Mi primera vez con mi novia trans

Antes de comenzar quiero que sepan que este es mi primer relato, no soy ningún experto en esto. Nunca había escrito un texto así de largo en internet y mucho menos sobre mi vida sexual, pero, hace unos días, no sé ni como, conocí esta página y me enganché leyendo algunos relatos y me animé a escribir uno yo, así que decidí narrar mi primera experiencia con el amor de mi vida. Espero les guste.

A mi novia la conocí hace dos años cuando ella tenía 24 y yo 28 gracias a una amiga que teníamos en común en Los Angeles. Cuando esta amiga me la presentó en una reunión lo primero fue pensar en que había conocido a la mujer más bella, una mujer con la que sentí profundamente que tenía una gran conexión después de haber estado hablando un rato, me enamoré de su carisma, de su feminidad y de todos sus encantos. Me di cuenta de que éramos el uno para el otro. Y es que yo ya estaba cansado de haber estado con muchas pendejas que ni me valoraban, pero con ella supe que era diferente. Realmente yo había tenido mala suerte con mis anteriores relaciones, pero con ella al fin había encontrado ese amor verdadero que me hacía falta.

Su personalidad muy positiva, amorosa, sencilla, madura, humilde, segura de sí misma y además con muchas metas en su vida hizo que pusiera toda mi atención en ella y en conocerla mucho más para que sea mi pareja.

Físicamente lo primero que pude apreciar cuando la vi fue su precioso rostro de niña angelical, inocente y bondadosa. Su radiante sonrisa me cautivo de inmediato, sus ojos azules me derretían cuando me miraban, me moría acariciar su blanca y delicada piel y su hermoso pelo largo, castaño y brillante me hizo recordar cuando era pequeño y en la escuela me gustaba una niña que tenía el pelo exactamente igual de bonito que ella. Otra de las cosas que me encantó al conocerla es que tiene una estatura perfecta; yo mido 1.85 y ella 1.70 así que es una mujer de la estatura ideal para mí.

Su cuerpo es de impacto, me enamoré de todas sus perfectas y atractivas curvas que matan a cualquiera. Su maravilloso trasero me dejo con la boca babeando. Una colita perfectamente redondita, bien paradita y del tamaño perfecto, es decir, un culito muy estético con el que todos soñamos. Su busto es igual de perfecto como todo su cuerpo. Un tamaño ideal que me fascinó, ósea, unos senos ni muy grandes ni muy pequeños, como a mí me gustan. Sus piernas son extremadamente sexis y cuando se pone falda, tacones o medias prácticamente caigo rendido a sus pies. En conclusión, ella es una diosa.

Después de haber estado hablando un buen rato y haber coincidido en muchísimas cosas yo no quería parar de charlar con ella y no me cansaba de oír su dulce voz que me cautivaba. Simplemente ya estaba bajo sus encantos que me hicieron desearla en mis brazos para siempre…. Hasta que me contó que es trans…. Obviamente que me desubicó completamente porque pues es toda una mujer ya que no tiene ni un solo rasgo que demuestre su anterior vida, pero, como había conseguido enamorarme y además por respeto, fingí que no me había importado en lo absoluto.

Yo soy heterosexual y aun siendo hetero y sabiendo que es trans, me había logrado conquistar, así que después de un tiempo de seguir conociéndola decidí que estaba totalmente dispuesto a acostumbrarme a lo que ella fuese con tal de estar a su lado todos los días. Cuando le pedí que sea mi novia y ella aceptó me sentí el hombre más feliz y afortunado de este mundo.

Al siguiente día de habernos hecho pareja ella me estaba esperando en su apartamento, yo iba a “visitarla” y cuando llegué me dijo que pasáramos a su habitación. Nos estábamos besando y acariciando, la cosa se estaba poniendo cada vez más caliente y nos estábamos excitando muchísimo. Ya sabía lo que iba a pasar en los próximos minutos.

Ella estaba sentada sobre mis piernas en una pose que me prendía, sus sexis piernas abiertas rodeaban mi cintura y sus suaves y delicadas manos acercaban mi cara a la suya. Sus provocativos y rojizos labios eran lo mejor que había probado en toda la vida. Besa muy pero que muy bien, de una forma en la que me dejo con un sabor encantador en la boca y con una increíble erección de tan solo rozarme sus suaves labios con los míos y de escuchar como nuestros labios se besaban.

