Me calienta imaginar que viejos me follan
Hola mi nombre es Priscila, soy de Colombia, soy alta, cuerpo muy bien trabajado, piernas largas, culo redondo, cintura de 10 y senos grandes, sin pasar a lo exagerado, me considero muy atractiva sin miedo a ser juzgada de surrealista o sobrevalorar mi físico para atraer más a mis relatos, solo digo la verdad. Ya voy escribiendo relatos un tiempo tratando de explicar el morbo que siento en el anonimato ya que, como trabajo como modelo, no quisiera ser identificada y quizás hasta ridiculizada por algún seguidor. Por fuera soy una top model normal, con cuentas de Instagram y Facebook compartiendo historias comunes, pero por esta página dejo a conocer mis más profundos morbos y pasiones sexuales. Desde que descubrí que puedo compartir eso con mucha gente me éxito mucho más y hasta a veces debo parar al escribir porque la calentura que siento es increíble mientras trato de describir las escenas más eróticas que dominan en mi mente… Para los que aún no leyeron algún relato mío puedo resumir mi morbo así: Me gusta calentar hombres raros, ancianos, vagabundos o parecidos, no me atraen ellos sino el saberme deseada e imaginar el contraste de mi belleza junto a un pobre diablo, adicionalmente a eso, tengo una gran sensibilidad en mis senos y puedo llegar al orgasmo solo estimulando mis pezones. Por eso cada vez que me imagino siendo tomada por alguno de esos tipejos me centro en que asaltan mis senos, los jalan, chupan, lengüetean, eso se siente tan bien que puedo gritar de placer. Lástima que todo queda en mi imaginación porque nunca me animé a estar con uno de ellos, cada historia mía tiene un lado verdadero y un lado inventado, en éste último es donde dejo volar toda mi imaginación y admito que en ciertos momentos estuve a punto de dejar de escribir ese mismo instante y correr a cumplir mis fantasías, nunca lo hice… Como lo explicaba, también existe el lado real de mis relatos y estos se inspiran en situaciones y personaje reales que me tocaron vivir, fui acosada, tocada, nunca pasó a lo terrible, en realidad siento que mi presencia intimida a muchos hombres, pero nunca faltan los osados que iban un poco más allá, como la vez que un tipo se masturbaba con mi hombro en el bus o la vez que sentí unos dedos rozando mis nalgas al pasar, los arrimones nunca faltan y por supuesto los abrazos de “amigos” donde me aplastaban los senos y hasta algunos se animaban a moverlos con su cuerpo. Sin embargo, los que en realidad inspiran mis relatos son aquellos que se centran en hombres maduros, ancianos, el clásico viejo verde, payasos, vagabundos, en fin… Poco a poco fui subiendo la temperatura mientras escribía para tratar de acercarme lo más que pueda a la realidad. Y de eso se trata este relato, esta vez contaré la verdad, todo lo que me va pasando en mi día a día, como una especie de confesionario…
Al principio el expandirme a escribir me hizo temblar, la emoción de recibir correos, comentarios, visitas, fue genial. Pero a medida que me iba acostumbrando quería más y más emociones.
Comenzó con algo simple; Para escribir mis realtos decidí vestirme muy provocativa para sentir más emoción, como ahora que estoy con un body de jaguar y botas negras dejando que el frio se encargue de besar mis piernas, no uso sujetador para tocarme de vez en cuando los pezones recordando el momento vivido tratando de ser lo mas detallista posible. Hoy contaré una anécdota que pasé mientras escribía, recalco que todo es real, espero no decepcionar a nadie…
Mientras escribía mi tercer relato ya en el momento más caliente, me cambié de ropa ya que había empezado escribiendo afuera de mi departamento y al llegar fui con todo, es que la imaginación y el morbo te pescan cuando menos te lo esperas… Llevaba una blusa blanca y una minifalda negra, imaginando las escenas, hacia pausas al escribir y recreaba las poses tal cual en el relato exponia mientras me miraba al espejo (((***Me agaché para pedirle el plato y de paso dejarle ver mi escote*** me tapaba la boca, él se dio cuenta y con una fuerza que yo no le calculaba, me agarro los brazos para que no pueda taparme la boca, tuve que morderme los labios, mientras sentía su respiración muy fuerte sobre mis tetas*** me arrodille en el piso, mis dos manos agarraban la cama de Venancio, encorve lo mas que pude la espalda dejando ver a lo largo de mi figura, levantaba el culo como cuando hacia ejercidos de glúteos, me acomodé el pelo al lado izquierdo del hombro, mis tetas colgaban***…))) y en un momento de excitación máxima abrí las cortinas de mi departamento que