Una oportunidad para viciarme en ella

– ¿Qué haces esta noche?

Era un mensaje de mi amigo Marcos. Mi amigo Marcos se encontraba realizando un Erasmus en Toulouse, Francia, por lo que durante los últimos meses nuestra relación se estaba basando en echar unas partidas online por las noches.

-Nada, ¿a qué hora quieres jugar?

-De jugar nada, hoy SE SALE, que he venido a pasar el puente.

-Anda que vas a avisar mamonazo.

-Era para darte una sorpresa bobo :*. A qué hora quedamos?

-Te paso a recoger a las 9 cenamos y nos ponemos al día y después un poquito de discotequeo no?

-Perfe tío.

Me hacía mucha ilusión volver a ver a Marcos, seguro que tenía mil y una historias que contarme de su vida como Erasmus, de cuánto odia Francia y de cuánto ama a las francesas.

A las 9 me encontré con Marcos en su casa, lo vi salir con un jersey a rayas horizontales azul marino y blanco y no pude evitar reirme.

-¿Qué vas haciendo performance de francés así vestido o qué? Jajajaja

-Calla capullo. Je suis français mademoiselle, voulez-vous coucher avec moi ce soir?

-JAJAJAJA, ¿esa es tu técnica para ligar hoy no?

-Completamente, si en Francia me funciona ser español por qué no me va a funcionar ser francés.

-Pues porque tienes acento de español bobo, vamos a cenar anda.

Fuimos a nuestra taberna de confianza y me estuvo contando qué tal su vida por Toulouse. Al parecer estaba comiendo mucho queso, bebiendo mucho vino y a los franceses le huelen mucho los pies. O al menos a sus compañeros de piso.

-De verdad tío es horrible el tufo yo no lo entiendo

-Jajajaja habrá que oler los tuyos sinvergüenzas.

-Los míos impolutos. Yo creo que por eso triunfo tanto allí.

-¿Pero has ligado mucho allí o qué?

-Mira tío, tú sabes lo que es un francés no.

-Sí, claro.

-Pues a mí todas las semanas me la chupaba una distinta, en España no me pasa eso ni loco.

-Who you gonna call? Ghostbusters!! Se les ha escapado un fantasma por aquí.

-Que no capullo, te lo digo en serio, y tías que en España estarían fuera de mi liga. Después dirán de las españolas y de las latinas y no sé qué, pero las europeas van cachondas perdidas por ahí. Mira, con alguna he grabado hasta vídeos.

-No me los enseñes que no te quiero volver a ver la polla anda.

-Jajajaja, mira anda que es un pibón.

En la pantalla de su móvil se veía a una jovencita rubia guapísima, aunque sin duda lo que más destacaba en ella eran sus pechos, debía tener una 100 al menos. Marcos no paraba de foliársela y gemir hasta que se la sacó y acabó corriéndose en sus tetas.

-Cabrón la has dejado a medias.

-Nah tranquilo después le comí el coño, no puedo dejar mal a España hombre, que voy representando eso es como ser embajador de polvos.

-La verdad es que está buenísima.

-Se llama Juliette, tengo otro grabado chupándomela, con esta he repetido varias veces. Es muy guarra tío yo creo que si vienes conmigo y te la presento te folla a ti también te lo digo en serio.

– ¿Cuánto dices que costaba el vuelo a Toulouse?

-Jajajaja, pues a ver si es verdad y me haces una visita, perro, que si por ti fuera no nos vemos en todo el año.

– Si sabes que voy pelao’.

-En fin, ¿tiramos para el pub? Todavía es pronto para ir a la discoteca no va a haber nadie.

-Venga nos echamos unos dardos o algo.

En la calle hacía un frío terrible, por suerte la máquina de dardos del interior del pub estaba libre y empezamos una partida con un par de cervezas. Le di una buena paliza a Marcos, como siempre que jugábamos a los dardos, a lo que él alegó falta de práctica.

