Así comencé a volverme adicta a las vergas, a todas las pollas que me cruzara

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Bueno, mi nombre es Agustina pero todos me llaman Tina, esto es de cuando me inicié en este ámbito transexual poco después de los 18, actualmente tengo 25 ya operadita de las tetas y del culo, ya molido por tantas vergas que me he metido incluyendo la de mi padre pero esa es otra historia.

En ese entonces tenia un cuerpo estilizado, y con rasgos femeninos en mi carita, mi trasero estaba durito debido a que caminaba bastante para llegar de mi casa al negocio donde trabajaba todos los días.

En mi casa cuando no estaban mis padres, me vestía de mujer con la ropa de mi madre, ya saben, vestidos, blusas, tacones e incluso me maquillaba. Poco después me compre unas medias negras, una minifalda de mezclilla y una blusa que dejaba ver mi abdomen; así como unos tacones algo elevados y maquillaje.

Bueno, en ese entonces ya había practicado con dildos, palos de escoba, el control de la televisión, etc. Pero yo quería sentir una verga caliente y no sabía con quien o como hacerlos acceder. Un día en el negocio que trabajaba, escuché a mi jefe decir que un señor le dio 500 pesos a un chico por practicarle sexo oral, este señor se encontraba en las noches en el parque sentado en un kiosco.

Un día mis padres iban a viajar a Querétaro e iban a regresar a la noche siguiente y era fin de semana y yo no trabajaba, entonces pensé que sería buena oportunidad para ir a ver a ese señor y hasta una lanita traía. Se fueron y yo me puse mi mini, mis medias, un corpiño, mi blusa, mis tacones y un maquillaje de prostituta barata, dieron las 12 de la madrugada y me aventure a buscar al mentado viejo, fui al lugar, esperé un poco, sólo había un borracho tirado ahí, pensé que no llegaría hasta que de pronto un señor se acerca, moreno, alto, cojeaba un poco, se veía algo sucio, siguió hasta la banca donde estaba sentada y se sentó a un lado de mi y me dice:

-Hola preciosa, ¿qué haces aquí tan sola? – olía algo mal, pensé que era un vago – mira.

Mientras me decía eso se acariciaba el miembro sobre el pantalón, no se si era el señor pero estaba tan necesitada que no me importaba que incluso oliera tan mal.

Metió su mano a su bolsa y sacó 500 pesos – vamos a hacer esto, tu me haces una buena mamada y te ganas este billetito.

Yo sin pensarlo le dije – bueno pero dame los 500 primero, no me voy a echar a correr – obvio no lo haría, quería su verga.

-Esta bien, perra, ten – me los da y apenas los iba a guardar cuando veo que se saca la verga.

Igual que perro hambriento, yo veía su verga, era morena y venuda, bastante gorda, tenía manchas negras, tal vez la mugre.

Me puse de rodillas frente a el, me acerqué a su verga, olía peor que el, a orina y sudor, además de tener bastantes residuos de semen, pero en lugar de darme asco, me excitaba, entonces tome su verga, estaba palpando, la menee un poco y de un bocado me la metí. Era mi primer verga, esa carne que acariciaba con mi lengua, prácticamente se la limpie, entre tanto mete y saca las manchas de semen desaparecían y yo seguía y seguía mamando esa cosa negra y venuda que a cada chupada se hacía más grande.

Así estuve un buen rato, quería que se viniera y que me diera su leche pero aguantaba bastante el pinche viejo y nada que se venía, a mi no me importaba, yo seguía con mi comida, pasando mi lengua por sus sudorosos y apestosos huevos también para limpiarlos, me debió pagar más jejeje. De pronto sentí que alguien nos veía muy de cerca y así fue, el borracho que estaba tirado estaba detrás de mi viendo como me tragaba ese jugoso cacho de carne.

-¿Qué se te perdió? – le dije, pero en ese momento soltó una carcajada y sin más se sacó la verga

-Quiero que me la mames – me dijo, la verdad no estaba nada mal su trozo, pero estaba atendiendo a un cliente

– Yo no hago chambas de a gratis – le contesté, entonces el cabron saca un billete de a 100 y me lo tira en la cara.

-¿Y ahora? – me dijo en tonito burlón

– Por esos 100 apenas y te masturbo – bien digna yo

– Ni madres perra – me dijo mientras se puso a lado de mi y de un empujón hace que me trague su verga, era más grande que la del otro viejo, así que me concentre en la del borracho y a succionar a lo desgraciado y obviamente al otro no le pareció

– Órale perra ¿y yo qué? – dijo algo molesto – no se, pero de que la meto en un lado la meto.

Entonces se levanta de la banca y se pone atrás de mi sólo para levantarme un poquito, quitarme las bragas, estaba nerviosa y feliz, me la iba a meter por el culo, iba a sentir una verga dentro de mi por fin. Pero el viejo no se midió y sin saliva me la metió toda, sentí tal dolor que por error le mordí un poco la verga al borracho a lo que este reaccionó dándome una cachetada, yo reaccione sólo agarrando su trozo otra vez y metiéndolo a mi boca.

Así estuvieron bombeandome el culo y la boca un buen rato, yo contenta, iba sólo a mamarla y terminé como brocheta.

Pasado un rato, el primero en venirse fue el viejo dentro de mi ano que lleno de semen, se desplazó adentro, bastante caliente y espeso, y de inmediato el borracho en mi boca, era mucha leche y no iba a desperdiciar así que así como salía, me la tragaba. Me dejaron ahí bañada en semen un rato hasta que empecé a sentir dos chorros caer sobre mi, eran ellos dos bañándome en su orina, yo como buena perrita me levanté para tratar de beberla toda, terminaron y se fueron de ahí.

Yo me quedé sentada un rato en el charco de orina, ya no veía a mis dos machos cerca así que aproveche para irme y al momento de caminar sentí algo resbalar de mi culo, era algo rosado y cremoso, me di cuenta que era semen con sangre, por la desgarrada de ano que me dio el viejo.

Y así fue mi primera vez con una verga en el culo y un buen trío, fui usada como un instrumento del placer y un baño público y así me gustaba estar, llegué a mi casa, me bañe y me tire a la cama con mi sonrisa de zorra sin pensar que la siguiente verga que me iba a comer sería la de mi padre, eso lo contaré en la siguiente…

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