El día que un joven me lleno de energía

Había pasado Navidad, el estrés de las compras, la congestión vehicular en Bogotá, la lluvia constante y el estrés del trabajo debían ser reemplazados por una salida donde el clima permitiera colocarme un bikini, meterme en una piscina y tomar algunas cervezas. El problema de trabajar en una aerolínea es que los descuentos que tengo en tiquetes me dejan sujeta a cupo, igual que a mi esposo. Pues bien, todos en Bogotá pensaron lo mismo, lo vuelos estaban muy llenos, no nos fue posible viajar en los primeros vuelos y poco a poco nos íbamos quedando a los de más tarde. Al final solo uno podría viajar sobre las 3 pm y el otro debía esperar si en el de las 7 habría cupo.

Yo tome el vuelo de las 3, pues las reservas de hotel estaban a mi nombre y debía mostrar mi tarjeta de crédito con la que había pagado. Me despedí de mi esposo y abordé. A mi lado se sentó un chico de unos 21 años, quien se había dado cuenta de que había tenido que separarme de mi esposo.

– Hola, como estas? – Lo volteé a mirar sin decir nada. – Disculpa, es que noté que tuviste que despedirte de tu pareja y me preguntaba el porqué, yo tuve que viajar solo, ya que mi madre no alcanzó a llegar al aeropuerto. – Seguí mirándolo sin decir nada mientras me preguntaba que rayos tenía que ver conmigo. – Es que ella no viaja seguido y no sabe que debe hacer para que la pasen al siguiente vuelo, ¿Podría tu esposo ayudarle? Ya que van a tener que hacer el mismo tramite.

T: Ah ok – respondí por fin. Le expliqué lo que debía hacer y antes de despegar el chico trato de darle las indicaciones a su madre, pero mientras le decía a ella noté que no le iba a ser tan fácil. Estábamos próximos a despegar y tendría que apagar el teléfono, así que le di el número de mi esposo para que ella lo llamara después de textearle para que no se le hiciera extraña la llamada.

M: Mucho gusto, Manuel, muchas gracias por tu ayuda – Se presentó y se preparó para el despegue -Tatiana – Le respondí. Pude notar que apretaba sus manos demasiado contra los apoya brazos de su silla. Parecía nervioso y miraba para todos lados cuando había algún ruido del avión.

T: ¿Es la primera vez que viajas en avión?

M: Si, ¿se nota?

T: Solo un poco. No te preocupes, trabajo en esta aerolínea, si algo malo pasa te lo diré – Y traté de calmarle los nervios durante todo el vuelo distrayéndolo mientras conversábamos.

Al llegar, su padre lo esperaba en el aeropuerto, se ofreció a llevarme a mi hotel, lo cual acepté. Al llegar al hotel, lo primero que hice fue ponerme mi bikini, salir a la piscina y comprarme algunos cocteles. Me recosté boca abajo en esas sillas playeras y solté la parte de atrás del bikini para broncearme. Pensé en recibir a mi esposo un poco ebria y poco a poco los cocteles comenzaron a acumularse en mi cabeza. Me levanté y me metí al agua para refrescarme y me iría a la habitación. La música sonaba con un alto volumen, pero no era música bailable, era música bastante sugestiva. Estuve allí unos minutos hasta que..

M: ¿T0atiana? – Voltee a mirar sorprendida de quien podía conocerme – Hola, soy Manuel.

T: Ah hola, ¿que haces acá? – Pregunte un poco desconfiada.

M: Quería agradecerles que ayudaron a mi madre y les traje esto – Sacó de su mochila una botella de whiskey

T: Oye muchas gracias, no era necesario – Miré el reloj y me di cuenta que faltaba poco para el vuelo de mi esposo, así que lo llame. Manuel aún estaba allí cuando escuchó que tampoco en ese vuelo podría viajar y que tendría que esperar al del día siguiente.

M: Oye lamento lo del viaje de tu esposo.

Estuvimos charlando un rato, pues ya que, ya no tenía a que subir a la habitación a arreglarme, para seguir sola prefería estar en la piscina. Además, la música era bastante erótica y estaba buscando con Shazam varias de ellas, yo tengo una playlist de ese tipo de música que reproduzco cuando estoy en plan romántico con mi esposo y estaba ampliando el repertorio. Música tipo “The Thrill is Gone – B.B. King, Tracy Chapman” y “Fall of the House of Death – Marilyn Manson” sumado a los cocteles me había puesto a volar la cabeza y comencé a fijarme de manera diferente en aquel chico, tenía un buen cuerpo, era moreno, cuerpo marcado y cada que salía de la piscina lograba ver sus nalgas cuando su pantaloneta mojada se pegaba a ellas, lo que pronto me hizo pensar en si su verga también se le podría ver. Traté de verla un par de veces, pero no lo lograba, lo que sí estaba consiguiendo era excitarme poco a poco. Cuando me di cuenta, estaba buscando alguna manera para acércame a él y debajo del agua pasar mi mano de manera disimulada para rozarlo, inevitablemente subiría a mi habitación a masturbarme, al menos eso fue lo que tenía en mente.