está ubicado en el 2do piso del edificio, afuera había poca gente que pasaba, algunos se percataron de que estaba ahí mostrando el escote, abrí la ventana y el viento me refrescaba, la gente solo pasaba y volví a mi sitio. Continué con el relato y otra vez la excitación al máximo, esta vez me desabroché los primeros botones de la blusa y luego me quité el sujetador, estaba con las tetas al aire, aprisionadas por los botones por debajo de mi cintura, la blusa me presionaba como si mis senos quisieran salirse, las cortinas ya estaban abiertas, solo faltaba acercarme, lo hice a cuclillas, solo mostré la cabeza, la gente estaba ahí, de todo tipo, pero me llamó la atención unos señores de terno hablando en la esquina, tan solo era pararme y mostrarlas… No me animaba, volví a mi sitio pero ya no podía escribir, quería volver a sentir la adrenalina, pensé un rato y se me ocurrió apagar la luz… En penumbras me acerqué de cuclillas nuevamente a la ventana, esta vez estiré más el cuello subí hasta que se vieran la mitad de mis senos, afuera la gente no se percataba, entonces sentí ese frio de la pared en mis tetas, tan rico, una sensación hasta entonces desconocida, por inercia empecé a moverme de arriba hacia abajo, vi a esos señores, los imaginé a ambos chupando mis tetas con desesperación, la pared se había calentado, me moví un poco para sentir el frio nuevamente y entonces solté un chillido, abrí bien los ojos como asustada, no sé cuántas, quizás unas 10 personas miraban y me quité rápidamente, tuve que esperar como media hora por la vergüenza para dejar que todos se vayan… Continué escribiendo y cuando había acabado era ya las 2 de la madrugada, solo faltaba revisar el relato para mandarlo pero decidí dejarlo para la mañana… Después de apagar mi laptop me acerqué lentamente a la ventana, la calle estaba vacía, al frente algunas luces prendidas, pero nadie se asomaba así que me dejé llevar nuevamente… Me arrodillé y me quité la blusa, esta vez por completo, luego el sujetador, acomodé los senos en la pared fría y los movía de arriba abajo, nuevamente la pared se calentaba y me moví un poco y otra vez, es que mi cuerpo estaba muy caliente, abrí la ventana para refrescarme, entonces me dí cuenta de que algo realmente frio era el vidrio, pero era demasiado… sentía unas ganas tremendas de hacerlo pero me dominaba, pensaba en las consecuencias de ser vista, mientras me seguía moviendo sobre la afortunada pared que parcia que se había calentado por excitación mas que por la fricción, imaginé nuevamente a los señores de terno, esta vez mi mente los formó tomándome cada uno de un brazo y obligándome a frotarme los senos contra la pared, puse mis brazos por la espalda y sentía como cada uno me tomaba de una muñeca y con la otra tomaban mis hombros para obligarme a masturbarme los senos, otra vez di un gemido, abrí los ojos, no había nadie, otra vez lo hice pero más fuerte, solo retumbo un poco en la calle vacía… que caliente que estaba, mi mente dibujo nuevamente a esos señores pero esta vez despeinados, sudorosos, con gestos como de rabia pero excitados, feos, obligándome a complacerles, imaginé que me levantaban y entonces choqué mis senos en el vidrio frio…. Uuuuuuuuyyyyy… saque la lengua jadeando, instintivamente encorvé la espalda sacando el culo como esperando a ser penetrada, en ese momento juro que no importaría quien, la edad, el físico, el tamaño, lo que sea, no importa, dejaría que me penetre y me lo haga como un perro, así de rápido… mientras mis senos rozaban el vidrio, mis pezones habían crecido, duros, adoloridos pero muy bien sometidos, cerré los ojos, y estuve ahí como 20 segundos, luego sin abrirlos me metí a mi departamento y en el piso me toque tan rápido que gritaba, al terminar recordé que la ventana estaba abierta, es más que seguro que algún vecino me oyó.
Después de ese momento ahora tengo una nueva fantasía… Me imagino ser una modelo que trabaja en un lavado para autos y cuando aparezca alguno de esos tipos feos, gordos y sudorientos, acerarme al parabrisas, mostrarle los senos, apoyarlos mientras él por el otro lado mueva la lengua, sin contacto directo, pero creo que es una fantasía más fácil de cumplir… ¿Estaré tan loca como para hacerlo?
En fin, si este corto relato tiene buena aceptación, iré subiendo historias “reales” que me fueron pasando y que me pasaran. Ante todos los lectores, este será mi confesionario, también seguiré escribiendo relatos como los anteriores y si tienen alguna idea de fantasía que pueda cumplirla, sin pasar a lo grotesco claro, me encantaría recibir sugerencias….