Iniciándome en el mundo gay a través de internet

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Aprovechando estos días voy a empezar a contaros como después de muchos años curioseando por chats y Skype me pudieron las ganas y el calentón y empecé a quedar con tíos.

Lo primero, presentarme. Me llamo Alex, 28 años, educado, guapete, gordito (pero siempre que me ven me dicen que estoy buenorro) y con vida hetero y pareja. Desde los 15-16 años empecé a curiosear por chats, ver porno gay y hasta pajearme metiéndome cosas por el culo, pero nunca pasaba de ahí. Y mi morbo siempre era el mismo, hombres mayores de 40-45, masculinos, que se follaban a chicos como yo, que disfrutaban mamando y que se corrían mientras le clavaban en el culo la polla hasta el fondo.

Hasta este año había chateado con bastantes tíos, montado relatos, pajeándonos por cam y hasta diciendo de quedar y dejándolos tirados a última hora con cualquier excusa (lo siento a todos los que os deje tirados), pero siempre acababa pajeándome hasta correrme y pasando del tema, sintiéndome un poco cortado y avergonzado hasta que volvía a darme el calentón. Uno de esos tíos era Pablo, con el que me calentaba por Skype cuando coincidíamos, 47, alto, pelo canoso, sólo Activo y al que le gustaba quedar con chicos jóvenes y dominarlos.

Desde el primer momento tuve feeling con él, sabía cómo pasar de ser educado y correcto a contarme como se había follado al último chico con el que había quedado o cómo me acabaría follando a mí, poniéndome muy caliente cada vez que hablábamos, mostrándome por cam como se pajeaba mientras me veía y siempre insistiéndome para quedar en persona ya que estábamos más o menos cerca y ayudarme a probar todas esas cosas que tanto me calentaban.

Uno de esos días fue a mitad de Febrero, hacía mala tarde y yo me había quedado en casa sólo, por lo que metí en Skype y en páginas porno a ver que encontraba para calentarme, cuando al instante me saltó Pablo:

– Pablo: Buenas Alex, que tal?

– Alex: Buenas! Bien, en casa, que me han dejado un rato solo

– P: Si? Yo me he quedado sólo en la oficina

– A: Que bien, así podemos jugar tranquilos que hoy estoy muy caliente.

– P: Tienes muchas ganas de jugar?

– A: Muchas

– P: A ver, enséñame lo caliente que estas

Acababa de encontrar en un momento lo que buscaba para calentarme, me quité la ropa y le mandé unas cuantas fotos de mi culo y de mi polla, sobándomela bien para que saliera bien dura, y poniéndome aún más caliente.

– P: Vaya, si que estás salido hoy

– A: Mucho tio, llevo todo el día caliente, desde que me levanté

– P: Tienes muchas ganas de polla?

– A: Muchas!

Justo en ese momento me mandó una foto de su polla, empalmada y descapullada, muy mojada

– A: Uffffff Esa foto es de ahora?

– P: De ahora mismo, llevo mucho tiempo sin quedar y tengo muchas ganas

– A: Desde cuándo?

– P: Hace casi dos meses

Nada más poner eso, me hizo una videollamada y en cuanto la acepté saltó a mi pantalla su polla, con el capullo brillante mientras la pajeaba muy muy despacio. No tenía una polla muy grande, pero era bonita, con un buen capullo, clarita, depilada y enseguida la tenía dura.

– Qué te parece Alex? No tienes ganas de probarla?

Al ver su polla y escuchar sus palabras el corazón se me puso mil, estaba hipnotizado viendo como salía su capullo brillante, imaginándola delante de mí…

– Vaya cara de vicio tienes ahora mismo nene… – ni siquiera había caído que él también podía verme mientras estaba en bolas mirando su polla – Y esa boquita… seguro que le gustaría tener mi polla dentro y chuparla bien

No era la primera vez que poníamos cam, de hecho Pablo era de los pocos a los que no me esforzaba en que no viera mi cara, aunque normalmente eran sólo de cuerpo las videollamadas. En ese momento movió su cámara, dejando el primer plano de su polla para enfocarse en su despacho, sentado en su escritorio, en camisa y chaqueta

– Alex, estamos los dos muy cachondos, estás deseando probar mi polla y tengo el despacho solo, vente que lo vas a pasar muy bien