T: Es hora de irme – di un ultimo sorbo para desocupar mi copa mientras le decía adiós con la mano.

M: Sabes que eres muy bella, ¿No? – Me preguntó y me abrazó por la espalda.

Puso su pene entre mis nalgas, la poca tela me permitió sentirla totalmente, estaba dura y se acomodó fácilmente entre mis cachetes.

T: Gracias – Respondí asustada y traté de retirarme, pues no esperaba que hiciera eso.

M: Deberías invitarme a arriba – Dijo mientras me sostenía con fuerza, evitando que su bulto se separara de mi cola. – Mira lo que lograste.

T: ¿Lo que logré? – Como pude giré para quedar frente a frente y lo miré con cara de desagrado.

M: ¿Qué crees, que con esa forma de provocarme se iba a quedar pequeña? – preguntó asegurándose que yo supiera que se había dado cuenta de todo.

T: Lo siento, mi intención no era….. – traté de disculparme apenadamente pero me cerró la boca con un beso, puso uno de sus brazos alrededor de mi cintura y me apretó, con lo que nuevamente sentí su verga dura sobre la parte baja de mi vientre.

No pude resistir la escena, no se trataba solo del chico, la excitación que tenía, que no era poca, se había disparado aún más por estar siendo besada en una piscina, con un abrazo alrededor de mi cintura de manera dominante y mientras sonaba de fondo “Cold Pizza – Gregory David”, perdí el control de mi cuerpo y ahora no solo le correspondía el beso, sino que movía mi pelvis al ritmo de esta canción, lo que evidentemente Manuel pudo notar, dejo de aprisionarme para posar su mano en mi cadera, sabía que ya no me iba a escapar.

Sin decir más, lo tomé de la mano y lo saque del agua, como pude tomé las cosas en la otra mano y lo llevé al ascensor, habían 2 niños y su madre allí, lo que hizo que sin hablarnos nos dirigiéramos con Manuel miradas entre sus labios y sus ojos, podía ver en ellos la morbosidad con la que disimuladamente recorría mi cuerpo, iba por mis caderas y de repente se mordía el labio con los colmillos y levantaba su mirada hasta mis ojos, con los que sin preguntarle, sabía que estaba imaginando todo lo que me haría y eso me ponía muy caliente.

Al entrar a la habitación, me puso contra la pared, dejando mi espalda y nalgas (a las que todavía le escurrían algunas gotas de agua), se apoyó sobre mí, haciéndome sentir nuevamente su dura verga entre mis nalgas, sus dos manos pasaron por debajo de mis brazos y me agarro las tetas.

T: Quítate esto – Le pedí mientras mis manos buscaban el cordón que evitaba que le bajara la pantaloneta, hizo caso y la dejo caer hasta el suelo. Luego soltó las tiras de la parte de debajo de mi bikini que se amarran de los costados, lo arrancó e hizo lo mismo con la parte de arriba. Me empiné un poco para que pusiera su pene entre mis piernas y comencé a moverme. No lograba metérmelo, pero su miembro rozaba con mi clítoris, se deslizaba tan suavemente que imagine que estaba empapado en mis fluidos, lo que me encantaba. Tenía una de sus manos en mi cadera y la otra en mis tetas, me besaba la oreja y me mordía el cuello, eso me excitaba demasiado, me sentía como en las novelas de vampiros y en ocasiones deseaba que me enterrará sus colmillos también.

Pasaron unos minutos así, a pesar de que me estaba haciendo sentir delicioso yo quería que me la metiera toda y como él no tomaba la iniciativa (tal vez porque estaba disfrutando como estábamos o porque no se le ocurría), pues lo hice yo, llevé una mano hasta su verga y la acomodé apuntando a la entrada de mi vagina, esperando que de una sola estocada me la clavara, pero él se retiró, me llevó de la mano a la cama.

T: Espera, tengo ganas de algo – Aproveché la pausa – Ok Google, reproduce “You Don’t Love Me – Dawn Penn”- le ordené a mi celular después de encender un parlante BT.

Manuel me acomodó en la cama en 4. Se hizo detrás mío y comenzó a rozarme de nuevo con su pene.

T: O me la metes o te largas – Le rogué prácticamente para que me hiciera suya. Así lo hizo, apunto con su arma a la entrada de mi vagina y con lo húmeda que estaba entró hasta el final. Por fin me sentí llena, comencé a moverme al ritmo de la canción, y él me siguió. Le hacía falta ayuda para iniciar, verme en 4, con su verga dentro mío era la motivación que necesitaba. Comenzó a moverse frenéticamente, bruscamente, sus testículos golpeaban con fuerza contra mi. Puse mi mano hacia adelante para evitar caer sobre la cama. Me agarró de las caderas para aumentar su fuerza de entrada.

