No se cuál de mis tíos me folla

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A escasos días de vivir una nueva experiencia en lo sexual (ser entregada a otro hombre), la intriga me estaba matando, me carcomía el pensamiento. Era un día de semana cualquiera cuando tío Nacho me avisó mediante un mensaje de whatsapp (desde un número desconocido) que la siguiente semana sería la indicada para entregarme a uno de mis tíos, sin especificar cual de ellos y que no debíamos vernos hasta ese preciso momento.

A mi tío le encanta hacerme sentir una perra, sabe que esas cosas me ponen extremadamente cachonda y sabía que me masturbaría extrañándole pues no nos veríamos por casi una semana completa y que al volvernos a ver no me cogería él sino uno de mis tíos.

¿Cómo había logrado convencer a uno de ellos de cogerme? Mi cabeza se llenó de interrogantes. ¿Le habrá contado que yo era su puta, que éramos amantes desde hacía un buen tiempo? Quería preguntarle los detalles pero me había indicado que no hablaríamos hasta llegado ese día, para entonces yo no solo era su perra, también su sumisa y hasta esclava sexual, debía confiar en él para todo y lo hacía con gusto. Él es dominante, le gusta controlar y a mi me encanta el rol de sumisa que él fue construyendo en mi, así que me tocaba esperar, por mucho que me muriera de ganas de saber todo sobre el encuentro debía ser paciente y obediente.

Esos días los pasé en casa de mis padres, no tuve contacto con tío Nacho de ningún modo, ni para desearnos las buenas noches como solíamos hacer, distanciamiento absoluto entre él y yo, me iba a volver loca de la intriga.

Pensé en los últimos encuentros que tuve con mis tíos, tratando de adivinar cual había sido el elegido pero no encontré ninguna pista.

Quisiera contar todos los detalles que no sabía antes del encuentro con mi otro tío, lo que había estado haciendo tío Nacho, lo que había estado ocultándome pero los mantendré intrigados un poco, con casi el mismo suspenso que me tocó soportar hasta ese día en que me convertí en una «puta prestada».

Faltando tres días para el morboso encuentro, tío Nacho volvió a escribirme desde un número desconocido: «ve a la otra casa, te dejé indicaciones».

No decía «urgente» o «de inmediato» así que me tomé el tiempo ese día, salir de la uni, ir a casa de mis padres, encargarme de otras cosas de mi vida personal y luego con más calma ir a la otra casa de tío Nacho, emocionada y excitada por leer las indicaciones.

Tenía copia de llaves así que una vez ingresé a la casa me dispuse a buscar la encomienda, estaba sobre la mesita del comedor. Era una hoja con indicaciones y al lado había algunas cajas.

Se me indicaba el día y hora exacto del encuentro con mi tío del que no especificó nombre. En las cajas estaba el conjunto que debía vestir, zapatos y demás, todo nuevo.

Revisé todo, era un conjunto muy erótico de lencería, todas las prendas de color negro, zapatos nuevos de tacón alto con suela roja, se me indicaba que debía pintar mis labios color rojo carmesí y maquillarme bien deseable como nadie mejor que yo sabía hacerlo. También debía usar «el perfume de puta», un perfume caro, de marca que según tío Nacho me hacía oler a zorra y tenía razón, me encanta ese perfume pero mi tío me tenía prohibido usarlo para toda ocasión, ese perfume era para casos exclusivos. Para nuestros amoríos privados debía usar otros que también eran caros y que encantaban tanto a mi tío como a mi.

Debía estar bien preparada para sexo anal, que ese día me levantara con la convicción de que era una puta de lujo que sería sometida y entregada a un desconocido.

Me masturbé mientras leía las indicaciones, mi tío es un perro que siempre ha sabido tocar cada tecla correcta que me descontrola y me hace desear mucho sexo. No se le escapa ningún detalle, lo calcula todo con minuciosidad. Me dijo que debía prepararme en su primera casa (la de la piscina) y que ese mismo día a pocas horas del encuentro una mujer de servicio se encargaría de dejar la segunda casa bien limpia y reluciente.

