Mi profesora de psicología, con ella pude saber lo que era correr riesgos. Supe lo que es sentir placer y al mismo tiempo temor de que te descubran

Ese momento en que sentís tus palpitaciones a mil, porque estas muy segura de que estas en lo cierto, pero aún existe un pequeño grado de incertidumbre, y no sabes si tirarte a la piscina o no.

 

Desde la primera vez que la vi, me pareció muy atractiva, alta, de pelo ondulado, buen físico y lo mejor de todo, buen culo.

En cada clase que fui yendo la profesora se veía más sexy, además seguramente era unos pocos años mayor que nosotros, pero yo sentía que me observaba más de lo normal, en la siguiente clase nos dividió a todos en dos grupos y teníamos que elegir un líder para resolver un problema, el grupo en el que estaba me eligió a mí. Lo bueno fue que encontré la solución y mi equipo fue el que resolvió más rápido, por lo que al final tornó en que la profesora empezó a conversar mas conmigo, primero sobre que opinaba de la clase y poco a poco, de temas varios de la vida.

La encontraba cada día mas rica, tenía ganas de comerla a besos en el baño y agarrarle esas nalgas que me ponían a cien cada vez que teníamos clases con ella. Siempre la miraba y pensaba en lo mucho que quería estar con ella, y me preguntaba si acaso se notara lo que sentía, porque a veces la miraba fijamente por un buen rato y cuando ella se daba cuenta me devolvía una sonrisa, que me mataba, porque estaba muy segura de que ahí estaba pasando algo, pero como, como encarar la situación, era medio complicada y además tenía una pinta de heterosexual que se le caía, pero sabía que algo estaba pasando.

Un día, estábamos repasando un tema sobre las personalidades, y se puso a comparar personalidades como las de ella y mías… y dije, este es el momento de acercarme después con ella y salir de dudas, fue todo lo que dijo, era demasiado claro el mensaje, y me iba a arriesgar.

Cuando hicimos el break me dirigí al baño, estaba nerviosa y necesitaba juntar coraje, en eso se abre la puerta y era ella, sentí como mi corazón paraba y no sabía que hacer, me sorprendió totalmente. Quedamos un instante en silencio mirándonos, hasta que empezó a acercarse hacia mí, mis sensaciones se apoderaron de la situación y la besé, rocé sus labios suaves con los míos, sentí la humedad de su lengua y en un suspirar me alejé, sentía toda mi sangre fluir y me enrojecía, miré sus ojos fijamente para saber que iba a pasar ahora, y con sus manos toma mi cara y me besa de vuelta, esta vez fue mas largo, y sentí su lengua jugar con la mía, mordía mis labios y yo estaba muy caliente.

La tomé de un brazo y la metí en el interior de uno de los baños, cerré la puerta y la apreté fuerte contra mí, estaba caliente y no podía contener las ganas que tenía de tenerla en mis brazos como en ese momento, nos besamos con fuerza, teníamos muchos deseos reprimidos, estábamos agitadas, acariciándonos, ella me agarraba fuerte de la cara y  con una mano me tironeaba un poco el pelo, yo aprovechaba por acariciar su cuerpo, bien ejercitado, y su cola, que tantas ganas tenia de apretarla, tan firme era, yo quería hacerlo ahí mismo, pero se sintió ruido en el baño de al lado, y nos dimos cuenta que no estábamos solas. Por lo que tuvimos que parar, nos quedamos abrazadas recuperándonos las respiraciones y acomodándonos la ropa. De ahí salimos y cada quien, por su lado, de vuelta en la clase, yo sentía la humedad entre mis piernas y sabia que ella estaba igual, pero tenía que mantener la compostura para que no se le notara, note que trataba de evitar mi mirada, durante casi toda la clase, pero de a ratos notaba que se quedaba mirándome.

Tenía demasiadas ganas de terminar lo que habíamos empezado, pero ya la clase había llegado a su fin y no se presentó ninguna instancia de acercamiento asique me quede con las ganas.

Esperé una semana, hasta que me tocó la clase de vuelta, esta vez note que llego con una falda que sacaba a relucir unas piernas perfectamente tonificadas, que me volvían loca. Había pasado toda la semana pensando en ella, todo lo que había pasado me tuvieron caliente todos estos días, y moría por verla. Pasamos casi toda la clase entre unos pequeños cruces de mirada, pero nada había pasado, ni siquiera en el break pudimos hablar.

