Infiel con líderes sindicales

Buenas tardes a todos los lectores, disculpen por no haber podido escribir y dejarlos un poco abandonados sobre todo en esta pandemia que ya estamos superando, ya con calma les iremos contando el porque dejamos escribir por un buen tiempo, seguimos usando el mismo correo [email protected], bueno pues pasamos a contar este relato que como siempre, más que vivencias son anécdotas y vivencias de mujeres comunes y corrientes que somos amas de casa, pero a la vez trabajadoras, en este caso profesoras. Lo escribiremos en tercera persona.

Fue el 24 de junio de este año, en la ciudad de Oaxaca hubo una marcha de profesores, a la cual acudieron las siguientes profesoras que los que han leído nuestros relatos ya las ubican y para los que son nuevos a continuación les menciono la descripción resumida de las que acudieron a la marcha:

1.- Profesora Chayo: Tiene a su cargo la asignatura de Geografía, es de la región de la costa del estado de Oaxaca, los que son de este estado sabrán que las costeñas somos chaparritas, jacarandosas y sexys, yo soy morena, cabello ondulado a la cadera, mido 1.60, tengo unos senos de 38c, de cintura como 98cm, unas nalgotas que varios hombres me las miran al caminar y unas piernas sexys debido a que voy a clases de zumba y participo en carreras de 5 y 10km.

La profesora Luz: de 42 años. Tiene a su cargo la asignatura de Educación cívica y Ética, le dicen profa Lucecita de cariño y por ser chaparrita de 1.60m, tiene buenos pechos, pero lo que más resalta de ella son unas nalgotas creo que es la más nalgona de todas.

La profesora Soledad: Le dicen sol de cariño: Como de 45 años da la clase de inglés, por tener un buen trasero muchos profes la alburean y le dicen que atrás se carga un solezote (osea un culote).

Las tres profesoras se quedaron de ver frente a un estacionamiento, para irse caminando para donde saldría la marcha. Después de un tiempo encerradas por pandemia volvieron a reunirse y las 3 se saludaron con emotivo abrazo de amistad y a la vez de complicidad.

Las tres usando cubrebocas y llevando su gel antibacterial en sus bolsas. Chayo con unos jeans blancotes de mezclilla delgada que moldeaban bien ese traserote, una blusa negra y tacones negros que ella posee, debajo un coordinado de tanga y bra rojos de encajes, la profa Luz con un pantalón de vestir tipo sastre verde limón, blusa blanca y tacones negros, con un coordinado de ropa interior gris plateada, por último, la profa Sol con unos mayones crema de encaje, blusa igual cremita de botones, zapatillas blancas de tacón de aguja y abajo ropa interior color moradita.

Las tres caminaban felices platicando de todo después de no tener la oportunidad de reunirse presencialmente, pero esas nalguisimas no podían pasar desapercibidas de los señores que por fortuna caminaban por donde ellas iban, y empezaban con esas miradas llenas de deseo y lujuria centrándose en el movimiento de esas nalgas de las 3 señoras (pues no saben que son profesoras), como culpar a las 3 damas si ese movimiento de nalgas son involuntarios al dar los pasos mientras avanzan por las banquetas de aquella ciudad.

Mientras caminan las profesoras, los inocentes señores con sus puestos ambulantes escuchan el sonido de los tacones de sus zapatillas con tacón de aguja. Voltean a ver y ven como se acercan caminando y empiezan a ponerse nerviosos, mientras ven como esas chichotas se van moviendo rítmicamente al caminar de las hembras, pasan frente a ellos, frente a sus puestos sencillos de ambulantaje.

Cuando se alejan los dueños de esos puestos no saben si voltear para ver el contoneo de esos culotes o hacerse los inocentes ante la sociedad y dejar de mirar como persona decente, la mayoría de ellos son rebasados por la lujuria y el placer y voltean a ver algunos discretamente y otros más descaradamente, y ¡vaya sorpresa!, sus ojos pueden ver como esos culisimos se marcan perfectamente con la ropa ajustada que las profesoras llevan, los señores por un momento se alejan del mundo en el que viven, se olvidan que tienen que vender sus productos para sobrevivir.

Se olvidan de la pandemia y de la crisis económica, en ese instante, en esos segundos que las ven alejarse centran su mirada en la forma de esos tres culotes, otros mas expertos les da tiempo para centrar su mirada en esas rayotas que dividen ambas nalgas, esa raya vertical que es el canalito donde muchos quisieran perderse, otros se van más por la transparencia, de tratar de localizar el contorno del resorte de los calzoncitos que llevan y que se remarcan bajo la ropa (¿tú qué clase de mirón eres?), los mas morbosos al mirar se imaginan cogiéndolas, penetrándolas, hacerlas gemir con esas vergotas que tienen entre las piernas), los fetichistas se centran en los tacones de aguja de las doñas, se imaginan tenerlas abiertas de piernotas y con esos tacones agitarlas a su placer, otros se imaginan si el color del cubrebocas hace juego con el color de sus calzoncitos, otros se imaginan el cabello de ellas siendo sujetado por las manos cañosas de ellos mientras las cabalgan. (¿Qué fetichismo eres tú?), pero desgraciadamente eso dura segundos y regresan a su realidad a seguir vendiendo sus productos en este tiempo de pandemia.

