Mi esposo se entera que soy demasiado puta

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No soy puta de profesión, me encanta ser lo que soy una puta de corazón.

Primero les contare un poco sobre mí y sobre mi vida:

Soy una mujer de 26 años, casada desde hace más de cinco años, No me considero fea, al contrario, me considero atractiva, mis tetas son de un tamaño normal, con unas carnes de más sin llegar a ser gorda, y lo que es mi más grande orgullo mi ano, el agujero de mi culo, con él les exprimo la verga a todos, incluso en mi recámara tengo un espejo grande, porque me gusta ver como se mueven mis nalgas cada que me están cogiendo el agujero de mi culo.

La verdad es que me encanta coger, no me importa quienes son, si son solteros o casados, jóvenes, guapos o feos lo único que me importa es que me den una buena cogida, pero claro me gusta mejor sin protección.

No discrimino a nadie, a todos me los cojo, pero no sé porque siempre me han gustado los hombres vergones, grandes y fuertes de esos que tienen cara de pocos amigos, creo que es porque la mayoría de todos ellos son bien salvajes en la cama y es lo que me gusta, me gusta que me cojan fuerte, que se sientan dueños de mí, que me golpeen me humillen que me traten como su estropajo, que me digan y yo decirles muchas groserías, como que soy una puta, que me van a coger siempre, que me utilicen y cosas así. Pero también me gustan mucho los maduros, de hecho tengo un frasco con pastillas de vinagra para aquellos que a veces no se les para, me gustan porque algunos son muy tiernos y puedo convencerlos para yo cogerlos meterles mis dedos en sus ricos culitos masajear su próstata y hacerlos venir en ricos chorros de semen para comer hasta su última gota, pero como ya les dije YO NO DESPRECIO A NINGUNO.

Desde muy pequeña siempre me encanto ser tan puta como podía, pero me daba un poco de vergüenza con mi marido al momento de conocerlo, así que fui de a poco.

Somos muy calientes en la cama, lo dejaba q me diera por el culo y ahí fue cuando empecé a decirle que era una puta, que me diera duro porque era muy puta garosa tragona y su polla era pequeña para las que me gusta comerme, que me diera duro para poder sentirla porque me encanta que me den duro por el culo… que me hiciera lo quisiera porque soy bien puta y que podía hacer todo lo que él ni se imaginaria que podía hacerme para demostrarle lo puta que soy, le pedía que me pegara en la cara, que me humillara, me ultrajara, me maltratara, que me hiciera sufrir, que me diera celos, me pasara sus amantes, para sentirme poca cosa y acabar en mis orgasmos más fuertes, que me utilizara, me botara y me dijera lo puta que soy, el sufrimiento me da placer, se lo confesé, también le dije lo mucho que me encantan las pollas, los hombres desconocidos, lo que necesito tener muchas citas y comer pollas, nos excitamos mucho esa noche y follamos hasta el cansancio y me encanto!!!

Al día siguiente teníamos que viajar por carretera a visitar unos amigos de él, un viaje como de 5 horas, y para hacer el viaje más ameno, empecé a hablar de sexo de los encuentros que tenía con mis machos, como les pedía que me ultrajaran, me humillaran me colocaran de espaldas, me follaran el culo, como me encantaba pertenecerle a los machos, nos empezamos a calentar mucho y me pidió que le mostrara mi vagina, yo traía un falda así q no fue muy difícil levantármela y mostrarle mi vagina toda mojada, me pedía que la abriera y yo le hacía caso en todo muy excitada.

– Me preguntaba, eres una puta? y yo le decía que si muy puta caliente y descarada.

– Eres la puta de todos verdad?

– Yo respondía que si con los ojos entrecerrados de lo caliente que estaba.

– Me decía que tenía vagina de puta y me calentaba más.

– Esa vagina es de putita a ver puta ábrela toda.

– Eres una puta de mierda verdad?

– Muéstrame que eres una puta, cuando pase un camión de frente te la vas a abrir y se la vas a mostrar.

yo estaba muy caliente y me encantaba que me hablara así, me sentía bien puta.

