de unas canciones me di cuenta que Rogelio cada que bailaba con él se pegaba más y más a mi cuerpo y su mano cada vez la ponía más debajo de mi cintura al principio me desconcertó pero después me divertía claro siempre atenta de que Ernesto no se diera cuenta.

Después de esa noche las visitas de Rogelio eran más frecuentes incluso cuando mi esposo no estaba, nos poníamos a platicar o a tomar alguna cerveza o copa de vino y me di cuenta que me miraba de una forma rara y no lo niego eso me comenzaba a gustar, como siempre llegaba temprano a mi casa y mi esposo llega como tres horas después pasaba largo rato con Rogelio y su visita se hizo natural, yo legaba a la casa y como siempre me ponía cómoda alguna falda corta, sandalias, playeritas cuando Rogelio llegaba sabiendo que mi esposo aun no llegaba de trabajar, me saludaba pero sus abrazos eran más intensos me saludaba de beso el cual ero cada vez más cerca de los labios, yo me hacia la desentendida, forma discreta lo provocaba, por ejemplo me ponía falda corta y cuando él se sentaba en el sillón que está bajo las escaleras yo subía por algún pretexto a mi habitación dejándolo ver mis piernas y quizá un poco más.

Esos solo eran juegos, hasta que… un sábado llego a la casa desde temprano mi esposo a tenia preparadas algunas cervezas y comenzamos a comer y a tomar.

Rogelio – saca las catas vamos a jugar.

Ernesto – Pero que sea de apuestas.

Rogelio – está bien traigo algunas monedas.

Así nos pusimos a jugar hasta que entrada la tarde Rogelio había ganado todas las monedas se terminaron y las cervezas también. Recordando los viejos tiempos:

Rogelio – el que pierda va por las cervezas.

Ernesto – bien el que pierda va a la tienda.

Rogelio gano, yo en segundo lugar y mi marido volvió a perder y mi marido se fue a la tienda por las cervezas, yo estaba muy mareada, ese día tenía puesto unos leggins muy justado por lo que la tenga se alcanzaba a distinguir y mi rajita se dibujaba muy bien. Mientras mi marido fue a la tienda Rogelio puso música y me saco a bailar, desde comenzamos a bailar se me repagaba disimuladamente como midiendo mi reacción y pude sentir su verga bien parada que por cierto la tiene más grande y más gruesa que mi marido, no dije nada y seguimos bailando, su mano paso de la cintura al inicio de mis nalgas, tome su mano y la volví a poner en mi cintura, yo no quería que pasara a mayores… amo a mi marido y si bien la situación me divertía no quería faltarle al respeto.

Ernesto volvió de la tienda y seguimos tomando y jugando esta vez las apuestas eran castigos, los castigos eran tomar un tequila, ir a la cocina por las botas, si yo perdía bailaba con el que ganara, cuando bailaba con Rogelio se repagaba mucho a mí y mi marido hacia como que no se daba cuenta.

Ya entrada la tarde gane una mano y mi marido perdió de castigo le dije que se quitara la camisa y todos reímos.

En la siguiente mano Ernesto gano y le dijo a Rogelio que se quitara la playera.

Rogelio:

– Ya no estamos en la secundaria.

Comenzamos a reír y se la quitó. Después perdí gano Rogelio y me dijo:

– Quítate los leggins.

Yo me quedé fría, no supe cómo reaccionar creo que hasta la peda se me bajo… vi la cara de mi esposo para ver su reacción el me vio con una mirada interrogante y me dijo:

– ¡Quítatelos! Total, ya te conoce las nalgas ¿Qué te puede ver que no haya disfrutado antes?

Esas palabras de mi marido me molestaron mucho, nunca me había dicho algo así, me enojo, pero también me éxito lo reconozco, conteste:

-órale cabrón pero después no te quejes.

Como venganza me pare sobre la silla y dándoles la espada (o las nalgas) cerré los ojos y me baje lentamente los leggins, cuando abrí los ojos Rogelio y mi esposo me veían como idiotas.

