Así fue como me confesé a mi amigo virtual

Una noche decidí confesarle que me gustaria estar con él, porque sus manos llamaban mi atención, mi corazón latia tan rápido que a penas podia respirar. Él me dijo que no se queria reprimir asi que decidí contarle mi fantasía.

Yo llevo un vestido corto, color rojo y tacones negros, un perfume floral muy suave. Él tiene un look gótico y clásico, viste de negro, es tan atractivo. Me imaginé en el medio de la pista, en la disco, los dos bailando, las luces y al mismo tiempo la oscuridad confundiendo nuestros rostros , sus manos apoyadas en mi cintura, su rostro cerca de mi cuello, nuestras miradas admirando nuestros labios. Lo deseo, aquí y ahora. La quimíca es instantánea, me acerco a sus labios y comienzo a besarlo, mi respiración comienza a agitarse, él me agarra con más fuerza, me arrima contra su cuerpo, me acaricia la espalda, recorre con sus manos todo mi cuerpo. En ese momento solo eramos él y yo. Asi que decido sacarlo inmediatamente de aquella pista de baile.

Nos vamos a un callejón sin salida, donde nadie nos pueda escuchar. Agarro sus manos, me apoyo contra la pared y lo traigo hacia mi cuerpo, mientras lo abrazo por el cuello, él me agarra la cintura envolviendome luego con sus brazos por completa. Ahora si podiamos escucharnos agitados, puedo sentir el calor de sus besos húmedos, puedo sentir el tacto de sus manos con firmeza, el latido de su corazón y su pene duro. Desabrocho su pantalón, quiero masturbarlo mientras lo beso. El por su parte me sube el vestido y con sus dedos largos y finos comienza a tocarme, me introduce sus dedos para sentir la humedad de mi vagina, yo comienzo a gemir, ambos no podemos parar de tocarnos, yo quiero que me penetre, no aguanto tanta excitación, asi que le pido que lo haga, pero él comienza a rozarme con su pene y eso me vuelve más deseosa. El roce se convierte poco a poco en penetración, me agarro fuerte de su espalda, mientras el me sostiene con firmeza mientras me levanta una pierna, me pentra una y otra vez, siento su pene tan duro que no puedo evitar gritar, estamos en medio de la nada, nadie observándonos, o eso quiero creer. No quiero que acabe aún, asi que me pongo de espaldas, ahora quiero que me lo haga por detrás así duro como lo estaba haciendo, me sostengo fuerte contra la pared, el me agarra de la cintura, me penetra tan fuerte que pego un grito, pero luego lo hace despacio y termina acelerando el movimiento hasta acabar dentro mio y yo sin control al mismo tiempo tengo el orgasmo más intenso que se pueda tener después de desearlo tanto.

Me doy vuelta, lo miro a los ojos, ambos apoyamos nuestras frentes y seguimos agitados, me da un beso y procedemos a vestirnos y arreglarnos, le sonrío, pero su seriedad me confunde, aunque en el momento que me agarra de la mano siento nuevamente su calor, sin decirme nada volvemos nuevamente a la pista.