Increíble trío con un amigo del trabajo y su vecino

Trio con Álex y Hans.

Últimamente por trabajo, me he visto obligada a cambiar de ciudad en varias ocasiones. Lo bueno es que me ha dado la posibilidad de conocer mucha gente y la mala es que no he sido capaz de crear ese grupo de personas más allegadas e íntimas.

La empresa en la que estoy, tiene varias oficinas repartidas por España. Es normal ver compañeros de otras oficinas aquí y viceversa. Uno de los socios es un amigo con el que me llevo bastante bien y en varias ocasiones me ha pedido cambiar de ciudad. Me adapto con facilidad y el estar sola me permite moverme a mi antojo.

Este último mes ha estado aquí un compañero de otra oficina. Hemos coincidido en varias ocasiones. Juan es el encargado o jefe de la oficina de Madrid. Es educado, encantador, superdivertido y se presta a todo lo que necesites. Tiene 42 años, moreno con alguna canita, 1´80, ojos azules y por lo que se aprecia bajo la ropa es un hombre que se cuida. Esta separado y tiene dos hijas en edad adolescente que en este momento están de vacaciones con su ex. Juan ha hablado con mi jefe y le ha pedido que me deje ir con él para terminar juntos el trabajo. Al ser algo tan precipitado, no me da tiempo a reservar nada y Juan me pide que me quede en su casa hasta que encuentre algo. Como solo será una noche o dos, acepto.

Juan vive cerca del trabajo, con lo cual podemos ir caminando sin la necesidad de coger el coche o transporte público. Algo que agradezco enormemente.

En la oficina conozco a la mayoría de compañeros porque he estado aquí en más de una ocasión. Tiene buen ambiente y los viernes son sonados por sus quedadas para tomar unas cañitas.

Cuando llegamos, a la primera que me encuentro es a María. Tiene 25 años y una delantera de impresión. Es imposible no mirarle las tetas, yo como mujer no puedo evitarlo y como hombre, menos aún. Es muy guapa, pero demasiado engreída. Voy saludando a cada uno de mis nuevos compañeros. En total estamos 8 en la oficina.

Juan me comenta que falta Álex. Es un chico de 32 años, moreno, 1´85, ojos negros, piel morena, fibrado aun sin ir al gym y un encanto de hombre. A él lo conocí la última vez que estuve aquí. La verdad es que tiene un sentido del humor parecido al mío y nos reímos muchísimo.

Juan me indica mi mesa y me organizo en ella. Poco después llega Álex y al verme viene hacia mí con esa sonrisa de anuncio. Es increíble. Me levanto y le saludo.

-ehhhh!!! ¿Qué hace aquí el chico más guapo de todo Madrid?

Álex me da un abrazo y me susurra – Te eche de menos

Sonrío.

-Yo también, bastante.

Álex me ayuda con todo lo que necesito para que me organice y me sienta a gusto. A la hora de la comida nos vamos a comer juntos. Nos ponemos al día de todo. Yo le comento que me estoy quedando en casa de Juan hasta que reserve algo. Álex me dice que me puedo quedar en su casa. Hace 6 meses que lo dejo con su novia y vive solo. Me niego, pero insiste en que me mude con él. Al final accedo y cuando regresamos a la oficina se lo comento a Juan. Le digo que después del trabajo Álex me acompañara a su casa y recogeré mis cosas. Le sorprende la facilidad con la que he encontrado un sitio donde quedarme y por su gesto, que sea en casa de Álex.

Durante la jornada laboral Álex se pegó a mí y trabajamos juntos. Hace que el tiempo se pase rápido. Es tremendamente bromista.

La verdad es que no he empezado con buen pie. María lleva todo el tiempo mandándome miradas asesinas. Parece como si estuviera molesta conmigo.

-Álex ¿Tienes algo con María? – le pregunto bajito para que no me escuchen

-No. Pero lleva tirándome los tejos desde que lo deje con Mónica.

– ¿Y no quieres nada con ella?

-No es el tipo de mujer que me gusta. Aunque es muy guapa, no pensamos igual.

-Pues creo que ella no piensa igual. Me mata con la mirada.

Sonríe y pasa una mano por mi cintura y se pega a mi cara.

