La desconozco totalmente. En un submundo de puticlub brutal
Al entrar, un negro rapado y corpulento embutido en un traje dos tallas menor a la suya me saludo serio e indiferente. Estaba sentado en un taburete medio engullido por su enorme trasero. Tenía cara de pocos amigos, el Tyson a su lado me hubiese parecido mi Ángel de la guarda.
Al traspasar el portón de acceso a la sala, la música salió a recibirme gritona y eufórica, sobrepasada de graves pero alegre, salsera y caliente. Inevitablemente sentí la conexión inmediata con el ambiente, el local estaba petado de fulanas, había más de cincuenta putas en aquel lupanar.
Pude ver tres zonas de barra, pero me dirigí a la más alejada y esquinada, buscando la forma más discreta de tener el control de la sala con un buen campo de visión.
Al pasar, las chicas debieron de darse cuenta de que era nuevo por estos lares, así que me dijeron de todo para llamar mi atención, a cual más vulgar y grosera, chistaban y vociferaban sentadas desde sus pequeños tronos en hilera, todos pegaditos a la pared como piojos en costura.
La mayoría “vestían” con tanga y top, otras iban con brillantes y ceñidos vestidos de licra, y las mas putas de todas, con ligueros medias de costura y corpiño, con las bragas abiertas por donde asomaba la rajita.
El camarero que era sin duda un garrulo lugareño iba vestido de media etiqueta, con chaleco negro, pajarita y camisa blanca.
Se me acerco amablemente gesticulando como el que interpreta un guion; y me pregunto qué es lo que deseaba beber. Yo le pedí un Barceló con Coca-Cola y sin perder el tiempo, cogió un posavasos apoyo la copa encima y rápidamente la peto de hielo. Volcó la botella de ron desde lo alto, exhibiendo un chorro generoso y continuo el cual interrumpió a la orden, cuando levante mi mano.
Termino de rellenar el vaso vaciando el botellín de coca cola en su interior con movimientos circulares y precisos que remato con una cucharilla mezcladora que introdujo dando tres golpes secos y certeros en la base. Me cobro en el acto. Sin charlas. Sin esperas. Sin miradas, volviendo de inmediato al centro de la barra. Tedioso y seguro como un soldado en su puesto de guardia. Volviendo a la zona donde nunca ocurre nada y sobre todo guardando la distancia y discreción del “yo a usted no le conozco de nada”
Cuando fui a coger la copa note una mano que me acariciaba el pantalón a la altura del pene, me di la vuelta y era una prostituta negra, me miraba fijamente, con una mueca que debía ser una sonrisa, su presencia repentina fue como una aparición y me coarto la posibilidad de poder observar tranquilamente desde mi escogido rincón y disfrutar de mi copa y mientras contemplar los rituales y movimientos de las putas en acción para dar caza a los parvos e inocentes puteros.
Mira que nunca me han atraído las negras, pero el caso es que tenia las tetas como melones, se podían distinguir por la camiseta que no llevaba sujetador y se le transparentaban dos pezones tipo galleta maría, y menudo culo, ni la Valeria Marini. Así que me empecé a animar, pero antes de comprometerme a nada o decirle simplemente que se fuese, preferí un poco de conversación para conocer mejor el percal y evitar que mis instintos primarios tomasen el control de mi cerebro.
Hola ¿Cómo te llamas?
-Daysi ¿y tu buapu?
Yo me llamo Pedro
– ¿Viene mucho aquí Pero? – hablaba a saltos de metralleta, como los indios, y al decir mal mi nombre le quise corregir —
No…Pero no…Peee droo
Ella – Pee rro?
Yo – Bueno déjalo, es igual…
¿A ti que te gusta hacer? (Pregunte)
– tudo,buapu.
Ya pero…. ¿que es todo para ti?
-¡tudo!….- follá, – chupa bien.
– ¿Qué-e-lo-que-tú-querre? Pregunto con su ametralladora
Bueno… yo lo que quiero es lo normal… “me hice el listillo” – ya sabes… por culo, por coño, entre las tetas y por la boca. Y a ser posible terminando en catarata.
