Relaciones Laborales, follando en Junio con la compañera de labores
Como todos los meses de Junio, en la empresa se realizan los controles de inventario.
Como trabajo solo en el deposito, mi jefe me dice que va a mandar alguien desde la sucursal para trabajar conmigo. Como siempre, medio en broma medio es serio, le pido que me mande una cajera.
A la media hora, golpean el portón y me sorprendo al ver que vino Dana. Una morocha de un metro 60 con terrible jeta, unas tetotas apetitosas, y un poto algo grande pero durito. Después de unos mates, empezamos a laburar. Terminamos bastante rápido y le avisamos al jefe. Cargamos los datos en el sistema y esperamos ordenes.
Como a la media hora de hablar boludeces, nos llama el jefe y nos dice que a ellos les falta como dos horas, que aprovechemos para almorzar y el nos avisaba cuando seguir. Fuimos a la roti de la vuelta y nos pedimos dos porciones de guiso, ya que era un dia fresco. Volvimos al deposito y nos acomodamos para comer.
Después de almorzar, Dana me dice como en joda (con una sonrisa picarona en sus labios), que re daba para una siestita. Ni lo dude y atore: “ya armo el catre… pero hay uno para los dos”. Lo arme y me acosté. Se saco la campera y me pregunto si habia frazada, a lo que respondí, sin decirle una palabra, abriendo mis brazos, como para abrazarla.
Me hizo la seña de ojito y se acostó a mi lado dándome la espalda. El catre de una plaza era perfecto para quedar bien pegaditos. Dormimos como una hora haciendo cucharita, hasta que quiso acomodarse y sintió que me “desperte”.
Tenia un sueño húmedo, por lo que se me había parado la pija; al despertar, sentí como Dana me sobaba por sobre el pantalón. Sin dudarlo, le agarre las tetas, y comencé a besarle la nuca.
Sin mediar palabra se incorporó hasta ponerse de pie, y comenzó a quitarse la ropa; si dudarlo hice lo mismo. Pude ver que su vedetina rosa estaba empapada. Me senté en el catre, ella se inclino sobre mi, me beso en los labios, se giro dándome la espalda, separo sus piernas y, tomando mi pene con su mano, lo guió hasta su concha, introdujo la cabeza y se sentó sobre mi, haciendo que mi verga le quedara toda adentro. Fue un cortito, pero uno muy bueno.
Mientras ella me cabalgaba, yo le sobaba con una mano sus tetas y con la otra acariciaba su clítoris. En unos diez minutos comencé a sentir su vagina contraerse y dejo de jadear para largar un profundo suspiro. Como pudo se incorporó y se puso de pie frente a mi. Al ver que aun continuaba erecto, la mire a los ojos, le guiñe uno y asentí con la cabeza. Entendió a la perfección, por lo que se puso de rodillas frente a mi, y comenzo a mamar. Se veía que no era su primera vez, por lo que no dure mucho. Cuando le dije que le iba a llenar la boca de leche, se la saco de la boca y, poniendo mi falo entre sus tetas, me masturbo hasta que eyaculé.
Con sus suaves manos limpio mi semen de mi pene y fue directo al baño a limpiarse.
Cuando salió entre yo y sono el telefono. Me dijo que era el jefe, diciendo que había mandado las diferencias por correo, que las viéramos y que hasta alli seria todo por hoy. Cuando salí del baño, nos vestimos, y entre besos revisamos las diferencias. Cuando terminamos, transamos otro rato, nos despedimos y, antes de irse me dijo: “Mañana vuelvo por mas”.