-Ahora creo que me quiere arrancar los pelos y sacar los ojos. –Le digo

Jajajajajaja rompemos en risas, sin poder contenernos.

Nuestras risas hacen que todos dirijan su mirada hacia nosotros y María se levanta ofuscada dirección al baño.

Al finalizar el trabajo vamos a casa de Juan y recojo mis maletas. La casa de Álex está bastante bien. Es de estilo moderno y nada recargado. Tiene dos cuartos lo mismo de grandes y con baños individuales. Reconozco que tiene buen gusto por la decoración. El salón es grande, con cocina americana. Tiene una barra que divide los dos ambientes. Justo en la parte que esta la cocina, hay una puerta corredera grande que da a una terraza enorme. Tiene una mesa con 6 sillas, al otro lado hay dos sofás de dos plazas en L y una mesa baja. Creo que es de los sitios que más me gusta de toda la casa. Mi cuarto tiene una cama de dos metros. Hay un armario empotrado de puertas blancas, un par de mesitas y una ventana enorme. El baño tiene una ducha grande con mampara abierta. El lavabo esta sobre una piedra de mármol negro y sobre el un gran espejo.

Mientras organizo un poco la maleta y me doy una ducha rápida, Álex prepara algo de cena que disfrutamos tranquilamente en la terraza. Al ser viernes nos dan las tantas charlando. Hacía mucho que no me reía tanto. Creo que ha sido una buena idea venir.

La convivencia con Álex es bastante buena. Los días de la siguiente semana pasan rápido. Lo más duro es tener que ver a Álex con la ropa justa. Nos llevamos muy bien y le tengo mucho cariño. Pero cuando le veo recién salido de la ducha, con la piel mojada y solo con una toalla, mi cuerpo reacciona sin poder evitarlo. Ese cuerpo es un pecado.

El fin de semana lo siento como una tregua. Ha quedado con unos amigos y lo pasa fuera.

Aprovecho que estoy sola y me doy una ducha. Salgo desnuda y con una toalla secándome el pelo. Me acerco a la cama y agarro un tarro de crema que tengo sobre la mesita. Lo abro y comienzo a ponérmela por las piernas, de abajo hacia arriba. Muevo las manos despacio y las masajeo. Me pongo en mi vientre, en mi culo y paso a mi pecho. Justo frente a mi hay una ventana grande que da a un patio interior y al otro lado hay una ventana exactamente igual que la mía. Durante toda la semana ha estado cerrada, pero hoy está completamente abierta y un hombre está justo al otro lado mirándome fijamente mientras pongo crema a mis tetas.

La situación normal hubiera sido pegar un grito y buscar una toalla o retirarme de la ventana, mientras no se ni dónde meterme.

Pero cuando veo a ese hombre, solo puedo mirarlo y recorrerlo con la mirada. Al hacerlo, veo que su mano está en su polla y la desliza suave por ella. Mi cuerpo reacciona a la escena y se eriza toda mi piel. Subo la mirada y le miró fijamente. Es un hombre alto, calculo el 1´90, delgado, fibrado, castaño con canas y veo como se muerde el labio.

Sonrío y sigo dándome crema como si no estuviera. Sigo por los costados, por mis brazos y cuando intento ponerme en la espalda, por mucho que me pelee no consigo llegar a todos lados.

– ¿Necesitas ayuda? –Escucho desde el otro lado

Giro un poco la cabeza y le miro. Recorro su cuerpo hasta llegar a su polla.

-uffffff –Suspiro al ver esa imagen y resoplo

Subo la mirada y veo una sonrisa canalla que no puede con ella.

-No gracias, tengo todo bajo control.

-¿Seguro? – me dice sin quitar esa sonrisa de su boca.

Siento como mi entrepierna empieza a mojarse. Su sonrisa y esa mirada como si no pasara nada, me pone mala. Me giro y cepillo mi pelo mirándome en el espejo que hay justo frente a la ventana. En el puedo ver lo que está haciendo. Tiene espalda ancha, brazos fuertes, pecho marcado y de su polla ni hablamos. Es una barra de acero a estas alturas. Es gruesa y grande, estoy segura de que se le marcan todas las venas.