Después perdió mi esposo y Rogelio de castigo lo mando por otra botella de tequila y mi marido no le quedo de otra y se fue, Rogelio me saco a bailar, así como estaba con zapatillas, blusa blanca tanga azul cielo, cabello suelto comenzamos a bailar, esta vez no disimulo nada me restregaba la verga en mi vientre, yo podía sentir claramente como latía esa tremenda vergota, sus manos las puso en mi culo y lo acariciaba de una manera suave, intento besarme no lo deje, pero seguíamos bailando, no escuche en qué momento entro mi esposo y nos encontró bailando cuando lo vi no supe que hacer me quede quita, inmóvil, el solo dijo:

– Voy por unos vasos.

Cuando regreso de la cocina ya estábamos sentados en el sillón para seguir jugando, yo me senté junto a Rogelio y mi marido en otro sillón solo.

En la siguiente mano de cartas mi marido perdió, gano Rogelio y de castigo le dijo:

Quiero que nos narres una de las veces que me cogí a Ale frente a ti en el departamento mientras tú te hacías tremendas chaquetas ¿o crees que no me daba cuenta?

Esa no me la esperaba, nuevamente nos miramos con mi marido, el tomo un trajo a su baso de licor, pensé que ahí le saldría lo macho que correría a Rogelio, sin embargo, tras un trago muy largo… tomo aliento y comenzó:

– Recuerdo muchas cosas pero en especial recuerdo el día que llegaron tomados a media noche, como siempre me hice el dormido y vi cómo entrando a la habitación la desvestiste así, sin más, sin besos, ni nada, recuerdo que la desgaste completamente desnuda y que sin quitarte la ropa, te bajaste el cierre la tomaste de los hombros hiciste que se hincara y que te mamara la verga, ella puso un poco de resistencia pero no le hiciste caso y te estuvo chupando hasta que se te paro.

Mientras mi marido narraba esta historia yo la volvía a vivir y confieso que me estaba poniendo muy muy muy caliente y creo que mi marido también porque se le veía en el pantalón.

– Después la pusiste en cuatro en la cama y sin más se la metiste hasta el fondo yo veía claramente como te la estabas cogiendo, le sacaste la verga de panochuita y se la apuntaste en su lindo culo, comenzaste a metérsela después de unos minutos ella ya no quiso continuar.

Tras terminar de narrar esos recuerdos y no sé si por el alcohol y el darse cuenta de que mi marido no ponía limites Rogelio respondió mirándome a los ojos y poniendo su mano en mis piernas, sin tomar en cuenta la presencia de mi esposo

– Si Ale tienes una boquita deliciosa, eres muy buena mamando, ese día solo te metí la cabecita, pero ese culito tendrá que ser mío.

Las cosas estaban caminando muy lejos, reconozco que estaba muy caliente y es que imaginen de la escena, medio borrachos, yo en tanga, sentada junto a mi exnovio que me cogía muy rico, mientras mi marido narraba la historia de cómo se masturbaba viéndonos, intentando tener sexo anal, eso me tenía a punto de un orgasmo.

La siguiente mano la perdí yo y mi marido gano así el me pondría el castigo a mí.

– Ale siempre he tenido una duda ¿Quién la tiene más grande Rogelio o yo?

Por no hacer quedar mal a mi marido dije tu mi amor, aunque eso no es verdad Rogelio la tiene más grande, gruesa y con una cabecita muy bonita.

Seguimos jugando después de varios juegos ellos estaban solo en calzones y yo con las zapatillas, tanga y bra, cuando perdí mi bra mi marido dijo creo que si seguimos vas a perder hasta los calzones, y recordando sus palabras le conteste a manera de venganza:

– Total que me vea las nalgas ¿Qué puede ver que no haya disfrutado antes?

Me pare frente a Rogelio el adivino y metió sus dedos en los elásticos de mi tanga, los dos volteamos a ver a mi marido y sin quitarle la mirada Rogelio comenzó a bajarme la tanga muy despacio, mi esposo puso cara de sorpresa, pero a estas alturas esa cara lejos de frenarme me excitaba aún más, quede frente a mi antiguo amante solo con las zapatillas puestas.

