Preparando la noche para un aniversario increíble

Omar pasó la tarde entera buscando el regalo perfecto para su novia, aquel día cumplían un año de novios y él quería que la cita que tendrían esa misma tarde fuera algo especial. Entró en una joyería a buscar algo hermoso y encontró un lindo collar de oro blanco con el dije de una flor en cuyo centro había una esmeralda. En cuanto lo vio, supo que era el indicado, así que sin pensarlo más, sacó su tarjeta de crédito y pocos minutos después salió de aquella tienda feliz, pues al fin tenía el regalo de su amada, Susana.

Habían quedado para la noche, la llevaría a cenar a un hermoso restaurante, después irían a bailar a un lugar que resultaba algo costoso, sin embargo, Omar quería complacer a su novia y ella tenía muchas ganas de visitar ese sitio. Un par de horas antes de su cita, mientras el salía de bañarse, su celular sonó y corrió entusiasmado a contestar, pensando que sería Susana, pues no había sabido nada de ella en todo el día. Cuando desbloqueó el celular, para su sorpresa, se dio cuenta de que se trataba de un mensaje proveniente de un número que él no conocía, pero vio que la vista previa incluía un video. La curiosidad pudo más que su precaución y abrió el mensaje, el cual solamente decía: que lo disfrutes.

En cuanto abrió el video sus ojos se abrieron mucho y sintió un fuerte dolor en la boca de su estómago, pues las imágenes que veía eran tan dolorosas como difíciles de creer. Susana se encontraba en medio de cuatro hombres, todos estaban sentados al rededor de una mesa mientras ella bailaba sobre el mueble, sensualmente, recorriendo su propio cuerpo con sus manos, tocándose las tetas mientras miraba a aquellos tipos sensualmente. Un sujeto salió desde atrás de la cámara y se acercó a ella. La jaló hacia él y ella solo se dejó llevar, con una enorme sonrisa en el rostro, el tipo puso sus manos en sus piernas y las fue subiendo hasta llegar a su nalgas, metiéndolas por debajo del vestido de Susana para luego bajar sus bragas. Ella se mostraba completamente cooperativa con aquel tipo que le quitó la ropa interior y la lanzó al rostro de otro sujeto, el cual se puso las bragas en la cara y las olió con morbo, mientras se aflojaba el cinturón, se desabrochaba el pantalón y sacaba su endurecido pene para después comenzarse a masturbar.

El tipo de pie que sujetaba a la chica, metió al cabeza debajo de su vestido y, aunque en el video no era visible lo que hacía, a Omar le resultó más que claro que le estaba practicando sexo oral a su novia, pues ella echó la cabeza para atrás, tomó al hombre de la nuca y lo apretó contra ella, comenzando a gemir intensamente poco después.

Los otros tipos comenzaron a desnudarse, uno de ellos se subió a la mesa y le quitó el vestido a Susana por encima de su cabeza, la tomó del cabello y la jaló hacia atrás para pegarse a sus labios en un apasionado beso. Omar no podía creer que aquello que estaba viendo en realidad hubiese pasado. Susana no necesitó ayuda de nadie para deshacerse de su sostén y dejar libres sus hermosos y enormes senos ante la mirada de aquellos tipos que estaban embobados viendo el espectáculo que la novia de Omar les ofrecía.

Tras algunos minutos los tres tipos que aun estaban sin entrar en acción, movieron todas las sillas y las apartaron, entonces Susana se recostó sobre la mesa, quedando con las piernas abiertas apuntando en dirección al tipo que le había estado comiendo la concha. Él miró a la cámara y sonrió mientras recorría los labios de Susana con su pene hasta encontrar su entrada y meter su miembro de un solo empujón. Ella gritó de placer y comenzó a gemir como loca mientras el hombre la penetraba con fuerza y violencia, haciendo que incluso en el video se escuchara el golpeteo de sus cuerpos al chocar. Otro tipo colocó el pene cerca de la boca de Susana y ella, sin decir nada, sin siquiera voltear a ver al hombre, engulló el miembro y empezó a succionarlo y recorrerlo con sus labios con desesperación.

El hombre que la penetraba aceleró su ritmo y comenzó a emitir gruñidos prolongados, señal inequívoca de que había eyaculado. Cuando salió del interior de Susana, otro más tomó su lugar. De aquella forma pasaron varios minutos en que hombre tras hombre penetraban a la chica y luego cambiaban de lugar, descansaban por un rato mientras otros la usaban y luego cuando recuperaban las fuerzas volvían a la carga. Uno de ellos quiso meterle el pene en el ano, pero Susana se negó, pues ella nunca lo había hecho por ahí, a Omar siempre le dijo que le daba mucho miedo, pues creía que sería muy doloroso. El tipo respetó su decisión y fornicó con ella por la vagina.

Omar no podía creer lo que acababa de ver, por un momento quiso creer que la habían drogado, que tal vez se encontraba en estado de ebriedad, sin embargo, cuando al final Susana se levantó, parecía estar completamente consciente de todo, desapareció del cuarto desnuda cargando sus cosas y uno de ellos se acercó a la cámara.