Veo en el espejo como se mueve.

-uffffff joder como me está poniendo el cabrón. –digo casi en un susurro

Siento como los flujos mojan mi coño e instintivamente bajo la mano y lo acaricio. Los dedos se deslizan entre mis labios y siento que estoy más mojada de lo que imaginaba. Los subo y los llevo a mi boca. Al meterlos dentro, miro en el espejo y lo veo de nuevo mirándome.

-¿Están ricos? –me dice

Me giro y le miro, mientras los chupo con descaro.

-La verdad es que a mí me encantan. –sonrío

Le escucho reírse mientras camino hacia la mesita de noche y abro el cajón. Saco una bolsa y cojo de ella una bala y el mando. Busco su mirada. La llevo a mi boca y la chupo. Mis ojos se entornan de deseo. Cada vez me está poniendo más la situación.

La saco de la boca mientras pongo un pie sobre la cama para tener más acceso y la llevo a mi coño. Veo como baja la mirada y sonrío. La deslizo entre mis labios, la enciendo y acaricio el clítoris. Al sentirla gimo y me muerdo el labio.

-Joder!!! Uffff – le escucho resoplar.

Me mira y encuentra en mí una mirada de cabrona que no puedo con ella. Subo la bala mojada, la paro para meterla en mi boca y chupo los flujos.

Su mano sigue acariciando su polla. Lo hace despacio, como si supiera que esto ira a más. Se mantiene en silencio.

La saco de mi boca y la bajo de nuevo al coño. Pero esta vez la llevo a la entrada y puede ver perfectamente cómo se hunde dentro de mí y le empujo con los dedos para dejarla bien encajada. Gimo mientras se hunde y ocupa el espacio de mi coño. En ese momento vuelvo a encontrarme con su mirada.

-¿Estas segura de que no necesitas ayuda? – me dice mientras su mano recorre sus huevos.

Sonrío y activo la bala escuchándose un pequeño zumbido al vibrar dentro de mí. Agarro el móvil y pongo música de Daughtry de fondo.

Bajo la mano y metiéndola en la bolsa saco un vibrador doble. Es una varita doble. Por un lado para el clítoris y por el otro para mi coño. La levanto y se la muestro con una sonrisa maliciosa.

-¿Crees que necesito ayuda? –Le digo activando la parte que es como una bola para el clítoris y llevándolo a él.

Gimo con la boca abierta al echar la cabeza un poco hacia atrás.

-Mmmmmmm

La bala no deja de vibrar en mi coño ya mojado de por sí y el estimulador de clítoris lo pone tan duro, que el roce me estremece. Mi piel esta tan erizada por toda la excitación que duele la sensación. Agarro mi pecho con una mano y lo estrujo en ella. Pellizco el pezón y lo estiro.

-¡Joder que zorra es! – le escucho decir al retirarse de la ventana.

Llevo la varita a mi boca y la mojo par la parte más larga, que es el consolador. Deslizo la lengua mojándola como si de una polla se tratara y la meto en mi boca. Bajo la pierna de la cama y me tumbo en ella. Flexiono mis piernas y las abro. Saco la bala y meto el consolador el cual activo y vibra dentro de mí. Gimo con fuerza. La bala aun vibra en mi mano y comienzo a deslizarla por mi clítoris. Cierro los ojos dejándome llevar. Mi piel no deja de erizarse. Me estremezco de placer.

De fondo se escucha un portazo y sonrío.

Muevo la varita y la hago entrar y salir, hundiéndola hasta el fondo. Me dejo llevar, me centro en mí placer, mi cuerpo se tensa. Gimo con fuerza, el consolador sigue entrando y saliendo.

De pronto siento como agarran el consolador y lo sacan de mi coño. Alguien me agarra por las piernas estirándolas y dándome la vuelta poniéndome bocabajo. Me lleva las manos a la espalda y con la rodilla separa mis piernas, colocándose entre ellas. Pone su cara pegada a la mía y siento como un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

-Me has puesto muy cabrón, que lo sepas. Yo si necesito tu ayuda y quiero prestarte mi juguete por un rato. –me dice

-¿Cómo has entrado? –le digo sorprendida al verle

-¿Álex no te hablo de mí? Por cierto, soy Hans. Seguro que será todo un placer.