Mi marido no decía nada, quizá no sabía qué hacer, Rogelio le dijo a Ernesto:

– Si te quedas a ver lo que sigue es bajo tu propio riesgo….

Seguimos jugando después de varios juegos ellos estaban solo en calzones y yo con las zapatillas, tanga y bra, cuando perdí mi bra mi marido dijo; creo que si seguimos jugando vas a perder hasta los calzones, y recordando sus palabras le conteste a manera de venganza:

– Total que me vea las nalgas ¿Qué puede ver que no haya disfrutado antes?

Me pare frente a Rogelio el adivino y metió sus dedos en los elásticos de mi tanga, los dos volteamos a ver a mi marido y sin quitarle la mirada Rogelio comenzó a bajarme la tanga muy despacio, mi esposo puso cara de sorpresa, pero a estas alturas esa cara lejos de frenarme me excitaba aún más, quede frente a mi antiguo amante solo con las zapatillas puestas.

Mi marido no decía nada, quizá no sabía qué hacer, Rogelio le dijo a Ernesto:

– Si te quedas a ver lo que sigue es bajo tu propio riesgo…

La escena me tenía temblando de las piernas, solo imaginen: mi tanga en la mano de mi examante el cual es amigo de mi esposo, yo solo en zapatillas mi esposo viéndonos con cara de asombro puff.

Ernesto se puso de pie se acercó a mí dio un beso suave en los labios y me dijo al oído:

– Lo que pase esta noche no debe cambiar el amor que nos tenemos.

Apretó mi mano y beso mi oreja. Mientras tanto Rogelio besaba mis vellos de la panocha y me daba un par de nalgadas.

En ese momento le salió lo macho dominante a Rogelio que como siempre no pide solo toma a su antojo lo que él quiere sin pedir permiso; me tomo de la mano y así desnuda solo con zapatillas puestas me llevo a la recamara donde duermo con mi marido el cual me vio caminar encueradita de la mano de mi amante rumbo a nuestra cama.

Ya en la habitación Rogelio se bajó el bóxer y como era su costumbre me tomo de los hombros y me hizo hincarme para mamarle la verga, ya había olvidado su sabor, su textura, su calor, lo rico que es bajarle la piel de la cabecita de su pene y pasarle la lengua alrededor después pasar mi lengua por todo su tronco y volver a pasar desde la base de sus huevos hasta el ojito de su rica verga y meterla lo más posible en mi boca mientras con las manos le acaricio las bolas o sus nalgas, cerré los ojos y me perdí en esa rica sensación de cómo sus manos me tomaban de mi cabello marcando el ritmo de la chupada de pito que le daba a mi macho, el amigo de mi marido. No sé cuánto tiempo se la estuve mamando, pero cuando abrí los ojos mi esposo estaba parado en la puerta de nuestra habitación viéndome, de momento no sabía bien que hacer, pero al verle su cara de calentura y el bulto bajo su calzón me sonrió yo trate de sonreírle pero tenía la verga de su amigo en mi boca por lo que solo alcance a guiñarle un ojo. Rogelio también volteo a verlo, me levanto y con un movimiento rápido me tomo de la cintura me cargo lo abrace por el cuello el metió sus manos entra mis piernas y así el pie me ensarto… así sin condón ni nada, piel a piel… wauu en esa posición me la metió un par de veces, después me tiro en la camayo caí con las piernas bien abiertas, Rogelio sin dejar de ver a mi marido, apunto su verga en mi panocha y me la metió de un solo golpe, en otra ocasión me hubiera molestado pero estaba tan caliente que me encanto ser tratada así, Rogelio me comenzó a besar mientras me penetraba muy duro y me jalaba el cabello, me la sacaba toda y me la metía de un solo golpe, mi esposo veía todo parado desde la puerta y como en los viejos tiempos se comenzó a masturbar, mi macho me dio vuelta y quede sobre el montándolo y bien ensartada, mi esposo se acercó y me beso en los labios sus besos eran suaves tiernos llenos de amor con esos besos que contrastaban con la rudeza con la que mi macho me taladraba, Rogelio le dijo a mi marido:

– Vuelve a preguntarle quien la tiene más grande.