Se lo expuse serio y con toda la naturalidad y serenidad. Como el que pide: tres cañas, una de aceitunas, un platito pá echar los titos y el servilletero.- ¡Oído barra!
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“Entiendo que decirle a una prostituta que le quieres partir el culo en dos o correrte en su cara le puede resultar algo grosero, aun siendo puta. Incluso se lo podría tomar a mal y buscar follón”
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-¿¿¿QUE CATARRATA??? – Me dijo con mirada asesina, entre sorprendida y escandalizada, repasándome de arriba abajo.
Yo; con la misma naturalidad que antes, le respondí muy tranquilo – Si bueno correrme en la cara o en las tetas…lo que más te guste… – Me esperaba la escandalera, pero cambiando el tono, tan solo me dijo: -Tu luco…..¡Vamo!
– Yo: – Eso significa que… ¿te parece bien?
– Ella: – ¡Vamo!
– Contestaba de forma automática, sin escuchar, sin mirar, sin ningún gesto…un robot…
Mientras, miraba hacia la sala en señal de no querer seguir la conversación con migo, y estirando su mano hacia mi bragueta comenzó a manosearme otra vez. No sabía que decir, el caso es que la negra me estaba poniendo cardiaco, así que agarrándole por la cintura la atraje hacia mí para sobarla un poco y otra vez me espeto….¡vamo! Todo el rato decía lo mismo, parecía un disco rayado.
Me excitaba el saber hasta dónde sería capaz de sacrificarse la negra por 50€, pero también de alguna manera estaba dispuesto a llegar hasta el final si de verdad me lo ponía fácil, así que volví a preguntarle de manera explícita e inequívoca -¿Cuánto cobras por darte por culo? – Y ella: Ya- te–di-je… 50 erro- tudo buapuu!!! – Ahora ella me veía en sus manos,ya empezaba a oler la sangre, sabía que estaba cachondo e interesado y en un tono de voz casi susurrante, acercándose a mi cara, me volvió a decir… vaaamooo buapuu, intentaba ser sensual y provocativa aunque no le salía.
Era imposible tratar de dejar claro nada, era totalmente evasiva y no escuchaba, pero un último repaso visual me puso el trabuco a punto de dispararse…¡que cuerpo tenia la muy hija de puta! – Tetazas grandes y llenas, pesadas y algo caídas agotadas por la fuerza de la gravedad, tenía la piel brillante y limpia, y un culo que se la ponía tiesa a un muerto.
Ya no podía mas e hice la locura, la tome de la mano y le pedí que fuésemos a la habitación.
Atravesamos la sala mientras el resto de cotorras cuchicheaban y reían. Una gorda que estaba al lado de la máquina de tabaco se presino a mi paso dando a entender que mi elección había sido la peor, y luego se carcajeo mirando a un corrillo de gallinas viejas y aburridas que le respondieron al unísono con carcajadas y gestos burlones.
Llegamos a una especie de recepción donde había un tipo jorobado y de piel cetrina, con aspecto huraño, de unos 70 años, pelo grasiento, con un traje negro con brillos y desgastado.
La chica me pidió cinco euros — para las sabanas me dijo — y el tipo nos entrego la llave de la habitación y una sabana de papel con un preservativo todo envuelto dentro de una funda de plástico.
Llegamos a la habitación y estaba ocupada, así que tuvimos que esperar de pie en el pasillo mudos, la negra no hablaba, ni siquiera me miraba, tan solo quería sus 50€.
En unos minutos se abrió la puerta y apareció una latina que parecía salida de la portada de un Interviú, en ese mismo instante comprendí mi error al haber entrado con la primera zorra que se me cruzó.
Salía acompañada de un viejo aldeano con pantalón de pana y una camisa de cuadros, el hombre estaba pálido y un poco desubicado, sin apenas energía, ella tenía prisa, se le veía pizpireta y superficial, enfilo el pasillo en dirección al salón con paso alegre, tenía mucha prisa por recuperar el tiempo perdido. El viejo refunfuñaba, iba sin fuerzas, sin ganas, sin dinero y se fue quedando atrás como un trasto roto inservible, olvidado.