Las profesoras llegan a donde saldrá la marcha para hacer sus protestas ante los poderosos, se reúnen con profesores y directores que las ven llegar y luego tratan de ser amables con ellas. Sobre todo, los dirigentes de esos movimientos que al sentirse poderosos tratan de apantallar a esas tres profesoras casadas y madres de familia también.

Profesor Arturo: Buen día profesoras que bueno que vinieron a la marcha, miren anótense aquí para que las tomemos en cuenta, si gustan les prestó lapicero no se preocupen. (Pinches putotas que bueno que vinieron para alegrar la marcha).

Líder sindical 1: Profesoras participativas como ustedes necesitamos, mi admiración y mi respeto por asistir a este movimiento. (Hay mendigas culonas, yo quiero, pero cogerlas pinchas nalgudas).

Sublíder sindical: Miren profas ya empezara la marcha vayan acomodándose en la fila. (Hay cabronas miren nomas se les traslucen esos pinches calzoncitos de pirujas).

La marcha comienza, las profas ahí juntas las tres, mientras los líderes sindicales sacándoles platica y presumiendo de su poderío que tienen para hacer esos movimientos de marcha. Las profas con esa experiencia de cogesoras que tienen sabían muy bien las intenciones de esos líderes sindicales chaparros, canosos y gordos, pero en sus mentes pasaba (estos cabrones quieren cogernos y a nosotras no nos caería mal una buena ensartada, asi que sigámosle el juego).

Por lo que, al acabar la marcha, los condenados lideres las invitaron a comer (jajajaja que buen pretexto), las tres nos miramos y dijimos claro vamos. Nos fuimos a comer, nos invitaron unas cervecitas, según para el calor (y estaba nublado jaja).

Ya con unas cervecitas encima, nos abrazaban poco a poco y rozaban con sus manos nuestras tetotas, y pues después de mas tragos ya nos estábamos besuqueando las tres con esos tres líderes, uno de ellos nos mencionó que, si los acompañábamos a un motel, nos reímos, pero al fin al cabo aceptamos.

Caminábamos por la banqueta ahora éramos las mismas 3 mujeres, pero otros 3 hombres que se veían mas bajos que nosotras, pues nuestras zapatillas nos hacían ver más altas, las tres (Chayo, Luz y sol) sabían que iba a pasar en ese lugar a donde iban y ninguna hacia nada para evitarlo, al entrar a la habitación esos 3 cachondos señores se abalanzan con cada una de ellas.

El líder sindical uno, agarró a la chaparrita de Luz, la tiro en la cama la besaba mientras sus asperas manos exploraban todo su cuerpo, mientras él se desvestí al igual que las otras dos profas y los otros dos líderes sindicales, estábamos ahí las 3 profas desnudas con nuestras vaginas a disposición de los 3 lideres sindicales, lo primero que nos pidieron esos morbosos fue que les diéramos unas buenas mamadotas a sus vergas gordas y canosas, asi que como buenas profesoras nos hincamos y empezamos con las mamadas en sus vergas, mientras ellos parados y nosotras incadas todos gozábamos de tan rico placer.

Después los cabrones nos hicieron que le spusieramos los condones con la boca, esos condones quedaban apretaditos por lo gordo de sus penezotes, nos abrieron de piernas y nuestras zapatillas de tacón de aguja quedaban a la altura de los hombros de esos panzones mientras ellos empezaban a moverse y acribillar nuestras papayotas, los veíamos a sus ojos morbosos, mientras ellos sudando no bajaban el ritmo, al contrario intensificaban sus bombeadas a nuestras cálidas panochotas peludas, mientras sudaban, nosotras gemíamos y esa combinación de gemidos y gritos de placer inundaba la habitación del numero 14 de ese motel de paso.

De pronto se aferraban a nuestras piernas, señal que estaban por deslecharse y asi lo hicieron cayendo encima de nosotras sin fuerzas y agotados, después de haber llenado el condón de su leche caliente y espesa, nosotras los abrazábamos para que descansaran un rato y asi se repusieron, nos vestimos y salimos del motel como si nada hubiera pasado.

Regresamos a casa ya en la tarde, felices y con nuestro cubrebocas cuidándonos por la pandemia, para volver a retomar nuestro papel de esposa y madres de familia ejemplares. Pueden enviar sus comentarios a el correo arriba mencionado por si quieren estar en comunicación con nosotras o si quieren que alguna de las 3 le mande a su correo más detalladamente como nos cogieron esos líderes sindicales. SALUDOS A TODOS.