Mirando a mi madre y el peluquero

MI MAMÁ Y SU PELUQUERO

Hola el relato, que les voy a contar, fue un episodio que fui testigo cuando tenía 18 años (hoy tengo 20) y en el cual involucra a mi mamá, mi tía y su peluquero de las dos y por supuesto a mí. (por ahora solo contaré el episodio de mi madre)

Mi madre se llama Susana, en ese entonces ella tenía 42 años y a su edad, ella se conservaba súper bien (alta de 1.72, piel clara, uno senos bien desarrollados, piernas contorneadas, un culo muy llamativo y a pesar de su edad, tenía la forma física de una mujer de 35 años). Gran parte de su físico lo debe a que ella siempre ha practicado gimnasio desde adolescente y que sigue practicando de vez en cuando.

Bueno yo vivo con ella y mi padre Julio el cual es un hombre tres años mayor que ella, bueno él no vivía con nosotros mucho tiempo, debido a su trabajo, y mayormente paraba fuera casi 4 a 5 meses y en ocasiones hasta 8 meses fuera de la casa. Nosotros ya nos habíamos acostumbrado a su ausencia. A pesar de este vacío, económicamente no nos quejábamos, porque él siempre nos proveía de lo necesario para vivir, e incluso mi mamá para no sentirse aburrida, trabajaba, de vez en cuando, en su carrera de abogada, pero como digo, era solo para matar el tiempo.

Ante estas ausencias de él, ella no se desmoralizó ya que como repito trabajaba y también observaba que le llovían pretendientes (en su trabajo, a veces algún vecino de la cuadra y uno que otro por allí). Pero no les daba importancia ya que siempre se dedicaba a mí, para así controlar su falta de amor como mujer.

Bien aquí viene el relato. Sucedió que antes mi mamá se cortaba y pintaba su cabello con una señora bien profesional (era la peluquera de la familia) pero de pronto, dejo de ir y empezó a frecuentar otra estética. Yo no sabía por qué, pero una tarde que vino una tía por parte de la familia de mi padre, le habló mucho de un tal Octavio, el cual era un peluquero muy bueno y que sabía dejar muy bello el cabello de las mujeres (y también otras cosas como narraré). Mi mamá al principio dudaba, pero cuando empezó a frecuentarlo, se notó cambios en su peinado, en pocas palabras, el tipo ese hacía bien su trabajo.

Pasaron algunos meses y un día ella me pidió que le acompañe a la estética de Octavio. Cuando fuimos y lo vi por primera vez me quedé impactado. Este hombre medía 1.75, claro como ella, un físico bien trabajado, unos brazos bien fuertes, sin mucho cabello y una barba tipo candado bien perfecta y curiosamente tenía la edad de mi padre. Con su sola mirada me dejó callado y cuando vio a mi mamá la saludo con un beso en la cara y al toque la atendió. Yo trataba de no despegar la mirada de ellos, ya que vi que este tipo mucho se reía con ella, le tocaba los brazos y le repetía palabras como

_ “MI AMOR” “ME EXTRAÑASTE”

_ “ESTÁS FUERTOTA COMO SIEMPRE”

Y ella le sonría y correspondía, de pronto dijo

_ “NOS MIRAN”

Y los dos me quedaron mirando. Cuando terminó de cortarle su pelo, le dijo

_ “QUIERES QUE TE LAVE TU CABELLO” (lo dijo de una manera melosa)

Pero ella le respondió que “OTRO DÍA” ya que venía acompañada. Ambos se despidieron y nos regresamos los dos a casa.

Por supuesto ver esta escena, me puso en alerta y comprendí que había algo entre ellos dos, pero lo disimulé (aunque les confieso que tan solo imaginarme a mi madre siendo enculada por ese tipo, me ponía muy excitado). Los días pasaron y un jueves tenía que llamar a un amigo de la escuela que debía llevar una tarea (estaba en quinto y estudiaba todo el día los jueves) pero mi celular estaba sin batería, entonces le dije a mi mamá si podía usar su teléfono, pero ella no estaba, así que decidí agarrarlo (pronto me llevaría una sorpresita) después de llamar, vi su wasap y de pronto encontré un mensaje de un contacto y sí era, el tal OCTAVIO, lo leí y me quedé sorprendido (más bien arrecho). Ellos habían hablado la noche anterior casi como dos horas y había mensajes como:

_ Octavio: Entonces mañana ricura, voy a las 10 a verte.

_ Susana: Si mi amor, vienes como todos los jueves.

_ Octavio: Listo, mi amor, te lavas bien tu panochita, sabes que me vuelvo loco con tal solo olerla.

_ Susana: Si mi amor y tú te lavas bien tu polla y tus huevitos.

_ Octavio: Sabes que eso es tuyo nena y de nadie más.

_ Susana: Jajajajaja.

_ Octavio: ¿Te ríes? Y bien que lo gozas cuando te la meto por tu vaginita y tu culito.

_ Susana: Ya lo sé, solo te hacía hora.

_ Octavio: Mi amor no te olvides tomar tu pastilla, sabes que me gusta preñarte, cuando estoy contigo.

_ Susana: Si me quedan unas cinco por ahora.

_ Octavio: Y ¿Cuándo me corro en tu boquita?

_ Susana: Sabes que eso no me gusta.

_ Octavio: Bueno, pero me encanta cuando me la chupas, hasta el fondo.

_ Susana: Sabes que me gusta marcar lo que es mío. Jajajajaja

_ Octavio: Bueno hasta mañana ricura.