Los tres nos comenzamos a reír y dirigiéndome a Rogelio le dije:

– tú, pero él me come mi puchita más rico.

– No lo creo, eso lo tengo que ver. – Dijo Rogelio

Y sacándome su verga le hizo una seña a mi esposo y el, a su vez comenzó a pasar su lengua por mí ingle, después por mis labios, es muy extraño ver a mi marido lamiendo mi sexo segundos después de que otro me estuviera cogiendo, pero la verdad lo hace tan rico que me deje llevar por las ricas lamidas de mi esposo, me enderece un poco me puse de cuatro y comencé a mamar la verga de mi esposo él se metió debajo de mi haciendo el famoso 69, en esa posición Rogelio comenzó a pasar la punta de falo por mis panochita, mi esposo me la seguía lamiendo y Rogelio me la volvió a meter… nunca creí que se pudiera sentir algo tan rico, el pene de mi esposo en mi boca, la verga de su amigo dentro de mí y mientras Ernesto en primer plano veía como me cogían y lamia mi clítoris, en un momento vi como esposo pasaba su lengua desde los huevos de su amigo hasta mi vagina, jamás, jamás creí ver a mi esposos hacer algo así, pero la imagen fue detonante y tuve un tremendo orgasmo, Rogelio también con fuertes gritos se vino dentro de mí, mi esposo aun no terminaba así que se la seguí mamando mientras me lamia la vagina empapada con el semen de nuestro amigo, nos incorporamos abrace a mi esposo y me quede dormida.

Al otro día cuando desperté, estábamos los tres en la cama; Rogelio en una horilla yo en medio abrazando a mi esposo, me levanté entre al baño y mi cabeza me daba vueltas ¿Qué va a pasar? ¿Qué sigue ahora? sin alcohol en la sangre ¿Como va a reaccionar Ernesto? – Lo amo mucho – me decía a mí misma, mi mente era una tremenda duda y angustia, pero también me había gustado lo que hicimos, solo que NO estaba dispuesta a perder a mi familia por un momento de calentura, con tantas dudas y miedos me di un baño de agua tibia.

Salí del baño envuelta en una toalla, Rogelio estaba despierto, no me lo van a creer, pero sentí pudor de que me viera desnuda envuelta en la tuya (ahora lo recuerdo y me causa risa).

Rogelio se levantó completamente desnudo.

– Buen día Ale.

Me dio un beso en la mejilla y se metió al baño, aproveche para vestirme rápido a baje a preparar el desayuno en el fondo me daba miedo ver a mi marido.

Al poco rato bajo Rogelio ya se había bañado se sentó en la mesa de la cocina y no menciono nada de lo sucedido. Me ayudo a poner la mesa mientras platicaba de cosas sin importancia ya saben trabajo, clima y esas cosas, en mi interior yo quería que se fuera, me sentía extraña, como a la media bajo Ernesto; cuando lo vi me dieron ganas hasta de llorar y pedirle perdón (por suerte no lo hice) desayunamos normal Rogelio se despidió y me quede con Ernesto.

Trate de tocar el tema, el me beso en los labios con mucho amor y me dijo:

– Espero que lo hallas disfrutado tanto como yo, te amo, no tiene que volver a suceder, pero si vuelve a pasar hay que disfrutarlo.

Esas palabras me volvieron a la vida, ese día no sé cuántas veces hice el amor con mi marido y mientras lo hacíamos recodábamos escenas de la noche anterior y más nos calentábamos, lo que no podía sacarme de la mente es la imagen de mi esposo chupándole las bolas a su amigo y de cómo se comía su semen directo de mi vagina.