Mientras mordía su exquisita boca la abrazaba como aquel que encuentra lo que toda su vida había buscado y cuando lo encuentra no quiere soltarlo nunca. Le tocaba su hermosa y delicada piel, muy bien cuidada, tan blanca y tan suave como la porcelana, el tacto de su piel con la mía me daba un placer inexplicable. La sensual fragancia de su perfume de mujer me seducía y me impulsaba a recorrer su cuello a besos. Ella inclinó su cabeza hacia atrás para dejar que yo comiera a besos su cuello, su aroma y sus pequeños gemidos me estimulaban excesivamente.

Acto seguido le quite su blusa y ella me quito mi camisa, ambos nos empezamos a acariciar mientras nos seguíamos besando. Ella rodeaba y recorría con sus manos mi cuerpo, mi pecho, mi espalda, mis brazos… Mientras tanto yo le quitaba su sexi sostén para acceder a sus preciosos senos. Cuando retiré el brasier que ocultaba aquellas hermosuras fue como haber hallado oro, me encontré con unos senos perfectos, unos duraznos bien redonditos y con unos pezones sobresalientes y rosaditos como si estuvieran listos para amamantar a un bebe. Al ver esto me explotó la cabeza y empecé a saborearlos de arriba abajo, lamía sus deliciosos pezones como si se tratara de dos helados, como si tratara de sacarle leche. No podía parar de saborear la dulzura de la piel de sus pechos.

Si bien antes estaba nervioso al pensar en que iba a tener que ver a mi novia con algo diferente a lo que estaba acostumbrado a ver en el resto de las mujeres, deje de pensar en esto llegado a este punto, ya estaba muy excitado y me daba igual si mi chica tenía algo que yo también.

Tengo que decir que, antes de ser pareja yo fantaseaba mucho con ella, imaginaba como teníamos sexo, pero con un pequeño detalle, yo la imaginaba con vagina… Así que ahora llegaba el momento en donde de verdad tendríamos sexo y no me encontraría exactamente con lo que yo fantaseaba.

Volviendo al asunto, después de haber degustado sus sublimes pechos ella se levantó y se empezó a bajar sus pantalones lentamente, se comenzaba a asomar una ropa interior sexi de color negro, concretamente era una tanga brasilera, al parecer la chica con apariencia de niña inocente no era tan inocente…

Cuando terminó de quitarse los pantalones me sorprendió que no vi ningún bulto pues tenía escondida su cosita. Ella se subió devuelta en la cama y ahí pude admirar la majestuosidad de su trasero. Una colita de un tamaño muy generoso, perfectamente redondita y que además con la tanguita negra que hacía contraste con su piel blanca se veía exageradamente sexi.

Se abalanzó sobre mí y me besó poniendo sus manos en mis mejillas nuevamente. Con esto desató una explosión de lujuria. Estallé sin poderme controlar y me quité mis pantalones y mi boxer como si estos estuvieran prendidos en llamas. Me puse instantáneamente el condon que había llevado y ella se quedó viendo a mi gran verga con una expresión que lo decía todo. Al parecer le había encantado y estaba emocionada al ver lo que estaba por entrarle. Yo la miré y le sonreí, ella me devolvió la mirada y la sonrisa y me dijo:

– Acuéstate boca arriba amor.

Le obedecí inmediatamente. Procedí a acostarme boca arriba ubicando mi cabeza sobre las almohadas, entonces ella se acomodó lo que tenía bajo la ropa interior metiendo sus manos sin enseñar ni un poco, esto para abrir paso a su agujerito y que yo pudiera entrar. Ahí es cuando ya se reveló un pequeño bulto entre su tanga, no le tome importancia y mejor alcé a verla a la cara.

Ella se sentó sobre mi viéndome de frente y sus hermosos ojos me hacían recordar lo afortunado que era de tenerla. Apoyó sus manos sobre mis piernas y agarró mi pene para introducirlo en su anito. La sensación era impresionante e iba escalando a medida que mi verga entraba, su hoyito era muy apretado y calientito. Fue lo mejor que había sentido desde que había perdido mi virginidad. Empezó a saltar sobre mi pene mientras daba unos gemidos muy placenteros para mi oído, se notaba que ella estaba disfrutando mucho dándome los sentones.

Inclinó su cuerpo hacia mi poniéndome sus senos en mi pecho y su cara frente a la mía. Una vez más ella me tomaba de las mejillas y acercaba mi cara con la suya. Empecé a besarla y a morder sus labios descontroladamente. Mientras ella tenía sus labios unidos a los míos daba unos pequeños gemidos del gran placer del momento.

Yo tenía mis manos sobre su fantástico culito, lo tocaba de arriba abajo como si se tratara de un masaje, podía sentir la suavidad de su piel y lo excitante de su tanga. También la nalgueaba y eso le encantaba.

Después ella separó su boca de la mía y puso sus senos sobre mi cara sin parar de saltar en mi pene. Ohh dios, era impresionante lo deliciosos que estaban sus duraznos con esos dulces pezones.