– Cuando paso un camión de frente el rápido me dijo, ábrela y que todos vean que eres una putita de mierda, dale puta, ábrela y demuestra que eres una putita de mierda.

Esas palabras me calentaron tanto que cada vez q pasaba un camión le mostraba mi vagina toda abierta y mojada, mientras él me seguía diciendo lo puta que era.

– Dime que eres puta, soy bien puta y quiero mostrarle a cualquiera mi vagina de puta bien abierta.

–muy bien abre tu vagina de puta muéstrasela a todos putita, así putita muy bien.

Yo quería demostrarle que eso era muy poco para mí que podía ser más puta aun… y le pedí que me diera algo para meterme, el buscó una botella de cerveza que había en la parte trasera y me dijo que me la metiera toda si era tan puta.

Yo le hice caso y me la metí entera.

– Así me gusta putita.

– Se detuvo a un costado de la carretera y me dijo.

– Ahora bájate del carro y camina con la botella adentro

Me calentaba mucho hacer lo que él me pedía.

Maridito soy bien puta y hago lo que me pidan, me baje y camine al costado con la botella adentro mientras veía los camiones que pasaban y me miraban, me encanta ser tan puta y que me humillen de todas las formas que inventen, me encanta sentirme tan puta y sumisa ante cualquier hombre.

¡Pase el resto del camino con cara de puta humillada, pidiéndole que nunca deje de tratarme como puta, que me humille me maltrate me haga su estropajo me haga sufrir que me ocasione dolor, celos, me haga su puta barata porque eso es lo que soy y para eso nací… para ser la más puta de todas incluso para mi marido!!!

Llegamos aquella tarde a nuestro destino a casa de sus tres amigos Juan, Marcos, cesar, nos recibieron efusivamente, les dijimos tomaremos un baño para incorporarnos en su reunión, fuimos a nuestro cuarto a prepararnos para salir a compartir con nuestros amigos, no sin antes yo darle una buena mamada en la verga de mi marido, toda sudada del viaje con sus jugos y olores fuertes a orín, debo confesar que esa es una de mis grandes pasiones y debilidades mamar una buena verga olorosa y sucia, entonces le di su buena mamada, pase mi limpieza y me dio mi dosis de semen que estaba necesitando, disfrute de su verga llena de orín y olores encantadores.

Me vestí ligera, ya que talvez después de compartir un poco nos bañaríamos en la piscina, entonces solo utilicé una tanga de baño y un sujetador para mis tetas, las dos prendas muy pequeñas que dejaban muy poco a la imaginación.

Cuando llegamos a sentarnos con nuestros amigos ya estaban un poco alegres por el trago que habían consumido compartimos entonces todos juntos y brindamos.

Después de más de media hora compartiendo, Juan entre risas e hipidos, ya que era el que más bebido estaba dijo;

Lo que tenemos que hacer es jugar a las prendas.

– Si hombre, como solo está mi mujer no te importa no?

– dijo mi marido entre enfadado y cómplice con Juan.

Oye que yo ya soy mayorcita para cuidarme, y si quieres jugamos con prendas, yo tengo decidido que no voy a perder, dije desafiándolos y aparentando un aplomo inexistente pues debo decir que andaba súper excitadísima y con muchas ganas de exhibirme ante todos, eso me gusta.

Mi marido me miro a los ojos, y entonces dijo que por él, podían jugar, pero yo decidiría si quería que se sobrepasaran conmigo.

Entonces Martín repartió carta y nos pusimos a jugar, previamente decidimos que los dos que quedaran últimos en cada partida se quitaran una prenda, la primera ni decir que la perdí yo y Juan, él se desprendió de la camisa y entonces me hice derogar, diciendo que no valía que yo apenas llevaba tres prendas y ellos muchas más, entonces empezamos a porfiar, no me quedo otra que desprenderme de una prenda ¿y cual elegí?, pues mi tanga, sentada como estaba me deslice el tanga dejando ante la visión de todos mis muslos, entonces puse el tanga en el centro de la mesa.