Seguido se hunde dentro de mí en un solo movimiento de cadera y me hace gritar azotando mi culo.

-¡JODER! Vas a partirme por la mitad.

Siento como sus caderas se mueven sin parar empotrándome contra la cama. Suelta mis manos y las llevo hacia arriba. Su polla es grande, me llena y abre mi coño al máximo. Apoya sus manos a los lados de mi cuerpo y siento como su polla entra y sale por completo. Al meterla entera lo hace de tal forma que no puedo evitar gritar. Mi cuerpo se tensa y gruño.

-¡joder me corro! – estallo en gritos

Al escucharme vuelve a acelerar sus movimientos, haciendo que me corra a gritos.

-¡vamos zorrita dámelo todo joder¡ – me dice con la respiración disparada

Grito y me estremezco de placer sin parar. Siento como mi cuerpo tiembla bajo el suyo. Azota mi culo. Cojo aire a bocanadas. Poco a poco se hunde hasta el fondo y empuja.

-ahhhhhhhhhhhh ¡joder!

-Eso mismo digo yo, pedazo de cabrones –escucho la voz de Álex

Giro la cabeza y al mirar a la puerta está de pie apoyado en el marco de la puerta. No puedo evitar mirar el gran empalme que lleva bajo el pantalón.

-¿Qué haces aquí? –le digo con la respiración disparada y cómo puedo.

-Te lo cuento después ¿puedo unirme? –dice Álex mientras se desnuda.

Joder, no puede ser. Me estremezco al ver su cuerpo desnudo. Su polla está muy dura también.

-¿Cuánto llevas mirando? – le digo a Álex

Recorre su polla con la mano mientras se acerca a mí y Hans se mueve clavándomela hasta el fondo haciéndome gritar.

-ahhhhhhhhhhhhhhhh ¡joder!

-Qué hijo de puta. ¿Es que no me puedo ir de casa? –Le dice Álex

-eso mejor lo hablamos después –Le dice Hans

Hans saca su polla y hace que me ponga a 4 sobre la cama. Álex se pone delante de mí, sentado en la cama.

-No veas como me ha puesto escucharte gritar como una loca.- me dice Álex

En ese momento siento como Hans me agarra de las caderas y se hunde de nuevo hasta el fondo y me azota.

-ahhhhhhhhhhhhhhhh – ha debido dejarme todos los dedos marcados, siento como pica

Álex me sujeta para que no caiga sobre él. Me da tal embestida que mueve todo mi cuerpo. Siento como escupe en mi culo y lo acaricia con el pulgar. Agarro la polla de Álex y la escupo en el glande. Mis babas se deslizan por ella y la meto en mi boca. Cada movimiento de Hans hace que la polla de Álex se hunda más en mi boca llegando a tocarme la campanilla. Gimo en su polla y me pellizca los pezones.

Hans mete un dedo en mi culo y me lo folla con él. Escupe de nuevo y me azota, momento en el que aprovecha y mete otro dedo en mi culo. Ahora me folla con los dos y los hacer girar.

-ohhhh si mi zorrita, ábrete para mí. – gruñe Hans

Saco la polla de Álex de mi boca y grito al sentir sus dedos follarme. Deja de moverse con la polla metida hasta el fondo. Álex se incorpora y se pode de rodillas. Meto su polla en mi boca y sin dejar de gemir se la chupo. Mi culo se abre cada vez más. Sigo sin parar y acaricio los huevos de Álex. En ese momento agarra mi cabeza y empuja para sentirla más al fondo. La falta de aire hace que las lágrimas se deslicen por mis mejillas. Me suelta y cojo aire a bocanadas, mientras mis babas cuelgan en hilos hacia su polla y se resbalan por las comisuras de mi boca.

Hans agarra mi pelo en una coleta y tira hacia el arqueando mi espalda.

-vamos, ahora le toca a Álex. Siéntate en su polla. – me dice

Saca su polla de mi coño y me muevo dejando a Álex que se tumbe. Me siento sobre él y restriego mi coño por su polla.