En la siguiente semana las visitas de Rogelio fueron cotidianas, el lunes que llego a la casa, abrí la puerta lo recibí, me quiso dar un beso muy cerca de los labios no lo deje le di el beso en la mejilla y sin palabras trate de dejar claro que lo del fin de semana fue una excepción y que no quería ser infiel a mi esposo y de alguna manera no insistió, él se sentó en la sala le serví una taza de café en lugar de la ya tradicional copa de vino, la convivencia era agradable después llego mi esposo y continuamos platicando como grandes amigos.

En los días siguientes Rogelio seguía viniendo a nuestra casa y si bien, no había insinuación directa, el ambiente se sentía cachondon, no sé, las miradas que intercambiamos, las palabras en doble sentido en fin el ambiente era muy sensual.

El viernes siguiente Rogelio llego a la casa como siempre lo hacía antes de que mi esposo llegara lo recibí y me dio un beso en la mejilla y me abrazo la mano casi llegando a la cadera, no le dije nada lo trate de lo más normal, mi marido llego, se saludaron y comenzamos a cenar los tres, el ambiente no era nada tenso era de buenos amigos, la plática fue muy amena llena de risas, eso me relajo mucho y termino de romper todas la barreras que tenía en la mente terminamos de cenar Ernesto puso una película en la sala, yo fui a la recamara a quitarme la ropa de oficina y me puse una falda apenas debajo de la rodilla, sandalias y una blusa blanca.

Cuando llegue están viendo la película Rogelio se sentó en el sillón individual por lo que me senté con mi esposo en el sillón grande, Ernesto comenzó a tocarme las piernas y un poco más arriba mientras Rogelio nos veía eso me comenzó a calentar mucho, ahora era el quien miraba como otro me acariciaba, a media película Ernesto se levantó del sillón diciendo:

– Esta película es muy aburrida – y puso a través de internet una peli porno –

Pensé; ya sé por dónde vas…

Rogelio aprovecho y se sentó junto a mí, conforme pasaba la película comenzó a tocar mis piernas yo puse resistencia al principio pero el continuaba tocándome y subiéndome la falda, con lo caliente de la película y al ver que mi marido no protestaba deje que continuara en pocos minutos me metía mano de forma descarada cada vez más arriba y mi marido veía de reojo, en una escena una rubia con unas súper tetas se comía un falo descomunal, mi marido dijo:

-Ale lo mama más rico – y mirando a Rogelio pregunto

¿o no?

Yo solo reí, como única respuesta Rogelio bajo el cierre de su pantalón y se sacó su verga medio parada y como siempre hace mi macho favorito guio mi cabeza a su pene, mi esposo me quito los calzones y oliéndolos dijo ya estas mojada nuevamente, se acercó para ver muy bien como se la chupaba a su amigo, Rogelio tomo de la cabeza a mi marido y también lo llevo a su verga que para entonces la tenía bien dura y en un momento sorpresa… ahí estábamos los dos como becerritos chupando el palo de nuestro amigo, mi macho me levanto y comenzó a besarme, Ernesto soltó el pene de su amigo y me desvistieron entre los dos; Rogelio le dijo a mi esposo métele mi verga a tu esposa, mi esposo obediente se volvió a hincar le agarro la verga a comenzó a masturbarme con ella mientras Rogelio me besaba y me chupaba las tetas hasta Rogelio me ensarto mientras que mi esposo lamia mi ano las bolas de su amigo. Después y de cambiar de posición en muchas ocasiones Rogelio término dentro de mí, mi esposo de inmediato me quiso penetrarme, pero yo ya había tenido un gran orgasmo y le dije:

-No mi amor me acaban de dar una tremenda cogida no aguanto uno más.

Mi esposo se recargo en el sillón, y Rogelio me dijo mastúrbalo y así lo hice hasta que termino en mi mano.