Fue inevitable dedicarme par de orgasmos mientras me hacía el lavado anal, pensando e imaginando todo lo que me esperaba. Me vestí con ropa sencilla y poco llamativa para irme a la otra casa, me pasaría recogiendo un taxista.

Al llegar ya se había ido la mujer de servicio, di una ronda por todas las habitaciones, los baños y demás partes para simplemente constatar que había hecho muy bien su trabajo.

Me metí en una de las habitaciones, abrí el closet donde tenía guardado el conjunto que debía ponerme, los zapatos y demás, faltaba menos de una hora para el encuentro.

En una media hora ya estaba preparada, luciendo el hermoso conjunto de lencería, sujetador puntiagudo, un collar en mi cuello del cual guindaba una cadena fina que caía hasta mi entrepierna, ligueros, medias pantis, guantes, zapatos de tacón alto que me hacían lucir un poco más alta, mis labios rojos, mis ojos sombreados, me impregné de perfume de puta.

Pude adivinar lo que haría tío Nacho con la cadena sujetada al collar, seguramente me arrastraría y me haría andar a cuatro patas, le encanta eso.

Estuve caminando frente al espejo retocándome el maquillaje, ajustando las prendas que me cubrían todo menos mi vulva, estaba al descubierto y totalmente depilada (del día anterior para no estar irritada para el momento), así lo dispuso tío Nacho.

Sonaría mi teléfono móvil, un mensaje: «15 minutos, ¿preparada?».

Le contesté que sí, que ya lo estaba. No respondió.

Caminé hasta la habitación principal, una cama bien grande y ancha, matrimonial, de lujo, con sabanas blancas y muy limpias y ambos lados sus mesitas de noche, habitación toda alfombrada y con buena iluminación, ya iban a ser las 4 de la tarde.

Estaba tan intrigada, tan nerviosa y tan cachonda que sentía mi coño húmedo, al mínimo tacto sin duda gemiría como la cachonda que soy.

Oí cuando entraron, Dios mío! me excité con el solo hecho de oír los pasos, dos hombres, uno de ellos desconocido para mi aunque sabía que debía ser uno de mis tíos, confiaba en tío Nacho, no podía ser otro hombre, impensable, en ese caso creo que yo me habría molestado o no sé, tal vez si hubiese sido un desconocido me hubiera dejado, si estoy cachonda estoy vulnerable.

Yo estaba de pie al borde de la cama, de espaldas a la entrada de la habitación así que cuando mis dos tíos entraron no pude verlos pero sentí su presencia. Mi tío Nacho se acercó a mi, puso su mano en mi cuello y me olió.

Yo no aguantaba más, deseaba ser cogida, no entiendo por qué soy tan perra, sufro cuando me hacen esperar aunque también lo disfruto, mi coño se humedece, deseo ser penetrada, en ese momento soy vulnerable, harán conmigo lo que les provoque, solo porque saben que estoy a merced de ellos, deseando sexo hasta quedar sin fuerzas.

Tío Nacho ya traía en sus manos unos lentes (blackout), ya me había cogido con ellos puestos en ocasiones anteriores. No sé si los conocéis pero la visión queda totalmente anulada, no ves absolutamente nada, apenas puedes adivinar sombras, estás a oscuras prácticamente, ciega.

Tardamos un par de minutos en ponérmelos, me preguntó si veía bien y le respondí negando con la cabeza ya que tenía prohibido hablar. A pesar de que mi visión quedó totalmente nula me puso una venda en los ojos, quizá porque estéticamente me veía más deseable así, más sumisa, más puta.

Sentí que mi tío Nacho se alejó y al mismo tiempo sentí que se acercó mi otro tío.

Empezó a manosearme por todos lados, mi tío no decía nada, en ese momento no sabía el por qué pero luego Nacho me contó que condicionó a mi otro tío; tampoco debía hablarme.

Sentí las manos de mi tío recorrer todo mi cuerpo con toda la paciencia del mundo, yo evitando gemir para no parecer tan puta pero por dentro pedía ser cogida y mi respiración me delataba.

