Me encanta exhibirme como una gatita cachonda

Gata exhibiéndose.

Sé que me está espiando. Voy desnudarme despacio. Hago que no me doy cuenta y dejo que la luz fuerte de la mañana se refleje en mi cuerpo. Llevo una camiseta blanca que levanto por mi torso. Ahora con la cabeza tapada me coloco de modo que cuando me la quite podré verle y se dará cuenta que mi show es para él. Me quedo un rato tirando con los brazos en alto, las tetas al aire, bien levantadas por la postura. Noto como se me están poniendo duros los pezones.

Acabo y le miro en la distancia. Estoy segura que la lujuria le domina. Me acaricio los senos, me encanta tocármelos y jugar con sus puntas erectas. Me giro para que vea bien mi popa cuando me agache para bajarme la bombacha. Estoy con el mes y duermo con ella para sujetar mejor el tampón. Me estiro y me vuelvo para mostrarme desnuda, como una gata recién levantada.

Coloco mis manos tras el cuello. Sé que así mis pechos quedan excitantes, bien erguidos, disimulando los años y su peso. La izquierda los acaricia, la derecha baja al monte de Venus.

Él se ha abierto la bragueta y se ha sacado la polla.

Se está masturbando. Le excita mi show de hembra caliente . Me sigo tocando, con la sonrisa de una striper un poco guarra, moviéndome mientras me acaricio. Me siento mujer tentadora , hembra buscona. Y le miro.

Me doy cuenta que está a punto de soltar la leche.

Corro hasta él, me arrodillo y me meto la verga en la boca. Acabo de mamársela. Me levanto pasando por mis labios la lengua saboreando los restos de su semen .

– Cariño, hay que tener cuidado. Si no corro te corres en la sala, y ahora no tenemos quien limpie.

Me pega a él y me besa mientras me toca las nalgas.

– Gatita, el show lo has empezado tú. El pasillo tiene quince pasos, la distancia que nos separaba, así que sabía que llegabas para chuparme el final de la paja. Y anda …vístete que hay que bajar a por los niños a casa de tus padres.