No los voy a aburrir narrando cada encuentro, con el paso de los días Rogelio llegaba a casa como siempre antes que mi marido, más de una vez cogíamos solo él y yo, en otras los tres, cuando salíamos a cenar o a bailar parecía que mi pareja era Rogelio me abrasaba o me besaba apasionadamente, recuerdo una vez que llegamos a un restaurante, Rogelio me llevaba de la mano y me besos un par de beses el mesero nos vio en una ida de Rogelio al baño, mi marido me besaba y me agarraba la pierna, el mesero nos vio extraño, jajajajaja, pensaría que le ponía el cuernos a Rogelio, en fin.

Una noche salimos a bailar, nos gusta bailar salsa, bailaba con uno y luego con otro, a Rogelio le gustaba que usara vestidos cortos y con mucho vuelo, zapatillas, medias y blusas escotadas, sin llegar a lo vulgar, esa noche llevaba una blusa amarilla semi-transparente, bra de media copa, falda negra a medio muslo de mucho vuelo, zapatillas con tacón alto liguero y medias color humo, y tanga negra de encaje, mientras bailaba con Rogelio me hacía dar muchas vueltas y se me veía la tanga, cuando regrese a la mesa, Ernesto riendo me dijo:

– Oye tienes a todos babeando les has enseñado todo, se te ven los calzones.

Rogelio respondió:

– Mejor quítatelos para que no te los vean.

Los tres reímos, seguimos tomando, los dos me tocaban bajo la mesa, yo también les tocaba sus penes debajo de la mesa, entrada la noche y a punto de retirarnos Rogelio me saco a bailar, pero me dijo:

– No quiero que enseñes los calzones así que mejor quítatelos.

Yo estaba muy tomada y le dije a Ernesto:

– Mi amor ya escuchaste quítamelos.

Ernesto:

– Eres una zorra.

Ernesto me quito mis calzones y así salía bailar, no sé qué tanto enseñe o si me veían o no, lo que sé es que es una experiencia muy rica, saber que desconocidos te están contemplando, que pueden ver mis piernas, mis nalgas y tal vez hasta los vellos de mi parte más íntima, es muy excitante, chicas si no lo han hecho se los recomiendo.

Esa semana fui de compras con mi marido, pasamos por una tienda de ropa y como toda mujer le pedí que entráramos, comencé a elegir ropa fui a las faldas y encontré algunas de vuelo, Ernesto me vio y dijo “toma esta es corta le va a gustar más”, ¿QUÉ? Es como si me leyera la mente, inconscientemente estaba eligiendo ropa para mi amante, mi esposo lo sabía y me estaba ayudando, si eso no es loco, mi propio esposo eligiendo la ropa que le gusta a mi amante. Bueno continuamos de compras mi esposo me eligió todo mi atuendo, para el fin de semana que la pasaríamos en casa con “visita” claro.

Ese fin de semana Rogelio llego a la casa, habíamos pedido la comida a un restaurante cercano el llevo botellas de vino, la pasamos de maravilla, la plática muy buena muchas risas y bromas, cuando terminamos de comer Ernesto saco los naipes según para ver a quien le tocaba lavar los trastes de la comida comenzamos a jugar y Rogelio perdió así que le tocaba lavar los trastes, y para aumentar el castigo Ernesto le dijo que se tenía que poner el mandil, no parábamos de reír, termino sus labores domésticas y continuamos tomando y jugando en esta ocasión me puse la ropa que mi esposo me compro para recibir a… como lo podemos llamar ¿mi exnovio, amante, mi novio, mi macho o simplemente Rogelio? El atuendo eran… zapatillas negras de esas de tiritas con tacón alto dorado, medias negras, un vestido muy corto color coral, en la parte de arriba en lugar de escote tenía una tela delgada transparente, un calzoncito sin ser tanga pero muy pequeño color blanco y mi bra que hacía juego también en color blanco.

Seguimos tomando y jugando, ya estábamos algo tomados el juego fue preguntas y castigos como siempre, en una mano que perdí Rogelio pidió que me sentara en sus piernas y así lo hice, cuando Ernesto perdió Rogelio de castigo le dijo que se tenía que poner un vestido un bra y una tanga mía, él se negó pero los castigos no se pueden protestar, así que se fue al cuarto y se cambió tal como se lo indico mi amante, aprovechando que estábamos solos, comenzamos a besarnos me subió el vestido y vio mi ropa interior:

– Te ves hermosa.

