No fue un buen día para ser mesera

Era un día tranquilo en el bar, mesas atendidas, borrachos bebiendo y un jefe que se fue temprano para ver el juego en el televisor de su sala con unas cervezas.

Le toco cerrar el local y cuando el ultimo cliente pago y se fue, se puso a limpiar las mesas en su uniforme llamativo, que consistía en una falda a las rodillas, una playera con el logotipo del bar y su pelo sujeto en una cola de caballo.

Mientras terminaba de lavar los platos, con el ruido del fregadero con el agua cayendo entre platos metálicos y ella con sus audífonos a gran volumen jamás se percato cuando la puerta se abrió por simples vándalos que buscaban la caja fuerte.

Cuando se percataron de que había alguien dentro mientras uno vigilaba el otro fue rápidamente y ella apenas pudo reaccionar cuando el arma golpe en su cabeza fuertemente mandándola al suelo noqueada.

Cuando despertó estaba atada de manos a su espalda y los pis fijos a un banco, estaba en el ático del bar y de frente estaba quien la había noqueado apuntándole con el arma.

Cuando este pregunto porque casi no había dinero pues solo encontraron alrededor de 65 dólares solamente, ella respondió muerta de miedo que su jefe siempre se llevaba todo el dinero que ganaban al final de su turno o cuando el quisiera irse.

La frustración en las caras de ambos ladrones fue tal que ya que no tenían efectivo y ya habían entrado y robado, vieron a la chica cautiva con el pensamiento de «que es otra raya al tigre».

Rápidamente desgarraron su ropa y abrieron sus braguetas apoyándola en el banquillo y violándola duramente una y otra vez sin piedad, su semen caliente pronto lleno su trasero y su boca que aunque objeto no hacerlo el buen incentivo de una pistola en lugar de un miembro en su boca la cambio de idea a querer abrir lo mas grande posible.

Cuando su sed de sexo fue calmada ella lloriqueaba con las piernas bien abiertas derramando el blanco liquido.

Cuando decidieron marcharse la chica en su poca rebeldía dijo que los acusaría de violación y robo, eso fue lo peor que pudo hacer pues no tardaron en levantarla y atarla firmemente entre el balance de sus pies sobre un garrafón de agua, y pronto una soga que colgaba de una viga en el techo le rodeo el cuello firmemente.

El hombre le dijo que ya dependía de ella vivir para contarlo y le dio una fuerte nalgada que casi le hace perder el equilibrio y se marcharon satisfechos con el poco dinero.

Ella no tardo en que el garrafón rodara un poco de un lado a otro y trataba de mantener el equilibrio sintiendo la soga cortarle el aire en veces.

Su única esperanza era aguantar las 12 horas hasta que viniera los del turno de la mañana y la ayudaran.

Pero su celular en el mostrador de abajo ahora sonaba con mensajes de su grupo del trabajo donde su jefe cancelaba el día de mañana en labor para disfrutar una fiesta de parrillada en su casa, hoy era un jueves, el turno dl viernes se había cancelado y los fines de semana siempre se cerraba, o aguanta 3 días para vivir, o los ladrones volverían por ella, o simplemente el lunes por la mañana el bar tendría un inconveniente en el ático, solo el tiempo lo dirá.

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