Mi marido lo tomo y mirándome me dijo:

No conozco yo este tanga-

Es que me lo compre para darte una sorpresita esta noche, pero mira ahora la sorpresa es más excitante y para tus amigos, ahora te aguantas, le expele medio entre risas.

Los demás reían, y no paraban de mirarme a mí y a mi tanga, cuando mi marido lo dejo sobre la mesa, Cesar lo tomo y riendo dijo a mi marido;

Amigo que suerte tienes, –

El muy cabrón estaba pasando los dedos por la parte que tapa mi rajita, y supuse que se estaba dando cuenta de que estaba muy húmeda.

Así que seguimos jugando, mientras jugábamos dije que me estaba meando que haber si terminábamos pronto esa partida que si no me iba a mear allí mismo, entonces el borracho de Juan volvió a proponer,

Pues, para arriesgarnos más porque no, si tu pierdes esta partida nos deberías de dejar verte masturbar.

Me quede con la boca abierta y mirando a mi marido, no sabía que decisión tomar, por mi estaría encantadísima, me gusta la morbosidad de los hombres conmigo, que se masturben mirándome, lo haría encantadísima.

Mi marido vio a Juan y le dijo;

-Tú estás loco, loco y muy borracho.

Porque, es un juego no?, aquí se apuestan cosas, en eso consiste – dijo entre oscilaciones de cabeza, su borrachera era de órdago.

Por mi está bien dijo mi marido, no sé qué dirán ellos.

Cesar y Martín, asistían a la apuesta entre mi marido y Juan expectantes y sorprendidos.

Ellos dos también dijeron es verdad es un juego debe ser ella quien decida si le gustaría hacerlo. Así que seguimos con la partida, y llego el desenlace, otra vez perdimos Juan y yo.

Entonces mi novio me miro y me dijo si quería hacerlo, que si no quería no pasaba nada que ellos se podían ir a la mierda. Dicho esto entre protestas de los demás, entonces puse la cara más inocente y comprometida que pude, aunque en mi interior solo hubiera una zorra muy caliente con ganas ya de acción lo necesitaba deseaba ser puta.

-tengo que cumplir, esa ha sido la apuesta, Vale, como tú quieras, dijo mi marido,

Todos estuvieron de acuerdo, y nos fuimos hacia el sillón, todos quedaron alrededor mío, en ese momento pasaban escalofríos de excitación por mi cuerpo, me sentía como lo que soy una descarada sin vergüenza, me excitaba demasiado y quería hacerlo, me encantaba ver la impresión que causaba, así que me coloque con las piernas separada para sentarme sobre el sillón, quedando desnuda de cintura hacia abajo, me senté con las piernas abiertas mirando mi coño y sus caras y comencé a tocarme, se podía notar la erección de ellos en sus pantalones, los tenía con la boca abierta.

wau vaya coño tienes, dijo Cesar

Te gusta eh? Pues si vieras como folla, dijo mi marido, ya a esas alturas no me sorprendió su comentario pude ver que estaba excitado viendo a su esposa la más puta mostrarse a sus amigos.

– le dije a cesar tu polla tampoco está nada mal,

Que dices polla la de este? Eso es porque no has visto la mía, dijo Marcos mientras se bajaba la cremallera y se la sacaba, era realmente inmensa.

Estaba muy cachonda, allí rodeada de cuatro tíos mirándome como me masturbaba con mis piernas abiertas y mi chorro cayendo, con 3 pollas nuevas delante mío, me sentía como una puta descarada que necesita suplir sus necesidades, y eso me hacía sentir puta desvergonzada y realizada.

Le dije a los 3 mintiendo solo para alentar a mi marido que no se sintiera mal, que el tamaño no importaba, que lo importante es lo que se sabía hacer con ella, que mi marido la tenía muy chica pero que en ocasiones follaba bien.