Cuando terminó la clase dije bueno ya fue, si no se dio no voy a forzar las situaciones, así que agarré mis cosas y me dirigí hacia el estacionamiento a buscar mi auto. Estaba acercándome cuando siento unos tacos detrás mío, y ahí estaba ella, con esa falda sexy y su encantadora sonrisa, se paró enfrente mío y empujándome lentamente contra mi auto, nos besamos, no había nadie en el estacionamiento esta vez, asique la intensidad de sus besos fue incrementando, siento como va recorriendo con su mano mi cuerpo, acariciaba mis tetas, mi abdomen, se va acercando hacia abajo, pasando su mano por adentro de mi pantalón y toca suavemente mi vagina, saca su mano de ahí y la mete en mi bolsillo, sacando las llaves del auto y abriéndolo, me dice al oído que quiere estar conmigo ahora, y ni siquiera lo dudé, nos metimos en la parte de atrás, yo estaba recostada y ella encima de mí, poniendo su peso sobre mí, impidiendo que me moviera mucho, sujetaba mis muñecas con sus manos y me besaba el cuello.

Sentía su entrepierna moviéndose rítmicamente con la mía y me ponía a mil esa situación, cuando me soltó, comenzó a quitarme la ropa, sacó toda la parte de arriba y luego bajo a mi pantalón el cual desabrochó lentamente, mientras me daba besos cada vez que descubría mi piel. Volvimos a besarnos, me tenía como quería, yo estaba totalmente desnuda y ella encima de mí con toda su ropa, sentí su mano entrar por entre mis piernas y acariciar mi vagina lentamente, sentía sus dedos entrar suavemente, humedecerlos y pasarlos de abajo hacia arriba hasta mi clítoris, los movía lento y después más rápido, mi espalda se arqueaba, mi respiración se entrecortaba y sabia que no iba a aguantar mucho más, por lo que me vine sintiendo sus dedos en mi interior, mojando su mano.

Tuve un orgasmo delicioso, pero necesitaba saborear su cuerpo, asique la tome con fuerza y logré darle vuelta y dejarla recostada a ella sobre el asiento, la desvestí rápidamente, arrancando sus prendas prácticamente, levanté su falda hasta arriba y le saque su tanga de un tirón. Besé su abdomen, sus pechos, rozaba mis labios con sus pezones, los lamía, sentía como su piel se erizaba bajo mis manos, la besé mientras acariciaba su cuerpo lentamente, hice lo mismo que ella, pase mi mano por su entrepierna y empecé a introducir un dedo en su interior, estaba muy mojado y pasó rápido por lo que metí otro más, su respiración era cada vez mas agitada, asique baje lentamente por su cuerpo, prolongando la tortura, hasta que llegue frente a su vagina y pase la punta de mi lengua, por entre sus labios, una vez y lento, luego otra vez y otra vez, y siento sus manos empujándome hacia ella, suplicándome que no parara, empecé a lamer de arriba hacia abajo, acariciando su clítoris mientras tenía dos dedos adentro, cada vez sentía como apretaba mas mis dedos hacia adentro y apretaba mi cabeza con fuerza hacia ella, sentía sus gemidos suaves y la fuerza de sus contracciones me indicaban que estaba teniendo un orgasmo infernal, sentía como una explosión en su interior, mojo toda mi mano, baje con mi lengua a lamer sus jugos, introduje mi lengua en su interior y moverla por todas sus paredes cuando siento sus contracciones nuevamente, pero esta vez acabando en mi boca.

Limpie mi boca con mi mano, y me acerque a besarla, me abrazaba con fuerza mientras trataba de recuperar el aliento. Nos quedamos tumbadas ahí unos minutos, entre besos y caricias. Nos vestimos y nos quedamos sentadas mirándonos, no sabíamos que decir, era lo que queríamos que pasara hace semanas.

Interrumpí el silencio y le dije que quería seguir repitiendo esto, y estuvo de acuerdo. Cada vez que me tocaba clase con ella, de repente volvíamos a hacerlo en el auto, o en los baños, una vez en la oficina de profesores, sobre el escritorio y hasta incluso en días cuando no tenía clases. Fuimos amantes sexuales durante meses hasta que decidimos cada una seguir por su lado.