T: Ooohh, que rico, eso es lo que quiero, aahhhh, siii. – gemía yo ante el placer que esa joven verga me estaba dando. Me estaba llevando al éxtasis, estaba fascinada, la falta de experiencia la compensaba este chico con energía. Yo apretaba las sábanas, ponía mi frente contra ellas, después de un par de corrientazos la levantaba, lo que Manuel aprovechaba para agarrarme del pelo. Poco a poco llegue a primer orgasmo, esto era el cielo. El chico seguía su frenético movimiento, empezaba a agitar la respiración, lo volteé a mirar y tenía los ojos cerrados, su verga se empezó a hinchar, y cuando sentí esto me detuve, me di la vuelta y me acosté mirando hacia arriba. Le abrí las piernas y le hice con mi dedo índice la señal de que se acercara.

Se acostó sobre mí, me besaba el abdomen y pasaba sus manos por mis piernas. Subió con sus labios a mis tetas y se dedico a lamerme muy bien los pezones. Hacia tiempo para relajarse un poco, ya que estaba por terminar, pero no puedes dejar que se enfríe la situación, pensé yo, así que le tomé una mano y la llevé a mi vagina. El entendió y comenzó a masturbarme con 2 dedos sin dejar de chupar mis tetas, cuando los tuvo bastante mojados los metió, mientras tanto yo le pasaba mi mano por su pene, suavemente, sin la intención de hacerlo eyacular, me gusta sentir un buen pedazo de carne en mi mano. Me comenzó a llevar nuevamente hacia el orgasmo, los corrientazos que hacían estremecer mi cuerpo se volvían más seguidos, por lo que le pedí que me la metiera de nuevo.

Nuevamente hizo caso, se ubicó entre mis piernas, la cama era muy baja como para que él lo hiciera de pie, así que se acostó sobre mí, una de sus manos me tomaba de una de mis tetas, con la otra se apoyaba en la cama, así que nuevamente lleve mi mano a su verga y la puse en la mi entrada. Me la clavo de un solo empujón y se dejó caer sobre mí, cerré mis ojos y me dedique a disfrutar, recuerdo muy bien que en ese preciso momento sonaba “What Love You Can – Kingdom Come” por lo que sumado al típico misionero en el que estábamos fue un momento muy muy sensual. Mis sentidos estaban suprasensibles, escuchaba todo, sentía todo, cada centímetro de ese pene lo disfrutaba en su camino hasta el fin y de regreso, el aire de cada respiro que salía de su boca rozaba mis orejas, sentía entre mis manos como sus nalgas se apretaban y endurecían cada vez que me entraba su verga.

T: Si te detienes te mato – se me ocurrió decirle al oído mientras mi orgasmo comenzaba a desarrollarse. Movía mis caderas cada vez más rápido, hasta que llegó el momento, inicio ese corrientazo del orgasmo, dejé de escuchar y de sentir cualquier cosa que no fuera esa sensación, Manuel no se detenía, había entendido con el movimiento de mi pelvis que me tenía a punto. No paraba tampoco la sensación aquella, se intensificaba cada vez más, ooooohhh por Dios, que rico, aaahhh, creo que le solté las nalgas y me aferre a las sabanas de nuevo, como si me fuera a caer, siguió el orgasmo, hace mucho no sentía un orgasmo tan largo e intenso como aquel, puse mis manos en la espalda de aquel chico, y mis dientes en uno de sus bíceps le marque la espalda y su brazo en la intensidad del orgasmo que estaba teniendo. Cuando acabó aquella sensación y comencé a relajarme fue el turno de Manuel, quien comenzó a venirse. Sentí que su esperma inundaba mi interior mientras me apretaba fuertemente una de las tetas, su otra mano estaba entre mi pelo y mordía mi cuello.

Al finalizar, solo se dejo caer rendido sobre mí, puso su cara sobre mi pecho y su respiración agitada recorrían mis pezones. Duramos algunos minutos totalmente inmóviles, sentí como su verga comenzaba a perder tamaño aún dentro de mí, como su semen dejaba su textura espesa y salía de mi hasta caer en la cama. Se escuchaba “Tennessee Whiskey – Chris Stapleton” en el fondo de la habitación.

Nos levantamos, me vestí y le pedí que se fuera.

M: Ya que tu esposo no llega esta noche, yo te haré divertida la noche – Me dijo suponiendo que tenía algún tipo de derecho. Solo le abrí la puerta y esperé que saliera.

Tomé un baño mientras sonreía recordando como tenía que guiarlo. Revise mi celular y tenía algunas llamadas perdidas de mi esposo y una nota de voz que decía que finalmente si había podido viajar. Para el momento en que lo leí su vuelo estaría por mitad de camino, así que tuve tiempo de organizar todo, maquillarme y arreglarme con ropa interior de encaje que tenía lista solo para él, al final, había recibido una dosis de energía que usaría con alguien que sabe coger muy bien.