Una vez me manoseó por todo el cuerpo aunque sin tocar mi coño empezó a quitarme prenda por prenda. Los guantes fueron lo primero y al quitármelos besó mis dedos con sadismo, uno por uno, lamió cada dedo, los chupó uno a uno aunque con estilo, con suavidad.

Me quitó el sujetador y no tardó en chupar mis pezones y manosearme los pechos, chupó mis pezones con dureza, como queriendo sacar líquido de ellos, mi coño se humedecía y yo inmersa en mis pensamientos intentando adivinar cual de mis tíos era el que me manoseaba.

Pero como tenía prohibido hablar, lo único que oía era su boca y su saliva disfrutando de cada parte de mi y su respiración, eso no ayudaba en nada para adivinar.

«Recuéstala en la cama boca arriba» dijo tío Nacho desde cierta distancia.

Me imaginé a mi tío Nacho masturbándose, mi otro tío me recostó con delicadeza en la cama y en esa posición me despojó de mis medias pantis, lamió mis piernas con sadismo, me llenó de su saliva por cada parte de mi piel pero todavía no tocaba mi coño, ni lo lamía, era por que mi tío le había indicado que dejara mi coño para más tarde. Hijo de puta, sabe hacerme sufrir y le gusta enseñar a otros cómo deben cogerme.

Luego de lamer mis muslos y hasta mis rodillas al fin me abrió de piernas y comenzó a comerse mi coño e inevitablemente empecé a gemir y mi tío no tardó en insultarme.

«Qué puta», y lo dijo varias veces en distintos tonos de voz, como molesto porque yo estaba gimiendo ante otro hombre.

«Perra», decía como airado.

Mi tío me comía el coño y lo hacía tan bien, de hecho me corrí, soy demasiado sensible, no aguanté, demasiado morbo la situación, terminé temblando, tío Nacho ya sabía cuando a mi me sobrevenía un orgasmo y no dudó en dedicarme más obscenidades.

«Pedazo de zorra, ni siquiera te han cogido, sucia».

«Ya se corrió la perra, hazle lo que quieras», le indicó a mi tío que comía mi coño en total silencio.

Mi tío se subió a la cama y me besó. Me sorprendí, o sea, mi tío Nacho dejaba que otro hombre me besara. El beso se prolongó y yo estaba a punto de pedirle que me cogiera pero no podía desobedecer, debía dejarme hacer, sufrir, soy una puta, debo esperar que quien me coge decida por mi.

Después del beso mi tío siguió con sus manoseos y sus lamidas en todo mi cuerpo, con sadismo pero actuaba como si nunca hubiera estado con una mujer, me lamió el ombligo por un rato, metió su lengua en mi diminuto ombligo y chupaba, luego mis pechos, mordió mis pezones y me hizo gemir en voz alta.

Tío Nacho desde la distancia no paraba de proferir insultos.

Qué sufrimiento, odio esperar que me cojan pero lo disfruto, no sé cómo explicar eso.

Mi tío volvió a mi coño y empezó a darme de nuevo oral, yo no aguantaba más, parecía un plan de mi tío, sabe que soy demasiado sensible, sabía que yo quería suplicar que me penetraran pero no podía hablar.

«Cógete a esa puta, es lo que quiere, no se puede esperar» dijo tío Nacho.

Mi otro tío seguía comiéndose mi coño y empezó a hurgar mi ano con sus dedos y empecé a gemir como loca, ahora mi tío chupaba mi coño y mi ano, yo a punto de desobedecer a mi tío y pedirles que por favor me cogieran, en ese momento desee que fueran ambos, que hicieran de mi lo que les provocara y por un momento pensé que eso pasaría.

Mi tío se levantó, me dio la vuelta y me penetró (con preservativo).

Enloqueció haciéndolo, mis gemidos entrecortados por los movimientos, mi tío jadeaba haciéndome suya y qué bien que me cogía. Sentí sus manos afianzarse en mi cintura mientras me penetraba con gran gusto.