Siguió tocándome por todos lados sin quítame la ropa, cuando Ernesto volvió, valla que si se veía bien puta, eligió una falda corta y como está bien nalgón creo que se le veía mejor a él que a mí, cuando paso junto a nosotros para volverse a sentar Rogelio le dio una nalgada y le dijo:

– Sí que tengo suerte dos lindos culos para mí solo.

Eso nos causó gracia, seguimos jugando, fuimos perdiendo la ropa todos menos Ernesto para el eran otros castigos menos que se quitara la falda, la tanga y el bra, nuevamente quede solo con mi calzoncito blanco, zapatillas y medias.

Perdí y gano mi esposo y de castigo le dijo a Rogelio que me tenía que depilar mi panochita, ¿Qué?

– Eso no, solo me depile una vez y quede muy irritada.

Pero Rogelio ya estaba en el baño con el rastrillo y la crema de afeitar en la mano.

Volvió con todo me recostaron en la mesa de centro, mi esposo me quito mi calzoncito y me abrió las piernas Rogelio fue por una toalla mojada con agua caliente mientras mi esposo abría mis piernas Rogelio puso crema de afeitar comenzó a afeitarme. Ya depiladita, no me dejaron ponerme mis calzones volví a sentarme en las piernas de Rogelio, pero esta vez ya desnuda solo con la zapatillas y las medias, en la siguiente mano yo gane y de castigo mi esposo se tenía que sentar en las piernas de Rogelio y así de minifalda tanga se tuvo que sentar en las piernas de mi nuestro amigo, después me castigaron haciéndoles un baile sexy, nunca había hecho algo así pero es muy rico tener a dos hombres mirando cada movimiento que realizas, mientras bailaba les acercaba mi cuerpo, cuando intentaban tocarme me retiraba, al finalizar el baile se abalanzaron sobre mí.

Mi esposo de inmediato se lanzó a comerme la panochita, siempre había querido depilarme, pero nunca había querido así que esa fue su oportunidad, nuestro amigo se pegó a mis senos y ahí se rompió el juego o mejor dicho comenzó otro juego en el que mi esposo de minifalda y tanga me hacía sexo oral delicioso y nuestros amigo me daba un mega faje, Rogelio después de nos minutos le dijo a mi esposo dándole una nalgada:

-Putita tu siéntate en ese sillón que me voy a coger a esta princesa y después podrás participar.

Mi esposo se sentó a ver cómo mi amante me besaba y tocaba todo mi cuerpo saben besar a un hombre frente a mi esposo es lo más excitante, ustedes dirán; que después de todo lo ya vivido como me podía excitar más los besos y la respuesta es… no lo sé, solo me excitaba mucho, mi amante me sentó sobre él y sin meterme su verga comencé a frotar mi culo y mi vagina en su pito bien parado, desde su lugar mi esposo tenía una excelente visión de cómo me apretaban abrían las nalgas en un momento Rogelio volteo a ver a mi marido le dijo:

– Que ricas nalgas tiene Ale, alguna vez le has metido la verga por atrás.

Mi marido a manera de queja respondió:

– No se deja.

Rogelio comenzó a reír de manera burlona, me bajo de sus piernas me puso de rodillas recargada en la mesa de centro viendo de frente a mi marido y me clavo la verga, mi esposo veía la cara que ponía mientras me cogían frente a él, mi macho me acariciaba el culo y me la metía con mucha violencia, después de unos minutos en esa posición Rogelio se puso de pie me tomo de la mano y a mi marido también:

– Vengan mis putitas. – y nos llevó a la recamara.