_ Susana: Hasta mañana mi amor

Después de leer esto, inmediatamente dejé el celular en su sitio y me fui a mi cuarto a masturbarme, ya que esa conversación me puso bien arrecho. Mi mamá llegó y por suerte no se dio cuenta que había descubierto su secreto. Desayuné y me fui al colegio, pensando que hacer hasta que tomé la decisión de no ir a clases y regresar a mi casa y descubrir a los amantes.

Eran como las 9.30 cuando regresé a mi casa, para evitar problemas la llamé primero (para saber si estaba allí) que había olvidado un fólder en mi escritorio, y quería que lo trajera, pero me contestó que no estaba en casa y que llegaría después. Le dije que no se preocupará y que luego presentaría. Ingresé a la casa y no había nadie, dejé mi mochila en mi cuarto y al toque a esconderme en una parte de la sala.

Y por supuesto que los amantes llegaron a las 10 am, ella estaba con un vestido rojo y de una sola pieza y él en bibidi blanco y jean. Entraron y se sentaron en el sofá principal. Luego él comenzó a besarla con mucha lujuria y ella también. Seguían comiéndose la boca, hasta que él le tocó los pechos y los acariciaba, ella le quito el bibidi y vi su enorme pectoral bien trabajado, luego mi madre se sacó el vestido quedando solo en su calzón celeste, y este le seguía comiendo la espalda y de pronto se sacó el jean, junto con el bóxer y salió disparado una pinga, pero una señora pinga (era algo de 20 cm, muy blanca y se veía gruesa).

Mi mamá comenzó a chuparlo con mucha facilidad, se la mamaba la cabeza, el tronco y se la engullía toda (parecía una actriz porno) mientras su amante, le acariciaba el clítoris debajo del calzón. Acto seguido ella se paró dándole la espalda, mientras él le quitaba el calzón y una vez hecho, la levantó y comenzó a chuparle su culito, ella gritaba de placer como ¡ASÍ! ¡ASÍ! Sigue mi amor, y Octavio estaba chupe y chupe. Luego ella le mamó otra vez su pinga con mucha saliva y después se besaron sin importarles el asco de haber chupado pinga y culo.

Se pusieron de pie y se fueron al cuarto de ella. Yo esperé unos momentos para salir de mi escondite y cuando me acerqué vi que la puerta estaba semi abierta y se escuchaban unos gritos con movimiento de la cama. Por suerte me asomé un poco y vi como Octavio le estaba dando duro por la panocha a ella muy fuerte que ella solo gritaba y lo vi sudando a este hombre.

Luego colocó sus piernas sobre su hombro y le empezó a dar más duro, mientras le decía

_ “ZORRA TE GUSTA MI PINGA, BIEN QUE TE HACÍAS LA DIFICIL CUANDO TE PROPUSE LA PRIMERA VEZ”

Y ella solo gritaba:

_ “SI MI AMOR ME GUSTA TU PINGA”

Después de estar así, él se la sacó y le dijo que se la chupara, obedeciéndole sin demora, estaba chupando y le dijo:

_ “PARA NO ME QUIERO VENIR”.

Entonces le dijo que le alcance el gel anal que le había comprado, ella sacó un frasco de su mesa de noche, se la dio y comenzó a untar en su culito, mi mamá gritaba y luego su amante le chupo el ano, mientras se masturbaba. Luego le metió la cabeza jugueteaba y ella le decía “METEMELA POR FAVOR, YA” y Octavio se la metió de golpe y comenzó a penetrarle el culo, haciendo varios splish splish entre sus bolas y sus nalgas. Estuvo así un rato para después echarse en la cama y le ordenó a ella que se siente en su pingota, la cual al hacerlo mi madre gritó como poseída, lo cabalgaba bien hasta que la levantó la echó en la cama y otra vez penetró su panochita, pero ahora él gritaba

_ “ME CORRO, ME CORRO”

 Y dio un grito bien arrecho (se había vaciado en ella). Para acabar su acto, se besaron como dos locos, mientras él se echaba a su lado y ella lo abrazó meneándole su pene que aún estaba erecto. Después se durmieron un rato cansado después de tanto sexo.

Yo por supuesto que estaba con toda la arrechura encima y ya quería jalármela, pero esperé a que ellos se durmieran y subí despacio a mi cuarto, cerré y yo también a descargar mi leche que llevaba encima. Miré el reloj era como las 12 y sentí que los dos se dirigían al baño porque sentí abrirse la ducha. Me acerqué un poco y escuché no solo el agua que caía, también gemidos (lo estaban haciendo de nuevo). Los estaba escuchando hasta que sentí que cerraron la ducha y me escondí rápidamente. Apenas ví que los dos salían desnudos y mojados a secarse, después él se fue a la sala (a buscar su ropa) y mamá salió con otro vestido y sentí que cerraron la puerta.

Me acerqué a la cama y vi precisamente la sábana con rastros de semen y su calzón celeste (que estaba aún con el olor de sus jugos). Ese momento salí de mi casa y por la calle, timbré a mi mamá donde estaba y ella me contestó que había salido un momento y que compraría almuerzo, porque se le hizo tarde en el mercado (bien mentirosa eres zorra dije entre mí) pero contesté que normal.

Y desde ese día sé que mi madre y su peluquero son amantes, y que todos los jueves esos dos se revuelcan en mi casa, pero que importa. Ella es feliz y no me puedo meter. Luego contaré como fue cuando descubrí una tarde a mi mamá, mi tía Mariana, Octavio y otro hombre, en mi casa e intercambiándose sexualmente, pero eso es otro relato.