– Ya sabes que yo nunca…

– Tranquilo, ya lo sé, no te preocupes por eso – me dijo muy seguro – ya nos hemos visto y hablado, sabes con quién vas a quedar y sé que es lo que te gusta

– Si…

– Ya sabes que estoy acostumbrado a quedar con chicos novatos como tú – seguía hablando tan tranquilo y seguro que me contagiaba – y que se lo pasan siempre muy bien en cuanto se atreven a probar

– Ya…

– Vamos a quedar en la esquina de la Caixa que hay bajo mi despacho, nos vemos en persona y si quieres subimos – no me dejaba tiempo para pensar en todo lo que decía – y así puedes ver mi polla en directo y hacer lo que quieras con ella, ¿de acuerdo?

– Vale… sí… – conforme decía esto me sorprendía a mí mismo como me había convencido para quedar realmente – pero no te prometo nada, ok?

– Sólo nos saludamos en la calle y hacemos lo que tú digas Alex – dijo sonriéndome – bajo en 5 minutos y te espero allí, hasta ahora.

Nada más decir esto cortó la videollamada y salió de Skype, quedándome en ese momento en mi cuarto en bolas y nervioso, dudando si ir, pero el calentón que tenía no me dejaba pensar en otra cosa que en la polla de Pablo. Empecé a vestirme y salí a la calle, el sitio estaba muy cerca, pero se me hizo eterno, iba muy nervioso y antes de llegar di un pequeño rodeo para poder ver la esquina y ver si estaba él allí.

Me asomé desde un callejón y vi a un hombre alto en la esquina. Aunque era una calle más o menos importante, era de noche ya y después de toda la tarde lloviznando la calle estaba prácticamente vacía. Salí del callejón y empecé a acercarme por la acera de enfrente, iba casi temblando, cuando el me vió, ya no había marcha atrás. Esperé al semáforo y crucé hasta donde estaba él

– Buenas Alex, no sabía si ibas a venir – me dijo sonriéndome y con voz cálida.

– Pues aquí estoy jejejej – reía nervioso

– Ya veo – me dijo mirándome de arriba abajo – me alegro de que te hayas animado, tenía muchas ganas de conocerte, vamos a mi oficina que se estaremos más a gusto.

Después de los momentos de nervios, el encontrarnos y verlo igual que como era por cam, saludándome tan normal, me tranquilizó un poco y empezamos a caminar para su oficina sin ni siquiera pensármelo.

– Has tardado muy poco, estamos bastante cerca – decía mientras caminaba a mi lado – la oficina está aquí al lado y no hay nadie

Andamos un par de calles y nos acercamos a un portal

– Es aquí, en el Séptimo, vamos al ascensor.

Entró el primero en el ascensor, era pequeño, y yo me coloqué delante suya

– Ven, gírate

Me puso mirando para la puerta, pulsó el botón del piso y las puertas se cerraron, pegándose por detrás a mi y empezando a susurrarme al oído

– Eres mucho más guapo en persona Alex, ya verás que bien te lo vas a pasar – me decía al oído mientras empezó a cogerme el culo – vamos a hacer sólo lo que tú quieras

Sus susurros me hacían notar un escalofrío por todo el cuerpo, se me erizaba la piel y el corazón se me ponía a mil, cuando me cogió la mano y la llevó a su paquete, para que notara que la tenía dura. Justo en ese momento llegamos a la planta 7ª y se abrió la puerta del ascensor, yo salí y Pablo pasó delante de mí, dirigiéndose a la puerta de la oficina, la abrió y entramos. Pasé tras él, había una especie de mostrador y un pasillo a la izquierda con varias puertas

– Ven – me dijo tras cerrar la puerta de la calle y abriendo una de las puertas del pasillo – pasa por aquí

Entramos a su despacho, enseguida reconocí las estanterías que había tras la mesa y que había visto por la cam. Era un despacho no muy grande, Pablo se colocó en el escritorio, dejándose caer en el filo de pie y otra vez cogió mi mano y la llevó hasta su paquete para que lo sobara por encima del pantalón. El guiaba mi mano, haciendo que siguiera la forma de su polla, hasta que dejó que siguiera yo solo, sobándosela mientras sonreía disfrutando del espectáculo de ver a otro chico en el saco.

