Un trío espectacular entre dos personas muy cachondas

Cómo ya les he comentado, me llamo Daniela, soy una chica de 25 años de Venezuela, específicamente de la ciudad de Barquisimeto.

Lo que les contaré hoy, sucedió hace aproximadamente dos años y medio, cuando ya tenía bastante tiempo de novia con José. Ya sabrán que a medida que fueron aumentando nuestros encuentros sexuales fui descubriendo cosas que me gustaban cada vez más; por lo que llegue a probar sin planearlo, el sexo anal, y me gusto de una forma increíble, cosa que hasta el día de hoy puedo decir que mis mejores orgasmos han sido haciendo el amor de esa forma con mi novio.

Para refrescarles la memoria, soy un chica de aproximadamente 1,60 m de alta, cabello largo hasta mis caderas, pequeños senos pero de nalgas redondas y grandecitas, consideró que tengo un hermoso cuerpo y un tono de piel morena clara.

Teníamos tiempo planificando una “escapada” de nuestras ocupaciones y poder pasar una noche juntos, para amarnos como es debido ya que vivo en una residencia porque no soy de la ciudad y el vive con sus padres aún.

Planificamos hasta que por fin se dio la fecha tan ansiada por ambos. Al finalizar la tarde, José se desocupó de sus actividades y me busco por mi trabajo, aproximadamente a las 6 de la tarde; previamente yo había dicho a las personas de mi residencia que me quedaría a dormir donde una amiga que estaba cumpliendo años, por lo que llevé mis cosas en un pequeño bolso; en el cual llevaba unos cuantos juguetes que hemos comprando, específicamente un plug anal, un vibrador y unas esposas de tipo policía.

Me monte al carro y nos saludamos con un hermoso y húmedo beso apasionado como si tuviésemos meses sin vernos, después de preguntar cómo había estado mi día, arrancamos y nos dirigimos hacia un hermoso hotel bastante elegante en el centro de la ciudad, llamado “Eco Boutique”. José ya había reservado la habitación y al llegar, nos dieron la bienvenida y nos entregaron las llaves de la habitación.

Nos dispusimos a subir y al entrar a la hermosa habitación donde todo era color blanco con una pared de vidrio que da vista a la ciudad desde el piso 5, ubicamos nuestras pertenencias y sin mediar palabra nos dimos un apasionado beso acompañado de un abrazo y unas “agarraditas” bastante excitantes.

Luego de eso le dije “traje algo que te va a gustar”, y me dirigí a mi bolso para mostrarle los juguetes debido. José con una sonrisa de picardía me abrazo y me beso apasionadamente diciéndome que me amaba y entre risas caímos en la cama, lugar donde sucedería por primera vez algo que jamás imaginé sentir.

Acostados en la cama aún con mi uniforme de ejecutiva de pantalón de vestir ajustado que me deja ver muy bien mis curvas y una camisa de seda blanca, acariciaba a mi novio mientras literalmente me lo comía a besos, estaba sentada sobre el; quien vestía un Jean y una franela ajustada a su cuerpo que lo hace ver bastante atractivo ya que es de contextura atlética.

Nos fuimos besando y mi labial rojo se regó por toda su boca y la mía, poco a poco fue besando mi cuello y desabotonando mi camisa, hasta quitármela y dejar al descubierto mis senos con un brasier color blanco. Me besaba el pecho y el cuello, me susurraba al oído que me amaba, que era suya, cosa que me puso a mil. Inmediatamente le desabotone la camisa y la retire rápidamente dejándolo solo en Jean.

Luego el soltó mi brasier y quede descubierta, por lo que se dedicó a besar mis senos muy suavemente y a succionar mis pezones uno y después el otro, mordiendo suavemente. El sabe muy bien que eso me encanta. Luego le desabotone el Jean y rápidamente se lo quite, quedando mi hermoso novio en bóxer que tenían una liga gruesa con las palabras “Ralph Lauren” de color negro. Era muy evidente su enorme erección e incluso se notaba ya humedad donde quedaba la punta de mi amado y deseado pene.

El me ordenó que me parara en la cama y poco a poco desabrocho mi pantalón de vestir y lo bajo poco a poco dejándome solo en un hilo al estilo tanga de encaje blanco, el cual me queda muy bien, es bastante pequeño y el color hace contraste con mis nalgas las cuales hacen que se desaparezca en medio de ellas.