Al entrar en la habitación, olía como a perro mojado, cerró la puerta y me señalo un bidet que había al lado de la cama, junto a él, una papelera llena de papel usado y preservativos rezumando semen y al otro lado un rollo de papel que alguien había dejado descuidadamente en el suelo medio deshecho y mojado.
Mientras me quitaba los zapatos y pantalones, ella se sentó en el bidet, pero antes puso papel en la base para evitar el contacto directo con la loza mojada, se lavo salpicándose agua en el coño con la mano tres o cuatro veces y ya.
Yo me senté e hice lo mismo, puse papel alrededor, pero me jabone la polla y luego me la aclare. La negra me la seco con papel higiénico que había liado en su mano. Mientras me secaba me hacia una inspección del prepucio como un científico loco analizando algo nuevo y desconocido.
Me puse de pie con la intención de que me la empezase a mamar
Pero ella me señalo la cama…curioso…se había quedado muda desde que me pidió el dinero para la sabana, ya solo se dirigía a mi mediante gestos.
Dócil y entregado me recosté en el camastro, eso sí, con mis calcetines puestos para no pillar hongos y la camiseta también por si acaso.
La tía se coloco encima de mí en la postura del 69, el culo tocaba mi barbilla y se lio a chupármela.
Huyyy que bien lo hacía, se la tragaba toda, lo notaba y veía el movimiento de su cabeza como engullía mi pepino, aaahhhh y su lengua se movía en mi prepucio, escuchaba los chasquidos de su boca glotona y jadeaba excitada sin duda por el morbo que le producía comerse una polla blanquita como la mía.
Ella arrimo su culo un poco más, hasta ponerlo al alcance de mi lengua, pensé que la faena lo merecía, así que quise recompensar su buen hacer aleteando mi lengua alrededor de su ano y luego baje hacia su coño que abrí con los dedos para continuar el trabajito con la mano.
Al abrirlo lo observe y me resulto demasiado rojo, parecía una brecha, una herida abierta en carne viva, y lo que me termino de rematar fue el olor pestilente, así que lo cerré y empuje el culo hacia adelante hasta mi pecho para poder tomar aire fresco.
Al apartar su culo de mi cara pude retomar el contacto visual de su coronilla. Pero había algo que no me cuadraba…¿¿como podía ser que alguien que ni te mira, ni te habla, se entregue con tanto arrojo como una autentica felatriz??
Seguí observando su coronilla y me di cuenta de que había un problema de simetría…es decir…trazando una línea imaginaria entre mi nariz y mi polla, su coronilla estaría desplazada unos dos centímetros… ¿?
Mientras ella seguía chupando concentrada, yo estire el cuello a la izquierda hasta cambiar mi ángulo de visión, y que sorpresa ¡La muy cerda hacia resbalar mi polla por su carrillo embabado, a la vez que simulaba los ruiditos propios de una chupapollas viciosa! ¡No era más que una engañifa de malaputa!
La guarra no me la había chupado en ningún momento, y yo pensando que le gustaban las pollas blanquitas, que ridículo… pero me calle la boca, no le dije nada y le propuse que falláramos, no quería ponerla en sobre aviso mientras urdía mi venganza.
Creo que intuía algo, sabía que no estaba muy contento y apuraba sus pullitas de mal hacer buscando lio y así dar por terminada la sesión.
Me puso el condón sin miramientos y lo deslió con las uñas clavándomelas adrede hasta que me desgarro el escroto. Pegué un alarido, y me dijo indolente y apática, sin ni siquiera mostrar ni un mínimo gesto de empatía – tu luco… sin quitar su mirada de mi aparato. Pero yo aguante sin que fuéramos a mayores, solo quería dármela por culo sin piedad y eso me mantenía sereno.
