Una actividad colegial que termino en una rica tarde de sexo

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Hola a todos! Este es mi primer relato, me presento mi nombre es Romina, tengo 21 años de edad. Soy una chica de estatura media (1,65), delgada, piel color canela, cabello largo liso y negro, con buenas piernas y un trasero muy firme y grande (me encanta ir al gym) y unos pechos grandes jajaja copa 36C (naturales :3).

Siempre me consideré una chica muy abierta, de familia liberal y muy calenturienta. La razón de escribir es porque siempre me la pasaba leyendo las variadas historias que existen en esta página, entonces decidí probar qué tal me va.

Bueno comencemos… este relato inicia en mi año de bachillerato, mi curso debía organizar una actividad por un día festivo, por lo cual cada uno tenía una función determinada que cumplir, a mi me tocaba acomodar las sillas junto con Roberto (un chico atlético de 1,85, piel morena), para poner las sillas en el salón debíamos bajar al depósito que se encontraba en un sector un poco alejado de todos, cuando empezamos la tarea de acomodarlas yo bajé primero al lugar, era estrecho y un poco incómodo para moverse, yo estaba delante de Roberto para levantar las primeras sillas plegadizas que se encontraban hasta en el suelo, me agaché a levantarlas y sentí como su mirada se clavó en mi culito, que por la falda del uniforme, se marcaba y notaba redondito… yo al darme cuenta del hecho, empecé a sentir como mi vagina empezaba a palpitar, me estaba excitando por la situación. Continuamos organizando todo y yo empecé a insinuarme a Roberto, al levantar las sillas movía mi trasero o me pegaba mucho a él al momento de bajar al depósito. Cuando terminó la actividad, había que ordenar nuevamente todo como estaba, la mayoría de mi curso se fue a jugar y se alejaron, solo quedamos Roberto y yo guardando las sillas, aproveché ese momento, estaba muy caliente y tenía ganas de que pase algo… al acomodar todo en el depósito yo me acomodé de 4, simulando que acomodaba y pegué mi culo en la entrepierna de Roberto, el se dio cuenta, quiso hacerse para atrás, pero yo me lo insinué y empecé a moverme de arriba a abajo, le miré muy pícaramente y le dije: “Quieres ver lo qué hay debajo de la falda?”.

Él solo asintió con la cabeza y fue suficiente para que yo pueda cumplir con mi cometido. Le baje el pantalón y ya la tenía en su punto, era una verga como me la imaginaba, relativamente grande (21 cm) con una cabeza más gruesa que el tronco, yo sabía que alguien podía bajar así que decidí apurarme, empecé a mamar como si fuera una paleta, le daba besos en la punta y me la metía toda hasta el fondo, se la deje bien babosa… mientras tanto él ya había vuelto a la realidad y estaba disfrutando de la mamada. Después de un par de minutos así, le dije: “Quiero que me la metas, pero apresúrate en terminar para que nadie nos descubra”. Me apoyé en las sillas lo más empinada que pude para que él pueda tener una mejor vista del panorama, precedió a levantarme la falda, yo estaba con un cachetero color blanco, empezó a bajarlo y estaba tan mojada que mis fluidos traspasaron la tela del cachetero. Él agarró su pito y lo frotó un par de veces en mi vagina para humedecerlo, yo estaba lista para recibir esa verga, empezó a meterlo y yo disfrutaba con cada centímetro que entraba en mi. Cuando me tenía bien clavada, empezó a embestirme, yo inevitablemente empecé a jadear y gemir, el ritmo era muy bueno, sentía que pronto me iba a correr, para estimularlo un poco más le decía cosas como: “Mmm ahhhh así, que rico, dámela toda, me encanta tu verga”. Me agarró de la cadera y empezó a darme muy duro, mis tetas rebotaban por debajo de la camisa y mi sostén, yo estaba en éxtasis, sentía como perdía el sentido de la realidad y de repente estallé en un orgasmo riquísimo, usé una mano para masajear mi clítoris y así extender el orgasmo un poco, mientras con la otra me mantenía apoyada en las sillas… las piernas me temblaban, pero él aún no terminaba, siguió con sus embestidas por unos minutos más, yo seguía disfrutando, cuando sentí que empezaba a darme más pausadamente, me saqué su verga y me arrodillé, empecé a mamarla y masturbarla, de golpe sentí un buen chorro de semen que recorrió por mi garganta, seguido de chorros más pequeños que se quedaron en mi boca, me lo tragué todo mientras limpiaba con mi lengua los restos de semen, hasta dejarla limpia. Luego me levanté, me subí el cachetero, me acomodé la falda, le di un beso muy húmedo y me fui al curso a descansar un poco.

Espero les haya gustado mi primer relato, besos 😘 a todos los que lo lean