No puedo parar de masturbarme. Incluso cuando tengo la regla

Estoy tumbada en la cama mientras pienso en las ganas que tengo de follar, hace días que no puedo parar de pensar en otra cosa. Sin darme cuenta me encuentro acariciando mi abdomen, mi cintura, voy subiendo hasta llegar a los pechos. Comienzo a acariciarlos poco a poco, con cariño, pues están muy sensibles debido a la regla. Mis pezones están erectos y yo cada vez estoy más y más cachonda. Me quito la camiseta y los pantalones, quedándome sólo con las bragas puestas.

Acaricio mis muslos, mi ombligo, la parte baja de mi tripa, hasta que llego a la tira de las braguitas. Recorro suavemente los bordes de mis bragas mientras aumenta mi calentón. Me desnudo del todo y comienzo a acariciar mi vulva. Tengo el coño escocido por la regla y el contacto constante con las compresas, pero eso no me detiene. Me meto dos dedos en la boca y tras llenarlos de saliva los conduzo a mi raja de nuevo. Ahora todo fluye mucho mejor. Acaricio mis labios mayores, mis labios menos, mi clítoris.

Según mis dedos se aproximan a mi vagina noto como estoy lubricando más y más. Pero de repente me doy cuenta, de que mis dedos están manchados de sangre. Nunca me ha importado tener los dedos llenos de mis fluidos, pero esto es diferente. Mis dedos están impregnados de una sangre oscura, por estar terminando mi menstruación. Algo me lleva a chupar mis dedos, que tienen un olor especial y un sabor que termina llevándome al clímax.

Ha sido la primera vez que me he masturbado teniendo la regla, pero puedo afirmar con seguridad que ha sido la vez que más he disfrutado de una masturbación.

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