José de u jalón me acosto en la cama boca abajo y me beso la espalda mientras sus cálidas y suaves manos acariciaban mi trasero que tanto me gusta. Así fue bajando hasta que besó cada una de mis nalgas y beso la parte de la pierna donde inician las nalgas, cosa que me produjo una enorme excitacion y cosquillas a la vez, y empecé a sentir mi humedad entre mis piernas.

En ese momento me dijo al oído “hoy serás mía a ciegas”, eso me sorprendió y me lleno de ansiedad y lujuria, y luego procedió a poner una corbata que había llevado sin que me diera cuenta, cubriéndome suavemente mis ojos sin déjame ver nada. Una vez estuve cegada por completo me dijo al oído “has sido una niña muy buena pero igual mereces un castigo”. Sentí al instante un escalofrío de emoción recorrer mi cuerpo.

Le dije que en mi cartera estaban los juguetes que había llevado, cosa que él ya sabía, así que los busco rápidamente y los dejo a la mano, junto con un lubricante que habíamos comprado semanas antes en Farmatodo.

Yo intencionadamente levante mis caderas pare dejas más expuestas mis hermosas nalgas, cosa que el no pudo aguantar las ganas, y me quito lentamente mi hilo, el cual ya estaba humedecido. Yo levante aún más mis caderas sabiendo lo que iba a hacer, inmediatamente José abrió mis redondas nalgas y empezó a besar los alrededores de mi vagina, sentía cómo la excitaciones fue aumentando rápidamente, hasta qué pasó delicadamente su lengua desde mi clitoris hasta mi pequeño orificio trasero, sobre varios gemidos de la excitacion tan grande que había producido eso en mi.

Seguidamente siguió pasando su lengua por mi humedecida vagina y poco a poco entraba y salía de ella, hasta concentrarse en mi clitoris, el cual acariciaba en forma de círculos e hizo que literalmente le pidiera que entrara en mi, sin embargo José no lo hizo aún. Seguía jugando con mi clitoris con sus dedos mientras que repentinamente con su lengua empezó a juguetear con los alrededores de mi ano, como ya saben es algo que me pone a mil, necesitaba que me penetrara, mi vagina pedía a gritos ser embestida con fuerza.

Luego de unos minutos de jugueteo, su lengua entraba y salía con facilidad de mi ano, mientras sus dedos jugaban con mi clitoris y alternaba metiéndolos a mi humedecido seco. José tomó el plug anal y poco a poco empezó a meterlo en mi agujero pequeño mientras continuaba acariciando mi clitoris; la excitacion me invadía y logré notar que José se quitó su bóxer, sentía la humedad de su pene gotear en mis piernas mientras él jugaba con mis agujeros expuestos a su total disposición.

Con una mano tome su pene y con su misma humedad logré lubricarlo y jugaba suavemente con su glande, le encantaba, decía que me amaba, y besaba repentinamente mi espalda mientras yo seguía con mis ojos tapados sin poder ver nada.

Cuando me di cuenta el plug estaba totalmente dentro, me sentía estrecha pero sin sensación de dolor, me encantaba. Le dije a José que se acercara a mi cara, lo que hizo sin dudar y empecé a besar y jugar con su pene, pasaba mi lengua desde la base hasta la punta, acariciaba sus testiculos y succionaba suavemente la punta, mientras él me agarraba el cabello de una forma suave pero dominante, disfruté mucho tener aquel miembro dentro de mi boca. A los minutos José me puso boca arriba y en la clásica posición del misionero, mientras me besaba, entro suavemente en mi vagina la cual estaba humedecida por lo que entró fácilmente. Esa sensación de sentirme oenetrada y a la vez tener el plug puesto fue algo increíblemente delicioso.

Empezamos a movernos lentamente mientras él sujetaba mis manos y besaba mi cuello, bajaba hasta mis senos y los succionaba, mordía suavemente mis pezones, los dos estábamos a mas no poder, sentía que lo amaba, que éramos una sola persona.

Después de algunos minutos de total pasión José salió de mi y me dijo que me volteara, por lo que inmediatamente me levante pero lo empujé sobre la cama y me subí arriba de él, agarre su pene y lo puse en la entrada de mi vagina y me senté sobre el, empecé a cabalgarlo lentamente a un ritmo sin detenerme, mis gemidos seguían uno tras otro mientras él agarraba mis nalgas y las abría totalmente, el sabe que eso me encanta, solo imaginar cómo nos veíamos desde atrás me producía enorme morbo.