-Joder que mojada estas Paola –dice Álex

Me levanto un poco y agarro su polla llevándola a la entrada de mi coño. Me dejo caer y pego mi culo a sus muslos. Gimo fuerte.

-ohhhh siii joder. Que ganitas de tenerte así -me dice

Empuja con su cadera y me agarra del culo.

Hans me agarra de los pezones y los pellizca con fuerza.

Me muevo sobre Álex y lo cabalgo. Subo y bajo, su polla se hunde en mí sin ningún problema.

-Vamos mi zorrita, túmbate sobre Álex –me dice Hans

Pego mi cuerpo al de Álex, clavando mis pezones como piedras en su pecho. Nos besamos.

Hans está detrás. Esta vez siento un gel caer sobre mi culo y hunde sus dedos. Debe de sentir la polla de Álex dentro. Los saca y lleva su polla a la entrada de mi culo y empuja. Siento como se resiste a dejarla entrar y entonces azota mi culo.

-auuuuu ¡joder! –Grito y en ese momento siento como hunde el capullo

Empuja hundiendo su polla. Frota mi culo y calma el azote. Lo agarra con las dos manos clavando sus dedos como si lo amasara y separando mis nalgas. Giro la cabeza buscándolo y veo como escupe sobre mi culo. Vuelve a azotarlo.

-uffffff -siento como pica

Justo en ese momento empuja y entra su polla hundiéndola casi toda.

-ohhhhh siiiiii que bien se siente tu culito.- dice Hans

Grito al meterla y me siento completamente llena. Es la primera vez que siento dos pollas a la vez.

-Ahhhhhh joder vas a sacar mi polla, como contraes el coño. –dice Álex

Empiezan a moverse de forma sincronizada. Parece como si llevaran toda la vida haciéndolo. Uno entra, el otro sale, rozando sus pollas en mi interior. No puedo dejar de gritar en cada uno de sus movimientos. Son como dos barra de acero de lo duras que están. Mi piel se eriza, me estremezco de placer.

Resoplan mientras me follan, con sus movimientos mueven mi cuerpo y lo acompañan con sus manos.

Grito con fuerza siento demasiado roce, me siento demasiado abierta y la excitación es tal que mi cuerpo no controla tanto placer. Mis manos están apoyadas sobre el pecho de Álex, frenando un poco las embestidas de Hans.

-vamos mi zorrita córrete con nosotros –dice Hans

No puedo más y comienzo a gruñir mientras mi cuerpo se tensa.

-¡me corro! -grito al contraerse mi coño en la polla de Álex

-¡Joder como aprieta su coño! Me la estruja joder, me corro también –dice Álex

-ohhhh siiii toma toda mi leche –grita Hans

Siento el calor de la corrida de Álex llenarme el coño y la Hans mi culo.

Grito sin parar mientras se mueven y se corren hasta soltar la última gota de su corrida.

Me tumbo sobre Álex, me tiembla todo. Ellos se quedan dentro de mí. Hans acaricia mi espalda y me arqueo. Mi piel se eriza. Poco a poco nos vamos recuperando y sacan sus pollas. Sus corridas se deslizan por mis dos agujeros y caen sobre Álex. Hans que está detrás sonríe.

-Joder Paola, te aseguro que nuestras pollas te han rellenado mucho mejor que los juguetes

-¿Que juguetes? – dice Álex

-Creo que mi arsenal ha terminado por el suelo –le digo

-¿Desde cuándo os conocéis vosotros dos? –nos pregunta Álex

-Desde después de su ducha –dice Hans

-¿Y tú qué haces aquí? – Le pregunto a Álex

-Nos llamaron de la casa rural y nos dijeron que no podíamos ir porque tenían una fuga de agua que estaban arreglando y que estaban completas todas reservadas. Así que me vine para casa.

-Tienes un vecino que es un exhibicionista. Va por la casa desnudo.

Hans me da un pequeño azote y nos echamos a reír.

Después te contare como conocí a Paola, ahora necesitamos una ducha y quitarnos tanto fluido de encima. –dice Hans

Quien me iba a decir que este viaje iba a terminar así.

El finde fue bastante entretenido y mi estancia en casa de Alex, bastante placentera.