Cuando nos íbamos a sentar a tomar otra cerveza, vimos cómo llegaban dos jóvenes al billar de al lado. Una era morena, media melena, buenos pechos como una 90 y bastante alta, con los tacones al menos medía más de 1,80m y tenía un culo de infarto acentuado por la ceñida falda que llevaba. Su compañera era todo lo contrario, rubia y bajita, alrededor de 1,60 y con menos culo aunque pechos más grandes.

La morena cogió decidida un taco y se decidió a iniciar la partida, aunque una vez en posición no se le veía muy convencida. Eso si, desde nuestra posición el espectáculo de su culo era maravilloso.

-Tía Sonia, yo no estoy convencida de saber darle a esto, que no nos sabemos ni las reglas.

– ¿Necesitáis ayuda? – saltó Marcos a su rescate como un resorte. Las chicas ni sabían quién había hablado. – Hola soy Marcos

-Hola, yo soy Laura, encantada y ella es Sonia.

Nos dimos dos besos todos para saludarnos y decidimos que jugaríamos un 2v2 y así las enseñábamos de paso. Los equipos quedaron conformados de la siguiente manera: Laura y Marcos y Sonia y yo. Siempre hemos tenido la suerte de que a él le gustan más altas y a mi algo más bajitas, así que el reparto de Marcos estuvo claro desde el principio.

Con la excusa de enseñar a Laura a golpear, Marcos se puso detrás de ella y empezó a contarle una milonga de los ángulos y no se qué más mientras no paraba de refregarse en su culo. Al estar echada sobre la mesa, le pude ver mejor el escote a Laura y mi miembro empezó a despertar un poco.

-Ahora me vas a tener que enseñar a mi eh, que yo tampoco sé – me dijo Sonia guiñándome un ojo. Parece que esta noche nos lo íbamos a pasar bien.

Finalmente, Laura tiró y prácticamente no tocó ni el triángulo de bolas inicial, así que era el turno de Sofía. Me situé detrás suya como hizo Marcos.

-Mira si quieres intentar colar aquella azul que está cerca del agujero, tienes que hacer un movimiento suave – le indiqué mientras le hacía notar mi polla entre sus glúteos – y si prefieres tirar más a lo loco y romper el centro pues un golpe más seco – y le di un par de pollazos para que la sintiera bien.

-Mmm entiendo.

-Venga tira.

El tiro fue un fracaso absoluto también, pero al menos nos lo estábamos pasando muy bien. Marcos metió un par de bolas y yo también y llegó de nuevo el turno de las chicas. Volví a situarme pegado a Sonia.

-Sé cuál fue tu fallo en el tiro anterior, con la mano derecha tienes que agarrar fuerte el palo en todo momento.

-¿Así? – dijo agarrándome el paquete.

-Así, perfecto, y si quieres jugar al billar pues coges así también el palo y listo.

Me dio un último apretón en la polla y se dispuso a tirar. Consiguió meter una y el juego continuó con cerveza, risas y dobles sentidos por ambas partes. Finalmente Marcos consiguió meter todas las de su color y ganó la partida.

-Vamosss, siempre se me ha dado mejor meterlas que a ti

-Qué capullo eres jajaja.

Dicho esto, se agarró a Laura, la levantó por el culo y ella lo rodeó con sus piernas alrededor de la cintura. Ambos giraron y se besaron para celebrar la victoria.

-Ven aquí mi niño – me dijo Sonia-

-Te voy a consolar no estés triste – me dijo llevando mi cabeza entre sus pechos. Desde luego yo así triste no iba a estar. Aproveché de paso para rodearla con mis brazos y seguir metiéndole mano.

Marcos seguía morreándose con Laura y me dio un poco de corte interrumpirlos, pero era hora de irse para la discoteca.

-Bueno parejita, ¿seguimos en la disco no? Ya es hora de bailar un poco

-Eso que yo quiero perrear hasta el suelo – dijo Sonia apoyando su culo en mi paquete.

-Venga vamos

Los cuatro pusimos rumbo a la discoteca. Había muy buen ambiente, aunque no demasiado como para sentirse agobiado. Invitamos a las chicas a un par de cubatas y ellas nos deleitaron con buenos perreos. Yo no paraba de manosear a Sonia por todos lados y ella hacía lo mismo conmigo. Había una mujer rubia con un grupo de amigas que no paraba de mirarnos y de guiñarnos el ojo y se lo hice saber a Sonia. Al parecer era un poco posesiva porque tras decírselo me agarró la polla y me comió la boca para marcar territorio. Por mi perfecto, mientras esa noche mojara todo bien.