Antes de que me amputase el miembro decidí no seguir expuesto a tal peligro, así que termine yo mismo de ponerme el preservativo y entonces le ordene ponerse a cuatro patas para darle por el culo tal y como habíamos pactado.
Me puse tras ella y antes de apuntársela en el agujerito chico, primero la engrase un poco en el coño (que por cierto, olía como un gato muerto) y cuando se la fui a hincar por el culo, pego un salto como un canguro y me grito ¡¡¡¡MARRICÓN!!!! – TU MITE EN CHOCHO, SI TU QUERRE CULO, TU MARRICÓN, TU NO MUJÉE ,TU FOLLÁ CON MARRICÓN.Me lo decía con un tono y un griterío que me sonaba a góspel.
-Que bronca chico, que mala hostia tenía la zorra de la negra.
-Y mi polla malherida y cabizbaja.
-Pero no estaba dispuesto a que se fuera de rositas la hija puta, así que le indique que me la menease para ponerla tiesa de nuevo.
La desagradable y cabrona se limito a movérmela cogiéndomela con la punta de la sábana, con el más absoluto desprecio y sin ninguna consideración, como si tuviera la gonorrea. Yo me centre en sus enormes tetas que sobe como un presidiario, le pellizcaba los pezones y no protestaba, solo ponía mala cara, al tiempo le metí los dedos en el gato muerto, y la guarra chorreaba , la volví a poner a cuatro patas, y le metí la polla a lo bestia, viole su coño como un salvaje, luego sin que me pudiese ver y sin detener el ritmo, deslice suavemente un lapo unido por un hilo largo de saliva que corte con los labios en la entrada justo del agujero de su culo, momento en el que aproveché para sacarla del coño y endiñársela por el ano sin preguntar.
La negra intuyo mi jugada y cerro el ojete apretando su esfínter con todas sus fuerzas, mi polla se estrello en la entrada y se doblo como una pértiga, el dolor fue espantoso y encima otra retahíla de la negra diciéndome que era maricón por querérsela endiñar por el culo, que el culo era solo para cagar, que estaba luco, que terminase ya, que no había más tiempo, etc, etc.
Yo quería terminar, quería…necesitaba correrme y le ofrecí 50 euros más pero a cambio de dejarme terminar dándole por el culo.
Me entro una especie de necesidad de doblegarla, me corroía la vanidad mancillada, quería atravesarla sin piedad, verla humillada.
Parece que los cincuenta eurazos le hicieron recapacitar y se volvió a poner en posición, se quedo muy quieta y resignada aunque de mala gana, me soltó otro… ¡TU LUCO!… y yo empecé a meter la cabezuela con esfuerzo y dificultad.
Ella seguía apretando los músculos de su ano, lo cerraba con todas sus fuerzas, era una lucha por entrar agotadora y cuando note que empezaba a ceder, bajo el culo de golpe y el rabo se soltó, se puso otra vez en posición y ofrecida, como dando a entender su buena predisposición, como si fuese una reacción incontrolada producida por el dolor y no me la hubiese sacado adrede, y yo tonto, lo volví a intentar aunque muy cabreado, pero mi polla ya no respondía igual, con esta segunda recaída había perdido tensión y firmeza, y la marrana de la negra para terminar de rematar me dijo:
– Tu ha bibido – ¡ahora me estaba llamando borracho! Daba a entender que el problema era mío, que no podía tenerla tiesa porque estaba borracho.
Toda su intención era desanimar, que te fuese imposible poderla penetrar, buscaba un gatillazo para dar por terminada la función y cobrar.
Totalmente indignado me arranque el condón y lo tire contra el suelo de forma violenta y me vestí dándome por vencido y sin mirar a la malaputa , le di 50€ que tire encima de la cama, y la negra con toda su jeta me dijo que faltaban otros 50, le hice el mismo caso que si ladrase un can, termine de vestirme y salí de la habitación ignorándola por completo, bajé las escaleras y atravesé el portón de la entrada.
El sr Tyson estaba hablando con alguien por el celular y sin despegarlo de la oreja alzo una mano en señal de stop mientras terminaba de escuchar lo que le decían al otro lado.
