Sin pensarlo hice la primera locura de mi vida: puse la polla pegada a la cara de mi prima y ella al notarlo se apartó

Valorar

Espero que os guste este relato. Jamás pensé en hacérmelo con mi prima, y ni mucho menos pensaba que me lo haría con mi prima la primera vez… la verdad es que la historia tiene miga. Leed, leed…

Hacía más de un mes que no me dejaba ver por casa de mis tíos, ya que no tenía tiempo por los estudios, las obligaciones, y demás. El caso es que estábamos allí pasando una semana para el verano, en casa de mi abuela. Mi prima tiene la casa cerca, por lo que muy de vez en cuando venía a visitarnos, sobretodo porque le sobraba el tiempo, y más en julio.

Mi prima Mónica era una chica alta y delgada, la cara con pecas, muy buen cuerpo, pelo castaño, ojos negros, y tenia la nada despreciable edad de 18 años recién cumplidos. Yo, por mi parte, tengo problemas al describirme, porque nadie se lo cree y suena a topicazo. Bueno, el caso es que mido 1,81, rubio, ojos azules y un cuerpo del que no me puedo quejar. Me gusta mucho la natación y sobretodo el Full-Contact (dedico muchas horas a este deporte). Dicho sea de paso, tengo 20 años.

El caso es que aquella mañana no había nadie en casa de mi abuela, mi madre se había ido de compras, y mi padre y mi hermano habían ido con mi tío de caza. Mi prima se presento en casa, aburrida, para ver que le contaba.

Después de hablar un rato de nuestras cosas, la dejé jugando a la PlayStation cuando le dije que me iba a dar una ducha. Hasta aquí todo normal, si no fuese porque mi prima iba con un top amarillo muy ceñido que le dejaba ver el sujetador perfectamente. ¡Como estaba creciendo la niña! Tenia un culito estrechito que solía penetrar en las fantasías que me daban placer en mis pajas.

Fue meterme en la ducha y verme desnudo cuando me empecé a empalmar al pensar en estar en la ducha con Mónica. Era mi prima, pero había decidido no atormentarme por lo que pensara en mis fantasías, pues las fantasías… son eso, fantasías. Cuando acabé de ducharme me di cuenta que no había cogido el bañador para ponerme, así que me puse una toalla, me medio-sequé, y fui a la habitación a vestirme.

De repente me imaginé mientras cruzaba el pasillo la escena de cambiarme de ropa delante de mi prima, y nunca me había calentado tanto. La sola idea de que mi prima me viera en bolas me puso a 1000. De repente recordé que mi prima estaba en mi habitación, jugando con la consola.

Entré en la habitación, y le dije: -¿Que? ¿Dándole al Gran Turismo no? Y ella me dijo: – Ya ves. A ver si me compro una, pero es que no tengo un duro. Todo lo que tengo me lo gasto antes de darme cuenta. Ni corto ni perezoso saqué el bañador del cajón, y recordando el morbazo de que mi prima me viera desnudo, me dispuse a cambiarme detrás de la puerta del armario de mi habitación. Me quité la toalla y cogí el bañador con las dos manos, cuando le dije a mi prima: -¿Que tal tu hermano? así que para responderme se volvió hacia mí, y estratégicamente estaba en una posición en la que se me veía todo… así que mi prima me vio el cipote. Cuando noté que me miraba, un cosquilleo recorrió mi estómago. Era la primera mujer que me veía así, además de que yo era aún virgen. Pero por poco tiempo.

Como si no hubiera pasado nada me dijo: -Míralo! Cambiándose aquí delante de las damas… Y se rió. -Perdona, no me di cuenta (le dije yo). -No pasa nada (me dijo), que somos primos y me has visto muchas veces desnuda de pequeña. Y era verdad, aunque de aquello ya hace mucho tiempo.

Como si no hubiera oído nada, yo estaba en un estado de zombi total. Tenia unas ganas de follármela que me hubiera dado igual que fuera mi madre. Quería follar con ella. Sin haberme puesto el bañador aun me senté a su lado con la polla colgando. O medio colgando, porque empezaba a aumentar de tamaño alarmantemente. Me puse una camiseta por hacer algo, y luego hice un giro intencionado para que mi polla rozara su hombro al levantarme.