Cuando me corrí fue tremendamente increíble, sentí como salió con fuerza todo mi semen y como después se escurría en el condon dentro del hermoso culo de mi chica. Nunca antes creí que iba a tener el gusto de penetrar a una chica trans, y que esta chica fuera mi novia. Cuando ella se levantó y vi que el condon estaba completamente limpio me admiré mucho y me di cuenta de que podía haberla penetrado sin preservativo sin ningún problema, ya que así hubiera sido incluso más placentero para ambos.

(Yo el condon me lo puse porque creía que su anito a lo mejor iba a estar sucio, mas no porque desconfiara de mi novia de que tuviera alguna enfermedad.)

Yo ya me había corrido, pero mi novia aun no, entonces lo que hice fue ponerla en cuatro y volverla a penetrar, esta vez sin condon para que sea más placentero e intentando durar hasta que ella se corriera y talvez con algo de suerte lograríamos eyacular al mismo tiempo. En este día no fue el caso, sin embargo, más adelante sí que hemos logrado acabar juntos.

Cuando ella estaba en cuatro podía admirar con mucho detalle su delicioso y suave culito. Aparté hacia un lado la tanga y fui introduciendo mi pene poco a poco, esta sensación fue aun mejor que la anterior por la ausencia del preservativo. Ella con sus gemidos hacía que me enloqueciera y le diera nalgadas para oírla gemir aun mas fuerte. La tomé del trasero y la empecé a juntar con mi verga y cada vez más duro la penetraba y más duro ella gimoteaba.

Yo le pedido que me avisara cuando se corriera y así lo hizo.

– Ummm, ya me corrí mi amor.

Me sentí satisfecho al saber que había complacido a mi novia, seguí penetrándola para poder correrme en su colita. Cuando lo hice fue impresionante lo placentero que es y al sacar mi verga salió llena de leche, mientras esta se escurría por su culito.

Ella me dijo:

– Estuvo fantástico cariño.

Seguidamente me besó y se metió al baño de su habitación. Yo quedé rendido y me recosté en su cama, cuando salió del baño se acostó conmigo y nos dormimos abrazados, fue muy bonito dormir con ella en mis brazos y sintiendo el calor y suavidad de su cuerpo con el mío.

Después de unas dos horas aproximadamente ella tenía que salir porque su madre la había llamado, entonces la llevé en mi carro y no podía parar de mirarla y de pensar en lo buena que estuvo esa tarde.

Al siguiente día volví a ir a su casa, y tal como el día anterior estábamos besándonos y acariciándonos hasta que nos desvestimos para hacer el amor.

Ella quedo solamente con una tanguita de encaje morada y con su cosita guardada entre las piernas. Esta vez yo tenía cierta curiosidad sobre aquello, así que le dije que se recostara en la cama y apoyara su cabeza sobre las almohadas. Empecé a recorrer su cuerpo a besos y seguidamente me comí sus ricos senitos, ella soltaba unos gemidos muy placenteros. Después con besos fui bajando mi cara hasta su tanguita y con ambas manos se la fui quitando, al habérsela retirado completamente ella aun estaba haciendo fuerza con sus piernas para mantener oculto su “secreto”, le separé las piernas para revelarlo y ahí lo encontré.

La primera impresión que tuve fue: Es muy adorable…

Sí, adorable, así lo denomino yo jajaja. Era una verguita bastante pequeña, de unos 6 o 7 centímetros aproximadamente cuando estaba erecta, bastante blancuzca y al tocarla un poco pude revelar su cabecita que era rosada. Su olor era demasiado provocativo, a decir verdad. Tenía unos huevitos igual de pequeños y rosaditos. Todo estaba completamente depilado y muy suave.

Comencé a estimular su pene, lo empecé a tocar y a masturbar, su verguita estaba muy blanda pero poco a poco se iba poniendo más dura hasta que ya estaba erecta. Ella gemía y eso me ponía más caliente, ya no podía resistirme, era como si ver su cosita y tenerla en frente me obligara a probarla.

Entonces lo hice, comencé besando alrededor y sus bolitas, hasta que me metí su pequeña cosita a la boca. La fui chupando de arriba abajo, ella no paraba de dar pequeños gemidos y de decirme lo rico que sentía. Con mi lengua fui mimando su glande con mucha delicadeza, con una mano, o más bien con los dedos, lo fui masturbando mientras yo lo chupaba como había visto que lo hacían las mujeres en las películas porno. Al mismo tiempo con mi mano izquierda masturbaba mi verga pero lentamente, sin eyacular porque eso sería para después. A ella le estaba encantando mi mamada y ponía sus manos sobre mi cabeza y me ayudaba con el movimiento de arriba abajo. También lamí, bese y chupe sus blandos y delicados huevitos. El que halla estado bien depilada era un punto que me ponía muy cachondo.