¿Te gusta que te coja otro verdad? preguntaba mi tío alejado de nosotros pero yo no podía hablar, eran preguntas al aire, sabía que yo no podía contestarle.

A pesar de la calentura que debía tener el tío que me cogía aguantó lo suficiente como para que cambiáramos de pose por orden de tío Nacho.

«Súbete a la cama» le ordenaba a mi otro tío

«Súbete encima, zorra» me ordenaba a mi.

«Dale duro a esa puta», «pégale en las tetas», pellízcala duro, cógetela fuerte, es tu perra por hoy.

Yo gemía más por el morbo de lo vivido y las cosas que mi tío Nacho decía que por la penetración en sí, quería expresarme pero tenía prohibido hablar así que mi tío que estaba debajo de mi me alzaba en cada penetración, lo oí gemir rico mientras me hacía su puta, no tenía dudas de que él la estaba pasando bien.

Luego de estar un buen rato cabalgando sobre él se cansó así que cambiamos de pose dentro de la cama, él encima de mi o de lado, hicimos varias mientras oíamos a mi tío decir obscenidades.

Cuando mi tío no pudo más se corrió y fue en ese momento que pudo oír un poco el tono de su voz ya que jadeaba sufridamente pero fue insuficiente para adivinar cual de mis tíos me había cogido.

«Tómala por la cadena», dijo tío Nacho «y tráemela».

Mi tío hizo lo indicado, me tomó de la cadena, yo entendí de lo que se trataba así que como pude ya que no podía ver nada, me fui bajando de la cama a cuatro patas y así estuve andando, salimos de la habitación, mi tío me llevaba de la cadena hasta que llegamos a uno de los baños, me hizo entrar y mientras mi otro tío me sujetaba de la cadena tío Nacho me ordenó sentarme sobre mis pies, pues me quitó bruscamente los tacones. Lo oí masturbarse.

«te voy a llenar la boca de leche, puta y te la vas a tragar toda» me decía mientras se sacudía el pene.

A los pocos segundos se corrió en mi boca y me decía:

«trágatela toda para que vean lo perra que eres» y eso hice, me tragué la leche de tío Nacho sabiendo que mi otro tío observaba. Una vez que mi tío Nacho disfrutó de acabar en mi boca, las chupadas y lamidas posteriores para dejar su pene reluciente me tomó del cabello con algo de violencia y me condujo hacia la tina, me ordenó bañarme, que olía a zorra barata.

Oí cuando se alejaron y se fueron del baño dejándome a solas.

Me duché sin quitarme los lentes de contacto ya que así me lo indicó, estaba tan cachonda, pensé que mi tío Nacho dejaría que mi otro tío se corriera en mi boca, pensé que le chuparía el pene, que dejaría que me diera por el culo pero eso no sucedió.

Pasados unos minutos mi tío Nacho volvería solo, se metería a la ducha conmigo y me haría chuparle el pene, me hizo sexo salvaje, produciéndome arcadas, haciendo que mis ojos lagrimearan, me cargó y me llevó a la habitación y me cogió anal, primero suave hasta que mi culito dilatara, luego me cogería con frenesí, me humillaba con preguntas y obscenidades mientras me rompía el culo, me decía que a partir de ese momento solo me cogería por el culo, que le entregaría mi coño a mis otros dos tíos, que yo era una puta sin remedio. Yo gemía y disfrutaba, me había cogido otro tío sin saber cual de los tres, tío Nacho me rompía el culo hasta hacerme llegar al orgasmo, correrse dentro de mi culito y dejarme tirada en la cama exhausta, adolorida por las nalgadas, los pezones mordidos y pellizcados, mis mejillas enrojecidas por las bofetadas.

No nos volvimos a ver hasta el día siguiente, me había indicado que me fuera a casa de mis padres en el taxi que vendría a buscarme.

Fue la primera vez que tuve sexo el mismo día con dos hombres, me encantaba y me sigue encantando mi vida sexual, ser ese perfil de puta que tanto gusta a tío Nacho y a mis demás tíos pues era cuestión de días que mis otros dos tíos se deleitaran conmigo.