– Feliz aniversario, mientras tú trabajas y le pagas todas sus cosas, a nosotros nos busca para cogerla como tú no sabes hacerlo. Apuesto a que habías preparado todo un show para su primer año juntos, tal vez una cena, un regalo costoso – muchas carcajadas se escucharon y Omar notó que todos miraban a la cámara.

El hombre se retiró de la cámara tras unos minutos de estarse riendo, se sentó a tomar una cerveza y a ratos miraba de nuevo a la cámara y hacía señas obscenas. Los pasos de Susana se escucharon y poco después apareció, vestida con un vestido diferente, uno rojo muy entallado, con el pelo recogido en una coleta, maquillada impecablemente, usando tacones altos que hacían lucir sus piernas muy atractivas. Se despidió de todos con un beso en la boca y luego sacó un pequeño espejo, se miró los labios, corrigió un poco los desperfectos que provocaron los besos, les sonrió a todos y se fue. Nuevamente aquel tipo se puso frente a la cámara.

– Ahora va a su casa a dejar sus cosas y a esperarte, te va a hacer creer que estuvo arreglándose por horas, tal vez si la besas aún tenga el sabor del semen que se tragó hace un rato, pero en fin, que disfrutes tu aniversario.

El video terminó y él entendió que todo aquello había ocurrido ese mismo día. Omar sintió cómo su mundo se caía a pedazos, su corazón estaba deshecho y toda la felicidad que había sentido hacía tan solo unos minutos, se esfumó por completo. Se quedó ahí, sentado, mirando al vacío, sintiéndose engañado, solo, traicionado por la mujer que amaba. Pero minutos después miró el collar que había comprado, pensó en la reservación del restaurante y en todo lo que estaba dispuesto a gastar por complacerla. Luego pensó en cada ocasión en que había salido con ella, desde aquella vez que se conocieron en el bar y el le invitó varios tragos. Analizó a una gran velocidad cada evento, cita, reunión en la que había estado con ella, y fue en ese momento en que se dio cuenta de que ella solamente lo quería por lo que él le podía dar. Pensó detenidamente en cada ocasión en que él le había dicho que la amaba y entendió que ella realmente nunca le había respondido con aquellas palabras. Qué ciego había sido Omar.

Estaba decidido a no salir de casa aquella noche, ni siquiera le daría explicaciones a Susana, simple y sencillamente su relación había terminado, no quería saber nada de ella, pero justo cuando estaba a punto de desvestirse, su teléfono sonó nuevamente. Tomó su celular y vio que ahora el mensaje era justamente de Susana. Cuando lo abrió se encontró con una foto suya, vistiendo aquel vestido rojo, luciendo exactamente como la vio al final del video, luego leyó las palabras que le había mandado su novia: te espero amor, tengo muchas ganas de verte cielo, no tardes. Aquellas palabras fueron las que hicieron que Omar se decidiera hacer algo estúpido, llevado por el coraje que provocó en él, el cinismo de aquella mujer.

Terminó de arreglarse lo más rápido que pudo y salió de casa, subió a su coche y arrancó en dirección al hogar de Susana, quien vivía en una zona cercana a donde estaba el hogar de Omar. El plan había sido que el le tocaría el claxon y ella saldría de inmediato a buscarlo, pero Omar sabía que aquella tarde sus padres no se rescontraban en casa, pues ese fin de semana visitaban a familiares en otro estado, así que cuando llegó a casa de Susana se bajó del carro y tocó la puerta. Escuchó los pasos de la chica y de pronto la puerta se abrió, ella se sorprendió al verlo ahí parado y lo miró de pies a cabeza, ciertamente Omar era bastante atractivo, era un hombre alto y con una fortaleza ganada a base de horas en el gimnasio, su piel era clara y sus ojos de un enigmático verde oscuro. Aquella noche iba vestido con un elegante saco negro, una camisa azul que dejaba ver el espacio entre sus pectorales, pantalones negros y zapatos brillantes y elegantes. Susana sonrió al encontrarse son su mirada, y se acercó a él a besarlo, Omar la ignoró y pasó al interior de la casa, provocando un sentimiento de incertidumbre en ella.

– Tengo que pasar al baño, lo siento, no tardaré.

– Si cariño, adelante – ella creyó que la reacción de su novio al intentar darle un beso se debería solamente a su urgencia por ir a descargar, así que no le dio mayor importancia y decidió recoger su bolso y su chaqueta mientras Omar salía del baño, cuando lo hizo ella estaba de espaldas a él mirando su celular, Omar se acercó a ella con cuidado de que no lo escuchara y alcanzó a ver que se escribía con un hombre llamado Julio, no pudo leer mucho pero en un mensaje, el tipo le preguntaba si ya estaba con su “el idiota” de su novio y ella le decía que no le escribiera más por esa noche, que ella le escribiría en cuanto Omar la dejara.