Un par de copas más tarde, le dije a Sonia que no aguantaba más y que quería follar. No era bueno tener tanto tiempo la sangre acumulada en una zona del cuerpo. Me dijo que no quería salir fuera que hacía frío y me llevó a un rincón con menos luz en la discoteca. Allí en medio me sacó la polla y empezó a pajearme. Estaba en la gloria por fin iba a descargar lo que llevaba toda la noche acumulando. Poco después y siguiendo la música hizo un perreo hasta el suelo y allí se quedó, empezando a engullir mis 18cm con maestría.

-Joder Sonia que bien la chupas

-Tge gusta eh – dijo y a continuación me hizo una garganta profunda.

*brrrrrr* empezó a vibrarle el móvil. Vaya momentito la verdad. Lo sacó de su bolso y se puso a hablar mientras continuaba la mamada.

-¿Quég? Uu GLUP GLUP. Hostias voy para allá.

-No paras ahora mujer que me queda poco.

-Me tengo que ir tío, que se ha puesto supermala Laura por lo visto.

-Qué dices si está con Marcos

-Qué no que le ha sentado mal la bebida o algo. Ya nos veremos vale y te compenso, apunta mi número.

-Pero si me queda nada, dos minutitos.

-Que no tío apunta, 68********.

-¿Me vas a dejar así de verdad?

Y se fue. Estaba en el rincón de la discoteca con la polla durísima y solo, pensé en terminarme la paja pero si me pillaba alguien a ver cómo lo explicaba. Finalmente me la guardé y decidí buscar al capullo de Marcos para ver qué había pasado. La verdad es que se me había jodido la noche, pero bueno, no siempre se triunfa.

Finalmente encontré a Marcos junto a la barra.

-¿Tío, que coño ha pasado? me estaba follando a Sonia y se ha ido.

-Laura no aguanta nada tío, si no ha bebido nada y se ha puesto malísima, he salido con ella ha potado y todo pero dice que se piraba. En fin ¿nos vamos?

-Voy al baño mientras te terminas la copa y nos piramos – llevaba toda la noche sin descargar y no iba a aguantar todo el camino de vuelta.

Conseguí llegar hasta el baño. Por el caminó pasé junto a la rubia que me estuvo haciendo gestos antes y le toqué el culo en un último intento de arreglar la noche, pero me ignoró y continué mi camino.

Nada más entrar al baño lo primero que me encontré fue con un chaval metiéndose una raya. No es la primera vez que me veía esto en el baño de una discoteca, pero siempre me deja impactado. Lo ignoré como si no hubiese pasado nada y empujé la puerta del primer lavabo para meterme dentro.

Para mi sorpresa no estaba vacío, había una chavala bastante joven, debía tener 18 o 19 años en estado de semiinconsciencia sentada en el váter. Su piel era morena, iba maquillada y tenía labios gruesos con los que debía hacer mamadas espectaculares. Se podían observar restos de semen en sus pómulos, probablemente la persona con la que había tenido sexo había intentado limpiarla. Sus tetas eran pequeñas, coronadas por dos pezones puntiagudos deseosos de atención y con un lunar entre ambas que me resultó muy erótico. Iba totalmente desvestida, con un top rosa a la altura del ombligo que dejaba sus pechos al aire y en el que se podía leer la frase “One more chance”. Desde luego me lo tomé como un mensaje para mí, era una nueva oportunidad de conseguir vaciarme los huevos esta noche que pintaba tan mal.

De cintura para abajo no llevaba nada y a su lado había un tanga rojo roto y un pantalón vaquero corto. Iba completamente depilada, y tenía la vagina ligeramente abierta y rosada, en contraste a sus labios menores marrones que apenas sobresalían.