Entonces Juan dijo, míranos las pollas a los cuatros y nos dices sinceramente cual te parece mejor-

Se bajaron los pantalones y se sacaron las pollas, note que mi marido estaba sonrojado al ver que su polla era diminuta al lado de estos machos, vio mi cara de desespero y excitación y sabia el placer tan grande que yo iba a recibir y que con él no podía llevar este placer a cabo y vi cuando sus ojos aprobaban todo aquello.

Yo ya estaba muy necesitada de verga y animada entonces fui sincera y dije, si es verdad el tamaño lo es todo para un buen placer, y me lance a tomar un poco la iniciativa ante la aprobación de mi marido,

Dije para dar mi veredicto debería tocar la mercancía digo yo.

Todos estuvieron de acuerdo, y se acercaron, las 3 pollas estaban durísimas, entonces mire a mi marido y le dije;

Y tú que dices?

Que polla te parece mejor?

Entonces dirigí mi mirada hacia la polla de Cesar, tenía un pollón algo morcillón, puse mi mano debajo de sus huevos acariciándolos y luego con suavidad pase mi mano arriba y abajo por su polla, mientras me mordía el labio.

Le dijeron a mi marido nos dejas que nos follemos a tu esposa? Dijo Cesar mirándome con la cara llena de lujuria.

Entonces me levante del sillón abierta de piernas y dije;

Aquí mi marido tiene poco que decidir, yo decidiré si me cogen o no.

Y que dices entonces?

Que aquí me tienen dije mientras me abría el coño con las manos y me mostraba, mi marido alucinaba pero seguía callado mirando, así que haber si no voy a tener que pensar que son unos maricas que no son capaces de dar placer a una buena puta ninfómana.

Entonces Juan mientras se masturbaba me había sacado una teta y pellizcaba mi pezón, mientras me hacía un poco de daño, pero me gustaba el dolor.

Ah, me duele, le decía mientras disfrutaba el dolor.

Cesar me pasaba la mano por el coño de arriba abajo, su mano corría por mi coñito todo mojado mezcla de mi lubricación y mi orina.

Mi esposo fue a colocarse a mi lado para tocar mi culo y buscar mi boca, entonces le dije:

Tú no, si me metieras tu pollita no la iría a sentir discúlpame mi maridito, tú mira como le dan gusto con pollas reales a la puta que está hecha tu mujer

Entonces Marcos lo aparto y ocupo su lugar, me tocaba el culo y me morreaba, mientras yo miraba a mi marido, estaba rodeada por tres hombres manoseándome, pellizcándome, seis manos y tres bocas me buscaban ansiosos lo que más me encanta, ser una puta sumisa y humillada de hombres desconocidos, Marcos me metió el dedo en el culo, yo me inclinaba y sacaba más mi culito para facilitarle la tarea, mientras ponía cara de cachonda, aún más de lo que estaba, mientras miraba a mi marido, masturbarse.

Marcos había introducido su dedo en mi coño, entraba y salía a mucha velocidad, Juan seguía ocupado en mis tetas, e intentando buscar mi boca, mientras yo miraba a mi marido.

Mira lo que me hacen tus amigos a quienes acabo de conocer, le decía a mi marido con cara de chica inocente.

Entonces como si fuera una reina, me tomaron de las manos y me llevaron al dormitorio, una vez dentro, tome la iniciativa y dije;

Quien me lame mi culito? dije mientras sacaba mi culito hacia atrás y me abría las nalgas con las manos.

Para entonces Juan ya estaba de rodillas dando lametazos a mi ano, que gusto me daba, a veces se detenía y empujaba con la lengua penetrando un poco, yo me agache y empecé a chupar la polla a Cesar, Marcos se metió por debajo lamiendo mi coño y mis tetas.

Mi marido estaba sentado mirando mientras se masturbaba frenéticamente, Juan se había levantado e intentaba meter su polla por mi culito, al principio me dolió, ya que es un gran pollón pero como dije me encanta sentir dolor y era una polla que yo como gran puta es lo que merezco comer, vi a la cara de mi marido pensando dentro de mí, esto si es una verga real el me miraba, veía mi cara de extremado placer y respiraba entrecortadamente excitadísimo.