Me daba nalgadas suaves y con sus dedos acariciaba los alrededores del plug el cual estaba dentro de mi ano, me sentía completamente penetrada, me sentía muy mujer. Nos besábamos mucho muy lentamente, hacíamos el amor de una forma increíble.

Decidí retirar el plug lentamente el cual salió con facilidad y sin decirle nada avise agarre su pene y lo lleve a la entrada ya dilatada de mi ano, empecé a jugar en la entrada y fui introduciendo lentamente el glande en mi, en ese momento José se dio cuenta que estaba cambiando de agujero lo que hizo que se excitara aún más. Con ayuda del lubricante su orne entró lentamente en mi, sin dificultad, causándome esa sensación de placer tan enorme que ya conozco. En unos instantes estuve totalmente penetrada analmente, y empecé mis movimientos muy lentamente. El rose de mi clitoris sobre su pubis y su glande entrando y saliendo de mi ano causó una excitación extremadamente grande en mi.

Entraba y salía con facilidad, mi sexo de una semana y media sin rasurar le causaba una excitacion a José la cual ya conozco, le gusta que esté así, sin rasurar por unos días, ese rose de mi clitoris seguía y yo humedecía su pubis con mis fluidos vaginales. José me ordenó que me pusiera como se dice vulgarmente en 4, lo que hice sin dudarlo.

Una vez así José me jalo del cabello dejándome arrodillada delante de él, y de esa forma yo misma tome su pene con mi mano y lo llevé hacia mi ano nuevamente. Entro con una facilidad increíble, sin ninguna molestia alguna. José se inclinó un poco sobre mi espalda y empezó a jugar con sus dedos en mi clitoris mientras yo sola me movía haciendo que su pene entrara y saliera de mí causándome una sensación placentera que no puedo describir.

Para mi sorpresa José agarro el vibrador y lo dirigió hacia mi vagina, lo encendió a velocidad media y empezó a jugar alrededor de mi clitoris, mi orgasmo estaba cerca, mis piernas temblaban.

Tras unos momentos de yo misma moverme, José empezó a hacerlo suavemente y sin decirme nada introdujo el vibrador en mi húmeda vagina, haciéndome sentir una sensación que jamás había sentido, me sentí doblemente penetrada, me sentía tan perversa, tan amada, tan sucia, haciendo sexo anal que para tantos es algo prohibido o mal visto, siendo penetrada a la vez por mi vagina, fue un momento donde toque las estrellas.

José me dijo al oído “estamos haciendo un trío, entre nosotros dos”, cosa que subió mi excitacion a un nivel increíble. Estábamos haciendo algo que jamás habíamos hecho. José se movía suavemente y el cobrador causaba una sensación que hasta José lograba sentir dentro de mi. Así sentí mi orgasmo venir, mis piernas temblaban y con gemidos fuertes logré llegar a mi extasis, vi el cielo de cerca, mi vagina humedeció aún más, mi ano apretaba con las contracciones causadas por el orgasmo el pene de José, quien inmediatamente llegó también al orgasmo, introduciendo completamente su pene dentro de mi, me sentí tan suya, penetrada por todas partes y llena de su semen en mi interior.

Retire el vibrador dentro de mi y José descubrió mis ojos, nos vimos a los ojos estando aún el dentro de mi y nos dimos un romántico beso, me decía que me amaba y yo correspondía con las mismas palabras.

Poco a poco José, salió de mi agujero trasero, y nos acostamos abrazados. José muy amablemente con una toalla pequeña seco el lubricante y mi humedad entre mis piernas y seco toda él área en medio de mis nalgas que estaba humedecida por lubricante y un poco de semen; igualmente yo agarre la misma toalla y seque su pene y lo abracé con mucho amor.

Estuvimos así unos minutos hasta que decidimos alistarnos para ir a comer al restaurante del hotel. Está demás comentar que la noche siguió transcurriendo e hicimos el amor incluso en horas de la madrugada. Sin ser una fecha especial, hicimos un trío de dos. Al día de hoy seguimos amándonos de tan forma y tenemos pendiente una escapada similar.