Sin decir nada apartó mi mano de su paquete y se abrió el pantalón, sacándose la polla y me miró con su sonrisa, mientras que a mí se me fueron los ojos a su polla. La sensación no tenía nada que ver con verla en la pantalla. Volvió a agarrarme de la muñeca y llevó mi mano hasta su polla para que la agarrara. Era la primera vez que tocaba una polla que no fuera la mia y me sorprendió lo caliente que estaba, estaba durísima, arqueada hacia arriba y muy mojada, depilada y aunque no era muy grande si que tenía un buen capullo y era gordita. Empecé a pajearla despacio cogiéndola por la base, notando su calor y su grosor en mi mano y poniéndome a mil, cuando Pablo pasó una mano por detrás de mí y empezó a sobarme el culo de nuevo con ganas.

– Qué bien lo haces Alex, mmmmmmm… Te gusta mi polla?

– Si… me gusta… – casi no me salían las palabras mientras seguía pajeando

– Se nota… – empezó a subir su mano por mi espalda hasta los hombros – Venga, que ahora te toca probarla

Con la mano que tenía libre cogió uno de los cojines de la sillas y lo tiró al suelo, mientras que con la otra mano me empujaba un poco por los hombros para que me inclinara

– Ponte de rodillas

Yo le obedecí al momento, poniendo las dos rodillas en el suelo y quedándose mi cara frente a su polla mientras no paraba de pajearla. Pablo colocó su mano en mi cabeza llevándome hasta su polla, yo la agarré por la base y sin pensarlo abrí la boca metiéndomela hasta la mitad. Ahora notaba su calor y su sabor en mi boca, mientras que empezaba a chuparla como había visto en las pelis y como me la habían chupado a mi antes, rodeándola con los labios y recorriéndola al ritmo que me marcaba, despacio, tragándomela hasta llegar a mi mano que la agarraba por la base

– Mmmmmmmm… muy bien Alex… que bien mamas… – me animaba mientras marcaba el ritmo – que bien lo haces… ufffffff

Estar mamando me ponía muy caliente, la sensación de tenerla en boca y escucharlo gemir mientras me animaba hacía que me entregara más, subiendo el ritmo mientras notaba como babeaba en mi boca

– Venga, ahora vas a tragártela entera – dijo quitando mi mano de su polla

Me agarré con mis dos manos a sus piernas, mientras que él seguía marcándome el ritmo mientras me acariciaba el pelo, obligándome a tragar cada vez más polla, casi entera, hasta que me atragantaba sin ser capaz de que entrara toda. Una de esas vez la empujó más, llegando sus huevos hasta mi barbilla por un momento y atragantándome hasta darme una arcada y tener que luchar para retirarme de su polla para poder coger aire. Me la saqué para poder coger una bocanada de aire, quedándose hilos de presemen y babas de su polla a mi boca.

– Que bien mamas nene, te la has tragado entera – me dijo mirándome

– Es muy grande uffffff…– le contesté entre jadeos, con la cara babeada levantando la mirada

Después de ese momento de respiro volvió a empujar mi cabeza hasta su polla, moviendo su cintura a la vez que me marcaba el ritmo, mientras yo aguantaba agarrándome a sus piernas y al escritorio, mientras iba alternando, pasaba de hacérmela tragar casi entera despacio a follarme la boca sin casi dejarme respirar, haciendo que mis babas resbalaran por las comisuras mientras abría la boca para intentar coger aire.

Sacaba su polla de mi boca y la pasaba por mi cara mientras me ponía a chupar sus huevos, para de nuevo metermela en la boca, con toda la cara babeada, y hacerme seguir mamando al ritmo que me marcaba. No sé cuanto rato estuvimos así, bastante, pero yo estaba a mil, disfrutando de su polla y escuchando como gemía con mi mamada, hasta que de repente sus gemidos empezaron a ir a más y a hacerme mamar más rápido

– AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

De repente sujetó mi cabeza contra su polla y noté varios chorros de leche salir hasta mi garganta, ufffff, me la tragué casi toda, hasta que dejó de sujetar mi cabeza y me permitió separarme para coger aire, mientras me resbalaba un poco de su leche por la comisura.

Tras ese momento, a pesar de no haberme corrido y de todo el calentón, me entraron muchos nervios y mucha vergüenza, por lo que casi sin despedirme me evanté y me fui, aunque esa no fue la última vez que nos vimos…