El matón me indico que esperase que la chica quería darme algo, me temí lo peor, seguro que me iba a montar un escándalo por lo de los 50€ y que acabaría todo en una paliza del portero asesino, pero Daysi bajo muy sonriente y con mi cartera de la mano, la cual me entrego indicándome que se me había olvidado en la habitación, yo la cogí y le di las gracias, sin comprobar nada me di la vuelta y Salí sin mirar atrás, note una extraña tensión que termino en un escalofrió interminable justo cuando abrí la puerta de mi coche y me sentí a salvo.
Arranque y Salí a toda prisa del club del infierno, no quería pensar en nada, quería olvidar lo sucedido, tanta humillación gratuita, pero recordé que en la cartera llevaba 300€, la abrí y tan solo quedaban 45, la humillación no había sido precisamente gratuita.
Pasaron algunas semanas y aunque quería olvidarme de lo sucedido la cara de la negra me perseguía. Con esa sonrisa maliciosa, entregándome mi cartera profanada y aprovechando mi inferioridad de condiciones delante de aquel rudo “puertas” asesino.
No podía soportar su abuso tan deshonesto. Alguien debería darle un escarmiento, así que acudí a mi amigo Anselmo, que siempre me ha dicho que si tengo un problema con alguien, conoce gente que por 100€ mataría a su madre.
Se lo explique y le entregue 150€ con el encargo de darle un “toque” a la negra por ladrona.
Y volví al Club. Simplemente quería ver cara a cara a Daysi, su comportamiento tras el “aviso”, seguro que no le haría gracia volverme a ver por allí.
Me sorprendió no ver a Tyson en la entrada, ahora había un tipo con rasgos del este, corpulento y frio.
Cruce la puerta y salió a recibirme una música perrera.
Una hilera de chicas muy jóvenes esperaban cerca de la barra, ya no había sillas donde sentarse y las viejas gruyas habían desaparecido.
Me acerque a la barra y por fin alguien conocido, el barman seguía en su puesto, se acerco y me dispenso su ceremonial de como se pone un cubata elegantemente, pero en su línea de “yo no te conozco de nada”
Se me acerco una latina que me dijo que se llamaba Fernanda y que era colombiana. Recordé que era la chica que salió de la habitación con aquel viejo pezuño. Que suerte, pensé…esta sí que merece la pena.
Morena, buen culo, buenas tetas, guapa, limpia, y olía como una flor.
Tas un poco de conversación eroticofestiva le pregunte por Daisy, se quedo mirándome con un gesto extraño y me pregunto
– ¿una chica negra?
– Si esa…
– Ya no trabaja aquí
– ¿No? (haciéndome el sorprendido)
– Un cliente la golpeo. Se la llevo una ambulancia, no sabemos si está viva o muerta. La pego fuerte, muy fuerte en la cara. Fue un puñetazo, uno solo pero con tanta fuerza que la rompió la mandíbula y cayó desplomada e inconsciente.
– El tipo salió del local y el portero trato de detenerlo pero saco un arma y le disparo en la cabeza y lo dejo seco.
– Así las gastan en estos sitios (abriendo mucho los ojos y apretando la mandíbula, con ganas de cambiar de conversación)
– Bueno.. ¿y tú a que has venido hoy papito?
– ¿quieres pasar un buen rato mi amor?
– Pues claro Madame! ¡Vamo! Jajajaja
Mientras subíamos, pregunte a Fernanda: ¿a ti te gusta por el culo?
Mira nené a mi nadie le busca la mierda. No me hizo gracia ni el tono ni la respuesta, así que le dije:
– perdona Fernanda pero creo que tu y yo o nos vamos a entender así que prefiero no hacer nada.
¿Entonces que? Me dijo Fernanda para ver si afianzaba mi decisión
– De momento prefiero estar solo, si acaso, te llamo más tarde, voy a tomar mi copa tranquilo.