Creí que nunca se iba a correr, pero con la ayuda de mis manos logré que se viniera en mi boca. El sabor de su lechita al igual que su verguita era bastante bueno, de hecho era incluso un poco dulce y no me desagrado en ningún momento. La verdad es que nunca antes en mi vida creí que yo iba a probar un pene y mucho menos que ese pene sería de mi novia. Sinceramente me gusto mucho y ahora ya entendía porque algunas personas buscan a estas señoritas exclusivamente para esto.

Después de haber probado aquel manjar, ella entró un momento al baño y al salir se ubicó en la cama en una postura de perrito. Uff cuando vi su bello culito esperando mi verga y su delicioso anito mojado, y por si fuera poco tenía un color rosado muy provocativo, además, también se veían sus pequeños huevitos colgando. Inmediatamente puse mi cara entre sus nalgas y comencé a lamer su hoyito y a chupar sus huevitos mientras acariciaba y masturbaba con mi mano su pene. Ummm: es lo único que podía decir, no había palabras para describir aquello, ella gemía y me hacía saber que le estaba encantando lo que yo hacía con mi lengua.

– Sigue por favor, me encanta…

Una vez su culito ya estaba lubricado con mi saliva empecé a meter mi pene, ella iba gimiendo a medida que la verga entraba. La tomé de la cintura y la fui pegando y separando de mí, ella también se balanceaba de adelante hacia atrás y movía sus nalguitas de una forma exquisita. Después comencé a tocar sus deliciosos duraznos mientras la seguía penetrando y sus nalguitas rebotaban y chocaban con mi pene, mis bolas y mi vientre.

Después de que ella se corrió se sacó mi pene de su culito y me tumbo hacia atrás para que me acostara boca arriba. Se echo su pelo hacía atrás y se agacho para chupar mi pene. Primero empezó a tocar mi pene masturbándome, después chupó mis testículos lo cual hizo que sintiera un gran placer y seguidamente se metió el pene a la boca.

Movía su cabeza de arriba abajo mientras se apoyaba con sus manos en mis piernas e iba acomodando su pelo hacía atrás constantemente. Me encantaban los sonidos que hacía al chupar y los gemidos que demostraban que le estaba fascinando lo que estaba haciendo.

Yo le peinaba su cabello hacia atrás y le hacia saber que era muy buena en lo que estaba haciendo. De verdad que es muy hábil con su boca y su lengua, es exageradamente buena para aquello. Me estaba encantando su mamada, lo bien que lo hacía, su lengua moviéndose, el calor y la saliva de su boca eran fenomenales.

Cuando me corrí ella se trago mi leche y se acercó a mí aun con semen en la boca para besarme. Su lengua dentro de mi boca y además con ese sabor a leche me prendió otra vez. Era como si después de haberme corrido, ella con un simple pero encantador beso lograba que mi verga estuviera erecta inmediatamente otra vez.

La tomé de la cintura y la acosté boca arriba para penetrarla en la postura de misionero. Una vez más comencé a meter mi pene en su espectacular culito y al empezar a penetrarla podía ver como se sacudía su pequeño penecito. Después me incliné hacia delante para seguir degustando sus labios mientras ella ponía sus manos en mis mejillas. Cuando la penetraba en esta posición podía sentir su penecito rozando con mi estomago entonces lo tomé y comencé a masturbarlo. Ella se estaba poniendo más y más cachonda, empezó a acariciarme y a abrazarme juntándome mas a ella sin dejar de penetrarla. Después de haberme corrido en su culito y de haberla estado masturbado mientras la cogía ella se corrió con mi mano agarrando su cosita.

Su lechita se regó sobre mi mano y sobre su vientre, así que me lamí el semen de mi mano y empecé a lamer el semen que se había derramado sobre su cuerpo. Y ya que estaba chupando esta lechita volví a darle una buena mamada pudiendo saborear su pequeña verguita llena de ese semen con un sabor que en este punto ya me parecía riquísimo y así concluir con esta sublime noche de pasión.

Ya para concluir quiero decir que yo estoy fascinado con mi chica, osea, el hecho de que sea trans no es absolutamente ningun obstaculo para tener buen sexo. Yo personalmente pienso esto y bueno, despues de hacer el amor casi que a diario con mi pareja durante ya dos años lo puedo confirmar.

Bueno, espero que les haya gustado y quisiera que comentaran su opinión, que sé que muchos de ustedes también comparten. Muchas gracias y hasta luego.

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