Entonces me llevaron a la cama, Cesar se tumbó y yo me acomode encima de él, de una vez entro toda su polla por mi coño, Juan volvió a penétrame el ano, y no cabe decir que Marcos no perdió el tiempo y me dio su polla para que la mamara, aquello era el cielo, tres pollas grandes de machos como me gustan para mi sola, notaba los huevos de Juan y Cesar cada vez que embestían, la polla de Marcos casi no me dejaba respirar.

Se fueron turnando cada uno por mis agujeritos, yo estaba encantada, Juan se corrió en mi boca, jamás había visto que tanta leche pudiera salir de una vez, me lleno toda la boca hasta el punto de caer por la comisura de mis labios, era una sensación extremadamente deliciosa, comer semen en cantidad lo que me encanta, ya estaba necesitándolo después de días de bajas raciones de semen con mi marido y aparte semen de baja calidad, Marcos fue el próximo, note sus chorros dentro de mi culo, calentitos, ya solo quedaba Cesar que me tenía arriba galopando desnuda para él, mientras los otros tres nos miraban;

Mmmm, Cesar, dame, follame, mmmmm, tienes la mejor polla, Aaaaagrggg, es una delicia, seré tu puta siempre que tú lo quieras y me busques no importa que mi marido sea tu amigo.

Mmm, me corrooooo, mmmm putaaaaa me corrooooooooo, fue lo último que dijo antes de notar como me quemaba mi coñito sus chorros de semen abundante algo que hace días no sentía..

Recupere el aliento sobre el con su polla bajando de tamaño dentro de mi coño, mientras lo besaba tiernamente, me gustaba para que fuese mi novio y le pediría a mi marido que lo aprobara.

Cuando acabe deseaba descansar.

Pero mi marido me miro y me dijo.

Ahora quiero follarte yo.

Le dije, está bien si es lo que deseas sentir a tu mujer toda llena de ricos olores y sabor al mejor semen de buena calidad lo puedes hacer, aunque no prometo tener orgasmos fuertes, ya que tu pequeña polla no me hace acabar plenamente y aparte, quedara bailando en mis agujeros agrandados por verdaderas pollas, como las de tus amigos.

Entonces me empezó a follar, besándome, acariciándome el cuerpo, los chicos se reían al ver el esfuerzo que hacia mi marido con su pequeña polla para darme un poco de placer y se fueron al salón dejando la puerta abierta, allí me quede follando con mi marido le costó un poco acabar por la poca fricción que podía hacer en mi agujeros grandes y resbaladizos, se corrió, me beso en la boca, entonces un poco más en frío le dije;

Estas enfadado? –

No, me dijo con media sonrisa en la boca, ha sido la experiencia más espectacular y gratificante de mi vida, quiero seguir viéndote normal en tu vida de puta sin tapujos.

Dímelo a mí que acabo de tener orgasmos como los que necesito con pollones del tamaño de mi apetito sexual, aunque te amo y me guste follar contigo, no puedo esconder mi apetito sexual por ser puta, mi necesidad porque me metan otra verga, necesito siempre ser de otro hombre así te amé así te quiera o así estemos juntos viviendo en matrimonio, siempre llevaras tus bonitos cuernos le dije mientras nos reíamos y nos besábamos.

Luego le dije tu amigo cesar es lindo, me gusta y quiero una relación con él, cuando lo besaba sentía cosquillas en mi estómago, su verga me das placer que la tuya, discúlpame maridito pero ya deseo ser lo más sincera contigo, podemos estar los 3 juntos, no le quedó más remedio que aceptar toda mi perversidad y lo que yo quería por que le causaba un placer incontrolable.

Los chicos se quedaron a dormir esa noche en casa, cuando mi marido se despertó por la mañana no me encontró en la cama, fue al baño y al abrir la puerta me encontró con Cesar en la ducha como su esposa haciendo guarradas que nunca pensó que sería capaz de hacer.