Entrando a la habitación le dijo a Ernesto que se pusiera en cuatro y yo debajo haciendo nuevamente un rico 69, en esa pasión levanto mis piernas y le puso su verga en la boca de mi marido, el rápido se la comenzó a chupar después mi esposo me masturbo con el pene de su amigo y el me la volvió a meter, en esa posición le levante la falda a mi marido mientras se la mamaba y comencé a jugar con su anito poniéndole saliva y empujándole un dedo, al principio me costó mucho trabajo pero después le pude meter dos dedos.

De pronto Rogelio me la saco le levanto la falda a mi esposo, le hiso aun lado su tanga y le paso la verga en medio de sus ricas las nalgas y poción se le veía un culazo a mi esposo, cuando el sintió la verga de Rogelio rápido se puso de pie y dijo que no quería, con una risa maliciosa le dije:

– Ándale cabrón tanto que insistes en metérmela por ahí ahora aguántala para que veas lo que se siente.

-Va, pero te la meto primero a ti. –respondió Ernesto-

-Órale, pero no se vale rajarse. –le respondí retadora-

Rogelio rápido me puso en cuatro y comenzó a comerme el culo mientras mi marido nos veía aun con mi ropa puesta, yo en cuatro sobre la cama una con zapatillas, medias, mi conchita bien depilada, su amigo pasando la lengua y metiéndomelos dedos en mi anito, casi virgen, digo casi porque el mismo Rogelio hace años me metió la mitad de miembro por mi anito, alcanzo a meterme tres dedos y le dijo a mi marido vamos métesela.

Rogelio le puso más saliva en mi ano, le saco la verga de la tanga a mi esposo y le dio unas chupaditas dejándosela bien ensalivada la guio hasta mi augurito trasero, al principio pensé que no soportaría el dolor era muy grande pero aguante, mi esposo me la metió toda y por unos segundos no se movió hasta que comencé con mover mi culito y Rogelio dijo:

– Esta es la mejor escena de lesbianas que he visto.

Aunque me dolía no pude evitar reír de esa ocurrencia.

Así me estuvo cogiendo mi esposo mientras Rogelio serbia unas copas de vino. Cuando yo ya no aguantaba me la saco.

– Muy bien mi amor ahora te toca a ti. – le dije a mi esposo-

Lo recosté en la cama le alce sus piernas hice aun lado su tanga y le comencé a pasar la lengua por su hoyito, Rogelio se acercó y le metía los dedos a mi esposo después de meterle tres dedos (como esos cabrones me hicieron a mi) le chupe su falo a Rogelio y con mis manos le pase se la pase en medio de las nalgas de mi esposo, el solo daba pequeños brincos cuando la sentía en su anito, poco a poco se la fue metiendo hasta tenerlo bien ensartado, le comencé a mamar la verga a esposo mientras Rogelio se lo cogía, en esa posición se lo cogió por un buen rato hasta que termino dentro de él y mi esposo me inundó mi boca con su semen. Los tres nos metimos a bañar y nos dormimos, Rogelio en una horilla yo en medio abrazando a mi esposo.

Así pasaron los cuatro meses más calientes de mi vida, con dos grandes hombres a mi lado y dentro de mí, en esos meses hicimos muchas locuras, como ir a Zipolite (para los que no son de México es una playa nudista en el estado de Oaxaca) o entrar en cine porno donde me cogieron los dos y otras locuras.

Después Rogelio regreso a Tijuana por razones de trabajo, yo sigo siendo feliz con mi marido, saben, si alguien se pregunta si veo a mi esposo como un hombre después de que lo vi bien ensartado vestido de mujer y mamando verga, les puedo decir que lo veo como un gran hombre, lo amo con todo el corazón y después de vivir lo que vivimos hay toda la confianza del mundo o creen que podría haber algo para ocultarnos, no ya rompimos las barreras de los secretos.

Rogelio sigue teniendo comunicación con nosotros posiblemente venga de vacaciones en un mes y no sé qué aventuras nos depare la vida. Espero les guste nuestra historia.

Y si ustedes me lo piden les contare lo que ha pasado en estos años.

Su amiga: digamos… Alejandra.

Deja una respuesta 0