Primero intenté ver si reaccionaba y le di un par de bofetadas, pero solo conseguí un ligero movimiento de cabeza y un “aaaa”. No quise perder tiempo y me saqué la polla totalmente erecta del pantalón. Me comencé a masturbar ligeramente y abundante líquido preseminal empezó a correr por mi polla, estaba muy cachondo.

Acerqué la polla a ella y continué masturbándome poniéndole el capullo en los labios. Al mismo tiempo iba empujando ligeramente con movimientos de cadera para ver si la incitaba a abrir la boca. Finalmente, sus gruesos labios se separaron ligeramente y aproveché para meter la mitad de la polla.

El calor del interior de su boca, sumado a la humedad de su lengua en contacto con mi capullo me arrancaron un gemido. Le agarré la cabeza para poder empezar a follarla ligeramente, no quería meterla entera por si la ahogaba en el estado en que se encontraba, aunque cada vez me costaba más controlar mis impulsos de enterrarla entera.

No dejaba de ser una mamada un poco rara, ya que no había ningún tipo de succión y aprovechando que su coñito estaba al aire, decidí cambiar el plan. Terminé de bajarme los pantalones y en un rápido movimiento la levanté, me senté en el retrete y la senté sobre mis piernas. Sentí su coñito húmedo en mi muslo izquierdo, probablemente de la follada anterior.

Teniéndola en esta posición pude notar que tenía unos glúteos de acero, me encantaría follarle el culo pelo lo tenía muy cerrado, quizás era hasta virgen de ese agujerito y no tenía tanto tiempo para dilatar. Volví a levantarla ligeramente para acercarla a mi polla y comencé a empalarla por la vagina. La lubricación era excelente y el calor y humedad de su coñito dieron la bienvenida a mi polla por completo. Comencé a follarla levantándola agarrando su culo y follándola a puro golpe de cadera. Se debía escuchar en todo el baño los choques de mi cuerpo contra sus glúteos, pero tampoco era de extrañar que una pareja follase en el baño de una discoteca.

Aceleré el ritmo todo lo que pude con el único objetivo en mente de correrme. Siempre intento que mi pareja sexual tenga múltiples orgasmos al tener relaciones pero en esta ocasión carecía de sentido. Era un lobo devorando a una corderita.

-Aaaaa

Un tímido gemido por su parte me sorprendió en plena follada y bajé un poco el ritmo. Parece que la chica estaba recobrando un poco la consciencia.

-Aaa Car.. los

¿Carlos? ¿Quién cojones era Carlos? La verdad me la sudaba, su coñito estaba muy apretado y la experiencia estaba siendo increíble.

-Aaa qué … polla…

Me alegró saber que la chavala estaba disfrutando, aunque fuese en algún sueño, de la follada que le estaba brindando. Yo estaba ya a punto de llegar al climax, cogí su tanga roto, lo enrollé y se lo introduje en la boca. Me la iba a jugar a moverla y no quería que gritase si se despertaba.

Con la boca tapada con el tanga la puse de pie contra la pared y comencé a taladrarla desde atrás

-MMMMM

-Disfruta putita, disfruta

PLAS PLAS PLAS PLAS

Su melena se desplazó hacia el lado izquierdo debido a las embestidas y dejo al descubierto un bonito tatuaje sobre su hombro derecho. Decidí morder justo ahí mientras me corría en el fondo de su coñito que tan bien me había tratado.

-MMMMMM – gruñí mientras no paraba de soltar chorros y chorros de semen. Todo lo que me calentó Sonia se lo estaba soltando en lo más profundo a esta jovencita.

Una vez había terminado, me quedé apoyado sobre ella durante un minuto para recuperar la respiración. Al parecer ella se había vuelto a dormir y decidí dejarla sentada en el suelo del lavabo.

Aproveché para lo que había venido originalmente al baño y me puse a mear. Mientras lo hacía la vi allí tirada con el maquillaje corrido, semen en la cara, completamente despeinada y su tanga saliendo por la boca. Había sido totalmente usada y decidí acabar de humillarla con algo que jamás había hecho. Dejé de apuntar al retrete y un último chorro de pis fue a parar directamente a su cara.

-Buenas noches preciosa – le dije mientras me subía la bragueta y salía del baño de la discoteca.