La furia en el interior de Omar creció de golpe, no soportó que aquella mujer se burlara de él de esa forma tan humillante y no esperó un segundo más para llevar a cabo lo que quería hacer. Sacó de su sacó el collar que había comprado para ella, un objeto grueso que difícilmente se rompería. Ella se sobresaltó al ver las manos de Omar salir desde arriba de su cabeza sosteniendo aquel regalo pero sonrió al ver el collar, imaginando lo costoso que sería y colaboró con su novio para que se lo pusiera.

En cuanto el clic del seguro del collar se escuchó ella se dispuso a girar su cuerpo para besar a su novio, sin embargo, Omar no la dejo, se pegó a ella por detrás y comenzó a sobarle las tetas, y comenzó a dirigirla a la sala. A pesar de que aquel gesto le sorprendió a Susana, tras recibir aquel costoso regalo, dejó que Omar le hiciera lo que quisiera, sintió como aquel hombre le restregaba la verga entre las nalgas mientras ella las movía rítmicamente para hacer que el miembro se pusiera más duro y, cuando estuvo al punto de penetración, el hombre le levantó el vestido y le bajó las bragas con un rudeza completamente insólita en Omar, Susana lo notó pero no le dio importancia, por el contrario, se sintió orgullosa de poder provocar a ese nivel a un hombre.

Él la empujó un poco haciendo que Susana se inclinara y recargara sus manos en el respaldo del sillón, ella se dejó guiar mientras sentía como su novio tomaba su pene y lo pasaba entre los labios de su vagina, pero luego dio un respingo cuando sintió el miembro de Omar rosando la entrada de su ano. Ella trató de girar su cabeza pero Omar presionó sus hombros para impedírselo y comenzó a empujar por el único orificio de Susana que continuaba virgen. La chica trató de protestar pero Omar la acalló tomándola del collar y asfixiándola un poco con él. Susana sintió tanto miedo por aquella acción que no dijo nada más, ni puso resistencia mientras Omar seguía empujando para meter su pene en el culo de Susana. Entre escuchar los gemidos de dolor y ver cómo Susana enterraba sus uñas en el sofá, Omar fue poco a poco metiendo su pene cada vez más profundo dentro de Susana hasta que consideró que una buena parte estaba adentro y comenzó a embestirla salvajemente.

– ¡Para por favor para, me haces mucho daño! – gritaba Susana desesperada pues el dolor que sentía era demasiado y Omar estaba completamente fuera de control. Pero al escucharla, aquel hombre jaló el collar para atraer a Susana y pegarla a su cuerpo, quien al sentir la asfixia puso sus manos al rededor del objeto tratando de aflojar la tensión que ejercía sobre su cuello.

– No escuché que le dijeras eso a los cinco cabrones que te estuvieron cogiendo en la mesa, puta de mierda.

En los ojos de Susana podía verse el Terror que experimentó tras escuchar aquellas palabras, mientras Omar incrementaba la fuerza de sus embestidas, momento en que Susana sintió que algo en su interior se rompía, causándole tanto dolor que comenzó a llorar sin control, tratando de gritar pero sin lograrlo dada la presión que el collar ejercía sobre su cuello. Omar dejó de jalar el collar, tomó a Susana por las caderas y le dio algunas embestidas brutales que le dolieron como nunca antes nada le había dolido a Susana, pero sus gritos no pudieron escapar de su garganta pues tras la presión ejercida por el collar no podía hacer otra cosa que toser, en un esfuerzo de su cuerpo por hacer que entrara aire en sus pulmones.

Omar eyaculó en el interior de Susana, haciendo que su semen ardiera como si fuera fuego al entrar en contacto con las heridas que el hombre le había provocado en su interior. Omar se separó de ella y Susana se quedó tirada sobre el sillón, llorando por el dolor que sentía, en ese momento Omar se miró el pene manchado de mierda y sangre, se acercó a Susana, le abrió la boca y la obligó a limpiarle el miembro, a pesar del dolor, al mirar los ojos de Omar, ella sintió un profundo miedo y no puso resistencia alguna, no dejó de mamar el pene hasta quedó completamente limpio.

Cuando él se apartó, Susana clavó su vista en el suelo, las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. Omar la observó, ahí tirada, destruida, sintiendo un inmenso dolor, por un momento se sintió culpable, pero luego recordó el video y respiró profundo, ella se lo merecía.

– Te hubiera dado todo lo que quisieras, solo pedía lealtad y un poco de cariño, pero si prefieres vivir como una puta el resto de tu vida, es tu decisión – Omar había terminado de arreglarse la ropa y se disponía a irse – por cierto, dile por favor a tu amigo que me encantó el video, debería venderlos en vez de regalarlos, tal vez haría un buen dinero con ellos, el collar te lo puedes quedar, tómalo como el pago por tus servicios de esta noche – aquellas fueron las últimas palabras que Susana escuchó de Omar, antes de dejarla atrás, haciéndola sentir completamente humillada.