Mi respuesta no debió de gustarle, se dio la vuelta y sin decir nada se fue haciéndose la ofendida, erguida, con la cabeza bien alta y un poco desafiante.
Di mi primer sorbo a mi copa mientras pensaba que Daisy en el fondo se lo había buscado, ser tan mala puta es lo que trae. De alguna forma me reconforto pensar que alguien le dio su merecido y que sus actos hacia mi habían sido vengados.
Pensé que a cada cerdo le llega su San Martin y cosas por el estilo, seguí sorbiendo mi copa, esta vez el grajo con pajarita se había pasado con el chorro de Ron, y rápidamente empecé a sentir sus efectos, lo cual me dio un subidon de euforia y buen humor que intensifico la intensidad de mi conversación interior.
¡Que se joda por ladrona y puta! Pensaba mientras me reía en mi interior, reforzando así el sentido de justicia de lo sucedido.
Me sentía tan bien. Ni en mis mejores pronósticos hubiera pensado en tal desenlace. – Ponme otra Serafín! Le grite al camarero sin respeto alguno. Me sentía un todo poderoso Rey del mundo.
El tipo se acerco como si nada y me sirvió haciendo su ritual, sin inmutarse.
En esta ocasión deje que sirviera el Ron sin frenarle y el chorro no paró hasta cubrir más de la mitad del vaso.
Me lo tome de prisa, quería contar como me sentía de bien a mi amigo Anselmo y echar unas risas juntos.
Pedí la cuenta, y el camarero diabólico me acerco un platito plateado que me dejo frente a mí.
No entendía nada… cuando por primera vez me miro a los ojos y me dijo en voz baja y en tono muy discreto:
Caballero, el ultimo día que estuvo por aquí me dio un billete de doscientos y mientras lo fui a comprobar usted subió con una señorita, y ya no recogió la vuelta. Le devuelvo 170€ pues le he cobrado las tres copas consumidas.
– ¿Todo bien?
Recogí el dinero si hacer ningún comentario y salí todo lo rápido que pude del club. Y otra vez mi conversación interna. No podía parar de reír, la mala zorra había muerto por nada, sin cobrarse la enculada. (Jajajajajaja)
Al pasar junto al portero me dio el alto
Tenía la mano extendida hacia mí y alguien le hablaba por el pinganillo.
Escuche pasos tras de mí, otro portero vestido de negro venia a toda prisa y al llegar a mi me dijo,
¡NO HA PAGADO EL SERVICIO SEÑORR!
-¿quee?
Detrás venia Fernanda con los brazos cruzados tocándose los hombros. La cabeza baja y llorando a lagrima viva, algunas putas asomaban tras las puertas y ventanas con mirada sentenciadora.
– PERO QUE COCHINO ES USTED, LE FUEZA POR EL CULO SE LE CORRE EN LA VOCA Y SE VA SIN PAGARRR.
Tras estas palabras y antes de que yo me pudiese defender de tal injusticia, el tipo me propino un puñetazo en todo el rostro que me dejo K.O
Amanecí en un Hospital custodiado por dos policías y acusado de violar a una prostituta en un burdel.
El día del juicio llame como testigo al barman, el había visto claramente que no había llegado a subir con Fernanda, no hubo tiempo material.
Cuando el juez le hizo la primera pregunta…
¿Conoce o ha visto alguna vez al acusado?
El tipo respondió:
– Si lo he visto la noche del 13, me pidió una copa y subió con la señorita Fernanda, a la hora volvió y me pidió otra copa que se tomo en segundos…Se veía que tenía mucha prisa por irse.
– Por lo demás…
– Yo a ese tipo no le conozco de nada…
Ahora desde mi pequeña celda en Soto del Real les he querido contar mi historia para que tengan cuidado si frecuentan esos lugares y no les suceda como a mí, que todavía no comprendo esta injusticia hacia un hombre trabajador y decente, mientras la puta disfruta de una indemnización de 90.000€ y se estará riendo de mi.
¿SE DAN CUENTA LO INJUSTA QUE PUEDE SER LA VIDA?