Como llevaba los hombros desnudos, le roce con la punta del capullo en su suave piel adolescente. Se dio la vuelta y me dijo: -¿que haces? Y yo me disculpé de nuevo: -Perdona, es que no que me ha pasado… Intenté aparentar vergüenza en vano, cuando ella me dijo: -¿Se te levanta? En que estarás pensando cabrón! (mientras se reía) No te preocupes que ya sé que te ha pasado sin querer hombre… pero vístete ya!

Fue entonces cuando me quede detrás de ella mirándola ahí sentada en la cama…. mientras yo estaba con la polla completamente tiesa. Sin pensarlo hice la primera locura de mi vida: puse la polla pegada a la cara de mi prima y ella al notarlo se apartó y dijo: -¿Pero que coño haces? ¿Estás loco?! Me eché sobre ella mientras se apartaba, y tenia mi polla a la altura de su obligo, desnudo por el top. Me miraba con cara enfadada pero esperando a ver que iba a hacer. Yo tenía la polla a punto de estallar, y me atreví a decirle: -Nunca he follado prima, déjame tus manos por lo menos para hacerme una paja.

No dio tiempo, me di un par de sacudidas a la polla y un disparo de leche salió de mi polla hasta el vientre de mi prima, pringándole el pantalón. -Yo… lo siento, le dije. -No… no pasa nada. Pero no lo vuelvas a hacer. Se levantó y se fue a limpiar el “desaguisado”.

Yo me quedé tumbado en la cama mientras ella regresaba. Entró en la habitación, y me dijo en voz muy baja: -A ver, explícame que te pasa…

-Yo… quería saber como se siente uno al estar con una mujer. No porque fueras tú, ha sido el momento.

Sonrió y me dijo: -No esta bien que hagas eso conmigo, somos familia. Si querías una paja habérselo pedido a tu novia, que varias has tenido. Le dije que era virgen, y después de unas cuantas palabras que ya ni recuerdo, me dijo: -Total, ya te la he visto, y por sobártela un poco no vamos a hacer nada peor de lo que ya has echo. Déjame que te la masajee un poco.

Ella también era virgen, pero sabia perfectamente como darme placer.

-Gracias, le dije, mirándole a los ojos mientras ella me miraba. Me subía y me bajaba la polla con firmeza, mientras la otra mano se echó sobre mis huevos, y me dijo: -Por esta vez pase, disfruta de la paja… Y bajó su mirada hasta la polla.

Empezó a meneármela más rápido, y no me dio tiempo a nada, lo reconozco, mi semen brotó enseguida dejándole la mano manchada de semen. Retiró la mano para limpiársela cuando la interrumpí: -No por favor, no pares ahora. -Pero si te acabas de correr! (me dijo ella) ¿Aún te quedan ganas de más? Estaba muy cachondo, y solo quería algo más… le pedí por favor que me dejara metérsela. No quiso, y no la culpo. Era algo muy fuerte. Tampoco me la iba a chupar porque nunca lo había echo… Le toqué los pechos y le dije: -déjame tus tetas y no te pediré nada más.

Debía estar muy caliente porque ni se inmutó. Se sacó el top, se quitó el sujetador, y metió mi polla entre las dos tetas. Empezó a menearme de arriba abajo, muy fuerte y sin parar. De repente hizo lo que no me esperaba: tocó con la punta de su lengua mi polla, para acabar metiéndose el capullo dentro, mientras mi polla seguía entre sus tetas. Un par de movimientos y… plaf! La poca leche que quedaba dentro de mi salió disparado hacia su garganta. La chupó hasta el final, se levantó, se vistió, y se fue a duchar.

No volvimos a dirigirnos la palabra hasta el día siguiente. Pero eso es otra historia, que algún día os contare…

Un saludo, y espero que os guste la historia de mi primera vez! Algún día puede que mi prima Mónica os cuente alguna de nuestras correrías también. Si queréis poneros en contacto conmigo.

Adiooos!!!

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *